Por suerte no estuve mucho tiempo en la celda, aun así estaba afectado, haberme dado cuenta del día de mi cumpleaños no me ayudo para nada, era una tontería, pero si quería seguir vivo era hora de pensar bien, en el momento que conozca a Irish, tendré que apostar con mi vida, eso me ponía mucho más ansioso, espero que almeno Lay pueda hacerme ese favor.
Pensé que me llevaría a algún lugar de la guardia, una sala algo privado a donde se daría mi juicio, pero me llevaron directo al castillo, no pude ver mucho en verdad, porque antes de entrar me pusieron un saco de arpilla en la cabeza, no tenia idea para que, pero lo hicieron, realmente lo encontraba ridículo que me pusieran esa cosa para no poder ver, pero al diablo.
Me llevaron por sinuosos pasillos, se que iba gente de un lado a otro, no podía estar muy seguro, pero había un ambiente nervioso, como si algo además de lo mío estuviera pasando, me llevaron por una habitación, habían dos personas conversando, pero nuestra presencia no los interrumpió.
-Va todo como lo planeaste, hiciste un buen trabajo - dijo una voz masculina.
-Si, te dije que no tenias de que preocuparte con esto ya tenemos las bases para apuntar a nuestro objetivo - hablo una voz femenina
-Ahora solo debemos esperar a que él haga su movimiento, solo debemos dejar que las cosas pasen.
Fue una conversación extraña entre un hombre y una mujer, como el saco me impedía ver no sabia como eran, pero solo me hicieron cruzar la habitación, y estábamos de vuelta en un largo pasillo.
El guardia me saco el saco, frente a mi estaba Willfest y Lay.
-¿Qué le paso a Roy no pudo asistir mi show?
Muy gracioso, debía cuidar a su hermana, pero me pidió que te digiera que no la cagues.
-Si es algo que diría... ¿Lay lo trajiste.?
Ella no respondió nada, pero me sonrió, se acerco a mi, y me puso mi abrigo.
-No había tiempo de lavarlo, pero intente sacarle las manchas de sangre, así que estará húmedo en varios lugares.
-Descuida gracias Lay.
Willfest se aclaro la garganta.
-Gran escúchame bien, no seas altanero, ni busques provocar a Lord Irish, solo empeoraras las cosas...
-Si, si, si no te preocupes por mi- le conteste molesto.
Seguía enojado con él por nuestra conversación.
-Una cosa más no digas tu apellido, solo notifique que te llamas Gran.
-¿Por qué no puedo decir mi apellido Willfest?, ya me era bastante sospechoso que solo tú y Magnus lo digieran bien, ¿Qué tiene que ver mi apellido?
-No es momento para hablar de eso Gran, mejor piensa en como salvar tu trasero, si no me vas a obligar a interceder.
No le conteste a Willfest, simplemente me limite a mirarlo a la cara, para que entendiera que sigo enojado.
-Gran te deseo suerte, yo no puedo entrar, así que...
Se quedo callada, mire a mis alrededores, había más de una guardia escuchándonos, quería abrazar a Lay decirle que todo saldrá bien, pero seria una mentira.
Tome un largo suspiro, mire hacia el costado para que no se dieran cuenta que nuevamente quería llorar, pero un extraño cuadro logro distraerme.
-¿Qué se supone que es esa cosa, estas teniendo sexo o esta lavando ropa?
Willfest no me hizo caso, pero Lay miro el cuadro.
-Le dicen arte moderno, pero no entiendo nada.
Las palabras de Lay calaron en mi, como pude ser tan estúpido.
Me di vuelta abruptamente para ver desde donde venia, pero el pasillo era muy largo y no lograba enterarme porque habitación había venido en el mar de puertas que existían en este lugar.
Los dos sujetos que estaban conversando antes hablaron en ingles, mi ingles, el de mi época, ingles moderno.
Uno de los guardias que custodiaba la puerta le hizo un gesto a Willfest.
