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Capitulo 11: El poder del peón

La historia continúa.

Fill y Beatriz se enfrentan valientemente a la mitad de la tropa enemiga, demostrando una combinación impresionante de determinación y habilidad. Mientras Beatriz canaliza el maná a través de las raíces del bosque, estas se retuercen de forma espectacular, envolviendo a los soldados enemigos y dejándolos indefensos al asfixiarlos y inmovilizarlos. Por otro lado, Fill con su destreza y precisión, lanza sus flechas mágicas directo a los puntos débiles de los enemigos, causando estragos en sus filas.

La magia de Beatriz y la puntería certera de Fill trabajan en perfecta armonía, logrando que la mitad de la tropa enemiga sucumba ante su poder combinado. A pesar de la desesperada resistencia de los soldados enemigos, no pueden hacer frente a la abrumadora fuerza de los ataques de Fill y Beatriz, resultando en una victoria evidente para los dos amigos.

Con cada enemigo derrotado, la determinación de Fill y Beatriz se incrementa, nutriendo su compromiso por proteger a su tierra y a su pueblo. Después de causar estragos entre las filas enemigas, habían diezmado la mitad de la fuerza opositora. En medio de la victoria, una presencia poderosa se hace notar. Sorpresivamente, David hace su entrada triunfal, dejando a Beatriz y Fill atónitos.

Mientras tanto, en la casa de Gabriel, se llevaba a cabo una animada celebración por su décimo cumpleaños. Entre los presentes se encontraban Sam, Eva, Lisa y Datch, todos reunidos para festejar con el joven Gabriel, quien se encontraba emocionado por tener a sus amigos y familia en su fiesta.

La mesa rebosaba de manjares exquisitos: pan recién horneado, suculentos trozos de carne asada, jugosas frutas frescas y jarras de vino que invitaban a brindar. Las risas y las conversaciones animadas llenaban la estancia, mientras todos disfrutaban de la compañía y la alegría de la celebración.

Tras el banquete, se organizaron divertidos juegos y competencias en el amplio patio de la casa. Gabriel, Lisa y Datch se unieron a la diversión, riendo y compartiendo momentos inolvidables como buenos amigos. La cálida mirada de Lila, la madre de Lisa, reflejaba su alegría al ver a su hija y a su amigo disfrutar juntos en el día especial de Gabriel.

La celebración se vio interrumpida repentinamente cuando llegó una carta con el sello distintivo de los elfos. Gabriel reconoció de inmediato de quién se trataba y abrió la carta con entusiasmo.

Querido amigo tuerto,

¡Feliz cumpleaños, mi querido amigo tuerto! Deseo que este día esté lleno de alegría y felicidad para ti. Me encantaría estar presente para celebrar juntos, pero desde el castillo del rey de los elfos, te envío todo mi cariño y mejores deseos en esta ocasión especial.

Quiero compartir contigo que me he visto involucrada en una guerra contra el reino de Trini. Fue una batalla sumamente difícil; en una de las contiendas tuve que hacer frente sola a la fuerza enemiga en la ciudad de las hadas. Sin embargo, mis entrenamientos contigo y mis experiencias previas fueron de gran ayuda, permitiéndome contener al enemigo hasta la llegada de refuerzos. Fue un momento aterrador y también emocionante, pero como bien sabes, tengo una fuerza interior inquebrantable. ¡Fue realmente increíble! Gracias a mi valentía y al apoyo de mis compañeros elfos, logramos defender nuestra tierra y proteger a nuestro pueblo, al menos por ahora.

Mi abuela también te envía un cordial saludo en tu cumpleaños y desea estar presente para celebrar contigo. Ella siempre ha apreciado tu amistad y te considera como parte de nuestra familia.

Espero que pronto podamos reunirnos y compartir nuestras aventuras y anécdotas. Te mando un fuerte abrazo y te deseo un día lleno de felicidad y celebración.

