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Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 570

—Este es el modelo final y a lo que deben llegar los yates en cincuenta años— dijo Kain mientras miraba por el ventanal hacia el extenso mar. Ryoko lo miró y él continuo —tomando esto como base, lo pienso reestructurar y disminuir sus capacidades para que con la tecnología actual sea factible de confeccionar. También servirá para la elaboración de buques, pero eso tendrá ciertas variantes. No hay problema, tengo los planos y el desarrollo detallado año a año, igual que los vehículos que te presente—

—Sabes, Kain— dijo Ryoko, ella se cruzó de brazos y trato levantar sus inexistentes senos. Ella soltó un suspiro y continuo —lo he estado pensando ¿Por qué no te vendo la compañía?—

—¿Quieres abandonar la empresa? ¿Dedicarte al hedonismo? Quizá ir al país de la Tierra, comprar unos cuantos esclavos hermosos y pasar todos los días teniendo sexo—

Ryoko torno los ojos al techo y se largó reír —no, tonto. Ese es el plan de Ryoichi— dijo —no me refiero a eso, es que siento que tienes todo tan bien planeado al largo plazo que siento que sería más productivo para la empresa que tu fueras el dueño. Yo podría trabajar como tu gerente, pero con tu respaldo todo sería más fácil. En estos momentos tienes el 40%, un poco más y serías la parte mayoritaria—

—No lo creo, a futuro lo entenderás— respondió Kain

—Oye, no me asustes ¿Acaso calculaste el colapso de la empresa en el futuro?—

Kain mostró una pequeña sonrisa, gracias a todo lo que había construido la gente pensaba que era una especie de genio que podía calcular hasta lo más absurdo —no es eso, Ryoko— dijo mientras sonreía —solo concéntrate en lo que haces. Con eso es más que suficiente—

—¿Y si me compras a mí?— preguntó Ryoko con una sonrisa burlona

—Mmm, tengo algunos ryos en el bolsillo ¿Cuánto más costarías?— preguntó Kain en un tono burlón y sonrió

Ryoko frunció la nariz y negó con la cabeza en un gesto infantil —idiota, para que tu sepas, vinieron de la nación del Agua a pedir mi mano— dijo

—Así me contó Reika, es el tipo que acaba de heredar toda una flota pesquera. Buen negocio para ti y tu familia. Le podrías vender los buques que planeamos construir a través de industrias Takahashi—

—Idiota, tienes que decir que eres mejor para mí y que si insisto en casarme con ese tipo, me raptaras—

—Si tú no eres capaz de darte cuenta de lo que es bueno para ti, yo no tengo nada que decir. No me gusta obligar a la gente—

—¿Y por eso hiciste un compromiso arreglado con los padres de Reika-chan?—

—Eso no paso así, bueno, no directamente así. Mi okaa-sama nos presentó, pero ninguno de los dos dijo que sí al principio. Nos conocimos y después acordamos unirnos—

—Reika-chan me dijo que tu no la querías al principio, pero que ella te gano—

—Bueno, es verdad, ella fue muy dulce y no le pude decir que no—

—Para aparentar ser un hombre que no quiere mujeres, eres bastante fácil de convencer—

—Yo nunca he dicho que no quiero mujeres. Además ¿Quién es fácil de convencer?—

—Tú recién lo dijiste—

—Reika no es como todas las mujeres—

—Claro, tiene las tetas y trasero gigante, tamaño jumbo para toda la familia—

—Ryoko, idiota, te estoy escuchando— grito Reika desde el segundo piso.

Ryoko contuvo la risa, pero no pudo, se tapó la boca y soltó una poderosa carcajada. Sin embargo, no fue la única, también Reika y Leonor se largaron a reír.

Kain sonrió, negó con la cabeza y siguió mirando por el ventanal hacia el mar.

