El final de un hombre (R-18) (EDITADO)

Región Divina del Norte – Reino del Robo de almas

El clima era inusualmente cálido en los alrededores del palacio principal, algo que no era normal en este lugar, ya que por la propia saturación de energía diabólica, el ambiente siempre era muy lúgubre.

Sin embargo, desde que la Reina Diablo había unificado a toda la Región Divina del Norte hace algunos meses, esto se había vuelto recurrente.

En la habitación principal se encontraba una mujer con un cuerpo asesino.

Sus bien formados y bellos senos se encontraban desnudos, dejando una vista gloriosa.

Su esbelta cintura estaba cubierta por un pedazo de seda mientras que sus anchas caderas relucían toda su feminidad.

Sus largas, blancas y bien tonificadas piernas comenzaban en su gran y bien formado trasero, mientras que terminaban en unos hermosos y prístinos pies.

Ella estaba recostada sobre el pecho de su hombre, el cual estaba desnudo y parcialmente cubierto.

Mientras ella descansaba sobre los pectorales de Yuanba, escuchaba con atención todo lo que había ocurrido en la Convención de Dios Profundo que se llevó a cabo la semana pasada.

Si bien ya sabía de antemano todas las noticias, ella quería escucharlo en primera persona de la persona que orquestó todo ese plan.

"Je, hubieras visto la cara de esos tipos cuando comprendieron que mi madre y mi hermana formaban parte de mi harem, casi se les sale los ojos"

Yuanba estaba hablando mientras acariciaba suavemente el cabello negro y sedoso de su mujer, quien tenía una sonrisa irónica en su cara por toda la sinvergüencería de su hombre.

"¿Y en verdad se creyeron lo que les diste como respuesta?" – Chi Wuyao preguntó mientras asentía con una sonrisa a los mimos de nuestro protagonista.

"Claro que me creyeron Yao'er, tu esposo es un hombre muy carismático que puede hacer entender las verdades del mundo a todos, umu" – Con un tono divertido respondió el tipo.

¡La sorpresa, conmoción, el horror y Shock estuvo plasmada en la cara de todos cuando vieron que su Dios había cometido uno de los tabú más grande de este mundo!

Esto hizo que Yuanba se riera verdaderamente ya que los cultivadores eran muy graciosos… ellos podían matar poblados enteros, arrasar ciudades y países enteros, eliminar continentes, planetas o Reinos Estelares y nadie les diría nada porque la fuerza los respalda.

Podían jugar con las almas de los demás, podían intrigar esquemas que afecten a millones de vidas y nadie diría nada.

Pero diles algo que tenga que ver con las relaciones amorosas familiares ¡Todos pierden la cabeza!

Cuando Yuanba les recriminó esto, nadie pudo refutar lo hipócritas que eran todos.

Si bien ese tipo de pensamiento era muy propio de los humanos, ellos no eran simples mortales que se podían regir por las normas morales de una sociedad.

¿Qué tiene de malo amar a un ser a quien consideras tu alma gemela?

¿Y que si esa alma era tu hermana, tu madre o tu prima?

¿Si ambos se aman, que es lo que está mal?

¿Acaso no lucharas por un amor mutuo?

¡Mientras sigas los preceptos de no imponerte ante nadie, mientras seas sincero con tus sentimientos, todo está bien!

Si eres correspondido, tratar conquistar el corazón de la otra parte.... si no tienes suerte, saber perder y cambiar tu dirección hacia un buen camino, es la decisión correcta…

¡Eso no merecía ser satanizado! ¡A veces las mejores, hermosas y triste historias de amor vienen del fruto prohibido y eso no debía ser castigado!

Por ello Yuanba dio una orden para todos los presentes la cual decía que, en toda la Región Divina del Este, ¡si hay alguien que se oponga al amor verdadero, sería severamente castigado por su Reino Asgard Inmortal!

No importa el origen de las partes involucradas, ni su relación previa, mientras sea un amor mutuo, ¡serán protegidos por él a toda costa!

…. Hasta el mismo Yuanba casi se caga de risa ante tanta mierda que soltaba mientras veía como cambiaban los rostros de todos, desde un desacuerdo inicial hasta una aceptación gloriosa, ¡como si fuera el edicto de los mismos cielos!

