949 Lo siento, no pude controlarme

Esa noche, Lin Qian guardó el collar. Ahora que conocía la historia detrás de "La Estrella de la Eternidad", no podía aceptarlo. Dado que el collar ya demostraba su identidad, lo correcto era que lo devolviera.

Dentro del baño, el sonido del agua corriente indicaba que Li Jin se estaba duchando. Vestida con un camisón de seda roja, Lin Qian se dio la vuelta y miró la cama nupcial que pertenecía a los dos. En ese momento, su cara se puso roja de repente. Ahora estaba casada, así que comprendió lo que vendría después.

Pronto, Li Jin salió del baño sin ropa que cubriera la parte superior de su cuerpo. Tan pronto como vio a Lin Qian ordenando la habitación, se acercó a ella por detrás y la abrazó:

—Ya deja de ordenar. Descansa un poco, ¿sí?