<Emperatriz>
-"Ahhh… espero que con eso las cosas se relajen por lo menos hasta mañana…. Las situaciones en el este no están mejor" Dije con algo de pesar.
¿Debería movilizar algunas Compañías militares para que evacuen las aldeas y reinos cercanos al imperio?
En eso llego un Fénix de Fuego Azul y se paró orgulloso en el barandal del balcón.
-"Ohh has vuelto Cinere ¿Qué noticias me traes?" dije mientras aparecía una sonrisa en mi cara mientras me quitaba la máscara.
Cinere se me quedo viendo con ojos complicados y dijo con la voz de una mujer madura.
-"Las fronteras Sur y Oeste están tensas… mientras que la del Norte está en peleas continuas para hacer caer la defensa y desgastar a los soldados del imperio.. pero lo peor está en el Este…"
Después de escuchar la explicación de Cinere me quede pensando.
Las cosas cada vez se complican más en el Este hay 3 imperios atacándonos al mismo tiempo hay en total 55 Capitanes en el frente con millones de soldados y no puedo enviar más gente al este ya que los otros frentes no tendrían refuerzos si empezaran a atacar y pronto caerían…
¿Debería convocar a una retirada y reforzar las murallas del imperio?
Creo que es lo más eficiente y con ello se podrán proteger la mayor cantidad de vidas posibles.
Ahhh, pero ¿Una retirada? Con solo pensarlo sentí que estaba yendo en contra de mis principios… pero es eso o millones de vidas y no soy una hipócrita…
Mientras pensaba en una estrategia para evitar que los pueblos y reinos cercanos sufran por la guerra que se avecina.
Sonó un voz afuera de la puerta.
-"¿Podemos pasar querida?"
No había nadie bajo el cielo que se atreviera a llamar a la emperatriz tan casualmente excepto el consorte, su hija e hijo.
Al escuchar su voz fue como si todas mis preocupaciones se aligeraran.
Al escuchar la voz del otro lado de la puerta Cinere no dijo nada, pero en sus ojos había desconfianza.
Entonces…se trasformo en forma humana la cuál llevaba un hermoso vestido azul oscuro pegado al cuerpo que hacía resaltar su hermoso rostro con ese pelo azul claro y sus ojos los cuales parecían un zafiro. Y se puso al lado de la emperatriz...
-"Claro siempre son bienvenidos en mis aposentos"
Dije con una tierna sonrisa.
Cualquiera que la viera sonriendo de esa manera no podría creer que ella es la emperatriz de un gran imperio y más bien pensarían que es una normal que escucha la llegada de la persona que ama en la casa.
En eso entra el hombre que más amaba a pesar de que estoy casada con el emperador este mundo se rige por el fuerte se come al débil, si fuera al revés yo solo sería una más, pero, como no es así yo puedo hacer lo que quiera.
El hombre era de pelo corto color negro, con ojos negros, pero tan profundos como la noche unas facciones que dejarían en ridículo a cualquier hombre que se proclame guapo, tenía músculos no muy pronunciados, pero le quedaba bien tenía puesto una ropa formal.
Detrás de él había dos jóvenes (En este mundo su edad es mucho más y no tendría sentido con su físico… así que supongamos que son como de 17 y 20 años) el joven se parecía mucho al hombre que ella amaba y ese era su hijo el cual era el menor, al lado de él había una joven que tenía el pelo rojo como ella y llevaba una cola para sostenerlo… ella era su hija la cual se parecía mucho a ella solo que sus ojos eran de color rojo igual que su pelo.
Los jóvenes se adelantaron y me abrazaron, yo les devolví el abrazo mientras les acariciaba el pelo.
En este momento ya no soy una Emperatriz, sino solo una madre… lo cual con sólo pensarlo hace que mi corazón se sienta cálido… entonces me agacho y le doy un beso a la mejilla a cada uno… mi alma no los afecta por qué no estoy usando su energía y cuando se hace esto uno no es diferente a una persona normal.
-"¿Cómo estás madre?"
Preguntan los dos con hermosas sonrisas y ojos llenos de afecto.
Puse una sonrisa amarga, pero, pronto desapareció.
"Si, estoy bien hijos, gracias por preocuparse" Dije con una sonrisa.
En eso los dos vieron a Cinere mi hija la vio e igual corrió a ella y la abrazo.