Ryoko se mordió el labio inferior, se acercó a Kain y lo abrazo del brazo mientras apoyaba la frente en su hombro —si me dijeras que me quieres, me lo pensaría ¿Sabes? No te encuentro desagradable. Además, Ryoichi y tu son buenos amigos. No sería un mal trato para ti. Podrías obtener a futuro el 25% de la empresa sin pagar nada—

—Las cosas no son tan simples, Ryoko— dijo Kain con tranquilidad —y si solo estás jugando, deberías dejar de hacerlo. Una mentira se vuelve realidad cuando la repites muchas veces—

—¿Y si no es mentira? Yo, bueno, no me importa que seas un idiota lujurioso. Esa mujer con Reika-chan también es tu mujer ¿Verdad? ¿Cuántas tienes? ¿Diez? ¿Quince? ¿Más?— ella soltó un suspiro —mala suerte la mía—

—Tengo entendido que te vas a casar el próximo año ¿Por qué haces esto?— preguntó Kain con calma y le dio una breve mirada de soslayo. Ryoko estaba abrazada a su brazo, con la frente pegada su hombro. Se le veía el cabello oscuro y una parte de su rostro.

—A lo mejor yo quiero que tú me robes, a lo mejor no me quiero casar por conveniencia— dijo Ryoko —a lo mejor, solo quiero lo que es inalcanzable—

—Yo no soy inalcanzable—

—Kain Uchiha, dios shinobi, el hombre más inteligente del mundo—

—Si te importan esas cosas, quiere decir que no estás enamorada de mí, sino de lo que piensa la gente de mi—

—Por eso me he mantenido al margen. No estoy segura de lo que pienso ¿Acaso no sería lo mismo que casarme con alguien solo porque su dinero y mi dinero, hacen más dinero?—

—Yo no me meto en la vida de los demás, pero ¿Te puedo hacer una pregunta?—

—¿Tu preguntando por hacer una pregunta? Oye, no me asustes ¿Cuándo te volviste tímido?—

—No soy tímido— dijo Kain —es solo que no me gusta meterme en la vida de los demás—

—Es lindo, no conocía esa parte de ti—

—Idiota— dijo Kain —bueno, dime ¿Tienes experiencia?—

—¿A qué tipo de experiencia te refieres?—

—Ya sabes, un novio o algo así—

—Sí, tengo experiencia en ese tipo de cosas. He ayudado en la empresa desde siempre, así que he tenido la oportunidad de conocer a muchos hombres interesantes. No soy virgen si eso es lo que te preocupa ¿Era prerrequisito o algo así?—

—No, idiota, no es prerrequisito, continua—

—Claro que no era prerrequisito ¿Cierto, idiota lujurioso? mientras el agujero tenga un lindo envoltorio, tu cavas y cavas hasta encontrar el oro ¿Verdad?—

—Eso se escuchó muy mal—

—Sí, ugh, lo siento, mi analogía fue muy asquerosa—

—Por supuesto que fue asquerosa—

—Bueno, de todos modos, he tenido novios y ha pasado de todo, pero, no me siento igual con ellos que contigo—

—Nunca nos hemos dado ni siquiera un beso ¿Cómo puedes decir eso?—

—Buen punto— dijo Ryoko

—Al final, solo eres tú haciéndote ideas raras—

—Idiota, casi me estoy regalando a ti, pero aun así me rechazas ¿Qué clase de hombre eres?—

—Uno lo suficientemente bueno como para no aprovecharse de alguien confundido ¿Crees que eres la primera? Si tuviera que contar todas las chicas que me han ofrecido su cuerpo o peor aún, su virginidad, podría tener sexo 24/7 los 365 días del año—

—Exagerado, en eso eres igual al resto de los hombres. Se inventan cosas absurdas para presumir lo que nunca tendrán ¿Por qué no pueden ser trasparentes? Siempre la mentira por delante—

—Depende de ti creerme o no—

—Bueno, te digo desde ahora que no te creo—

—Es bueno saberlo—

—Bien, me voy, antes de perder la poca dignidad que me queda— dijo Ryoko con un tono malhumorado y se apartó de Kain. Ella camino a las escaleras con forma de caracol. Sus pasos se marcaron por el tacón de aguja, pero se detuvo cuando alcanzo el primer peldaño y quedó mirando a Kain. Ella soltó un suspiro y bajo las escaleras.

