Lay me acompaño pese a que le insistí que no viniera, pero hizo lo que quiso. Aunque si no me espere el cambio de humor que iba a tener conmigo, normalmente cuando salimos ella actúa igual de fría que suele ser con los demás, pero ahora iba abrazada de mi brazo, no me molestaba para nada, de hecho me era agradable, era ver casi como que fuera normal, pero si era muy raro de ver, incluso un par de guardias nos reconocieron en el camino y pese a eso Lay no me soltó el brazo.
-Lay no es que me queje, todo lo contrario, pero a qué se debe este cambio.
-Si preguntas eso haces pensar que en realidad no te gusta... Pero no lo sé, desde que desperté siento un fuerte deseo de estar contigo...
Lay me soltó de golpe y se sonrojo.
-No te hagas una idea equivocada Gran, no quiero decir de estar contigo como tú pareja, solo... Sabes es molesto... No tengo mi ideas claras Gran... Lo que quiero decir es que solo quiero estar a tu lado, pero no como tú mujer.
-Hey, te entiendo, creo que ya no necesitamos estar aclarando lo que sentimos, somos buenos amigos, hermanos si quieres verlo así Lay.
Creo que es mi culpa que se sienta confundida, talvez tenga con ver con Morrigan o que le pedí que vinculara su alma conmigo.
Ahora fui yo el que tomo la iniciativa y agarro la mano de Lay.
- ¿Vamos entonces?
Ella me sonrió, honestamente verla sonreír era algo agradable, no era algo muy común en ella, pero ahora lo hace más a menudo, me preguntó si eso también tendrá que ver con Morrigan.
-Vamos hermano.
La forja de Magnus estaba muy pasada a hollín, no cómo sería lo normal, más cómo si hubiera habido un incendio, pero no había signo de ello.
Entramos a su tienda, el lugar apestaba incluso más que afuera.
-¿Magnus estás ahí?
Magnus apareció lleno de hollín, nos dijo que lo esperamos un segundo mientras que con un paño de limpiaba la cara.
-Disculpen eso, uno de mis experimentos con la forja fallo y dejé un desastre por todos lados... ¿Lay te encuentras bien?. - Dijo mientras tocia.
-Si y por lo que le comentaron, es posible que no sea gracias a ti herrero.
-Tal vez le deba una disculpa, les prometo que esa era la información que tenía, no sabia que iba a ver más gente, eso se los juro, además Willfest siempre a sido un buen amigo, nunca haría algo para dañarlo a él o su familia.
Lay no le respondió, pero Magnus se sorprendió al ver que estábamos tomados de la mano, pese a eso y que nos dimos cuenta de su sorpresa no dijo nada.
-Vino por lo que prometí Magnus, tu cofre.
Saque el cofre de un paño que traía agarrado a mi cintura, se lo entregue, su cara de sorpresa de tener al fin el cofre en las manos no tenia perdida, parecía casi como un maníaco que había conseguido eso que tanto buscaba para llevar sus planes malvados.
-Puedo preguntar qué hay dentro del cofre ¿Magnus?
- No, no puedes Gran, pero gracias enserio esto es muy importante para mi, si puedo hacer de ayuda en algo más dímelo.
-Si puedes de hecho, pero primero, cómo sabes lo que iba a pasar en esa torre, y antes que me digas cualquier estupidez como que no puedes revelar a tus informantes, ya hablé con Helen. - Dije molesto.
Magnus puso una cara de que no le había agarrado lo que dije.
-Mierda esa niña hablo demás, Gran mantente lejos de esto, creo que hiciste suficiente.
-No le digas que debe o no debe hacer Herrero, eso le decide el. - Dijo Lay en un tono frío y amenazante.
Definitivamente algo no me estaba cuadrando en el carácter de Lay, normalmente ella se quedaría al margen de esto, Magnus se dio cuenta de que debería elegir sus palabras con cuidado.
-Tranquilo Lay, solo intento mantener al muchacho al margen y a salvó.
-No creo que mandarme contra casi un ejército de Irlandeses sea mantenerme a salvó Magnus, ya suelta lo que sepas.
Magnus se sentó en una silla.
-Diré esto una vez, solo si prometen no decir nada a nadie, de acuerdo?
Ambos dos le prometimos que no diríamos nada, pero eso no le basto.
-Quiero un juramento, por su vida.
-¿Como se hace un juramento Lay?
-En este caso ya que yo soy soldado y tú escudero, deberíamos arrodillarnos y jurar que nada de esta habitación saldrá de estas cuatro paredes, en caso de romper el juramento el podrá matarnos si así lo desea, aunque es algo más simbólico y también se trata de tu propio honor.
