Capítulo 60: El Susurro del Corazón - La Brújula del Amor
Ryeowook se encontraba en su habitación, mirando un álbum de fotos antiguo. Las imágenes mostraban momentos felices de su infancia con su hermano, Ryekook. Sonrisas inocentes, abrazos cálidos, juegos en el parque. Ese era el verdadero amor, el amor sin condiciones, el amor que no la había herido.
De pronto, la imagen de Jungkook apareció en su mente. Su sonrisa, sus ojos, su voz. Ryeowook se dio cuenta de que aún sentía algo por él, a pesar de todo el dolor que le había causado.
Ryeowook se levantó de la cama y se dirigió a la ventana. Observó la ciudad que se extendía ante ella, bañada por la luz del atardecer. Era un momento de reflexión, un momento para pensar en su futuro.
"¿Qué hago, Jisoo?" se preguntó Ryeowook, su voz era un susurro de incertidumbre. "No sé qué hacer."
Ryeowook miró su teléfono móvil. Tenía un mensaje de Jisoo.
"Hola, Ryeowook. ¿Cómo estás? Te quiero ver. ¿Puedes venir a la cafetería mañana a las 4 de la tarde?"
Ryeowook sonrió. Jisoo siempre estaba ahí para ella.
"Claro, Jisoo. Estaré ahí," respondió Ryeowook.
Ryeowook guardó su teléfono móvil y se sentó en el borde de la cama. Necesitaba hablar con Jisoo, necesitaba su consejo.
Al día siguiente, Ryeowook se dirigió a la cafetería donde se había reunido con Jisoo en el pasado. Jisoo la esperaba en una mesa cerca de la ventana, con una taza de café en la mano.
"Ryeowook, ¿cómo estás?" preguntó Jisoo, su voz era un susurro de ternura.
"Bien, Jisoo. Gracias por preguntar," respondió Ryeowook, sentándose frente a ella.
"Te he estado pensando mucho," dijo Jisoo, mirándola a los ojos. "Sé que estas atravesando un momento complicado, pero quiero que sepas que no estás sola. Yo estoy aquí para ti, sin importar qué."
Ryeowook asintió con la cabeza, su corazón se llenó de gratitud por la amistad de Jisoo. "Gracias, Jisoo. Te necesito."
"Ryeowook, sé que te gusta Jungkook," dijo Jisoo, su voz era un susurro de compasión. "Pero no puedo dejar de preocuparme por ti. Jungkook no te merece. Él te hizo mucho daño."
Ryeowook se encogió un poco, su corazón se llenó de dolor. "Lo sé, Jisoo. Pero no puedo dejar de amarlo."
Jisoo la miró con compasión. "Ryeowook, no hay una respuesta fácil. Pero te ayudaré a encontrar la tuya. Primero, debemos entender por qué te gusta Jungkook. ¿Qué es lo que te atrae de él?"
Ryeowook pensó un momento antes de responder. "No lo sé, Jisoo. Es como si hubiera algo en él que me atrae. Su sonrisa, su forma de mirarme, su voz..."
Jisoo asintió con la cabeza. "Entiendo. Pero Ryeowook, no debes olvidar que él te hizo daño. ¿Estás dispuesta a correr el riesgo de volver a ser herida?"
Ryeowook se quedó en silencio un momento, pensando en las palabras de Jisoo. Tenía razón. Jungkook la había herido profundamente, y no estaba segura de si podía perdonarlo.
"No lo sé, Jisoo," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de incertidumbre. "No lo sé."
Jisoo la miró con compasión. "Ryeowook, no hay prisa. Tómate tu tiempo para pensar. Yo estaré aquí para ti, sin importar qué decidas."
Ryeowook asintió con la cabeza, su corazón se llenó de gratitud por la amistad de Jisoo. Sabía que tenía un largo camino por recorrer, pero no estaba sola. Tenía a Jisoo, y eso era lo que importaba.
De pronto, Ryeowook sintió un toque suave en su hombro. Se volvió y vio a Ryekook de pie en la puerta de la cafetería, con una expresión de preocupación en el rostro.
"Mamá, ¿estás bien?" preguntó Ryekook, su voz era un susurro de ternura.
Ryeowook se quedó atónita, sin saber cómo había llegado allí. Ryekook no estaba supuesto a estar ahí.
"Ryekook, ¿cómo llegaste aquí?" preguntó Ryeowook, su voz era un susurro de confusión.
"Vine a verte," dijo Ryekook, acercándose a ella y tomando su mano. "Sé que has pasado por un momento difícil. Pero no estás sola. Yo estoy aquí para ti."
Ryeowook se aferró a la mano de Ryekook, buscando consuelo en su presencia. "Gracias, Ryekook. Te necesito."
Ryekook la miró a los ojos con ternura y compasión. "Mamá, no debes dejar que estas personas te arruinen la vida. Eres una mujer fuerte y valiente. No te dejes vencer por el dolor."
Ryeowook asintió con la cabeza, su corazón se llenó de esperanza. Ryekook tenía razón. No podía permitir que la crueldad de los demás la destruya. Tenía que seguir adelante, tenía que ser fuerte.
Ryeowook se levantó del borde de la bañera y se miró en el espejo. "Tienes razón, Ryekook," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de determinación. "Voy a ser fuerte. Voy a seguir adelante."
En ese momento, Ryeowook sintió una nueva fuerza dentro de ella. Pero no sabía cómo enfrentar sus sentimientos por Jungkook.
"¿Qué hago, Ryekook?" preguntó Ryeowook, su voz era un susurro de desesperación. "No sé qué hacer."
Ryekook la miró con compasión. "Mamá, no hay una respuesta fácil. Pero te ayudaré a encontrar la tuya. Primero, debemos entender por qué te gusta Jungkook. ¿Qué es lo que te atrae de él?"
Ryeowook pensó un momento antes de responder. "No lo sé, Ryekook. Es como si hubiera algo en él que me atrae. Su sonrisa, su forma de mirarme, su voz..."
Ryekook asintió con la cabeza. "Entiendo. Pero mamá, no debes olvidar que él te hizo daño. ¿Estás dispuesta a correr el riesgo de volver a ser herida?"
Ryeowook se quedó en silencio un momento, pensando en las palabras de Ryekook. Tenía razón. Jungkook la había herido profundamente, y no estaba segura de si podía perdonarlo.
"No lo sé, Ryekook," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de incertidumbre. "No lo sé."
Ryekook la miró con compasión. "Mamá, no hay prisa. Tómate tu tiempo para pensar. Yo estaré aquí para ti, sin importar qué decidas."
Ryeowook asintió con la cabeza, su corazón se llenó de gratitud por la amistad de Ryekook. Sabía que tenía un largo camino por recorrer, pero no estaba sola. Tenía a Ryekook, y eso era lo que importaba.