"Ahh, no puedo creer que dijeras esas cosas y que las tomaran obedientemente. Se que para el Reino de los Dioses el tabú de las relaciones sentimentales familiares no es algo ajeno, pero al ver que no protestaron por tus palabras me dice que los cultivadores están más retorcidos de lo normal. Dime esposo ¿Como es que regularás todo lo que acabas de causar?" – La Reina Diablo preguntó mientras hacía círculos en el pecho de su marido.

"Muy fácil Yao'er, todos los que han estado presentes en esa convención ahora están bajo mi mando, no es que sean marionetas, sabré que es lo que hacen o dicen, conoceré lo más íntimo de ellos y podré ajustar la correa en el momento necesario para dar mi cuota de 'justicia' que la gente aclama" – Yuanba respondió mientras comenzaba a acariciar la cintura de su mujer.

"Mmm~… que aterrador es el poder de un Dios Verdadero… ahhh~" – Chi Wuyao no pudo contener sus gemidos mientras sentía placer ante la estimulación que Yuanba le estaba dando con la acción de sus bien versadas manos.

En un movimiento rápido, ella metió la mano bajo las sabanas y agarró al Dragón furioso de su marido, el cual no había descansado a pesar de haberla devastado toda la noche.

Ella había dado el siguiente paso con Yuanba hace medio año, cuando completó su titánica tarea de conquistar toda la Región Norte.

Su poder fue reconocido por todos en este lugar, incluso por los tres ancestros Yama, quienes no pudieron contra la astucia y la energía profunda de la Reina Diablo.

Como recompensa ante su logro, ella pidió estar al lado de este hombre ya que había desarrollado sentimientos por él a través de las visitas periódicas que le hacía.

Si bien el comienzo de su relación no fue el más agradable, ella supo por qué lo había hecho, ya que si quieres que alguien orgulloso te escuche, debes hacerlo pisar tierra primero y hacer que aprenda de sus errores.

Ella lo había hecho y tras las repetidas sesiones de aprendizaje que tuvo con él, no pudo evitar que su corazón sentimental se abriera.

Desde entonces ella formó parte de sus compañeras, dando rienda suelta sus pasiones cada vez que se encontraban.

Lo más gracioso de estos recuerdos para Chi Wuyao fue el conocer al resto de las mujeres de su esposo.

El enterarse de la relación tabú que mantenía con su madre y su hermana fue, por decir lo menos, extraña.

Pero una sesión de conversación entre todas ellas le demostró que su elección era la correcta.

El era el hombre fuera de serie que no temía seguir sus ideales e imponerse ante las adversidades, no por nada sus caminos son la dominación y la protección.

"Oh oh Yao'er, estas un poco traviesa por la mañana… umm, veo que no fue suficiente con lo de ayer, así que debo hacer mi mayor esfuerzo, je"

Yuanba sabía que ella estaba jugando, ya que en estos momentos ella no podía mover sus piernas por todo el sexo que tuvieron.

Cada vez que ella lo enfrenta, quiere llevárselo sola, pero termina en una derrota trágica.

Por eso, ella solicita casi siempre la ayuda de sus brujas, quienes muy voluntariosamente están prestas en esta 'noble' casusa.

Ayer, sin embargo, ellas habían sido desplegadas para un reconocimiento y recopilación de información, por lo que la visita de Yuanba había sido atendida enteramente por la Reina Diablo, de ahí que no pueda mover nada de la cintura para abajo.

"M-Marido por favor ahhh~… déjame descansar… ten piedad de esta pequeña Reina~"

Chi Wuyao sabía que no tenía escapatoria cada vez que su esposo se ponía juguetón… y no es como que ella quiera librarse de esto.

Por ello solo le queda aceptar su glorioso y exigente destino.

Yuanba sostuvo con sus fuertes manos la cintura de la Reina Diablo y la levantó, haciendo que ella se sentara a horcajadas sobre él.

