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CAPITULO 46: EL INICIO DE UNA PESADILLA

En la choza de la aldea de ESTHER, se encuentra ella despierta, con una mirada de loca, enojada, tratando de cortar pasto seco con sus manos desnudas, lo jala una y otra vez, haciéndose llagas en las manos.

Escuchó que RYU, se llevó a PANDORA a la montaña. E

stá tan molesta que aprieta sus labios mordiéndose.

Un hilo de sangre, rueda por su barbilla desde el labio inferior.

SHURUI pasa por la zona de la habitación de PANDORA, el lleva una canasta con fruta.

Al no ver a los guardias, se asoma a la habitación del consejo, ahí los encuentra.

Al ser cuestionados, ellos expresan que el rey se quedó en la habitación de la humana.

El rostro de SHURUI se entristece un poco, mira su canasta de frutas y la deja sobre la mesa, les dice que pueden comerla.

Ellos le agradecen y alegremente se acercan a la canasta.

SHURUI se aleja hacia su habitación.

Al otro lado del mar, en la parte baja del castillo, dentro del mismo, hay un gran patio, debajo de el.

Hay un suelo empedrado y debajo de este, hay calabozos, de diferentes tamaños, en los cuales hace vivir a sus esclavos, dejándoles salir, sólo cuando los necesita y devolviéndolos al terminar el trabajo.

La gente vive en condiciones deplorables.

Del cielo lleno de nubes, se inicia una tormenta.

Dentro de los calabozos, los humanos prenden fogatas para luchar un poco contra la penumbra y el frío.

En alguno de los calabozos mas grandes, se encuentra TIFÓN.

Lame sus heridas, mira a su alrededor y solo hay penumbra.

Sola en aquel gran calabozo, encogida por el frío, muy cerca de la rejilla que le impide salir.

Ella alcanza a ver la luz de la luna que alumbra pálida por la lluvia que cae sin cesar.

El agua se cuela por la rejilla, hace que la niña se aparte de la rejilla, el agua está fría y ella tan sola.

La niña llora, ella habla bajito, tartamudeando un poco por el frío, otro tanto por el miedo.

Se llevaron a PALADIA hace muchas horas.

Ella teme no volver a verla.

En el patio hay movimiento.

Los soldados van de un lado a otro.

De las paredes del castillo, así como de las ventanas, salen las mantícoras y arpías, listas para pelear.

Están siendo atacados por elfos montados en dragones que domesticaron.

Ellos tratan de rescatar a unos elfos que fueron apresados por DWYER, los cuales están en alguno de los calabozos.

Los ruidos de golpes fuertes causados por los ataques al castillo, hacen resonar por todo el suelo del castillo, intimidando a los humanos apresados y a TIFÓN, quien calla, tapándose los oídos, asustada y cerrando los ojos, ahí, sentada en cuclillas.

Muy temprano, la primera en abrir los ojos, es PANDORA.

RYU yace dormido a su lado, se ha transformado en dragón, ella deja salir una leve carcajada, le hará gracia saber que no duró toda la noche transformado.

Al sentir el movimiento de ella, RYU abre sus ojos, puede ver el rostro de PANDORA tan cerca de el que, no puede sentirse más feliz, ambos sonríen.

RYU se avergüenza, no pudo cumplir su promesa de pasar toda la noche en su forma humana.

Pero, dice que se esforzará hasta lograrlo.

PANDORA se enternece por el gesto de RYU, sin embargo, le dice que no es necesario hacer tal proeza.

RYU si lo cree necesario, el joven rey toma las manos de PANDORA, explica que para el es muy necesario, ya que pretende tomarla como esposa.

PANDORA se asombra, ni en sus más grandes sueños pensó en poder algún día ser su esposa.

De pronto, su mundo da un pequeño giro, caen en la cuenta de que, ella es humana... ninguno dice nada, RYU piensa: ¿cómo entonces un rey dragón debería vivir en forma humana?

Esto representa un problema sin duda.

RYU se pone tenso, PANDORA se acerca y acaricia su rostro, le tranquiliza, ella habla con sinceridad, nunca le pediría a RYU vivir como un humano ya que no lo es.

RYU no lo comprende.

PANDORA regalándole una sonrisa, explica que, siendo el un rey heredero y siendo un dragón, debería vivir orgulloso como un dragón... su forma humana solo puede ser necesaria al dormir con ella... en la soledad de su habitación, ellos solos...

RYU es quien completa la frase: al menos, como su esposo.

Ambos se sonrojan... tratan de levantarse de la cama y la torpeza por haberse avergonzado al suponer aquellos momentos de intimidad, hacen que RYU tropiece sobre PANDORA, reaccionando al instante y convirtiéndose en humano para no aplastarla.

Cayeron de su cama.

RYU, aún sobre ella, amortiguó la caída de PANDORA con el brazo.

Se han quedado quietos, mirándose, con sus corazones agitados, al poco tiempo pasaron a los besos, en la mente de ambos, no hay nada malo en su relación, no han pensado en las partes negativas o las consecuencias.

Sienten que tienen el mundo en sus manos y ambos desean demostrarse el amor que se tienen.

Entre caricias y besos, algo en la mente de RYU, le hace detenerse, un leve recuerdo de su padre, hablando con el sobre ella.

En aquella vez, su padre le había acompañado a una de las recolecciones de comida a las afueras del reino.

Su padre le dijo una vez, si ¿acaso el laguna vez pensó en la felicidad de PANDORA?

¿si se puso a pensar en las consecuencias que traería a una humana el hecho de ser desposada por un dragón?

¿realmente pregunta a su hijo si cree que una humana sobreviviría a tal cosa?

No por el hecho en sí.

Si no, por las consecuencias que la acción traería.

RYU, nunca lo pensó en serio... nunca hasta ahora.

El joven se detiene aún besando el cuello de la joven PANDORA, la mira, la besa una vez más, pero, con más control, conteniéndose.

Viéndola bien, ella, aunque ha crecido y casi tiene los 13 años, aun es muy joven, no tiene aún la edad, su cuerpo también es frágil, no posee la fortaleza como para soportar las posibles consecuencias en caso de que ambos llegaran a copular.

¿y si las consecuencias podrían ser mortales para un cuerpo tan frágil?

Ella no es un reptil, en su raza, la forma de procreación es, poniendo huevos, PANDORA es humana, le da miedo de solo pensar que el incubar algo dentro de ella podría matarla.

Un miedo latente, se dibuja en el rostro de RYU, quien se aparta rápidamente de ella, PANDORA, aun envuelta en sus propios deseos, se nota algo desconcertada.

FIN DE CAPITULO 46