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Un 25 de abril...

Empecé a trabajar en una casa cuidando a un anciano de 79 años, viudo sin hijos, la paga no era mucha pero no pude evitar negarme al conocerlo, un día cualquiera nos sentamos a tomar el té y le pregunté si alguna vez había estado casado, el dijo que no, que solo pudo amar a una mujer en su vida pero ya era algo del pasado, le pregunté si podía contarme, entre dudas el me dijo que si.

  Está es su historia:

25 de abril de 1880, me llamo Gabriel Zarxquis, tenía 16 años, vivía en un pueblo llamado Sanders al norte de Los Angeles Estados Unidos, siempre fui un chico introvertido, poco sociable no tenia amigos y por supuesto nunca habia hablado con una chica seriamente, vivía con mis padres, mi madre se llamaba Alba Dusant, era una mujer hermosa que trabajaba todo el día en una empresa textil a las afueras del pueblo, era una mujer muy alegre que amaba la vida.Mi padre se llamaba Pedro Zarxquis, era un hombre reservado, no le gustaba hablar mucho, no teniamos la mejor relación pero siempre ame a mi padre, el tenia un taller mecánico a unas cuadras de mi casa, no eramos millonarios pero para nosotros siempre fue suficiente, ese dichoso 25 de abril pintaba ser como todos los años, aburrido, encerrado en mi cuarto viendo la ventana, algo muy común para mi en ese entonces, por alguna extraña razón vivíamos al lado de lo que parecía ser una mansión, se decía que cien años atras un rey derrocado habia usado sus últimos ahorros para construir esa mansión en nuestro pueblo, despues de 20 años el hombre murio y la mansión habia quedado abandonada hasta hace 4 años que un nieto de el llego para ponerla en venta, nunca pensé que después de tanto ese dia tan normal sin previo aviso un camión de mudanza llegaria para cambiar mi vida, eran 4 hombres que en un abrir y cerrar de ojos metieron todas las pertenencias de la familia en la mansión y asi de rapido como llegaron se habian marchado.

  Empecé a preguntarme dónde estaba la nueva familia, porque habían pasado horas de ese suceso y nada ni nadie había vuelto a la mansión, mis preguntas se respondieron solas al cabo de horas cuando un auto llegó con tres personas a bordo, de el bajo un hombre alto con un traje negro y una galera que parecían de muy buena calidad, con un bastón que en su agarre había un diamante que era más caro que todas nuestras pertenencias, también bajo una mujer rubia con un vestido rojo, era una mujer hermosa que se veía muy joven, con un cuerpo esbelto y curvas perfectas no tardó en llamar la atención de los hombres que pasaban por ay, y la tercera persona era una chica, aparentaba ser de mi edad, rizos rubios y ojos azules como si a travez de ellos pudieras ver el mismisimo mar, despues de ver a esa chica mi corazón latia demasiado fuerte, mi mente estaba centrada en ese primer vistazo.Tenia mil preguntas en la cabeza, ¿Cuál será su nombre?, ¿Cuantos años tendrá?, ¿Cual será su color favorito, ¿Su película favorita?, todas esas preguntas no dejaban de dar vueltas en mi cabeza.

  Al llegar mi madre a casa fui corriendo a darle la bienvenida y lo que me había pasado ese día

–¡Mama tenemos nuevos vecinos!– ella extrañada me preguntó

–¿Nuevos vecinos?-

–¡Si mamá nuevos vecinos, hoy se mudaron a la mansión de al lado, son una familia y su hija!–

Ella solo me respondió

–Bueno hijo me alegro, iré a hacer la cena, mañana si quieres podemos preparar un pastel para darles la bienvenida al pueblo–

Sin pensarlo dos veces acepte y le dije que la chica me había parecido muy hermosa, ella me dijo que estaba bien que primero debía conocerla y ver qué podía suceder, subí a mi cuarto y empecé a expiar por la ventana a ver si podía volver a verla, no tuve suerte esa noche.

Hay termino la sesión del té y con ello esa pequeña parte de la historia, quedé muy sorprendida esperando venir mañana a su casa para seguir escuchando su historia de amor...

¿Cuál es su idea sobre mi cuento? Deje sus comentarios y los leeré detenidamente

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