Chi Wuyao estuvo expectante ante lo que vendría y cuando sintió esa vara gruesa y grande entrando en su jardín secreto, la misma vara que la había 'graduado' de ser una doncella a una mujer de verdad, soltó un gemido sexual que estimuló mucho más al hombre debajo de ella.

Así comenzó el apasionante encuentro matutino que duró hasta el almuerzo….

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Región Divina del Este – Reino del Dios de la Luna

En la ciudad de la Luna Divina podíamos ver el gran palacio de la Luna, una obra arquitectónica que sobresalía sobre cualquier cosa que podias encontrar en este lugar.

Dentro del palacio, en el salón principal, podías ver al Rey del Reino sentado en su trono, con una mirada perdida, mientras a sus costados se encontraban una serie de personajes importantes para todo su reino... ellos eran los Dioses de la Luna.

En número de nueve, ellos estaban discutiendo como buscarían a los candidatos para que heredaran los poderes de los Dioses que habían muerto horriblemente por mirar con ojos lujuriosos a las mujeres del Nuevo Dios Verdadero.

A pesar que había pasado más de una semana, el miedo aún estaba anidado en sus almas. Por lo que no fueron muy apresurados con este tema y esperaron prudentemente hasta hoy para iniciar las conversaciones.

"Yue Wuyi, dime… ¿a quién tienes en mente para el poder del Dios de la Luna del Jade Dorado y del Dios de la Luna Llena?"

Yue Wuya preguntó, con un tono de voz muy caído a su hermano menor, quien era también uno de los heredados del poder de uno de los Dioses de la Luna, tenía el poder del Dios de la Luna Dorada.

"Esto es muy difícil Emperador, ya que no tenemos a alguien capaz de llevar el peso de esta herencia sobre sus hombros, no habíamos previsto este escenario y nos ha tomado sin preparación… sin embargo, puedo decir que algunos de los príncipes más jóvenes podrían hacerlo, aunque su fundamento no es malo, su falta de talento se puede corregir por este método"

"Ahh…" – Yue Wuya solo suspiró pesadamente ante una respuesta que ya conocía de antemano.

Su reino es el segundo más fuerte de toda la Región Este… corrección, ERA uno de los Reinos más fuertes.

Ahora, con el Reino Asgard Inmortal, el Reino Monarca Brahma y el Reino de las Estrellas, su antigua gloria no valía micho.

Sin embargo, debía mantener las formalidades y no disminuir su poder.

Él se sentía muy ansioso desde que regresó de la Convención de Dios Profundo y no era para menos, el Dios Verdadero lo había visto mientras el reconocía a la madre del actual Emperador del Reino del Dios de la Estrella, por lo que se sentía desnudo ante semejante personaje ya que él podía ver a través de los pensamientos.

Si bien el no fue él quien mató directamente a esa mujer, su acción desencadenó ese resultado, por lo que su cuello estaba constantemente tenso, inseguro en su propio reino… como si se sintiera observado a todo momento.

Esta ansiedad lo estaba matando... a eso había que agregarle el asunto de los dos Dioses de la Luna muertos.

Sabía que Heredar el poder de un Dios tenía que ver con su talento innato para que logren integrarlo completamente, por lo que necesitaban a alguien joven para tal hazaña.

El problema era que su reino carecía de esos jóvenes talentos.

Claro que tenían muchos Reyes, Soberanos y Maestros Divinos, pero ellos ya tenían una fundación hecha y su poder era producto de los recursos que podían obtener de su reino y no de su talento, por lo que intentar integrar una herencia en ellos sería un potencial desperdicio de recursos.

'Si Wugou no hubiera muerto, seguro que me habría dado unos hijos dignos de mi orgullo'

Su mente, desgastada por el estrés, recordó a su antigua prometida que fue asesinada hace treinta años, siendo una de las más grandes pérdidas que había sufrido en su vida, no tanto por los sentimientos que tenía hacia ella, sino por los potenciales beneficios que habría obtenido si hubiera engendrado hijos con la portadora del Cuerpo Divino Inmaculado.

Desde su pérdida, no habia tocado a sus otras mujeres por que se habia encariñado con la quien sería su esposa oficial... aún recordaba su rostro, sus facciones, su gestos... aún la recordaba.

