Cuando despierto, están las dos durmiendo. Una con el brazo estirado sobre mi cara y la pierna sobre la mía. La otra, babeando sobre mi pecho. En serio…
Me levantó despacio. No se han despertado. Me aseguro de que duerman de nuevo. Están preciosas desnudas. Llamo a las chicas. Para realizar nuestro ritual matutino. Es decir, follarlas para ayudarlas con su cultivación. Al menos, esa es la excusa.
Bueno, es cierto que la mayoría no lo necesitan. No pueden avanzar más porque me igualarían. Y no podrían estar dentro. Eso no impide que lo sigamos haciendo. Es delicioso tenerlas entre mis brazos. Estar dentro de ellas. Y además, pueden practicar la cultivación del cuerpo yin yang. O dejarme absorber su yin y su qi.
Me hacen prometer que mimaré a mis dos pervertidas. Les caen bien. Aunque solo las gemelas han hablado con ellas. Muy poco. Y solo de paso. Tienen un enemigo peligroso. No quieren que puedan sufrir por conocerlas. Les frustra. Pero por ahora, es lo mejor.
Las despierto manoseando sus pechos. Pinchando sus pezones. Con bastante qi.
–¡Aaahhh! Kooong– gime Bi Lang.
–Maaás… ¡HHAAaaaahhhH!– gime Bei Liu.
Cuando se despiertan del todo, se quejan de que es muy pronto. No por eso se niegan a tener sexo. Más bien, piden un "extra por las molestias". Es decir, que las devore. Que las lleve a orgasmo tras orgasmos. Que disfrute de ellas mientras puedan tenerse en pie.
Cuando me voy, están durmiéndose otra vez. Me temo que estarán igual cuando vuelva…
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–¿Cómo funciona?– me pregunta Su Tian.
–Si circulas qi en sentido horario, lo llenas. Al revés, lo suelta. La parte negra hacia ti– explico –. Prueba a poner un poco y sacarlo.
Me obedece. Asiente mirando al brazalete cuando su qi es absorbido. Sonríe cuando lo recupera.
–Es ingenioso y fácil de usar. Tengo aún horas reservadas en las cuevas. Me pasaré para llenarlo, probarlo y cultivar un poco. Gracias– me agradece.
Las cuevas tienen una gran densidad de qi. Y no son baratas. Aunque es probable que sea de las más sencillas. De todas formas, es un lujo para nuestro nivel. Supongo que le sobran los puntos.
Se queda mirándolo y probándolo un poco más. Como un niño con un juguete nuevo. Vale, yo también lo hice.
Un par me preguntan con cierto interés. Pero aún no me lo piden. Supongo que quieren ver qué tal le va a Su Tian en los próximos días.
Así que me limito a hacer las copias con la ayuda del brazalete. Creo que me miran de reojo. Están tentados.
Luego, vuelvo a la cabaña. Están dormidas. La situación requiere un poco de hielo.
–¡¡KOOooooog!!
–¡¡IIIIIhhhhh!!
Se despiertan. Me intentan pegar. Me escapo corriendo alrededor de la cama. Sus pechos botan obscenamente. Me atrapan. Me pegan con los puños. Muy suavemente. Las beso.
Las follaría otra vez. Pero todos tenemos cosas que hacer. Incluso ellas. Así que se visten y se despiden. Reacias a irse. Con un beso de equipaje. Y una promesa de seguir otro día. Un beso más. No había bastante con uno.
No sé si se irán a dormir. Son capaces, aunque no creo. Les he pedido que le den a Xiulan las instrucciones para un nuevo brazalete. Es para Yu. Esta vez, ha ganado ella.
Conociéndolas, irán a buscarla y se las darán. Después… a saber. Quizás, se vayan a dormir. Quizás, se den una vuelta por el mercado. Dudo que se pongan a cultivar. O a entrenar.
Lo que sí sé es que han protestado por hacer de mensajeras. Aunque no lo han hecho muy efusivamente. Sé que les divierte. Y han disfrutado pasando la noche conmigo. Se van riendo cuando lo insinúo.
Yo sigo follando. A mis esclavas esta vez. Recargando el qi que he gastado. Y el del brazalete. Además de practicar. Hasta quedarme a la mitad de qi otra vez.
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El resto del día, lo paso entrenando. Hablando con las chicas. Follando.
Hoy he empezado a reforzar mis órganos internos con la técnica yin yang. Reconozco que me da un poco de miedo. Si algo pasa cuando refuerzo la piel o un músculo, no es grave. Aunque se rompa, siempre se acabará curando. No es lo mismo con los órganos internos.
