Al final, Bai Xifeng se quedó al margen observando a sus subordinados haciendo su trabajo. Sintió que debía cocinar al menos una vez, pues Xiao Li le había dicho que no era completamente inútil en la cocina.
—La comida está lista. Vamos a comer —dijo Xiao Li.
Sirvió la comida primero para su joven señorita.
—Joven Maestro, aquí —dijo Xiao Li.
Bai Xifeng tomó el tazón y comenzó a comer. Luego, ellos también empezaron a comer. Después del desayuno y de limpiar, estaban esperando la siguiente orden de Bai Xifeng.
—Por hoy, recorreremos esta parte exterior de la Montaña Sophia. Si nos encontramos con la bestia, lucharemos e intentaremos vencerla. En cuanto a Xiaohui y Xiaoqing, si ven algunas hierbas, deben decirme cuáles son y sus beneficios —dijo Bai Xifeng.
—Sí, Joven Maestro —respondieron.
Así que comenzaron a caminar. No habían encontrado ninguna bestia, pero vieron muchas hierbas en su camino.
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