-"¡Tía, hace mucho no te veo!" Dijo mi hija mientras reía alegremente.
-"Lo siento pequeña Alma…. Eh estado muy ocupada…"
Mi hijo simplemente se quedó viéndola….
Ahhh… ¿Por qué se parecen tanto? Dije mientras veía el desinterés de ir a saludar a Cinere.
Entonces levanté la mirada de mi hijo y lo vi al hombre que siempre me hace feliz.
Al verlo no pude evitar que mis ojos se iluminaran, el camino lento pero seguro con clase hasta el balcón donde me encontraba abrazando a nuestro hijo y lo único que hizo fue que me extendió su mano.
Y me quede pensando en lo inusual de su acción…
En eso un Barco de guerra enorme, pero decorado ascendió hasta ponerse al mismo nivel que el balcón.
En eso entendí lo que quería. No me había percatado pero las 3 lunas ya se habían alineado y en todo el imperio empezó a sonar música para bailar es una tradición antigua el bailar bajo la luz de la luna.
Entonces bajaron unas enormes escaleras de madera y todos abordamos la nave mientras sostenía su mano.
Al llegar en la cubierta había muchas personas, pero todos eran altos cargos y todos se inclinaron y me saludaron con mucho respeto. Entonces mi hija se fue de mi lado al igual que Cinere que fue a pasar el tiempo con Alma… En eso volteo a ver a mi hijo mientras le sonrió con cariño y le digo.
-"¿Por qué no vas a disfrutar tú también Benjamín?"
El solo me sonrió de la misma manera mientras asentía y se iba.
Al verlo alejarse solo sonreí.
En eso siento una mirada en mi espalda la cual me hace sentir incomoda ¿Quién se atreve a mirarme tan abiertamente y con un sentimiento tan directo?
En eso volteé y vi a un hombre delgado no mucho con el pelo castaño y ojos verdes que me veía de una manera que detesto... Pero al saber quién era solo pude tragarme mi disgusto ¿Quién es la única persona en este imperio que no puedo matar a gusto? Pues este desgraciado que es el Emperador el hombre que me obligo a casarme con él y solo me uso de una forma sexual. Al solo recordar eso mis ojos irradiaron un brillo helado acompañado con un fuego esmeralda creciente en ellos…
En esto una mano me agarro la cintura y me tiro hacia él... esto me tomo desprevenida, pero al ver quien fue el que me agarro y tiro mi ira empezó a calmarse y eché un vistazo alrededor y vi que las personas alrededor tenían un hilo de sudor en sus rostros…
Sabía que no me iban a decir nada, ni a enojarse, pero no pude evitar sentirme incomoda ya que de fijo abre suprimido a más de uno y si no me hubieran detenido estarían todos de rodillas…
En eso volteé a ver otra vez al hombre cuyo nombre es Jack… y dije en la voz más baja posible…
-"Gracias…"
El me sonrió con cariño...
-"No te preocupes cariño, sé que hay dolor e ira e tú corazón que jamás desaparecerán y que no haces nada por tú Alma, pero esta noche tenemos que disfrutarla, además yo estoy aquí para ti"
Solo pude sonreír con los ojos llorosos ya que mi pasado antes de ser emperatriz me duele… pero el, él es como un respiro de todo lo malo.
En eso el barco se elevó poco a poco enseñando la ciudad donde había luces por todos lados y miles de miles de personas en el centro de la ciudad bailando…. Y por encima de las casas había miles de barcos volando hacia las nubes mientras en cada uno había más y más personas… en eso nuestro barco se elevó hasta "pasar" las nubes quedando sumergido en una así que parecía que estábamos sobre la nube y la luz de las tres lunas hizo la escena más perfecta.
Entonces agarre su mano y el me arrastro gentilmente a sus brazos mientras empezábamos a bailar lentamente bajo la luz de la luna mientras nos movíamos mi vestido volaba y mi cabello era gentilmente acariciado por el aire haciéndolo revolotear… mientras mis ojos no se despegaban de los suyos… dando la esencia de dos amantes que buscan el reconocimiento de las Tres Lunas para cerrar un pacto de amor no escrito y ser felices para toda la vida.
Esta fue una leyenda donde se dice que los primeros amantes del mundo bailaron bajo la luz de las tres lunas.