Capítulo 0001

El ser humano es curioso por naturaleza, creo que es gracias a esa curiosidad que hemos podido avanzar y adaptarnos a lo que nos rodea.

Han pasado tres días desde el día en el que desperté en esa cueva y aunque no sé si todos despertamos al mismo tiempo o no, lo que me preocupa es el hecho de que todo es demasiado pacifico. Es como dirían en mi planeta de origen: "La calma antes de la tormenta". Pero la pregunta es ¿cuál es la tormenta y cuándo llegara a nosotros?

Cuando salimos de la cueva, descubrimos que teníamos todo lo necesario para vivir en aquel lugar, cerca de allí pasaba un rio, en cuyas aguas se veían peces de todo tipo, obviamente ninguno de nosotros era capaz de identificarlos, pero mientras se puedan comer no hay ningún problema. Lo que sí pude reconocer, es a los conejos que vagaban por allí, para sorpresa mía son animales que se encuentran en todos los planetas de nosotros y en todos se llaman igual, además de nunca cambiar sus características.

El primer día comimos pescado, aunque nos costo bastante atraparlos, pero al final lo logramos. el segundo fue igual, recién hoy hemos comido carne, carne de conejo, y es deliciosa, pero difícil de atrapar.

¡oh cierto! volviendo a lo de la calma antes de la tormenta. Mis dudas estuvieron desde el primer día, y creo que todos las tienen, es my extraño despertar en una cueva y al salir tener todas las herramientas para vivir, teníamos depósitos para almacenar agua, ollas y sartenes, cucharas, cuchillos e incluso una red, que usamos para atrapar peces, además de diversos insumos de cocina. Por si no fuera suficiente, encontramos varias armas, desde lanzas, escudos, espadas, dagas, aunque ninguna pistola.

No sabíamos porque habían armas pero después de una consideración decidí que lo mejor es que cada uno llevara siempre un arma consigo. Yo escogí una daga, se me hace muy cómoda de usar, es más fácil y el peso no me va a impedir correr bien en caso de alguna emergencia. Además de mi, Pandora, también esta llevando una daga, el resto decidió ir por espadas.

¡Auuuu!

El sonido de un aullido resonó en donde estábamos, al instante sentí mi cuerpo estremecer, es un miedo instintivo que me invadió y recorrió cada centímetro de mi ser, un miedo justificado pues al instante muchos aullidos más se escucharon.

Se supone que los lobos salen de noche, atacan de noche, pero la verdad soy una persona que no sabe nada sobre la vida en el bosque, mi conocimiento limitado es en base a lo que leí, escuche y observe, ya sea a mi alrededor, en libros o películas.

Calculo que recién había pasado una hora después del almuerzo, y suponiendo que almorzamos al mediodía, pues comemos cuando el sol esta encima de nuestras cabezas, es muy temprano para un ataque de lobos.

Todos me miraron, es por eso que no me gusta el papel de líder, pero también he de admitir que es hermoso tener el control de todo.

-Volvamos a la cueva. -les dije

¿cueva? la cueva ya no estaba. Se supone que solo estábamos a unos minutos de la cueva, es más, la cueva estaba a nuestra vista, pero conforme sonaron los aullidos la cueva desapareció. En un instante todo lo que había en aquel lugar desapareció, desde las cucharas hasta las armas. Bueno me corrijo, lo único que no desapareció fue lo que llevábamos puesto y eso incluye las armas, aunque seguíamos vestidos con hojas.

-¿Ahora qué? -pregunto Pandora.

Debo reconocer que lo único bueno que teníamos en ese momento fue la calma.

-debemos hacer un refugio. Las mujeres, van y traen la mayor cantidad de ramas que puedan, mientras más grandes mejor. Nosotros los hombres haremos un hueco.

Todos me quedaron mirando extraño.

-¡Rápido! No tenemos tiempo que perder. - les grite, y todos empezaron a moverse de acuerdo a mi plan.