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Milagro

Volví corriendo a la ciudad, la "bañada" en el río al menos me habia quitado la sangre que lleve encima por estos días, pero aun seguía oliendo mal, aunque si me debía comparar con la demás personas de esta ciudad tal vez huela a flores.

En el camino me tope con Magnus, que me pidió el cofre, lo primero que hice fue darle un puñetazo, por darnos información errónea o tal vez el habia planeado todo, en este punto no me importaba lo mismo.

-¿Qué carajos fue eso Gran?, mierda me hiciste sangrar.

-Agradece que solo te doy un golpe idiota, Lay... esta por morir por tu información errada... no tengo tiempo para discutir contigo, pero tengo tu cofre, ya te lo entregare cuando tenga tiempo, y ten por seguro que me acompañara Willfest la próxima vez.

Solo escuche otra maldición salir de la boca de Magnus, pero seguí corriendo a la casa de Willfest, en el camino miraba la extraña piedra que tenia un extraño símbolo en forma de tres espirales que estaban unidos en el medio... tal vez haya cometido un error, pero si esto salvaba a Lay estoy dispuesto a cometerlo, solo espero que el futuro que me espere no sea tan negro como ya es esta época.

Llegando a la casa de Willfest vi que Madam Felia y Helen habia salido de la casa.

-¿Que hacen aquí?. - dije mirando a Helen.

Por algún extraño motivo no me sentía enojado con Helen, de hecho solo sentí algo de hostilidad con Magnus, pero me encontraba anímicamente bien, como si alguien me hubiera succionando todo mis pensamientos negativos que llevaba cargando... por alguna razón llego el recuerdo de mi beso con Morrigan, cosa que me provoco un pequeño escalofrió.

-Helen es una excelente curandera, por eso intentamos ayudar con lo de Lay, ella no te lo va a decir, pero se siente en deuda por dejar con vida a su prima.

-Entiendo, no me debes nada Helen, yo tenia un deuda contigo, esa deuda fue consumada, cuando deje vivir a Fress, pero cuando la veas te aseguro que no querrás agradecerme, me disculpo, pero necesito ir a ver a Lay, gracias por su intento, pero creo saber muy bien su respuesta.

Me las quite de encima educadamente, y entre a la casa.

-Helen tu conoces bien al buen mozo, ¿no actuaba algo raro?

-Ya no estoy muy segura de si lo conocí realmente.

Madam Felia abrazo a Helen.

-No digas eso niña, además no se vía molesto.

Al entrar me tope con una mal herida y desanimada Amelia, el asunto de Lay le habia afectado, ella también de vez en cuando iba a visitar a Lay, uno de esos días le pregunte por que le habia afectado tanto lo que le sucedió a Lay, si apenas la conocía, ahí fue que me contó, que Lay habia sido una amiga de la infancia suya, y al ver que no fue recocida por Lay, decidió no decirle nada, ya que eso la puso algo triste, ya que Lay habia sido la única amiga que una vez tuvo, yo después de eso solo le pide disculpas por hablarle preguntado sin ningun tacto.

Fui directamente a la pieza de Lay, dentro de ella estaban todos reunidos en silencio.

-Me pueden dar un segundo a solas con Lay para despedirme de ella.

Roy me miraba con signos de haber llorado mucho, probablemente el me culpaba por lo que le sucedía a Lay, aun así no me habia dicho nada.

-Vamos dejemos a Gran que despida como debe, hijos mío.

-No, es injusto, tú ni siquiera eres de nuestra familia, solo eres un aparecido, hiciste que Lay se sintiera mal, todo es tu culpa - me gritaba Mirian mientras lloraba.

Tenia que admitir que sus palabras dolían, pero pudo haber mostrado más esos sentimientos cuando ella estaba sana, pero que mierda pensaba, era una niña, que estaba perdiendo a su hermana. Me acerque a ella, le di un abrazo, el cual se resistía a él, luego le susurre algo al oído, y paro de de resistirse ella me miraba incrédula, me dio un empujón, cosa que logro botarme, y salió corriendo.

-Más vale que digas la verdad o si no muérete. - Dijo Mirian enojada, aun con lagrimas en sus ojos.

-Que le dijiste para convencerla... no importa, te ves mejor, eso es bueno, te daré unos minutos, nosotros también queremos estar en sus últimos momentos Gran, vamos Roy, démosle algo de espacio. - Dijo un destruido Willfest

Ambos dos salieron de la pieza, yo a su salida cerré la puerta.

Me acerque a Lay, aun seguía con vida, pero respiraba muy debí, sus labios estaban resecos, me humedecí mis labios.

-Te traeré de vuelta querida mía, te prometo que no importa la que suceda, no voy a volver a enojarme contigo.

