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Capítulo 17

—Sal de mi habitación, Min— dije con tono cansado—. Ya no tengo energía para tus sermones.

—Saldré cuando respondas mi pregunta— respondió firme.

—¿Por qué te importa dónde estaba? No te afecta en lo más mínimo— ataqué—. Sí, fue irresponsable de mi parte irme cuando debíamos interrogar a un testigo importante, pero ni siquiera fui requerida para ello, ¿no? De seguro hicieron un gran trabajo sin mí. Además, no es como que haya regresado con las manos vacías.

—No tienes permitido abandonar la misión— dijo con voz arisca—. Si tu trasero vuelve a salir de esta base sin que alguien del equipo lo sepa, en especial yo, me encargaré de que te suspendan, ¿entendiste?

Ahora sí me ha colmado la paciencia. Yo solo quería descansar y, tal vez, lidiar con todo esto por la mañana. Me dolía el cuerpo, mis nervios por Mark se disparaban y Min Yoongi tratándome como si fuera mi maldito dueño no me ayudan en nada.

—¿Quién te has creído, ah?— pregunté irritada—. Yo hago lo que se me pegue la maldita gana. No soy tu perra como para pedirte permisos ni para que te comportes como si fueras mi dueño. Metete eso en la cabeza, Yoongi. Soy perfectamente capaz de cuidarme sola, no necesito que un idiota con aires de superioridad me esté jodiendo.

Yoongi estaba molesto. No podía verlo bien en la oscuridad, pero se sentía una tensión enrome de su parte. Pronto sentí su respiración cerca de mi rostro. Posiblemente ya pueda oler mi aliento a alcohol. Mientras más rápido me librara de él, más rápido podría dormir. Solo quiero que se vaya.

—Este idiota con aires de superioridad te ha marcado, ¿no?— rió burlón—. Ninguna bestia es indomable si se le trata de la manera correcta.

—¿Intentas intimidarme? No lo vas a lograr— dije seria.

—Oh no, cariño. No intento intimidarte. Mis fines son otros, pero parece que no tendré que esforzarme mucho para ello, ¿verdad?

Sus labios hicieron contacto con mi mejilla. Pude sentir que sonrió al apartarse. Me castra. Y aún así sigo pensando en él todo momento.

La puerta se abrió y cerró detrás de mí. Se ha ido. Relajé mi cuerpo cuando su presencia ya había desaparecido. Me dirigí al baño. Encendí la luz y me miré al espejo. Tenía el rostro cansado. Tenía unas cuantas marcas rojas en el cuerpo, producto de Mark. Sin embargo, estas saldrían rápido. Retiré un poco de mi cabello hacia atrás. La marca de Yoongi sigue ahí. Esta vez se había tornado morada. Un hematoma. Lo maldije con todo mi repertorio. Me lavé el rostro, até mi cabello en una cola de caballo, me retiré el vestido y me fui a la cama.

🍬🍷🍬

—¿Qué tal estuvo tu tiempo libre?— preguntó Namjoon llegando a la cocina.

Yo me encuentro desayunando cereal en la barra de la cocina. Mi cuerpo seguía doliendo, mi rostro había vuelto a la normalidad, pero mis ojeras comenzaban a hacerse visibles.

—No ha sido tiempo libre— defendí—. No estaba en condiciones de seguir aquí. Solo despejé mi mente.

—¿Acostándote con el tipo que trajiste ayer?— su tono salió sarcástico.

—¿Cómo es que...Daehuyn, lo voy a matar— dije decidida—. No me voy a disculpar por nada, ni por irme ni por acostarme con él.

—No pretendo que te disculpes— comentó con honestidad—. Nunca te había visto relajada, Parker. De cierta manera me alegro, pero deberías al menos decirme que te vas. Tú y Taehyung comienzan a actuar de la misma manera, no puedo con ambos al mismo tiempo— dijo soltando un suspiro.

—¿Taehyung?— pregunté confundida.

—Ha estado saliendo temprano y llegando tarde— respondió—. Lo veo raro. Su comportamiento está cambiando de a poco. Se toma más en serio los entrenamientos.

—Bueno, todo eso debe de ser producto de la última misión, la del baile. Se sintió como un completo inútil porque tuve que ir a ayudarlo. Tal vez es mi culpa— dije antes de meter una cucharada con cereal a mi boca.

—Nah, no es culpa tuya. Él se tomó las cosas de mala manera. Aunque es comprensible que ahora quiera ser mejor, no quiere que lo salves.

—No quiere que lo salve nadie— corregí.

—Chicos— llamó Jin asomando su cabeza a la cocina—. El chico de la madrugada despertó.

Namjoon y yo nos miramos por un momento. Tomé mi plato de cereal y seguí a Jin hacia la celda donde dejaron a Mark. No iba a dejar mi desayuno aunque fuera por él. Namjoon venía detrás de mí y parece que alguien más se unió porque el sonido de los pasos se había hecho más amplio contra las paredes. Miré brevemente sobre mi hombro. Logré ver un cabello rosa deslavado. Jimin.

