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Dos Mundos

Las calles adoquinadas de un pequeño pueblo francés cobijan los primeros recuerdos de Joseph. Un niño menudo, de mirada inquisitiva, crece entre los muros de una antigua casa de acogida donde los llantos nocturnos de otros pequeños huérfanos se funden en una triste sinfonía. A los cinco años, lo único que conoce del amor paterno es el eco de una voz distante que se pierde en su memoria borrosa: su padre lo abandonó siendo un bebé, forzando a su madre criarlo en la más abyecta pobreza hasta que la miseria terminó por consumirla.

Privado del calor de una familia, Joseph aprende desde muy tierna edad que la vida es una milicia, donde sólo los más fuertes y perseverantes logran salir adelante. Se sumerge en los libros con un apetito voraz, buscando en las letras la evasión que su entorno le negaba. Las palabras se convierten en sus fieles amigas y mentoras.

A los diez años, ya se distinguía de los otros chicos por su conducta aplicada y solitaria. Mientras ellos desperdiciaban las horas en juegos insignificantes, Joseph realizaba encargos por las calles del pueblo a cambio de algunas monedas que atesoraba con recelo. Estaba forjando los primeros eslabones hacia su camino de emancipación.

Cuando cumple diecisiete, con los ahorros reunidos a pulso durante años y la ayuda de una tía lejana, Joseph abandona Francia por la tierra de las oportunidades interminables: Estados Unidos. Su futuro no será moldeado por los antecedentes de un niño huérfano, sino forjado por su propia tenacidad y ambición inmensurable.

A miles de kilómetros de distancia, en la vibrante nación de Corea del Sur, las influyentes familias Seong y Go se ven agraciadas con el nacimiento de sus primogénitas en la misma semana. Separadas tan solo por unos días de diferencia, Catherine Seong y Ji-Yeun Go escritos para transitados senderos de riquezas inimaginables.

A diferencia de Joseph, Catherine no conoció la austeridad ni las privaciones desde el vientre materno. Su mundo estuvo siempre bañado en sedas, joyas y opulentos festines acordes con el abolengo de la dinastía Seong, una de las estirpes más antiguas y adineradas de Corea. Belleza, inteligencia y privilegios parecían los únicos derroteros para su esistencia.

Sin embargo, tras esa fachada de perfección se ocultaba un universo de tediosas obligaciones, frívolos placeres y un vacío interior que ninguna posesión material lograba llenar. Los valores que rigieron su crianza eran ajenos a la calidez: estatus, poder e influencias se antepusieron al amor verdadero. En lugar de figuras paternas, tuvo institutores acaudalados.

Así creció Catherine, en una jaula de oro con barrotes hechos de lujos infinitos pero severas reglas sociales que lastraban su sempiterna rebeldía y un espíritu libre que pugnaba por escapar de las ataduras del mundo Seong. A los quince comprendió que, por más riquezas que acumulara, jamás encontraría la felicidad en ese entorno opresivo.

En cambio, su mejor amiga Ji-Yeun Go, primogénita de la familia Go Corporación, parecía haber nacido con un don para complacer a sus patriarcas y perpetuar su imperio de telecomunicaciones sin inmutarse. Mientras Catherine suspiraba por conocer los caminos de tierra más allá de las propiedades Seong, Ji-Yeun se aplicaba mansamente en aprender a dirigir la sucursal de la empresa en Seúl.

Cuando las dos jovencitas alcanzan los veinte años, un inesperado choque de ideales trastoca sus vidas para siempre. En una gala de sociedad celebrando el aniversario del holding Go, Catherine asiste con desgano, fingiendo una sonrisa de perfecta complacencia que dista de su rebelde corazón.

Es ahí donde los senderos de estas dos almas en conflicto se bifurcan de manera irreversible. Presenciando cómo sus progenitores festejan algunos de sus negocios más turbios, adquiriendo otras corporaciones mediante coimas y tráfico de influencias, Catherine se siente asqueada.

Aquella noche, en la penumbra de su alcoba, toma la determinación que aguardaba como una centella dentro de su pecho: abandonar el nido de mentiras y corrupción en el que se ha criado. Dar un paso en la vasta libertad más allá de Corea del Sur. Solo así alcanzaría la verdadera dicha...

Al otro lado del mundo, un joven Joseph de veinticuatro años se zambulle en el torbellino frenético de la ciudad de Nueva York como un pez en un estanque nuevo. No tiene temor. Toda su vida lo ha preparado para cruzar mares y resistir vendavales con tal de no permitir que su presente desesperanzador dicte su futuro.

Empleos humildes como limpiar oficinas y cocheras marcan su primer año en la gran metrópoli. Sin embargo, cada salario salva va directamente a sus bolcillos, sin permitirse un solo exceso, ni un ápice de esa gula de consumo que engulle a muchos foráneos. Para Joseph, el único lujo permitido es el abundante conocimiento que devora de cada libro, periódico y curso de oficios que pueden profesionalizar sus crecientes habilidades.

En dos años, sus risibles ahorros iniciales se convierten en un modesto capital que le permiten dar el gran salto: fundar su propia pequeña empresa de compra y venta de vehículos usados. Convierte incluso los más vilipendiados de los carros en piezas relucientes mediante su incansable trabajo de restauración. No existe reto ni meta demasiado ambiciosa que su espíritu imparable no pueda doblegar.

Trece años después, su compañía trasciende fronteras. Joseph Sajour es el rey de la venta de autos de lujo reacondicionados en la Costa Este. El sueño americano personificado en un hombre de treinta y siete años que ha ascendido con coraje y sudor de las cenizas de un pasado en orfandad a las cimas de los privilegiados. O al menos, eso es lo que aparenta...

Porque dentro de su alma, el fantasma de ese niño abandonado en Francia aún no se ha ido. Permanece ahí, aguijoneándolo para siempre aspirar a más, a dejar una huella indeleble que lo rescate de la gris existencia de sus primeros años. La ambición es ahora su motor implacable para continuar escalando hacia metas superiores.

Todo ese ímpetu tendrá su dulce recompensa en una hermosa primavera californiana cuando su automóvil se cruce providencialmente con el de una deslumbrante pelinegra en las calles de Los Ángeles. Una mujer cuya mirada cautivará su espíritu de golpe y lo confrontará con un desafío más complejo que todas sus conquistas empresariales anteriores: recuperar la felicidad y el amor perdidos en su niñez.

Porque Catherine Seong, la indómita heredera de los millones Seong Corp, ha transitado su propio éxodo, dejando a sus aristocráticas raíces coreanas y enfrentando el mundo por sí misma. Al encontrarse con Joseph Sajour en esa fatídica avenida, hay un chispazo que aúna sus caminos en adelante hacia destinos por recorrer todavía más trascendentes que todo lo conseguido hasta entonces.

Y es que las pruebas más formidables que desafiarán su unión indestructible y los confines de sus almas apenas comienzan...