La lluvia se hizo presente, se escuchaba duramente en el techo de la casa, un cuervo nuevamente aparecía en el ventana de la pieza, y la golpeaba con su pico.

Me metí la piedra que me dio Morrigan en la boca, acaricie la mejilla de Lay, me acerque lentamente y la bese, metí mi lengua en su boca para pasarle la piedra como me indico Morrigan.

Le levante un poco la cabeza para que tragara la piedra, una vez lo hice, mire dentro de su boca para asegurarme que lo habia hecho, y lo hizo, ahora me quedaba esperar, solo ruego que funcione.

Yo me quede sentado al lado de ella sosteniendo su mano, el cuervo me tenia inquieto, pero tenia la sensación de que no debía molestarlo, al poco tiempo entro Willfest, de momento no habia ningun cambio en ella.

-A todo esto quieren que te presentes donde Irish, realmente quieren que nos presentemos todos, por lo que hicimos en la torre.

Le asentí a Willfest en este momento no pensaba nada más que en mi querida amiga, no hermana a estas alturas, el tiempo pasaba y en vez de mejorar solo empeoraba, habia comenzado a saludar, y a votar sangre por la boca mientras seguía inconsciente.

-No se supone que debía mejor... Morrigan me mintió, cada pregunta que me hacia en mi cabeza era peor que la anterior, o tal vez le di mal la piedra.

Seguí acompañándola hasta que me quede completamente dormido.

Se veía todo muy oscuro, frente a mi rostro habia un cuervo que estaba a unos palmos de mi, me observaba fijamente, por alguna razón no podía mover mi cuerpo, el cuervo comenzó a dar pequeños brinquitos hasta quedar pegado a mi rostro, por alguna razón me ponía bastante nervios, me picoteo el ojo izquierdo y luego me grazno.

Un estruendo me despertó, apenas abrí los ojos una fuerte luz me cegó, un relámpago habia caído por algún lado, al menos eso me habia sacado de esa horrible pesadilla, mire a Lay...

No habia nadie en su cama, mire por toda la pieza, tampoco habia nadie, me levante con una pierna dormida, lo que me dificulto un poco el moverme al principio, pero mi preocupación podía mucho más, no estaba entendiendo que pasaba, ¿Dónde estaba Lay?

Sali por el pasillo en dirección hacia las escaleras, pero me tope con Mirian que tenia una cara algo asustada, mientras con una mano arrastraba su muñeca. Ella me miro a la cara, luego me indico con su mano a mis espaldas, donde se encontraba la ventana del pasillo.

Me gire abruptamente, mis lagrimas salieron solas, apenas di un par de pasos.

-Lay...

Ella giro su cabeza hacia la mía, su mirada estaba algo desorientada.

-Gran...

Estaba parada frente a la ventana desnuda, solo con las vendas que la habian puesto sobre el estomago.

Yo corri hacia ella y la abrase.

-Lay... yo... perdóname fue un imbécil no te tuve que haber tratado nunca así... me alegro que estés bien... ¿estas bien, no es así? -dije con la voz quebrada.

Lay se notaba que no entendía mucho lo que le decía.

-Gran, perdón no te entiendo, lo ultimo que recuerdo es que recibí un corte de hacha en mi vientre... después tengo un recuerdo algo borroso de ti torturando a una mujer, y por alguna razón tenia una pesadillas con cuervos y conejos...

-No importa nada de eso, solo que estés bien, ¿Lay, necesito que me digas como te sientes?

Lay se toco sobre las vendas donde estaba su herida.

-Desorientada, me duele el vientre, no el estomago, pero algo aguantable... ¿ya no estas enojado conmigo Gran?

Lay estaba tiritando, probablemente estaba sintiendo frío, por estar desnuda, me saque el camisón e hice que se la pusiera para que se abrigara un poco, mientras yo quedaba con el torso desnudo.

-Lay nunca tuve que enojarme contigo, yo me pase de idiota, estaba furioso conmigo mismo y me desquite contigo, perdóname, yo honestamente te falle, por mi culpa terminaste herida, no casi muerta, yo...

Lay esta vez me abrazo a mi, aunque se notaba en su rostro que seguí confundida.

-Tranquilo, yo nunca me enoje contigo, yo tuve que haberte preguntado antes de llevarte ahí, por mi culpa te hice hacer algo que no...

-No el culpable fui yo Lay, pude haberme retirado, al final cedi por la tentación, no debes disculparte por nada... pero creo que es mejor llevarte a que descanses, no creo que deberías estar caminando.

La puerta de la pieza de Willfest se abrió de golpe.

-Gran podrías dejar de hacer tanto ruido no he dormido en días

Willfest se acerco a nosotros como si viera un fantasma.

-Hija mía...

El corrio a abrazar a Lay yo le di el espacio que necesitaba

-Estas viva... Roy ven acá.