Kain no pudo escuchar lo que dijo Reika, pero estaba seguro de que ella le dijo algo Ryoko porque esta última contesto —Eres una mala amiga, Reika-chan. Riéndote de la desgracia de tu mejor amiga—

—Lo siento, Ryoko-chan, pero es muy chistoso, tienes que admitirlo— dijo Reika con un tono de voz alegre

—Bueno, para la próxima prueba pídele ayuda a alguien más—

—No, Ryoko-chan, era broma, no te enojes—

Kain estuvo navegando durante media horas, nadie lo acompaño hasta que de repente escucho el trote y sonido de unas sandalias de madera. Eran pasos cortos y rápidos, pero pesados.

—Kain-sama— dijo Reika mientras subía las escaleras —¿Por qué nunca me dijo nada?—

Kain no tenía idea de eso que nunca le había dicho, pero preguntó —¿A qué te refieres, Reika?—

—Usted sabe, a utilizar el sharingan para estudiar—

Kain torno los ojos al techo un poco impresionado por lo que ella decía, pero era el sentido común shinobi. Las habilidades para combate, no se ocupan para nada más que no sea el combate.

Por su parte, Kain nunca siguió la lógica de eso y siempre ocupo el sharingan como una puerta para tener una visión diferente del mundo. Gracias a eso pudo ver desde la estructura de las hormigas hasta los átomos, como fue hace poco cuando despertó el rinnegan. Era el mundo oculto frente a los ojos, un mundo secreto lleno de nuevas ideas y posibilidades. Simplemente maravilloso.

—Yo estoy confiando en ti, Reika— respondió Kain, pero no se atrevió a mirarla a la cara

—Pero— dijo Reika con voz mimada, ella camino y lo abrazó por atrás. Reika era un poco más baja que Kain, así que ella pudo apoyar con facilidad su mentón sobre el hombro de Kain. Ella era grande, en muchos sentidos.

—Reika, vamos, no estes triste— dijo Kain —ahora que supiste que podías usar el sharingan para más cosas, has abierto la puerta a un nuevo mundo—

—No solo lo dice para que no me enoje con usted—

—¿Así que Reika-chan se enojaría conmigo?— preguntó Kain

—No, yo no— dijo Reika con cierta preocupación

—En ese caso ¿Qué tendría que hacer para que me perdonaras?—

Reika lo soltó, lo rodeo y se puso por delante de Kain. Ella lo miró a los ojos, llevaba un maravilloso kimono azul, el cabello liso, purpura y ordenado en una coleta. Ella lo miraba a los ojos —bueno, tú sabes lo que me gusta— dijo

—Lo sé— dijo Kain con una pequeña sonrisa astuta y acercó sus labios. Reika mostro una sonrisa tímida y se colgó del cuello de Kain.

—Santo cielo, Reika, me va a dar diabetes— dijo Ryoko desde las escaleras mientras asomaba los ojos

Reika miró por encima del hombro de Kain, frunció el ceño y le dijo —no me espíes, pervertida, estoy con mi marido—

—Eres cruel, comiendo delante de los pobres—

—¡Ja! bueno, vete a vivir tu bonita vida con ese tipo hediondo a pescado. Yo me quedare como una esposa tonta, pero feliz ¿Acaso no dijiste eso? Reika, la esposa tonta—

—Yo no dije eso—

—Lo dijiste porque eres una mala amiga y estás celosa. Te odio— dijo Reika

—Tan infantil—

—Tu eres la infantil—

—Bien, hemos dejado de ser amigas—

—Bien por mi—

—Bien por mi—

—Ahora vete—

—No quiero—

—Quiero besar a mi marido—

—Quiero ver como besas a tu marido—

—No puedo si me estás mirando, no soy una pervertida como tú—

—Pero bien que haces esas cosas con tu boca y tu trasero ¿Verdad?—

Kain miró Reika a los ojos con seriedad —¿Le contaste?— preguntó

—No, Kain-sama, yo jamás le contaría nuestra vida íntima a esta mujer, jamás, en serio, lo prometo, por, por, por—

—Reika—

—Lo siento, me fui un poquito de lengua—

Ryoko se largó a reír porque Kain empezó a regañar a Reika por contar su vida íntima a los demás.

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