No te acerques a mí.

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Mo Qiang miró a Shao Hui y apretó los labios en silencio, no dijo nada pero eso no era porque estuviera de acuerdo con Wen Gui. Más bien, era porque no podía recordar a este personaje Jiang Zu y tenía que refrescar su memoria una vez más.

El trabajo era delirantemente arduo mientras pasaba las páginas del libro de memoria en su cabeza. Después de un largo tiempo, finalmente tropezó con el recuerdo de una tarde en particular, desde donde finalmente recordó quién era realmente este Jiang Zu y solo entonces se dio cuenta de que el mejor amigo de Shao Hui tenía una personalidad realmente peculiar. 

Parecía querer todo lo que Shao Hui tenía, incluso si esas cosas eran inútiles y podridas, aún quería tenerlas en sus manos una vez antes de tirarlas.