-Gran es hora.
Mierda que esta pasando aquí, entonces no soy el único que viajo... el diario que mi padre me entrego, los otros desaparecidos, ¿será posible?.
-¡¡Gran!! muchacho hay que entrar.
-Si un segundo, Lay escúchame bien busca a un hombre y una mujer que estarán hablando en una lengua extraña, cuando lo hagas hazte la desentendida y luego dime como eran.
Willfest tiro de mi para entrar.
-Lay es importante, búscalos.
Ella me asintió preocupada.
Willfest hizo que entrara a un gran salón, estaba todo iluminado por un montón de velas, había mucha gente bien vestida para la época, así que supongo que la mayoría eran nobles que venia a divertirse con las sentencias que le imponían a la gente, eso significa que no tengo oportunidad, esto es una entretención para ellos.
Willfest me dejo en el centro de la sala, había mucha buya entre los mormullos de los nobles, alguna que otra risa o desprecio hacia mi persona.
Willfest doblo su rodilla.
-Mi Lord.
El sir me hablo muy bajo para que nadie más que yo lo pudiera escuchar.
-Recuerda no mirarlo a los ojos, ahora preséntate con una reverencia.
Decide hacerle caso a Willfest, le hice una reverencia con la cabeza gacha para no mirarlo a la cara, cosa que era lo que más quería para poder saber si al menos me entero de quien es.
-Soy Gran... mi lord, es un honor estar en su presencia.
-Si dejémonos de adulaciones, Gran... ¿solo Gran?
-Mire a Willfest él me ignoro completamente.
-Si solo Gran mi Lord, si es que no es un atrevimiento ¿podría preguntar su nombre?
La muchedumbre comenzó a ser ruido como si hubiera hecho una pregunta sacrílega, que se cree ese pulgoso decían unos, este idiota ya esta muerto decían otros.
-Con Lord Irish bastara para tí... bien terminemos luego con esto, tus cargo son atacar a un guarida de la corona en su trabajo y preguntar...
Lord irish dejo de leer el documento.
-¿Willfest lo que me notificas acá es cierto?
-Si mi Lord.
-Sentencio a Gran a la Horca para mañana apenas se atisben los primeros rayos de sol.
¿Qué? ni siquiera me va a preguntar algo, el desgraciado pensaba matarme antes de mi juicio, mierda.
Mire a Irish a la cara... un momento como es posible que un Arabe sea el Justicar, ahora si nada tiene sentido.
-¡¡Lord Irish fui enviado para entregarle un mensaje a Thomas Fitzgerald!!
Los nobles volvieron a hablar entre ellos, pero ahora asustados.
-Un mensaje, ilústranos, dime que tiene que decirle un pulguiento como tú al segundo Barón de Desmond, si hasta viste como payaso de la corte.
Los nobles se largaron a reír, ya mátenlo comenzaron a decir.
Lord Irish había perdido los estribos muy fácilmente, de hecho era incluso extraño.
-El mensaje es que alguien lo quiere asesinar, lo harán parecer un accidente, incluso dejaran sus resto en el priorato Dominico de North Abbey.
-¿Gran eso es cierto? - me pregunto Willfest desconcertado.
-Willfest no te metas aún.
Lord Irish estaba colérico, con eso me dejaron las cosas claras, mataron a Thomas 3 años antes, pero por lo visto dejaron su cuerpo en el mismo lugar que lo enterrarían si las cosas hubieran pasado como corresponden.
-¿Dime quien te dio el mensaje pulguiento? preguntaba Irish ya más calmadamente.
Bien si vamos a mentir, que sea con todo.
-Jhon Wogan, ¿le suena ese nombre Lord Irish?
Irish se levanto de su lujoso asiento botando una copa llena de vino.
-¡¡Mientes!!
-Mi Lord si dice que miento entonces, usted conoce la verdad, le devuelvo sus palabras, ilústrenos.