Así que decido empezar con el hígado. He oído que puede regenerarse. El corazón lo dejaré para el final. Es el que me da más miedo.
El resultado es que no ha pasado nada. De hecho, la técnica ya indicaba hacerlo mucho más suave con estos. Más delicado. Y más veces. Hablaba de cerca de año por cada unos de ellos. Con el tiempo que he tardado en piel y músculos, calculo que un mes será suficiente.
Igual que con la piel y músculos, he añadido yang para expandirlo. Y yin para contraerlo. Pero a mucha menor escala. Eso significa que tengo que repetirlo más veces. Aunque también que puedo expandir el alcance. Más volumen cada vez.
Al principio, lo he hecho solo en un pequeño fragmento. Luego he acabado extendiéndolo a todo el hígado. Follando a las chicas, lo he ido contrayendo con su yin. Incluso con el de quienes practican la técnica. Hoy han reservado el yin para mí. Por si había algún problema. Por suerte. Todo parece haber salido bien.
El único problema es que es difícil comprobar que sea más fuerte. No sé como hacerlo. No me queda más remedio que confiar en que realmente funcione.
Por otra parte, también he visto a Ning entrenando el mangual un tanto impotente. No puede escapar. Cada día, Rui la coge a la misma hora. A veces, incluso entrena con ella. Lo peor para Ning es que Bronceada se ha unido. Desde hace un tiempo, se lleva muy bien con Rui.
Hai, por otra parte, es más como Ning. Quizás algo menos pervertida. Y algo más trabajadora. No remolonea en los entrenamientos. Pero tampoco es entusiasta.
Rong simplemente obedece. Verla entrenar con maza y escudo es espectacular. Sus enormes pechos no paraban de botar. Realmente, costaba concentrarse. Cuando ha acabado, la he llamado para follarla. No ha sido la primera vez.
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Al día siguiente, me encuentro a Su Tian copiando una página con la ayuda del brazalete. Hay varios observándolo.
Es más conservador que yo. Algunos hilos que yo hacía con el qi del brazalete, él los hace con el suyo propio. Supongo que le falta confianza. O no ha entrenado lo suficiente. Es lo más probable. No puede recuperar el qi con tanta facilidad como yo.
Es más hábil que yo a la hora de crear los enlaces. Claro que también lleva más tiempo haciéndolo. Está cerca de la etapa dos. Confesó que a algo más que dos años.
Eso hace que el brazalete sea aún más importante para él. Apenas tiene qi para una página ahora mismo. Dentro de poco, tendría que dejar de venir. Hasta que suba de etapa.
Respira hondo tras acabar. Levanta la cabeza. Me ve. Sonríe y alza el pulgar.
–Ja, ja. Realmente es útil. Voy a poder hacer otra página. Hacía tiempo que no hacía dos. ¡Y tardaré más en retirarme! Te debo una– me agradece.
–Yo no he hecho casi nada. Tú me ayudaste mucha más cuando empecé. Aún te debo yo– le devuelvo el agradecimiento.
Chocamos las manos amistosamente. No solemos hablar mucho. Pero sin duda me ayudó cuando empecé a copiar en Alma. Ninguno me trató mal, pero muchos guardaban cierta distancia. Al fin y al cabo, había sido un esclavo. Él no tuvo ningún problema en explicarme todo lo que tenía que saber. Y algunos trucos extras. Le estoy realmente agradecido.
El brazalete le debería servir mientras esté en la etapa dos. Un poco menos, pues podrá almacenar menos qi de esa etapa. Pero seguirá siendo útil. Para la tres, ya será un poco justo. Aunque no del todo inútil.
Yan Xiulan aseguró que podía almacenar hasta la cuatro. Pero igual que la densidad de qi se dobla, la que puede guardar la gema se divide por dos. Hace falta una gema de mayor calidad. Además de inscripciones más avanzadas. Este es el límite para ella por ahora.
Es entonces cuando varios estudiantes me abordan. Al final, tengo seis pedidos más. Algunos tendrán que esperar. Creo que esta vez será mejor que vaya en persona.
Su Tian se ríe por lo bajo al ver la escena, y vuelve a copiar. Sin duda, ser el primero tenía un riesgo. La ventaja es que lo tiene antes. Y que le hice un descuento.
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–¿Kong? ¿Me estabas esperando?– me saluda Yan Xiulan.
–Hola. Sí, quería hablar sobre los brazaletes– empiezo.
–Ah… ¿Hay algún problema con el que me han dado Lang'er y Liu'er? Ya había empezado… ¿¡O ha pasado algo con el que hice!?– se muestra preocupada.
–No, no, está todo bien– la tranquilizo –. Déjame pagarte los puntos.