"Pensé que te habías olvidado de mi Wuya, pero veo que aún me recuerdas, eso es muy curioso"

¡De pronto, una voz extremadamente hermosa se escuchó en el salón del trono, haciendo que todos los Dioses levantaran sus alarmas ya que no habían sentido a alguien acercárseles sin ser detectado!

¡Wuya salió de su trance inmediatamente mientras dirigía una mirada incrédula hacia la fuente de la voz, ya que él la podía reconocer inconfundiblemente!

En un lugar alejado del salón una figura femenina se había hecho presente, haciendo que su mente no procese bien lo que sus ojos veían.

Ese rostro… esos ojos… esa figura… todo era igual que hace treinta años… ¡Todo era idéntico a ella tal como el día que se despidió para ir a la visita de sus padres, previo al compromiso que nunca se llevó a cabo!

No había duda… ella era…

"¿W-Wugou? … ¿Eres tú?" – El Emperador de la Luna no quería pensar que esto era real, ya que sería como una bendición de los cielos para su reino si ella en verdad regresaba… todo por lo que había pedido, por lo que había orado a los cielos... podría cumplirse si ella estaba realmente aquí….

Sin embargo, su cerebro no procesó bien las palabras que había dicho la mujer, ya que claramente significaban la capacidad que tenía ella para ver lo que estaba pensando.

De igual modo, su mente no pudo percatarse de que el resto de Dioses de la Luna no habían hecho o dicho algo… ¡parecían que estuvieran petrificados, con los rostros llenos de un miedo extremo, sin poder mover ni un músculo!

Todo esto era ajeno a un Yue Wuya que se acercó pausadamente a la mujer que más necesitaba en estos momentos.

"¿Qué cosas dices Wuya? ¿Cómo puedo no ser yo? Creo que has estado bajo tensión y estás diciendo muchas cosas sin sentido. Ven, vayamos a la alcoba real para descanses, luego de ello podemos conversar con más detalle"

Yue Wugou habló con una voz hechizante, haciendo que el Rey del Reino se comportara como una abeja yendo hacia el néctar de una hermosa flor.

"Wuyi… lo que dices… hazlo... llama a Yue Huan y Yue Jinxi… ocúpate de todo..."

El emperador no se preocupó por la falta de respuesta por parte de su hermano mientras seguía a la hermosa mujer hacia la cámara principal.

Su mente comenzó a pensar que si el empezaba a tener hijos con ella ahora, podría tener un buen par de herederos en unos veinte años, por lo que comenzó a planificar todo para que se desarrollara de la mejor manera.

Si recordaba bien, Wugou era muy sumisa con él, jamás le recriminó algo mientras aceptaba todo lo que le decía.

¡Una emoción nació desde lo más profundo de su alma!

¡Había encontrado su propia bendición Divina para su reino!

¡Toda su presión y preocupación se esfumó como por arte de magia, dando paso a una actitud muy positiva!

Sin embargo, tenia que jugar bien sus cartas para poder atraer una vez más a esta mujer a su lado, cosa que no consideró complicada.

Mientras caminaban por los amplios pasillos, inusualmente vacíos, hacia la habitación principal, el Emperador de la Luna no se percató de que las puertas de las habitaciones a cada lado de ellos estaban entre abiertas.

Esto era algo raro... por decir lo menos, ya que esas habitaciones pertenecían a las mujeres que conformaban el harem de Yue Wuya.

Las trecientas setenta y una concubinas estaban apostadas en este lugar y casi siempre estaban en sus habitaciones pasando los días de su vida en esta prisión de cristal, por lo que no querían relacionarse mucho unas con otras, manteniendo sus puertas cerradas casi todo el tiempo.

Sin embargo, el cerebro de Wuya estaba más predispuesto en seleccionar las palabras correctas para hablar con Wugou que en otras cosas.

"¿Cómo es que has sobrevivido Wugou? Yo estuve buscándote todo el tiempo… esperanzado en encontrarte algún día… mi dolor era insoportable, rogándole a los cielos que las noticias de tu muerte sean más que una mentira… mi amor se transformó en pena amarga con cada día que pasaba"

Wuya comenzó a hablar de la forma que siempre le había hablado, ya que así ella siempre le respondía con una sonrisa y seguía esta declaración de sentimientos. Pero algo lo asustó cuando escuchó las palabras de la mujer que caminaba al frente.

