—Esta noche, ¿te atreves a correr el riesgo de ser follada? Completamente y hasta que solo puedas rogarme que pare —mordisqueó el lóbulo de su oreja antes de susurrar seductoramente Song Yu Han.
Ran Xueyi levantó la cabeza y lo miró embelesada, como si estuviera completamente hechizada por su magia. Los ojos de Song Yu Han se oscurecieron aún más antes de pasar a mirar sus labios, que ella se mordía, y después a su pecho que estaba presionado contra el suyo.
Su mano acarició su rostro y descendió lentamente, pasando por su delgado y esbelto cuello. Tocó el cuello de la camisa que llevaba puesta, y luego sus dedos jugaron deslizándose sobre sus clavículas.
—Di por favor —repitió sus palabras cuando ella le dijo que dijera por favor.
—Por favor —ella respiró. Ran Xueyi no quería nada más que tenerlo dentro de ella.
—Túmbate boca arriba en la cama —ordenó Song Yu Han.
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