Giorno entró seguido de un grupo de más de quince hombres de seguridad privada, muy bien armados y algunos policías.
Sin embargo, solo había dos personas de pie, Rouse y Aron quien alzaba a su hija, Giorno no pudo evitar fulminar con su mirada al hombre que tenía en sus brazos a Vivian, a lo que Aron solo respondió con una sonrisa burlona.
-Papá, dijo la niña, se bajó de los brazos de Aron y corrió a los de Giorno, quien ahora le devolvía la misma sonrisa burlona a Aron.
- ¿Están todos bien?, preguntó Giorno, mirando a todos los hombres retorciéndose en el suelo incapaces de ponerse en pie.
- ¿Qué sucedió?
- Me gustaría que eso lo habláramos a solas, dijo Aron señalando su oficina mientras miraba con desconfianza a todos esos hombres que acompañaban a Giorno, los cuales sin perder tiempo ahora ayudaban a los policías a poner bajo arresto a los sujetos del suelo.
Giorno y Aron entraron solos a la oficina del Dojo. Era un lugar pequeño con algunos cuadros en la pared, en ellos se podía ver a Aron junto a otras personas, quienes parecían sus amigos y maestros, varios trofeos todos de primer lugar, un escritorio modesto y un par de sillas baratas. Aron sacó la que estaba detrás del escritorio para sentarse frente a frente a Giorno quien tomó asiento, al mismo tiempo que Aron.
Aron, inició, Giorno ¡gracias por proteger a mi familia!
Aron suspiró y agachó la cabeza, mientras pasaba su mano por el cabello, luego levantó la cabeza y miró a Giorno.
- Es complicado, en verdad ya no es tu familia, ahora es mi familia. No las protegí para ti, las protegí porque las amo. Sin embargo, Vivían siempre será tu hija, no importa lo que haga.
Giorno contempló a Aron, lo vio como un hombre increíble, era fuerte y aun así cerca de Rouse y Vivian se veía como un hombre completamente pacífico, por el dojo se notaba que no la tenía fácil, pero también se notaba que se esforzaba. El lugar estaba impecablemente limpio a pesar de que todo era barato, viejo o incluso las dos cosas al tiempo, sin importar eso podía ver el amor que él tenía en su trabajo, Giorno no pudo evitar admirar a su rival por eso. Honestamente, se sintió aliviado que el estuviera con ellas ese día, así que simplemente lo interrumpió levantando una mano y le dijo:
- Habrá tiempo para hablar sobre eso, ahora quisiera saber: si ellas están en peligro y ¿por qué pasó esto?
Aron, esta vez con un tono serio y algo avergonzado respondió:
- Creo que me confundieron, creyeron que había matado a unos sujetos y robado un reloj muy valioso.
Giorno sintió como si le lanzaran un montón de agua fría sobre su cabeza, con solo escuchar lo de reloj caro y sujetos muertos, supo que a quien buscaban en realidad era a él, no se puede imaginar qué tipo de locos eventos había causado que Aron terminará como presunto culpable, y que además su familia se viera involucrada al mismo tiempo.
Sin embargo, lo que pasó, ya pasó, lo importante aquí era que había asumido ingenuamente que matar unos idiotas de la retina de los gatos, no llamaría la atención, y ahora sin querer había puesto en peligro a su familia
- En verdad lo siento, se disculpó Aron, nunca quise ponerlas en peligro.
- No te disculpes, le dijo Giorno, no es culpa tuya que te confundieran.
Aron lo miró sorprendido, estaba seguro que Giorno aprovecharía esto para tratar de alejarlo de Rouse y Vivían, era una oportunidad de oro, ni siquiera él mismo se negaría a alejarse de ellas si su presencia las ponía en peligro, pero a diferencia de lo que él esperaba Giorno estaba siendo muy indulgente, al parecer no era un hombre rastrero que usaría lo que fuera para conseguir lo que se propusiera, si no alguien con honor.
Giorno en definitiva era un hombre rastrero que haría lo que fuera para conseguir sus objetivos, pero incluso alguien como él tenía límites. Él era el causante de todo el problema, además Aron había protegido a su familia, ni siquiera él era tan vil como para usar esto a su favor.
-Aron, podrías quedarte con ellas un tiempo. Dejaré algunos guardias para que los protejan a todos, usaré algunos contactos para llegar al fondo de lo que está pasando.
- Creo que si me quedo con ellas las pondré en peligro. Además, también quiero llegar al fondo de esto.
- Ellas ya están involucradas, aunque los guardias son de fiar, solo estaré tranquilo si tu estas con ellas. No sería bueno ni para ti, ni para el Dojo meterte más de la cuenta en este asunto.
- ¿Y para ti sí?
Ambos quedaron en silencio… De pronto, el teléfono de Giorno sonó, el ruido los sobresaltó a ambos. Y es que el sonido del teléfono de Giorno era de malísimo gusto, uno que le había puesto luego de ver una caricatura donde un sujeto escuchaba un teléfono imaginario, mientras imitaba su sonido con sus labios para terminar contestando con un sapo. Hacía 500 años a Giorno le había causado mucha gracia, hoy le parecía algo vergonzoso.
- ¿Así que también ves ese programa?
Giorno se sorprendió al ver que alguien como Aron perdiera el tiempo en ese tipo de programación, así que ignorando sus palabras tomó con torpeza su teléfono y respondió.
Habla con el alcalde, fue lo primero que escuchó al otro lado de la línea. Me han informado que un grupo de maleantes atacó a su familia, maleantes que coincidencialmente anoche asesinaron al dueño de una compraventa.