"¿Dolor insoportable? ¿pena amarga? ... Dime Wuya, ¿te dolió perder a Yue Wugou, la mujer, o te dolió perder el Cuerpo Divino Inmaculado?"

¡El emperador se exasperó ante esta pregunta que por nada del mundo se la esperaba!

"¿Qué quieres decir Wugou? ¡¿Cómo puedes preguntar algo así? ¿acaso todo lo que te di, todo lo que te mostré en el pasado no es muestra suficiente de mis sentimientos por ti?!"

El Rey del Reino estaba ansioso, esta no era la respuesta que esperaba oír, ella claramente había cambiado… ahora se percató de algunas cosas que no había tomado en cuenta… su aura calmada… su disposición... su caminar… todo era completamente diferente a la Wugou que él conocía.

"¿No es simple de responder? No creo que te cueste decir unas simples palabras Wuya, ¿o es que el amor que tienes por mí no es suficiente para hacerlo?" – La dama dijo mientras se acercaban cada vez más a la habitación principal.

"¡Te he dado mucho como para que dudes de mí Wugou!"

Respondió airadamente el Emperador de la Luna, pero en el fondo tenía un miedo ominoso, ya que ahora no podía simplemente imponerse sobre esta mujer solo porque sí, había una nueva autoridad que velaba por el 'amor verdadero' y si ella no aceptaba sus excusas, sus planes no progresarían.

Si él se imponía aún con la negativa de ella y si el Dios Verdadero se diera cuenta de esto… no quería pensar en las consecuencias de esto.

"Pero no tengo algún impedimento, es muy simple, me dolió la pérdida del Cuerpo Divino Exquisito"

En ese momento Wuya se quedó parado como una estaca en medio del pasillo mientras sus ojos se extendían como platos y su boca se abría y cerraba intermitentemente ¡Qué diablos le había pasado en estos momentos, esas no eran las palabras que debería haber dicho!

"Q-Qué… como… no… esto…" – Pero por más que quería decir la mentira preparada ¡Nada pudo salir de su boca!

"Oh… veo que eres muy sincero Wuya, gracias por demostrarme que no eres diferente a toda la basura que existe en este universo" – Yue Wugou dijo mientras se detenía y giraba para mirar al sorprendido Emperador de la Luna con una sonrisa despectiva.

"Y gracias a que fuiste un tipo sincero, te daré una muestra de mi buena disposición, si te acercas a ver qué hay detrás de estas puertas, encontrarás el motivo de por qué estoy viva y como puedo estar aquí hablándote... ese 'motivo' está en una de las 371 habitaciones, procura buscar bien en todas ellas… te espero en la habitación principal una vez que termines de revisar todas las recamaras ¿de acuerdo? ~"

Yue Wugou habló con un tono juguetón mientras esas palabras parecían un hechizo para Wuya, quien mostró una sensación de alarma al darse cuenta que no podía ir en contra de las palabras de la mujer que se alejaba con paso suaves en dirección de la habitación principal.

Al girar su cabeza hacia una de las habitaciones, se percató de la puerta entre abierta, al ver el resto de puertas, la situación era la misma.

Eso lo llenó de una molestia y ansiedad por que esto significaba que este 'juego' de búsqueda implicaba la intimidad de sus mujeres, por ello fue molesto hacia una de las habitaciones… pero lo que encontró ahí fue el inicio de un tren hacia la locura.

¡La madre de su hijo Yue Huan… una de sus concubinas… estaba acostada sobre su cama, completamente desnuda y con las piernas extendidas… mientras una gran cantidad de semen caía de su coño!

La mujer que estaba en estado de éxtasis aun respiraba pesadamente, con la dicha escrita en su cara, sin importarle lo que sucedía a su alrededor.

*Breaking*

Algo dentro de la mente de Wuya se rompió… la colera que jamás había sentido fue saboreada en su boca… ¡la escena frente a él era la humillación más horrenda que jamás había experimentado!

