``` La historia de un hombre que trae la muerte y una chica que la niega. ---- En la montaña embrujada del reino, dicen que vivía una bruja. Ella nació princesa. Pero incluso antes de su nacimiento, el sacerdote la declaró maldita y exigió su muerte. Envenenaron a la madre para matar al bebé antes de que diese a luz, pero el bebé nació de la madre muerta —una niña maldita. Una y otra vez, intentaron matar al bebé pero ella milagrosamente sobrevivió cada intento. Dándose por vencidos, la abandonaron en la montaña embrujada para que muriera pero ella aún sobrevivió en esa tierra estéril —una bruja. —¿Por qué no muere? Años más tarde, la gente finalmente se hartó de la bruja y decidió quemar la montaña. Pero el Diablo llegó en su rescate y la llevó consigo de aquel lugar en llamas, porque morir no era su destino ni siquiera entonces. Draven Amaris. El Dragón Negro, que gobernaba sobre los seres sobrenaturales, el Diablo con quien nadie deseaba cruzarse en su camino. Odiaba a los humanos pero esta determinada chica humana lo atraía hacia ella cada vez que estaba en peligro. —¿Es realmente humana? Él se llevó a la humana con él y nombró a esta misteriosamente tenaz chica “Ember”, un pedazo de carbón ardiente en un fuego moribundo. Un alma manchada de venganza y la oscuridad del infierno, se levantaría de las cenizas y cumpliría su revancha. ------ Este es el segundo libro de la serie de Los Diablos y Las Brujas. El primer libro es - La hija de la bruja y el hijo del diablo. Ambos libros están conectados entre sí, pero puedes leerlos de manera independiente. ```
Ember había tenido su comida de mediodía y se sentía satisfecha con su estómago lleno.
—De nuevo, comí mucho —se preguntaba mientras miraba su estómago—. ¿A dónde va toda esa comida? Mi estómago no parece tan grande para contenerlo todo.
Ocurrió que Yula regresó después de dejarla comer en privado. Sorprendió a Ember frotándose el estómago con una expresión de confusión.
—Señorita Ember, ¿desea comer más? —preguntó—. ¿Quizás un postre dulce?
Sobresaltada, Ember la miró de inmediato. —No, no, ya comí mucho... solo me estaba preguntando ¿cómo pude comer todo esto? —Su mirada pasó por todos los platos vacíos sobre la mesa de madera frente a ella.
Yula sonrió al ver la cara de ignorancia de esta joven chica humana. —Es normal que la hembra coma tanto después de despertar de haber sido marcada.
—La Anciana Leeora me lo dijo —respondió ella—.
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