¡Feliz cumpleaños, Gabriel!

Con cariño.

Tu amiga Beatriz la medio Elfa.

Gabriel recibió la noticia con una mezcla de emociones, sintiendo tanto felicidad como preocupación. Se alegró al saber que Beatriz estaba pensando en él en su cumpleaños y deseaba estar allí para celebrarlo juntos. Sin embargo, la noticia de que Beatriz estaba en medio de una guerra y había repelido un asedio sola en la ciudad de Hada lo llenó de preocupación.

Sam se acercó a Gabriel con voz serena y tranquilizadora, recordándole lo fuerte y valiente que era Beatriz. Le aseguró que ella sabía cuidarse a sí misma y que estaba haciendo todo lo posible por mantenerse a salvo en medio de la guerra.

Las palabras reconfortantes de su padre aliviaron la ansiedad de Gabriel, quien decidió seguir adelante con la celebración de su cumpleaños en honor a Beatriz. Aunque su corazón aún estaba preocupado por ella, se aferraba a la confianza en la valentía y determinación de Beatriz para superar cualquier adversidad que se presentara en su camino.

Beatriz y Fill observan fijamente a David, conscientes de que es uno de los miembros de la 7 Pieza de Dios. Son conscientes de que la batalla por delante no será fácil. David se abalanza con furia incontenible sobre ellos, desencadenando una serie de golpes rápidos y certeros que los obliga a retroceder. A pesar de los intentos de Beatriz por utilizar sus habilidades para manipular las raíces y atrapar a David, él es demasiado ágil y logra esquivar cada movimiento, contrarrestando con potentes puñetazos y golpes.

Fill, desplegando su arco, dispara con precisión sus flechas mágicas hacia David, sin embargo, este parece anticipar cada movimiento y esquivar la mayoría de ellas. Con una agilidad sobrenatural, el enemigo logra acercarse lo suficiente para lanzar una serie de patadas y golpes rápidos que hacen retroceder a Fill, dejándolo tambaleando.

Por su parte, Beatriz lucha con todas sus fuerzas, logrando usar las raíces del bosque para inmovilizar brevemente a David. Sin embargo, el enemigo se libera rápidamente con un poderoso movimiento.

Beatriz y Fill luchaban con una respiración agitada, sintiendo el peso del agotamiento. Aun así, sabían que debían ganar esa batalla.

"Nos tocó enfrentarnos a David", dijo Beatriz mientras recuperaba el aliento. "Fill, si tienes un as en la manga, es hora de usarlo. Debemos ganar esta pelea".

"Distrae a David mientras reúno suficiente maná", respondió Fill mientras estiraba su arco, listo para disparar una flecha.

"Vine en busca de los dos elfos supuestamente peligrosos y fuertes, y me encuentro solo con dos niños. El reino de los elfos ha caído bajo", dijo David con voz confiada. "Estoy listo para recibir tu ataque, arquero. Demuéstrame de lo que eres capaz".

"Te vas a arrepentir", advirtió Fill, mientras reunía una gran cantidad de maná.

El arco, que antes era verde, ahora brillaba intensamente en color dorado.

"No suelo poner nombre a mis ataques, pero a esta flecha le llamo la Flecha del Juicio Final", declaró Fill con determinación. "Confío en su poder. ¡Prepárate para caer, humano!"

Fill disparó la Flecha del Juicio Final. A medida que la flecha surcaba el aire, abría el suelo en dos con su extraordinario poder. A pesar de que David permanecía inmóvil, su gesto reflejaba puro terror al ver cómo la flecha se aproximaba rápidamente hacia él.

Una explosión extremadamente brillante sacudió el suelo, mientras la onda expansiva empujaba los árboles del bosque apartándolos de su camino. La nube de polvo se disipaba lentamente, pero la figura que Beatriz y Fill tanto temían no aparecía por ninguna parte.

"Te lo advertí, te vas arrepentir", murmuró Fill, cayendo exhausto de rodillas.

