Dos almas, un cuerpo (1)

—Antes de que Ling Yun pudiera decirle que simplemente podía cocinarle una comida sencilla —Pan Meijia habló en voz baja—, estoy aprendiendo a cocinar y cocinaré tu comida a partir de ahora. Sin embargo, no puedo garantizar el sabor.

Después de escuchar sus palabras, el ánimo de Ling Yun se disparó. ¿No significa decirle esto que sus sentimientos por él eran más que amigos? Si una chica aprende a cocinar para un hombre, si eso no es un sentimiento romántico, ¿qué es?

Ling Yun se sintió feliz y rió. No pudo evitar estirar la mano para apretar su palma y dijo:

—Entonces dejaré mi comida futura en tus manos.

—Cl...claro! ¡Déjamelo a mí! —Pan Meijia se sonrojó y tartamudeó. Sintiéndose avergonzada, giró y se alejó corriendo.

Al verla alejarse tímidamente, Ling Yun sacudió la cabeza y rió. Se acercó al árbol, colocó su paquete junto con sus cestos de bambú, y continuó trabajando. Debido a que estaba de buen humor, se sintió lleno de energía y trabajó más rápido que de costumbre.