Jin abrió la puerta de la habitación. Detrás de esta se veía la celda transparente donde se encuentra Mark.

—No quiero ningún problema, solo trae a la chica— insistió a Hoseok.

—La chica está desayunando— dije entrando en la habitación.

—Me hubieras invitado— sonrió al verme—. Serviría de disculpa por dejarme inconsciente anoche.

—Tienes información que quiero— me senté cruzada de piernas frente a él.

—Pero sabes que no hablaré. Me conoces— adoptó la misma posición que yo.

Bueno. En algún momento se debía saber que conozco a Mark desde hace años. Además, facilita en que confíen que le puedo sacar información. Intentará pasarse de listo, pero estoy segura de que puedo con él. Cuando estábamos juntos lo único en lo que ganó fue en la decisión de dejarme, de ahí en fuera siempre logré convencerlo para que las cosas fueran a mi favor. No soy una manipuladora, él cede cuando se trata de mí.

—Alto— dijo Jimin—, ¿Ustedes se conocen?

La puerta detrás de mi amigo se abrió. Solo faltaban tres personas dentro de la habitación. Taehyung, Yoongi y Jungkook. Me supongo que vienen juntos, y si no es así la verdad no importa. Yo solo quiero saber la clase de información que le puedo sacar al chico frente a mí.

—Ah, claro— sonrió Mark—. Soy su ex novio, ¿y tú eres?

—Su mejor amigo— contestó Jimin en un breve estado de shock.

Su mirada se sintió en mi cabeza. Me miraba desde arriba. Tendría que hablar con él después. Y al parecer no solo con él, hay otros tres pares de ojos en mí además de los de Jimin. Los primeros son de Taehyung y Namjoon. Los terceros solamente pueden ser de Yoongi. Su mirada es la que siento más presente. Es penetradora, ya me duele la cabeza. Incluso he sentido un escalofrío recorrer mi espina dorsal.

—Un placer conocerte— le dijo—. Me molesta que nos tengamos que conocer bajo estas circunstancias.

—No lo habrías conocido— confronté a Mark—. De seguro no tenías pensado volver a aparecerte en mi vida.

—Uff, no tienes ni idea de lo que tenía planeado— dijo burlón, pero había honestidad en sus palabras.

—¿Tenías?— pregunté confundida.

—El de los ojos chicos que me mata con la mirada no está muy contento con eso. Los dejaré ser felices— dijo guiñando un ojo.

—¿Eres del Clan Maechunbu?— preguntó Namjoon para cambiar el tema, lo cual agradezco.

La pregunta era directa. Mark solo debía contestar sí o no. Dudo que me haya equivocado respecto a él. Tiene algo que ver. Voy a averiguarlo sin importar la historia previa que tenga con él.

—Ahhh, ya entiendo— rió mientras aplaudía—. Ustedes causaron el problema, ¿dónde tienen a Kim Jongkook?— recargó las palmas de sus manos en el vidrió blindado.

Lo sabía. Entonces, es por esto que mi padre sabía de él. Pero, ¿no se supone que el caso es nuevo? El archivo de Mark lo ha tenido por años. Mucho antes de unirme a la LOA. Esto no tiene sentido. Mi padre ya sabía de la existencia del Clan Maechunbu y tenía los perfiles de ciertos miembros. Él pudo haber parado esto hace tiempo, ¿qué nos está ocultando?

—En un lugar seguro— contestó Hoseok.

—¿Ya les ha dicho algo?— Mark se recostó en la banca dentro de la celda. Giró su cabeza para ver a Hoseok luego la volvió hacia el techo—. Claro que no.

Me giré a verlo. Mi ceño está fruncido.

—¿No le han sacado información?— mi tono era un tanto molesto.

—Lo hemos intentado— habló Jin—. No dice nada. Solo nos pinta el dedo cual crío, se mantiene callado.

—Claro que no dirá nada— intervino el chico de la celda—. ¿Por qué habría de hacerlo? Tiene mucho que perder y nada que ganar. Lo mismo me pasa a mí— se puso de perfil a nosotros—. No tengo familia, tengo mi casa, dinero, una vida más que estable. Y aquí me tienen ahora en una celda esperando a que les diga lo que sé— rió—. No tienen absolutamente nada qué ofrecerme. No me hace falta nada, lo mismo para con él.

—¿Tienes amor en tu vida?— preguntó rápidamente Jungkook.

—No puedes comprarme con amor mocoso— respondió—. ¿No me escuchaste? No tengo a nadie.

—¿Qué tal si te garantizamos que te puedes ir conmigo?— pregunté intentando negociar.

Mark se levantó rápidamente. Dejé mi tazón de cereal a un lado. Levanté mi mirada y lo vi.

—Prometimos no volver a intentarlo— me recordó.

—Las promesas están hechas para romperse— dije.

—¿Sabes qué más está hecho para romperse?— habló Yoongi—. La cara de ese idiota si se atreve a poner un pie fuera de aquí contigo. Si no habla por las buenas, me encargaré de que no pueda volver a hablar. Ahórrate quedarte sin lengua y a mí mancharme las manos. Esa mujer no se va con nadie a menos que sea conmigo.