–Ya te dije que no hacía falta que vinieras por eso– me regaña con timidez.
Cierto, me había dicho que no había prisa para que le pagara. Pero no ya es solo el de Yu.
–¡Kong! ¿¡Qué significa esto!? ¡Es mucho!– se sorprende.
–No es tanto. Al primero le hice un poco de descuento. Este es el precio de ocho– le revelo.
Lo cierto es que no se lo había dicho antes para ver qué cara ponía. Ha valido la pena. Me mira con los ojos muy abiertos. La boca entreabierta. Tengo que coger la tarjeta del suelo y dársela. Enrojece.
Aunque se le pasa cuando le doy las siete hojas con las descripciones. Por un momento, no sabe qué hacer. Luego las lee una a una con atención.
–No hay ningún problema. Dos, tres y el cinco son para mujeres, ¿verdad?– me pregunta.
–Sí, así es. También el uno. Aunque le gusta vestir como a un hombre– le explico.
Me mira un instante ligeramente sorprendida. Aunque no le da mucha importancia.
–De verdad, no esperaba tantos pedidos en tan poco tiempo…– murmura, aún sin acabar de creérselo.
Bueno, uno es de Yu. El otro de Song. Lo he intercalado.
–¿Es un problema?– me preocupo un poco.
–¿Un problema? ¡Es un sueño! Ya no sé como darte las gracias…– me mira sonriendo.
Hasta me coge las manos. Aunque las suelta enseguida. Avergonzada de nuevo.
–Menos mal. Porque es posible que haya más pedidos. Bastantes más– le informo.
–¿Más?– pregunta, más sorprendida y esperanzada que preocupada.
–Estos son de los estudiantes que copian páginas a mi misma hora. Hay otros que los hacen a otras. Y quizás podríamos tener de la etapa dos. No sé cuándo, pero seguro que se acaba corriendo la voz– aseguro.
Ella me besa en la mejilla, emocionada. Como siempre, se acaba avergonzando. Aunque esta vez no se va corriendo.
–Cualquier cosa que quieras…– me ofrece antes de irse.
Aunque veo que se pone más roja cuando se está yendo. Quizás se ha dado cuenta de cómo se puede llegar a interpretar. Qué podría pedirle. Es muy mona. Un encanto.
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Luego voy a la tienda de Guo Xua. Esta vez, Lin Tao está atada. Con sus piernas totalmente abiertas. Es bastante flexible. Sus manos atadas a las rodillas. Le damos los crepes entre risas. Sin desatarla. Ella los muerde obediente. De postre tiene mi semen. Después, la vuelvo a follar. Esta vez, de cara. Aunque primero la limpio con la lengua. Se ha manchado un poco. No está malo el crep.
Con Guo Xua, hoy somos muy dulces. La primera vez, ella tendida bocarriba en la cama. Sus piernas rodeándome. La segunda, sentada sobre mí. Con muchos besos en las dos. Hoy estaba mimosa. Entre sexo y sexo, también ha comido crepes. Y se ha manchado. Curiosamente, cuando ha visto que lamía a Lin Tao eróticamente. Haciéndola gemir.
Por supuesto, he tenido que limpiarla a ella también. ¿Esto no ha pasado antes? Da igual. Es divertido y sensual.
–¿Cómo los mantienes calientes?– me ha preguntado con curiosidad.
–Es un secreto– le he respondido, sonriendo.
Ella ha inflado un poco las mejillas. Y me ha mirado un tanto suplicante. No me ha sacado palabra. No puedo hablarle de la Residencia o el Almacén. ¿Quizás en el futuro?
También me ha dado un juego de té. Unas cuantas hojas. La mayoría sencillas para practicar. Algunas, más buenas. No me ha dejado pagarle. Ni haciéndole cosquillas. Ni torturándola a orgasmos. Bueno, más bien, ha disfrutado de la tortura.
Cuando vuelvo, miro de reojo a Ma Lang. Está en la cocina. La compraron las gemelas de oferta. De momento, dicen que les está bien.
Está hirviendo agua en la tetera. La cara que ha puesto cuando le he mandado todo ha sido digna de ver. Estaba muy ilusionada. Las otras chicas sonreían mirándola.
Se ha puesto a leer con atención la guía. Es sencilla. Más bien introductoria. El resto es práctica. Y es lo que se ha puesto a hacer.
La verdad es que ya me han avisado que es mucho más complejo hacerlo bien. Que está es una guía inicial. Pero es una buena forma de empezar. Quizás en el futuro, alguien le pueda enseñar. ¿Habrá un manual avanzado? Esto es lo que tenemos por ahora.