El éxito inesperado de **La Falange** seguía atormentando a Robert. Había invertido grandes sumas de dinero en marketing, patrocinios, y eventos con la esperanza de que todo ese gasto masivo no trajera ningún retorno significativo. Pero, como siempre, sus planes habían fracasado espectacularmente. Las ventas de **Horrible Threads** seguían en aumento, y el juego nuevo, **Rebirth: Dystopian Era**, se perfilaba como un gran éxito.
Robert se levantó una mañana con una sola idea en mente: **detener a La Falange de inmediato**. No podía seguir permitiendo que esa unidad de marketing drenara aún más dinero... porque, paradójicamente, seguía trayendo más ingresos. Con cada campaña publicitaria, cada colaboración, las ventas se disparaban. Y eso, para Robert, era una pesadilla. Había que ponerle fin.
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En la oficina, **Carlos**, **Adrián**, y **Claudio** seguían trabajando en sus respectivos proyectos. Claudio, como siempre, estaba ocupado probando la jugabilidad de **Rebirth: Dystopian Era**, asegurándose de que no hubiera errores críticos antes del próximo lanzamiento. Carlos, por su parte, supervisaba las nuevas campañas que **La Falange** había organizado. Todo parecía marchar a la perfección, lo que, por supuesto, era motivo de preocupación para Robert.
Sin embargo, Robert tenía un plan: **parar todo el funcionamiento de La Falange** antes de que pudiera generar más ingresos. Pero sabía que no podía ser tan obvio. Los empleados estaban convencidos de que su éxito era gracias a las decisiones de marketing, y si los detenía abruptamente, podrían malinterpretar sus intenciones. Así que necesitaba una estrategia más sutil.
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Robert convocó una reunión con **Amanda**. "Amanda, creo que hemos llegado a un punto en el que **La Falange** ha cumplido su propósito. Hemos conseguido suficiente visibilidad por ahora, y quiero que las cosas se calmen un poco."
Amanda, aunque sorprendida, asintió. "¿Quieres decir que debemos detener las campañas?"
Robert asintió. "Exactamente. No necesitamos seguir con el gasto excesivo. A veces, menos es más, y creo que estamos en una posición fuerte. Así que ve a hablar con **La Falange** y diles que tomen un descanso. Pausa las campañas, los patrocinios, todo."
Amanda, aunque intrigada, no cuestionó la decisión. Después de todo, Robert siempre tenía una visión más amplia de las cosas, o al menos eso pensaban todos en la oficina.
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Horas más tarde, **La Falange** quedó paralizada. Las agencias de publicidad recibieron órdenes de detener sus actividades, y los contratos de patrocinio fueron suspendidos temporalmente. Robert suspiró con alivio, sabiendo que, por fin, había logrado cortar una fuente de ingresos que había estado afectando sus planes.
"Finalmente, un respiro", pensó, recostándose en su silla. Sin **La Falange** drenando el dinero de la empresa, podría tener una mejor oportunidad de mantener los gastos en control. Sentía que, por primera vez en mucho tiempo, tenía algo de control sobre la situación.
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Sin embargo, al día siguiente, **Carlos** y **Adrián** comenzaron a notar la ausencia de las campañas. El flujo de nuevos proyectos y colaboraciones había cesado repentinamente, lo que les hizo sospechar que algo estaba ocurriendo. **Carlos**, preocupado por la situación, decidió confrontar a Robert.
"Robert, ¿todo está bien?" preguntó Carlos, entrando en la oficina. "He notado que las campañas de **La Falange** han sido pausadas. ¿Hay algún problema?"
Robert, que ya esperaba esa pregunta, sonrió tranquilamente. "No hay problema, Carlos. Simplemente creo que ya hemos ganado suficiente visibilidad por ahora. No quiero que la gente se canse de vernos en todas partes. A veces es mejor retirarse un poco y dejar que el mercado respire."
Carlos asintió, aunque no parecía convencido del todo. **"Tal vez Robert tiene razón"**, pensó. **"Debe haber una estrategia detrás de todo esto"**. Como siempre, sus empleados interpretaban las acciones de Robert como parte de un plan maestro que solo él podía ver.
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A pesar de que **La Falange** había sido detenida, las ventas de **Horrible Threads** y el interés en **Rebirth: Dystopian Era** seguían creciendo, aunque a un ritmo más moderado. Robert, sin embargo, estaba satisfecho con su decisión de parar el flujo constante de campañas. Al menos por ahora, no tendría que preocuparse por más ingresos provenientes de esa área.
Sin embargo, una inquietud seguía rondando en su mente: a pesar de detener **La Falange**, el saldo de la empresa seguía siendo demasiado alto. **"Detuve las campañas, contraté a un empleado que no aporta nada... y aun así, sigo ganando"**, pensaba, frustrado.
El problema de fondo seguía ahí. Por más que intentara sabotear sus propios esfuerzos, el éxito lo perseguía como una sombra. Y sabía que, tarde o temprano, tendría que enfrentarse a otro desafío.