Viejo zorro, pensó para sí mismo Giorno, el alcalde lo había investigado, incluso por sus palabras podía estar seguro que lo estaba vigilando.
- Así es, le respondió Giorno sin titubear.
- Me gustaría que charlemos nuevamente, después de todo no es que me guste ser timado por un asesino y ladrón.
-No se preocupe, le garantizo que lo que viene en el futuro superará sus más ambiciosas expectativas. Además, me gustaría aclararle lo sucedido personalmente, nos reuniremos en la oficina de Yumiko mañana a las 3:00 p.m., le aseguro que después de esa reunión tendrá un panorama diferente.
- Me temo que no tengo ninguna intención de esperar a mañana, la señorita Yumiko ya se encuentra en camino a mi oficina y hay un vehículo de policía que lo espera afuera para escoltarlo a mi oficina, solucionaremos el asunto de inmediato.
El alcalde colgó el teléfono, estaba notablemente molesto, había tardado mucho menos de lo que esperaba en investigarlo, agradeció que Yumiko estuviera de su lado en esa reunión, así que tomó el teléfono y la llamó de inmediato.
- ¿Está todo bien?, le preguntó ella al tomar el teléfono, mis hombres me indican que al llegar el problema estaba solucionado, pero casi de inmediato fui convocada por el alcalde a su oficina, se escuchaba muy molesto
- Si cuando llegamos la situación estaba bajo control, le respondió Giorno, solo quería asegurarme que estuvieras bien.
- ¿Tan mala es la situación?
A pesar de toda la voz de Yumiko se escuchaba tranquila
- Giorno recuerda esto: el alcalde no es en sí un problema es Eliza, su prometida, es una mujer tan peligrosa que incluso mi padre la evita, ten cuidado en no provocarla durante la reunión.
-Una última pregunta, ¿qué posición tiene el Alcalde sobre los sujetos de la letrina de los gatos?
- Formulas mal la pregunta Giorno, la pregunta no es esa, si no ¿por qué odia tanto al castillo de las Damas Muertas?
- Muchas gracias, Yumiko no te preocupes, nos veremos en unos pocos minutos.
Giorno colgó el teléfono, pero justo cuando dio un paso hacia afuera escuchó una tos fingida.
-Cof, cof. Tosió Aron de forma aún más fuerte y menos natural para llamar la atención de Giorno, cuando este se giró, le sonrió levantando un pulgar al aire y le dijo:
- Bien campeón al parecer tienes una cita.
Giorno se había olvidado por completo de su existencia, sintió ganas de patearlo allí mismo, pero se contuvo.
-Es una cuestión meramente de trabajo.
- No te preocupes cuentas con mi apoyo, -le dijo Aron y se puso de pie, luego le echó un brazo por sobre los hombros, cosa que hizo que Giorno se alejara de él
-Si te enamoras de otra chica incluso podríamos llevarnos bien.
- Eso no pasará, Rouse es la única mujer a la que amo.
- Rezare a mis santos para que tu cita sea un éxito.
- ¿Giorno tienes una cita?
Preguntó Rouse, quien entró de repente a la oficina, y con una expresión de alegría le dio un abrazo a Giorno. Luego lo felicito mientras le acomodaba la corbata y un mechón de pelo, tal como haría una madre, con su hijo cuando sale para la escuela.
Giorno suspiró de manera fuerte, no pudo evitar pensar, por un segundo, que esos dos eran tal para cual. Sin embargo, se retractó de inmediato y miró a los ojos a su ex esposa quien con una radiante sonrisa le dijo:
-! ¡Ve por ella campeón!
- Que no es una cita.
Giorno no terminó de hablar, cuando dos agentes se pararon detrás de su esposa.
- ¡Ah!, exclamó Rouse,
- Es verdad venía a decirte que estos agentes quieren que los acompañes y des tu declaración ante lo ocurrido.
-¿A Giorno?, preguntó Aron.
- ¿Si el involucrado fui yo, ¿por qué el debería dar la declaración?
Giorno miró de reojo a Aron y le respondió:
-Solicité que no se les involucre más en este asunto. Yo me haré cargo a partir de ahora de todo, no se preocupen.
- Papá ¿y la película que me prometiste?
Giorno no supo que hacer. Es verdad le había prometido eso a su pequeña hija. Sin embargo, no era como que pudiera escapar a esa reunión.
Aron, levantándola como a una muñequita, le contestó:
- Vivian, papá Giorno y yo te tenemos una sorpresa, pero para que él pueda hacer su parte necesita algo de tiempo, por eso nos alcanzará más tarde en casa de tu mamá. Además, mira todo este desastre, es peligroso ir ahora mismo, con tantos maleantes sueltos.
Vivian asintió a Aron con una sonrisa y luego estiró sus brazos a Giorno, quien la abrazó, le dio un beso y luego regresándola a Aron le dijo.
- Prometo darte una hermosa sorpresa en cuanto me desocupe, Giorno acompañó a los policías, mientras Aron miraba como salían, Giorno no era un mal tipo, pero un extraño; mal presentimiento lo invadía, desde que lo había conocido.
El hombre que había seguido durante todo el día a los vasallos de Danddy contempló como su presa salía de ese viejo Dojo, no podía estar más feliz, a falta de un solo juguete ahora tenía dos. Además, ahora que los hombres de ese idiota estaban arrestados, sin dudas tendría muchos dolores de cabeza. Decidió que actuar precipitado no traería nada bueno. Así que esperaría pacientemente, antes de romper sus juguetes.