Jiang Zu

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—¿Pero por qué no puedo ir? —Tan pronto como Mo Qiang entró en la casa, escuchó la voz de su esposo menor, Shao Hui. En ese momento él estaba discutiendo con Wen Gui, quien se tocaba la frente frunciendo el ceño; este último no parecía estar de buen humor pero aun así suprimió su enojo y luego se volvió hacia Shao Hui mientras hablaba con voz ronca:

— No te permito ir no porque no quiera que salgas de nuestra casa. No tengo nada en contra de tu libertad, solo te digo que no vayas porque el bar al que tus amigos te han llamado no es bueno. ¡Ya no eres un niño, Hui Hui! Creo que podrás darte cuenta de que esos amigos tuyos no son más que amigos de plástico.