El cuerpo de Cisne se tensó.
—N-no tienes que prometerme eso. No es bueno hacer promesas que no puedes cumplir —dijo Cisne.
Los labios de Gale se adelgazaron, pero no dijo nada mientras simplemente agarraba la muñeca de Cisne y la obligaba a mantener su palma en su mejilla ensangrentada.
Gale cerró los ojos ya que quería sentir su tacto, y justo como esperaba, Cisne tenía realmente el toque mágico que lo hacía sentir tranquilo.
Solo un toque de ella era suficiente para asegurarle que sus sentimientos no eran falsos.
Realmente quería que ella fuera su destinada.
—Deberías descansar. Sé que no has dormido desde ayer —dijo Gale—. Iré a mi lago privado a lavarme. Podemos descansar juntos después de eso.
—Mm... está bien...
Gale soltó su muñeca y saltó por la ventana, dirigiéndose al lago privado para limpiar su cuerpo de la suciedad.
Dukung penulis dan penerjemah favorit Anda di webnovel.com