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CLUE: SERENDIPIA

Imagina tener todo lo que te hace feliz... Una madre amorosa, amigos que te apoyan y cuidan, vecinos que te tratan con amabilidad. Es una vida de ensueño que la mayoría puede envidiar, ¿cierto?... Pero, ¿Qué pasaría si un día tu madre decide presentarte a tu padre después de 18 años?. Ella se encuentra emocionada y no puedes negarte, rumbo a la reunión con aquel hombre algo golpea su auto y en cuestión de unas horas pierdes a la única persona que estuvo a tu lado y que puedes llamar "familia". Quedas sola con una biblioteca que atender y al cuidado de los padres de tu mejor amiga. Conforme vas creciendo tu vida se vuelve rutinaria y algo aburrida, estas limitada a hacer cosas porque puede que aquellas personas que dañaron a tu madre regresen por ti. Todo te resulta monótono... O por lo menos así es hasta que le conoces a él, pero para poder ser feliz y proteger a tus seres queridos deberás descubrir que hay detrás del pasado de tu madre. Esta es la historia de Sasha Aráoz, ¿Estas listo para conocerla?

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303 Chs

Día 1: Búsqueda Parte I

El viento entraba por la ventanilla del auto y la música del ukelele sonaba de fondo mientras que Ashley e Isabella cantaban alegremente la letra de una canción. Los chicos escuchaban con atención y movían sus cabezas al ritmo de la melodía. Yo me divertía cada vez que Alex hacia alguna broma hacia ellas que se dejaban llevar por la emoción del momento.

El transcurso del viaje siguió animado, por lo menos hasta que estábamos en el camino que daba a la cabaña.

- Ya casi llegamos. - Mateo bajó el volumen de la música y señalo hacia su izquierda en donde se podía ver el lago que brillaba con los rayos de luz.

- ¡WOW! ¡Definitivamente vamos a ir a nadar! - Gritó emocionada Ashley, quien parecía una niña pequeña que veía por primera vez el lugar.

- Es muy bonito. - Comentó Tom mirando con detenimiento por la ventana.

- Hay un lugar secreto al que solíamos ir los tres de pequeños, se lo mostraremos luego. - Alex estaba emocionado. Me parece que le agrada el realizar un viaje con más personas de nuestra edad.

- Llegamos. - Dije al ver como la cabaña se hacia más visible de entre los árboles. - Todos los que estaban admirando el paisaje giraron su cabeza para ver la cabaña.

- ¡Al fin! - Isabella sonrió y dio pequeños aplausos de felicidad en su asiento. Y no la comprendo porque al estar cantando su garganta se secaba y termino por beber mucha agua.

- Antes de que vayan a bajar y huir necesito que me ayuden a bajar las cosas y a guardar la comida. - Sentenció Mateo que intentaba mantenerlos a raya.

- Esta bien. - Murmuró Alex algo decepcionado.

Reí al ver como todos salieron de la camioneta a estirarse y a tomar aire fresco en cuanto Mateo se estacionó.

- ¡Sasha, por favor! - Dijo Isabella suplicando mientras salía con dificultad de los asientos traseros.

- Si, sígueme. - Caminé con rapidez mientras buscaba en mis pantalones las llaves de la cabaña.

- Déjame entrar primero. - Mateo cogió deprisa un par de bolsas del portaequipaje y caminó deprisa hasta la entrada.

Abrí la puerta y todo parecía estar en orden. Alex y Tom también entraron de prisa y en cuanto dejaron las cosas los tres se marcharon a revisar la casa.

- Sash. - Sentí un tirón en mi ropa, era Isa que seguía esperando mis instrucciones.

- Oh, ven. - Tomé su mano y la llevé hasta donde estaba el sanitario.

Regresé a el maletero de la camioneta para ayudar a bajar el resto de cosas y cuando terminamos de dejarlas en la entrada Ash me dio un codazo "discreto" para después guiñarme el ojo.

- Sash, ¿puedes ir al sótano a restaurar la electricidad? Yo voy guardando la comida. - Sonrió mientras le quitaba de las manos unas bolsas con botanas a Louis. - Acompáñala por favor, está algo oscuro. - Mi amiga fingió inocencia y caminó en dirección a la cocina.

- Yo te puedo acompa... - Joseph no termino ni de decir la frase porque mi amiga regresó y lo tomó de la mano.

- Mejor ayúdame. - Insistió Ash llevándoselo a la cocina sin siquiera ver que ese simple contacto había puesto el rostro de Joseph de un color carmesí.

