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Capitulo 2

Narrador:

—Que absurdo_ protesto la morena al leer detenidamente la invitación que había sido meticulosamente observada antes de ser abierta.

Ser la hermana de la novia debería haber sido suficiente para saber todos los detalles sobre el gran acontecimiento pero eso solo hizo las cosas más incómodas y difíciles para todos.

A raíz de un difícil divorcio entre sus padres ambos decidieron quedarse con una de ellas, Alice caprichosa y mimada se quedó con su madre que era la que poseía el dinero en la familia y Allison amando profundamente a su padre decidió que se quedaría con el.

Las cosas que debieron funcionar después de eso solo empeoraron, las niñas solo compartían la apariencia pero nada más, sus ideas y convicciones eran diferentes en todos los sentidos, mientras Allison preferia leer y ganar dinero por su esfuerzo y sudor, su hermana prefería la vida de lujo y tener a todos a sus pies como objetos desechables.

Nunca estuvieron de acuerdo, hasta la edad adulta mantuvieron esa rivalidad y enemistad que atrapó también a sus padres, la señora Callie amaba a sus hijas aún en su corazón malvado pero Alice era su espejo y por eso la amaba más, el señor Ronald también las amaba por igual pero Alice le ponía los pelos de punta cuando estaba con el, siempre exigiendo más de lo que el podía dar y por eso Allison con su naturaleza amable y trabajadora era para el su reflejo.

Crecieron siempre peleándose por cosas estúpidas las pocas veces que estaban juntas, Allison era de pocas relaciones y hasta el momento permanecía con el recuerdo de un amor adolescente, Alice por otra parte había estado con más hombres de lo que podía recordar.

Una relación que se rompió antes de empezar.

Allison hecho la invitación a la basura y atendió a los clientes que llegaban a la tienda de flores, la chica amaba las flores y cualquier cosa que pudiera sembrar, era un talento que su padre le había enseñado en su niñez y que la había llevado a montar su floristería en contra de las opiniones absurdas de su madre y su hermana.

—Oye creo que deberías ir_ Su mejor amiga Sasha la alentó mientras regaban tulipanes juntas.

—No, no lo creo_ no se sentía como Serca de ellos, el novio perfecto de su hermana ni siquiera le hablaba y su hermana actuaba igual.

—Se que no quieres esto, pero tú madre no parará hasta que dez tu brazo a torcer_ mis cejas se fruncieron pero al final tenía razón, Callie había adoptado la costumbre de someter a sus hijas para que hicieran lo que ella quisiera y aunque Alice lo amaba ella nunca capto el mensaje.

Odiaba las discusiones con su madre que sucedían cada vez que ella se dignaba a aparecer en su casa, no odiaba a su familia pero no se sentía cómoda con ellos y su estilo de vida.

—Papa asistirá, así que supongo que puedo hacer un esfuerzo, no prometo nada_ podría golpearla quizo decir.

—No peleen_ le dijo Sasha mirándola sospechosamente, ella sonrió sabiendo que su amiga la conocía mejor que nadie.

—No prometo nada_ ella negó con la cabeza y ambas se echaron a reír.

°°°

Rodo los ojos al llegar a casa y escuchar a su tía y su primo gritarse como si solo vivieran ellos en el vecindario, su padre trataba siempre de aconsejar al niño y a su hermana pero nada podía mantenerlos cordiales mucho tiempo, suponia que la habilidad de no poder fingir era de familia.

Su padre trabajaba en el taller mientras ella cocinaba la cena, pensar en su vida no le agradaba ni un poco, estaba formandose para ser enfermera después de todas las discusiones que tuvo con su madre que siempre estuvo en contra.

Se jactaba Callie de decir que no era trabajo para su hija mejor diseño de modas o cualquier otra cosa, en su juventud la había escuchado y por esa razón aún seguía en la universidad a sus 24 años a punto de lograr su sueño de ser enfermera.

—Metida en tus pensamientos como siempre Allison_ Ronald beso la mejilla de su hija después que se recupero del espanto.

—Me asustaste papá_ ella sonrió y el le devolvió la sonrisa.

—Ya escuchaste los gritos, nose que hacer con ellos ya_ arrugó la cara con molestia y Allison compartió el sentimiento.

—Estan locos_ volvieron a reír —Reciviste la invitación_ se burló al pronunciar las palabras y su padre la miró de reojo.

—Si Allison, tenemos que ir_ Ella rodó los ojos con molestia y se sentó en la mesa poniendo los platos y la cena, comieron en silencio hasta que ella hablo de nuevo.

—No tubo la desencia de llamar a su padre y decirle antes que se iba a casar_ Por sus ojos pudo ver que a su padre ya le dolía y maldijo internamente su obsesión por hablar mal de su hermana.

—Allison no quiero pleitos ni provocaciones allá, entendido_ ella suspiro lavo los platos y camino a su habitación no sin antes decir.

—Tambien dile eso a ella.

Arreglo sus cosas en su habitación y miro fotos al azar antes de caer rendida por el sueño.

Se levantó por la mañana con el mismo estrés y cansancio con el que se acostó, se baño y desayuno para dirigirse a la universidad.

Siempre usaba cosas sencillas, vestidos como el que llevaba puesto de girazoles bordados, las personas la miraban mayormente por su estado de solterona en el lugar, odiaba eso pero su nivel de comunicación estaba por el suelo y aunque para muchos era bonita para otros era muy amargada, no la vieron salir a fiestas ni a reuniones, solo trabajar y estudiar.

Cuando terminaron las clases se dispuso a seguir su camino al trabajo, pero una voz conocida la llamo de lejos.

—Hola Allison, cómo estás?_ Se acercó jadeando por aire.

—Bien_ corto de inmediato aún sin mirarlo a los ojos.

—Me alegro mucho y a donde vas_ ella rodó los ojos aún sin dirigirle la mirada.

—Trabajo_ el mantuvo la boca cerrada y ella se marcho sin decir una palabra.

Sam era su ex, su único novio hasta entonces, el amor de su vida en su momento y también el que le partió el corazón, no hubieran hablado nunca si el no hubiera insistido en qué aún quería saber de ella de vez en cuando, el recuerdo de todo eso aún le dolía y el no terminaba de comprender que solo tenerlo cerca era un peligro para su corazón.

Las lágrimas amenazaban con caer y se sentó rápidamente un banquito del parque, no lloro pero ganas no le faltaban.