"¿Arrepentirme de qué?", preguntó una voz conocida a sus espaldas. "¿Por hacerme un agujero en la camisa?"

Los dos se giraron con temor, para encontrarse con la figura temida sentada en una roca detrás de ellos. El ataque de Fill solo le había hecho un pequeño agujero en la tela de su camisa.

Una explosión extremadamente brillante sacudió el suelo, mientras la onda expansiva empujaba los árboles del bosque apartándolos de su camino. La nube de polvo se disipaba lentamente, pero la figura que Beatriz y Fill tanto temían no aparecía por ninguna parte.

"Te lo advertí, te vas arrepentir", murmuró Fill, cayendo exhausto de rodillas.

"¿Arrepentirme de qué?", preguntó una voz conocida a sus espaldas. "¿Por hacerme un agujero en la camisa?"

Los dos se giraron con temor, para encontrarse con la figura temida sentada en una roca detrás de ellos. El ataque de Fill solo le había hecho un pequeño agujero en la tela de su camisa.

"¡Fill, levántate y retírate!" exclamó Beatriz mientras atrapaba a David con sus raíces.

"No seas imprudente, Beatriz", respondió Fill levantándose. "Vamos a luchar juntos, no te dejaré sola".

"¿Eso es todo lo que puedes hacer? ¿Atrapar con tus débiles cuerdas?" replicó David mientras avanzaba hacia ellos, rompiendo las raíces sin esfuerzo. "Te mataré primero, asesina de la sombra".

David se lanzó y contraatacó con una ferocidad inigualable. Cada golpe de David era demoledor, forzando a Beatriz y Fill a retroceder con fuerza y dejando marcas visibles en sus cuerpos.

A pesar de la valentía y la determinación de Beatriz y Fill, la paliza que David les estaba propinando era abrumadora. Los dos luchaban con todas sus fuerzas, resistiendo cada golpe con una tenacidad sorprendente, pero estaban claramente superados en fuerza y habilidad por su enemigo.

Con un contundente golpe, David logró inmovilizar a Fill y a Beatriz. Con paso firme, caminaba hacia ellos.

"Me decepcionan los elfos", expresó David mientras pisoteaba la cabeza de Fill. "Ya se terminó el tiempo, es hora de acabar con esto".

Al elevar su brazo, David acumuló una gran cantidad de poder, dejando caer un rayo de energía divina que arrasó con todo a su paso. Una risa victoriosa escapó de sus labios mientras se retiraba hacia su tropa.

Antes de eso.

En un acto de extrema urgencia, el rey del reino de Trini convocó a David, a quien se refería como el peón de la séptima pieza de Dios, a su presencia en el majestuoso salón del castillo. Con gravedad en su rostro, el monarca informó a David que la asesina de la sombra y el arquero dorado habían caído en una trampa y se dirigían hacia el bosque cercano a la ciudad de Afba.

"David, debes acudir al bosque de inmediato y dar caza a la asesina de la sombra y al arquero dorado. Son dos de los enemigos más temibles a los que nos hemos enfrentado, y no podemos permitir que escapen una vez más", declaró el rey con firme determinación.

David estaba ansioso por enfrentarse a ellos. Disfrutaba de desafiar a oponentes poderosos, por lo que la noticia lo emocionó en gran medida. Sin perder un segundo, se dirigió hacia el lugar indicado.

Cabalgando velozmente, David se adentró en el bosque desarmado, sin espada ni armadura, confiando plenamente en su propia fortaleza.

Mientras tanto, en la actualidad, en la casa de Gabriel, todos estaban descansando en el suelo tras una fiesta agotadora. Gabriel, por su parte, se ocupaba de limpiar y cubrir con mantas a quienes descansaban en la casa. Un pequeño pellizco en su pecho lo hizo recordar a Beatriz mientras le deseaba buena suerte.

Fin del capítulo