- Vamos. - Reí al ver que por primera vez mi amiga estaba siendo un poco lenta en comprender lo que le pasa a su alrededor. Busque la linterna en mi mochila y lo encontré mirándome fijamente.

- ¿Qué pasa? - Pregunté acercándome a él. - Estás muy callado. -

- No pasa nada, solo que es divertido observar. Es un poco caótico este viaje, pero creo que será divertido. - Sonrió tocando mi mejilla por unos segundos.

No estaba muy convencida de sus palabras pero sonreí y le hice una seña para que me siguiera. Abrí con cuidado la puerta que daba al sótano y encendí la lampara para ver con claridad y bajamos las escaleras una vez que cerramos la puerta para evitar que se azotará por el viento que entraba por las ventanas de la cabaña.

-Listo. - Dije al encender la caja de electricidad. Encendí la luz del sótano y abrí las pequeñas ventanillas que daban a el exterior para que se ventilará el lugar.

- Hay bastante cosas aquí. - Louis miró alrededor algo curioso por las cosas almacenadas.

- Si las hay. - Sonreí mientras le veía fijamente.

- ¿Qué tengo? - Louis miró alrededor intentando descifrarme.

- Eres muy alto. - Me acerque mirando que su cabeza casi alcanzaba el techo del sótano.

- No realmente, lo que pasa es que es un poco bajo aquí. - Sus manos alcanzaron la duela de madera sin dificultad.

- ¿Si? - Le abracé aprovechando que sus manos estaban lejos. Sentí que su cuerpo se tensaba y que tardó un poco.

- ¿Qué pasa si vienen los demás? - Murmuro bajando lentamente sus brazos.

- ¿No puedo abrazar a mi novio? - Recargue la barbilla en su pecho y le miré con atención.

- No es eso. Pero sé que eres un poco tímida cuando hay personas cerca. - Colocó su mano en mi mejilla y yo me froté en ella.

- ¿Qué tienes? Y no me digas que nada. - Le miré fijamente y él solo rio entre dientes, mostrándome una sonrisa bastante linda.

- Ah. - Suspiró al ver que yo no estaba bromeando. - Se supone que dije que no te dejaría cerca de los demás pero ellas siempre terminan robándote de mi lado. - Sus orejas estaban rojas y evitaba mi mirada.

- ¿Estas molesto porque no puedes hacer nada contra ellas? - Me burlé un poco de él y pude ver gracias a la luz que caía directamente en su cara como sus mejillas enrojecían.

- Yo tampoco puedo. - Sonreí.

Dejé de abrazarlo, puse mi mano en su mejilla e hice que me mirará. Parecía un poco desconcertado por mis acciones, y no lo culpo, pero realmente quería expresar lo que sentía por él en cualquier momento y lugar. Coloqué mi otra mano en su pecho y me levante de puntillas para besar su mejilla pero fallé y besé su mentón.

- Eres muy alto. - Me queje y Louis se rio.

- Solo será un momento porque debemos volver arriba. - Susurré y con un poco de fuerza jalé su camisa hacia abajo hasta que pude tocar sus labios.

- Creo que nos van a buscar si no regresamos. - Lo besé un par de veces más, tomé su mano y lo llevé hasta las escaleras. Sorprendentemente estaba más calmado de lo que esperaba. Al abrir la puerta me encontré a Josh y a Ashley que cargaban consigo un par de cosas de limpieza.

- Oh, ya están aquí. Mande a los demás a dejar las maletas arriba y a cambiar las sábanas porque seguramente había polvo acumulado. - Nos platicó Ash casualmente mientras miraba las cosas que cargaba Joseph. Pero fue hasta que ella nos miró que una enorme sonrisa se dibujo en su rostro.

- ¿Hermano estás bien? ¿Creo que tienes fiebre? - Joseph se acercó a Louis pero Ash intervino.

- Es que en el sótano hace un poco de calor y puede que no se acostumbre a la temperatura. Vamos a ordenar esto en el baño. - Le apresuró Ash a Joseph quien obedientemente le hizo caso. Mi amiga se aclaro la garganta y mientras pasaba a un lado se detuvo.

- Su camisa esta algo arrugada. Arréglala antes de que bajen los chicos. - Rio Ashley y continuo con su camino.

Giré a ver a Louis que no soltaba mi mano. Fue ahí en donde observé su rostro ruborizado mientras se cubría el rostro con su otra mano. Mi mirada bajó a la camisa en donde se podían ver un par de arrugas muy visibles que afortunadamente Joseph no vio.