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Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 520

Aoi detuvo el todo terreno al final de la carretera, donde se habían detenido las unidades de apoyo y permanecían a la espera de nuevas órdenes. Aoi apoyo las manos en el volante mientras miraba los límites de la ciudad de los sabios, era una vista impresionante.

Kain miró a Aoi y le dijo —vamos a afuera—

Aoi miró a Kain y asintió.

Kain y Aoi se bajaron del vehículo y caminaron hacía el frente. Ellos observaron lo que eran enormes columnas de piedra hechas de forma natural. Era una vista sobrecogedora, pero más impactante que eso eran las enormes rocas que flotaban en el aire, a más de treinta metros del suelo.

—¿Por qué no avanzan las unidades de apoyo?— preguntó Aoi mientras levantaba su antebrazo izquierdo y lo giraba para mirar la pantalla en la parte interna. Ella comenzó a revisar los protocolos de construcción de la carretera, pero por alguna razón, la construcción solo llegaba hasta este punto.

—Es parte de la ilusión— dijo Kain, se apoyó en el vehículo y se cruzó de brazos y piernas mientras miraba las enormes columnas de piedra. Eran tan antiguos que la maleza y los árboles crecían de sus costados.

Aoi miró a Kain y le preguntó —¿Es un genjutsu?—

—No— dijo Kain, miró a Aoi y sonrió —es parte de la ilusión que quieren mantener los nobles y el daimio. Ellos quieren hacer creer a su gente que todavía son únicos en el mundo, que nadie más tiene este método de defensa—

—¿Método de defensa?— preguntó Aoi

Kain le tendió la mano izquierda, ella le tendió la suya y Kain se la tomo con suavidad. Él camino lejos del vehículo y Aoi lo siguió. Ellos superaron el límite de la carretera y las unidades de apoyo. Entraron al camino de tierra y continuaron avanzando sin decir una palabra.

El camino era de tierra, uno antiguo y delimitado por el paso constante de las carretas. Ellos se acercaron paso a paso a los primeros pilares de piedra y llegado un punto, Aoi sintió a que se refería Kain con método de defensa.

—¿Esto?— preguntó Aoi sintiendo la supresión de su chakra

Kain se detuvo y Aoi hizo lo mismo. Ellos se miraron y Kain asintió. Era lo que Aoi creía que era.

Aoi miró hacia los pilares de piedra, sobre todo a las sorprendentes rocas que levitaban como si su peso se hubiera anulado por completo. El lugar en el que nació el Jinton de Mu y Onoki. La fuente de inspiración para la energía supresora de chakra aplicada en ciudad Tengu.

—Dice la leyenda, que cuando aparecieron los demonios de chakra. El primer daimio de la nación de la Tierra era un guerrero destacado que alejo a su gente de la muerte. Sin embargo, ante el conflicto con los demonios de chakra, los seres humanos normales no podían hacer nada. Así que se les apareció un sabio, era una criatura, un sapo para ser más específicos. Era tan pequeño que cabía en la mano del primer daimio, pero era tan o más fuerte que los demonios de chakra. En esa época solo se les llamaba demonios, el concepto de chakra no existía, así que puedes suponer que yo le estoy poniendo un poco de mi invención—

Aoi miró a Kain y lo vio sonreír, ella sonrió.

Kain continuo —el hecho es que ese sabio sapo condujo a los humanos a esta tierra. Ellos quedaron asombrados por su belleza, pero lo más importante, es que les permitió sobrevivir al mundo shinobi hasta que pudieron crear su nación. Los shinobis solo se dedicaron a la guerra, así que no tenían idea de cómo cultivar la tierra, la medicina o la artesanía. Ellos quisieron forzar su dominio sobre esta tierra, pero al dar medio paso dentro del dominio de la ciudad de Los Sabios se volvieron humanos normales y los otros humanos sin chakra los mataron. Así que al final, realizaron un convenio de mutuo beneficio y con el tiempo, los civiles se volvieron dueños de los shinobis. Que locura ¿No?—

Aoi asintió, era de locos. Los shinobis, poderosos seres humanos que podían dar grandes saltos, romper rocas con las manos y crear todo tipo de jutsus que desafían la lógica convencional, dominados por personas sin poder. No había nada más absurdo, pero durante quinientos años esa fue la historia shinobi.

