Futuro incierto.

Siendo las 10 am del día siguiente, me desperté para darme cuenta de que estaba dormido, desnudo y con Rebecca acurrucada en mi pecho mientras me abrazaba completamente desnuda.

Tengo que decir que esta sensación es algo maravillosa, pero no es tiempo de jugar a la casita como si fuera un padre.

Así que Alexander se levantó lentamente de la cama para no despertar a Rebecca, tomó su ropa y se vistió, decidiendo irse antes de que ella despertara, ya que en esta vida e incluso en la anterior nunca fue bueno con las despedidas, son incómodas para él, así que para evitar eso, mejor le dejaré una carta.

Escribí unas palabras para explicarle cómo me sentía, para decirle que la quería, pero que no podíamos estar juntos. Esperé un momento más, mirando a Rebecca dormir pacíficamente, y luego me fui, cerrando la puerta detrás de mí con cuidado. No podía soportar la idea de ver su rostro cuando leyera la carta, así que decidí irme antes de que despertara.

En la carta, le expresé a Rebecca lo mucho que había disfrutado estar con ella, cómo cada momento a su lado había sido un regalo, pero que nuestros mundos eran diferentes y no podíamos estar juntos en este momento.

Le dije que entendía que ella merecía algo mejor que lo que yo podía ofrecerle, pero que no podía negar que la extrañaría. Aunque sabía que el futuro era incierto, le prometí que volvería a verla, que esperara por mí.

Al dejar la carta en la mesita de noche junto a la cama, me alejé de su casa con una sensación agridulce en el corazón. Sabía que había tomado la decisión correcta al irme, pero no podía evitar sentirme triste por dejarla atrás. Me alejé, a seguir adelante con mi vida, pero con la esperanza de que algún día, nuestros caminos se cruzarían de nuevo.

La verdad no entendía el por qué mis emociones se descontrolan tan fácil mente, tal ves es el echo de que mi cerebro es mas susceptible al a cualquier estímulo.

Pero en todo caso es mejor así, pero aún tengo ese pequeño sentimiento de que nos volveremos a ver no se por que.

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POV De Rebecca

Ayer fue un día muy raro, ya que después de regresar de visitar a mi madre en el cementerio, me encontré con un chico muy apuesto que irradiaba misterio. Al verlo pedir un aventón, no sé qué fue lo que se activó en mí, pero detuve el coche y lo dejé entrar.

Lo mejor de todo es que estar a su lado me daba una sensación de tranquilidad, algo que no había sentido en los años que llevo sola. Mirándolo de cerca, es muy guapo, casi como un actor de película. Aunque su mirada puede dar miedo y su presencia impone en todo, no me dejé llevar por eso. Así que le fui contestando cada pregunta que hacía y también yo empecé a preguntarle cosas, pero solo hablamos de cosas sin sentido, nada que llegara a lo personal.

Así fue un viaje de 2 horas hasta que finalmente llegamos a la ciudad, y nuestros caminos se separaron aquí. Sentí tristeza en mi corazón, sentía que debería retenerlo, así que con mucho valor lo invité a mi casa a tomar algo para seguir platicando. Al principio todo fue normal, hablábamos de cosas triviales y después me ayudó con tareas de la universidad. Al final terminamos hablando de lo que sentíamos, él me consoló de una forma bonita que hizo que mi corazón latiera de forma errática. Pero lo mejor fue que me besó, fue un beso increíble que hizo que mi cabeza estallara.

Después del beso, supe que esto no iba a terminar bien y así fue. Tuvimos sexo toda la noche, o al menos así lo sentí, ya que después de tener múltiples orgasmos perdí la razón. Fue mi mejor noche, y al terminar de pecar, nos fuimos a dormir teniendo así la mejor noche de mi vida... hasta la mañana.

Desperté al día siguiente y busqué a Alexander en la cama, pero no estaba allí. Pensé que quizás había ido al baño, pero cuando vi que la ropa que había dejado en el suelo ya no estaba, comencé a sentirme nerviosa. ¿Dónde se había ido?

Busqué por toda la casa, pero no había rastro de él. De repente, vi una nota sobre la mesita de noche. La tomé con temblores en las manos, sabiendo que algo estaba mal. Al leer la carta, mis ojos se llenaron de lágrimas. ¿Cómo podía haber desaparecido sin decir nada?

De:Alexander

Para:Rebecca

"Rebecca, lo siento mucho. Anoche fue maravilloso, pero nuestros mundos son demasiado diferentes para estar juntos. No quiero hacerte daño, pero creo que lo mejor es que sigamos caminos separados. Espero que me entiendas. Te prometo que volveré a verte, pero necesito tiempo para encontrar mi camino. - Alexander".

No podía creerlo. Todo había sido una mentira. Me había hecho sentir especial y amada, solo para desaparecer de la noche a la mañana. ¿Cómo podía haber sido tan tonta? ¿Cómo podía haberme enamorado de alguien así? Me sentía usada y humillada.

Las lágrimas comenzaron a caer por mi rostro, mientras me preguntaba cómo podría volver a confiar en alguien de nuevo. Era como si mi corazón hubiera sido destrozado en mil pedazos. Pero, a pesar de todo, una pequeña parte de mí todavía tenía la esperanza de que Alexander volvería algún día. ¿Cómo podía dejar de querer a alguien que me había hecho sentir tan bien, incluso si solo había sido por un corto tiempo?