webnovel

Capitulo 6: Luna

Desperté en una oscura celda, aún sintiendo el impacto del golpe del caballero. Estaba confundida y mi cuerpo dolía por todas partes. Parecía que últimamente mi destino consistía en recibir golpes.

Mis ojos se acostumbraron a la oscuridad y pude distinguir mejor mi entorno. En ese momento, vi a alguien que reconocí: la pequeña que había sido golpeada. Aún podían verse las marcas en su cuerpo, evidencia de los maltratos que había sufrido.

La niña estaba desmayada. Hice todo lo posible por acercarme a ella, pero mi cuerpo dolía demasiado, incluso más que cuando fui atacada por esos matones.

"Maldición, ese maldito caballero tenía una fuerza increíble", expresé con frustración.

En ese instante, recordé la insignia que me había dado Selene. Sin embargo, al buscarla, me di cuenta de que me habían despojado de todo: el dinero, la insignia y hasta mi flauta.

Qué mal, pensé desanimada, si al menos tuviera mi flauta.

Pero como si alguien me estuviera escuchando, fui rodeada por una luz verde y sentí algo en mis manos. Era la flauta que unos momentos antes no estaba allí, pero ahora estaba en mi poder.

Sin dudarlo y al ver el sufrimiento de aquella niña por sus heridas, decidí empezar a tocar. Al igual que la última vez, mi cuerpo comenzó a brillar con un resplandor verde, mis heridas comenzaron a sanar y la flauta se reparó. A medida que la melodía llenaba la celda, esta se iluminó y vi cómo la pequeña comenzaba a sanar.

Disfrutaba de la escena: la habitación oscura de la mansión, la escasa iluminación en la habitación de Selene y ahora esta cárcel. Lugares que antes eran sombríos y aterradores, ahora estaban llenos de luz y calma.

En ese momento, la niña despertó y, sorprendida por su repentina mejoría, comenzó a escuchar algo que nunca antes había oído.

Ella estaba acostumbrada a gritos, insultos y todo tipo de ruidos, pero este sonido era nuevo para ella.

Entonces, vio a una joven sentada en su misma celda, soplando algo. Parecía ser ella quien producía ese hermoso sonido.

Desafortunadamente, se escuchó cómo la puerta de la celda comenzaba a abrirse. La joven rápidamente escondió lo que estaba sosteniendo mientras la puerta se abría. Era una puerta pesada, diseñada para que las personas débiles no pudieran escapar, pero también dificultaba la entrada a otros. Sin embargo, al final, alguien logró entrar.

Había estado utilizando la flauta para ayudar a la niña, pero de repente alguien irrumpió. Cuando vi quién era, mi enojo aumentó considerablemente: era el soldado que me había golpeado, y probablemente el mismo que me había encerrado.

"Vaya, a quién tenemos aquí, un caballero con la insignia de la Cuarta División. ¿Cómo era tu juramento? 'Prometo ayudar, proteger y defender a la humanidad' y yo que pensaba que mis palabras tenían poco peso.

"Cállate, solo estoy cumpliendo con mi deber", respondió el caballero con voz enfadada. Parecía que mis palabras no le habían sentado bien.

"Así te lo dijeron tus comandantes, ¿o así te engañas a ti mismo?", repliqué.

"No insultes a mis comandantes", dijo el caballero.

"No estoy insultando a tus comandantes, te estoy insultando a ti. ¿Acaso ellos también arrastran los ideales que juraron proteger por el suelo?", le cuestioné.

Esto enfureció aún más al caballero, quien dio un paso hacia adelante, probablemente para enseñarme una lección. Sin embargo, en ese momento se escuchó una voz apurada desde fuera.

"Algo ha ocurrido en la entrada, todos deben proteger al Contratista", anunció otro soldado que había llegado corriendo.

El primer soldado, aunque enfadado, no podía desobedecer. Me lanzó una última mirada llena de odio antes de cerrar la puerta nuevamente.

"Nos vemos, caballero. Espero que trates mejor a tu contratista que a aquellos a quienes juraste proteger. De lo contrario, temo que no tu contratista durara mucho" Exprese mientras sonreia

La puerta se cerró de golpe, dejando un silencio opresivo. Pero entonces, escuché una voz.

"¿No le tienes miedo? Es bastante fuerte", dijo la niña por primera vez.

"Sé que es fuerte, me derribó de un solo golpe", respondí.

"Entonces, ¿por qué lo molestas?", preguntó Luna, la niña, con curiosidad.

"Porque si no puedo vencerlo con los puños, al menos lo venceré con las palabras. Y por cierto, ¿Cuál es tu nombre?", le pregunté intrigada.

"Mi nombre es Luna"

"Entonces dime Luna, ¿Por que una niña tan pequeña esta en un lugar como este?"