En el momento en el que pensaba liberar su energía divina para matar a esta mujer por tal abyecta imagen, recordó el resto de habitaciones, por lo que salió volando y se dirigió hacia la próxima… y la próxima… y la otra próxima… cayendo en un abismo de desesperación y más humillación.

En cada cuarto… sobre cada cama… solo podía ver en su mente la espesa semilla blanquecina saliendo de los coños, culos o bocas de todas sus concubinas desnudas, algunas desmayadas, otras aún conscientes... pero todas ellas tenían una expresión de satisfacción que él jamás había visto cuando tenían relaciones…

Ya no tuvo el estomago para seguir revisando el resto de habitaciones… el sabor de bilis en su boca se mezclaba con el sabor metálico de su sangre…. sus pulmones transpiraban con fuerza, sus vísceras se retorcían por la colera que sentía… sus ojos inyectados de sangre… todo se le juntó cuando las palabras de la mujer que lo trajo a este lugar volvieron a sonar en su mente.

'Te espero en la habitación principal una vez que termines de revisar todas las recamaras ¿de acuerdo?'

"¡¡YUE… WUGOU!!"

Con una explosión de energía su cuerpo se impulsó a través del espacio, apareciendo directamente frente de la puerta principal de su habitación.

Cuando estuvo a punto de dar un golpe, que fácilmente borraría toda esta parte del palacio, fuertes gemidos saludaron sus agudos sentidos, ¡y los ojos de Wuya se abrieron con incredulidad!

¡El Emperador de la Luna temblaba con una mezcla de cólera y rabia sin límites! y sin más demora, se zambulló en su habitación.

Una decisión desafortunada, ya que lo primero que vio, fue a sus concubinas favoritas tiradas en el suelo, a lo largo del vestíbulo de entrada.

Todas yacían con ropas desgarradas… las piernas abiertas con abundante goteo desde todos los orificios, y una mirada dichosa en sus rostros.

Los ojos de Wuya se pusieron inyectados de más sangre mientras retenía la sangre que amenazaba salir por su boca.

Su cuerpo temblaba mientras se percataba de los gemidos más estridentes provenientes desde la parte más profunda de la habitación, el lugar en donde está la recamara principal.

Por supuesto, esos sonidos punzantes eran muy familiares para él, habiendo estado con ellas durante siglos, ¿cómo podría el Emperador de la Luna no reconocer a quien le pertenecían esas ruidosas voces?

Justo cuando estuvo al frente a la puerta que daba directo a su cama, una terrible ansiedad invadió su alma… no sabía que era lo que le pasaba… era como si un instinto de supervivencia le dijera que no cruzara esa puerta… pero él igual lo ignoró y la abrió lentamente.

"Ahhh ... ahhh ... ahhh!"

"Ohhh, sí ... sí ... sí!"

"¡¡Más ... más ... maaaasss!! "

Las mujeres gimieron en un placer claramente debilitante mientras sus gemidos se mezclaban con los sonidos de la carne chocando con la carne.

* Paph* * Paph * * Paph *

* Squelch * * Squelch * * Squelch *

* Paph * * Paph * * Paph*

Un hombre que conocía muy bien estaba clavando profundamente su polla, realmente monstruosa para cualquier hombre promedio, dentro de la concubina principal, quien era la madre de Yue Xuange, el príncipe heredero.

Sus caderas se movían a un ritmo vertiginoso con cada envestida, mientras las otras concubinas, las aún despiertas, lamían su cuerpo esculpido y luchaban por cada centímetro de él que podían arrebatar.

*Paph* *Paph* *Paph*

El sonido de las bolas del hombre golpeando el formado trasero de la mujer y el sonido de una polla entrando y saliendo de un coño codicioso rivalizaba con los gemidos en la habitación.

Y aunque ella no podía verlo, Yue Wuya podía presenciar claramente la vista de la lengua de su concubina principal saliendo de su boca mientras su rostro excitado, algo que nunca había visto, se proyectaba como la garantía de que esta era la follada más grande y monumental que había tenido en su larga vida.