-Comprendo.
Hice tal cual me dijo Lay.
-Magnus, juro ante Morrigan que mantendré mi boca cerrada pese a lo que tengas que decirnos, juro con mi vida que nunca diré nada de esto.
Saque mi espada y la puse frente mío con la hoja hacia abajo. Mire a Lay de reojo para que hiciera lo mismo, cosa que hizo.
- Juro por mi honor... Que extraño... juro por Morrigan que obedecer a Gran si el no quiere que difunda la información que tú le entregaras.
Creo que ya no tengo dudas, es obvio, que Morrigan tiene que ver con el comportamiento de Lay.
Desde cuándo son seguidores de Morrigan, sobre todo tu, que eres inglesa Lay... No importa, ya verte acá con vida, después de que Gran me diera un golpe por qué supuestamente tu estaba por perder la vida, ya me da mucha preguntas que no quiero saber su respuesta.
Magnus carraspeó su voz.
-Acá va, pertenezco a una casa noble que cayó en desgracia, básicamente desapareció, por traiciones de la misma corona, debido a eso me uní a la rebelión contra Inglaterra, así que te podrás imaginar que en el momento que te conté todo, y que Helen sabe que los delate ahora me vean como su enemigo, pero digamos que sirvo a un tercer interés y ese cofre tiene que ver con mi legado familiar, por ende valía el riesgo de traicionar a los Irlandés, al final yo no estoy en su bando solo coopero con ellos, eso es todo lo que puedo decir.
-Sabes ahora tengo más ganas de golpearte, pero lo jure, tienes mi promesa que no diré nada, ahora quiero que hagas algo con esto.
Dentro de otro paño que traía amarrado a mi cintura saque el protector de mi mentón.
-Funciono de maravilla fue un buen trabajo, ahora quería pedirte solo un agregado estético, podrías agregar de manera permanente las marca de la mano de Lay de su sangre seca, obviamente con pintura o lo que sea que utilices para ello.
-De poder puedo, pero eso tomara algo de tiempo y dinero, unos 3 días.
-Bien hazlo, respecto al dinero creo que me ofreciste mantenimiento de por vida si no mal recuerdo con respecto al protector.
-Eres un hijo de perra Gran.
-Gracias por el cumplido una cosa más ¿sabes cuál es el símbolo de Morrigan, Magnus?
- Si, por supuesto que lo se, tres espirales unidos por el centro.
Ahora entiendo el símbolo en la piedra para curar a Lay, era su propia representación...
-Cuanto me cobrarías por reparar mi armadura y agregarle ese símbolo en grande en el pecho.
- Con tres moneda de oro, lo haría.
-Eres un carero de mierda, toma.
Le arroje las monedas.
-Mañana te la traigo para que lo hagas.
Un placer hacer negocios contigo Gran, señorita Lay, desea algo de mi trabajo.
-Yo paso. - dijo Lay sin interés.
-Ahora que lo pienso, podrías hacer dos espada una para Lay y otra para mí, con el mismo símbolo en el pomo, y con la forma de un cuervo en la empuñadura, de buen material.
Si, pero eso ya tomaría más tiempo, y más dinero.
-Gran no es necesario una espada para mí, además son caras...
-Lay tengo mi daga que siempre me recordara a Hero, quiero una espada que siempre me recuerde a ti, y viceversa.
-Eso... Tal ves me gustaría Gran...
-Perdónenme la pregunta, pero acaso ustedes se hicieron pareja, lo digo porque andan tan melosos ustedes dos. - dijo Magnus algo confundido.
-No somos pareja. - Dijimos al unisonó.
Esa situación hizo que ambos nos miramos y reprimimos nuestra risa.
-Okey, no es necesario tanta hostilidad de su parte, bien déjame ver bien el diseño de las espadas y mañana te daré un precio por ambas Gran.
Con eso nos fuimos de la forja.
-Supongo que quedamos libres hasta la tarde, ¿que quieres hacer Lay?
-Quiero ir a la casa de los placeres a hablar con Helen antes de que mi padre lo haga y quiero que me acompañes.
-Lay no deseo ver a Helen solo quiero seguir mandarla a la mierda, preferiría pasar.
-Gran es por eso mismo que necesito ir a hablar con ella, necesito saber algo, y si es tan buena como dicen ser, creo que me puede dar la respuesta que quiero.
-Como quieras, pero no esperes que me comporte con ella.
-Entonces me encargaré de que lo hagas, Gran.
Lay me tomo de la mano y nos fuimos a la mendiga casa de los placeres.