Lord Irish se comenzó a actuar muy altanero, nunca pensé que seria tan fácil sacarlo de sus cabales, de hecho casi no tuve que provocarlo.
-Yo soy el Lord aquí, yo soy el que hace las preguntas, yo soy el que manda, Dios me dio la potestad de elegir quien vive y quien muere, y te sentencio a morir inmediatamente.
Gritaba tan desesperadamente que parecía que la mandíbula se le iba a desencajar, Irish estaba tan colérico que hasta los nobles quedaron mudos.
-Le debo una disculpa entonces, pero dígame si me equivoco según yo el que "Dios" escogió como rey para guiar a Inglaterra se llama Rey Eduardo, no Irish, alguien que por cierto es tan desconocido para mi, ¿señores nobles tan equivocado estoy?
Los nobles siguieron en silencio, de hecho estaban entre asustados e impresionados por el comportamiento de Irish.
-Willfest te ordeno que mates al pulgoso ahora.
Willfest desenvaino su espada, estaba dispuesto hacerlo aunque se le notaba en el rostro que no quería hacerlo.
No me queda otra.
-Lord Irish lo reto a un duelo, si tanto confía en Dios que usted dice la verdad, dejemos que el lo resuelva.
Lord Irish se rio tan fuerte que hacia eco en la sala.
-Mocoso te crees noble ahora, tú un criminal no tiene el derecho de pedir un duelo, menos a mí, para eso al menos deberias ser caballero, y no lo eres.
-Si es verdad, pero tanto las leyes como la iglesia permiten que un don nadie pueda retar a duelo a alguien si un caballero cercano al rey lo ampara.
-¿Y dime quien en esta sala estaría dispuesto a ampararte?- decía Irish a carcajadas.
Le di la espalda a Irish antes de que terminara de hablar me quede mirando a Willfest que tenia la espada en su mano.
-Gran grandísimo imbécil- me decía Willfest iracundo.
-Crees que Willfest te va ayudar, es el perro más leal de la corona, pulgoso eres estúpido, te mereces todo esto por faltarme el respeto, ahora llévate tus mentiras a la tumba.
Willfest dio unos pasos hacia Lord Irish
-He escuchado detenidamente la conversación mi Lord, y aunque Gran no diga las palabras más acertadas el único que aquí le a faltado el respeto a alguien es usted, diciendo que fue escogido por Dios, usted le acaba de faltar el respeto al Rey Eduardo frente a todos estos nobles, y yo Willfest de Poart caballero escogido y al servicio del Rey Eduardo amparo a Gran para el duelo.
-Perro sarnoso como te atreves.
A Lord Irish incluso se le salió un par de improperios en su lengua, aunque era algo difícil de entender por la diferencia de dialecto entre 700 años.
-No se preocupe mi Lord, yo hare de su campeón.
Un hombre de edad parecida a la de Willfest se arrodillo frente a Irish.
-No es necesario Capitan Sir Fregan, no pienso aceptar esta ofensa hacia mi persona.
-El duelo es aceptado por la iglesia.
Un sacerdote miraba muy severamente a Irish.
Entonces mis conjeturas eran ciertas la iglesia puso al poder a Irish como el justicar en Irlanda.
Irish se apretaba los dientes tan fuertes, que hasta yo lo escuchaba.
-Bien acepto el duelo, Sir Fregan será mi campeón, el duelo será a mediodía, si tú ganas quedas libre de la sentencia ya que significaría que dices la verdad, pero si no morirías ahí mismo.
Bien todo salió como no quería, ahora como se supone que le gane a un caballero.
Vuelvan a meter a este pulguiento a la celda, hasta el duelo.
-Como yo soy su amparo, es mi deber de cuidar al muchacho, así que el pasara la noche en mi casa, mi Lord, también le notifico que las palabras dicha en este juicio serán notificadas al Rey Eduardo.
Willfest me agarro por los hombres, me agarro tan fuerte que estaba seguro que me los iba a romper.