En ese momento el otrora poderoso Emperador de la Luna, solo se detuvo mientras veía esta escena…toda su cólera y rabia que comprimía su interior se esfumó como la llama de una vela ante una ventisca… sus rodillas cedieron y su cuerpo cayó ante tal panorama… mientras no podía dejar de ver.

Sin que él se diera cuenta, Yue Wugou apareció por detrás, con una mirada fija en la única cosa que le importaba en el mundo, y comenzó a hablar.

"Mira eso Wuya… mira a un verdadero hombre en acción… ¿acaso no escuchaste todo lo que dije en la final de la convención? ¿no prestaste atención cuando dije que los hombres debían ser sinceros con los que aman?"

Wuya volteó la cara mientras el horror estaba escrito en sus ojos… en la convención solo dos mujeres dijeron esas palabras… solo dos mujeres tenían el derecho de decirlas… la madre y la hermana del hombre que estaba ahora mismo rellenando el coño de su concubina principal… y si eso era cierto, quiere decir que….

"¿S-Su excelencia… es tu… h-hijo?" – La pesadilla no había acabado … él jamás habría soltado esas palabras, ya que eso significaba que Yue Wugou y su Hijo… ¡tenían una relación tabú!... y por más valor que le dieran, no diría esas palabras en frente del Dios Verdadero.

"¿Acaso eso es pecado Wuya? Déjame decirte que él es hombre perfecto para mí, je, pero no me creas… créeles a ellas, mira por ti mismo"

"¡Me corrooooooo!"

Un fuerte gemido vino desde el fondo de los pulmones de la concubina principal del Emperador de la Luna, mientras todo su ser colapsaba sobre la cama con las cuatro extremidades extendidas y la felicidad máxima tallada en su rostro.

Wuya no quería voltear su cabeza y ver esa escena humillante… había perdido como cultivador ante la fuerza de ese tipo… había perdido como hombre ya que sus mujeres fueron tomadas por él… había perdido su objetivo principal ya que este se había encamado con su propio hijo… había perdido en su propio reino… en su propia cama… lo había perdido todo…

En ese momento escuchó unos pasos que se acercaban… sabia que era Yuanba quien venia hacia donde el estaba desvanecido… tenia miedo de mirarlo a la cara… tenia colera, rabia, pena, pavor… no sabía como sentirse ante esta situación… ante este dolor.

Wugou pasó de largo al postrado Emperador de la Luna y se fue en dirección del hombre que se acercaba.

*Smooch* Ahh… *Smooch*

Se escuchó unos sonidos de besos, los que hicieron que todo el cuerpo de Yue Wuya se entumiera... un frio le recorrió la piel mientras un deseo comenzó a nacer en el fondo de su ser.

*Thump* *Thump* *Thump* *Thump*

Los latidos salvajes comenzaron a sonar en su pecho al mismo tiempo que una necesidad imperiosa se formaba en su mente… el no sabia que era esto… ya no era miedo… ya no era odio…

Era dolor, pero un tipo de dolor que jamás había experimentado.

Siguiendo esta necesidad, lentamente volteó la mirada y lo que vio hizo que su mente se pusiera en blanco….

La mujer que había deseado… la mujer que más le interesaba en la vida… esa mujer estaba siendo abrazada apasionadamente y besada frente a sus ojos de la manera más erótica que un beso fuera posible.

*Breaking*

¡Otra ruptura en la mente del Emperador de la Luna hizo que el deseo que no reconocía previamente aumentara de manera explosiva… su respiración se agitó y todo su cuerpo se tensó progresivamente hasta que explotó en una descarga de éxtasis!

Su frente sudaba… su pecho se agitaba, su cuerpo temblaba… su entrepierna se mojaba…

Yuanba, que observó esto mientras besaba a su madre y evitaba que se enterara de lo que estaba pasando a sus espaldas, dio una mirada de ironía ante este sujeto.

'Bueno Wuya, esto te ganas por ser un tipo que no supo valorar lo que tuvo, pero gracias a esa actitud de mierda tuya es que yo puedo existir. No creí que al final fueras un cornudo de armario, je, quien lo diría… ahora, tu pase a la extinción está completado'