—¿A qué se refiere con la ilusión?— preguntó Aoi

—El daimio y sus nobles hicieron una solicitud formal para que la carretera no llegara al interior de la ciudad. Bueno, eso y otras cosas más—

—¿Cómo qué?—

—Como que la futura ciudad que voy a construir solo sea para los nobles y comerciantes. El acceso a shinobis esté prohibido y otras cosas igual de estúpidas—

—Por eso te dieron la meseta de Los Sabios—

—Y otras cosas más, pero no es lo importante—

—Kain-sama no acepto esos términos—

—Yo lo hice— dijo Kain y miró a Aoi a los ojos.

—¡¿Qué?!— grito Aoi

Kain soltó una risita al ver su reacción, pero no añadió nada. Él miró hacia las enormes columnas de piedra. Con la nueva ciudad, esto quedaría obsoleto. Igual que aquellos nobles y el daimio.

Aoi se detuvo delante de Kain y lo miró de frente como si le estuviera preguntando la razón para aceptar tales condiciones de parte de esa gente. Esto no era diferente de los pasados quinientos años de historia shinobi.

Kain miró a Aoi, su dulce esposa. Sobre todo, el cabello oscuro, las dos trenzas que caían sobre su pecho y la mirada seria. Los ojos color malva, la nariz fina y la boca grande con labios gruesos. Se veía inusualmente sensual en su estado enojado.

Kain iba a estirar sus manos para sujetarla de las caderas, pero Aoi le dio una palmada en cada mano y lo quedó mirando a la cara con seriedad.

—Dime la verdad, Kain Uchiha— dijo Aoi

—Amor, tú sabes como soy yo. Por supuesto que las cosas no son tan simples, pero si el mundo se quiere mantener en equilibrio, debo hacer las cosas de manera ordenada. Déjalos creer por ahora tienen el control. Puede que ninguno viva para disfrutar de la ciudad ni de las estúpidas leyes que desean instaurar—

Aoi asintió, eso le hacía más sentido. Kain podía ser muy tramposo cuando lo quería. Sobre todo, últimamente, él tenía un plan detrás de otro plan y al final (incluso ella como su asistente) nadie sabía cuál era su verdadero objetivo. Era como esos juegos de fichas blancas y negras. Uno de los jugadores empezaba comiendo una ficha y si el otro se descuidaba, se terminaba comiendo todas las fichas en un solo turno. Así empezaba Kain y nunca sabias cuando iba a terminar de obtener recursos. Lo más aterrador es que la gente rara vez le decía que no.

Aoi miró a Kain a los ojos y le dijo —supongo que tienes un plan—

Kain asintió

—¿Vas a ocupar a Madara y Tobirama?—

Kain cerró los ojos y negó con la cabeza.

—Kain, háblame—

Kain abrió los parpados y la miró a los ojos con una expresión calmada.

Aoi frunció el ceño, ahí estaba. Kain siempre ponía esa mirada desenfadada como si esto fuera un juego y él no estuviera dispuesto a revelar sus cartas. Al menos, no de momento.

—Supongo que esto no está contemplado dentro de la agenda ni de los futuros proyectos—

Kain negó con la cabeza —vamos, tenemos que volver— dijo

Aoi lo quedó mirando y lo vio caminar a la puerta del copiloto. Aoi soltó un suspiro y le dijo —ya estás en movimiento ¿Verdad?—

—Algo así— respondió Kain sin voltearse a mirar

—¿Por qué no me dices algo?—

Kain se detuvo, se volteó a mirarla y dijo —no lo tomes a mal. Son solo manías mías. Cuando llegue su momento, te contaré todo—

—¿Cómo lo del proyecto en el país de los remolinos? ¿O como la conspiración? ¿O las cosas que prometiste a los nobles de la nación de la Tierra? Tantos secretos, Kain. Incluso conmigo, se te olvida que soy tu esposa y asistente—

Kain la miró y le dijo —mi asistente a la que le revele un fragmento de información confidencial, algo que lo más probable sepan dos personas en todo el mundo. Y, aun así, a pesar de ser mi asistente, no lo puede manejar—

Aoi abrió la boca para contradecirlo, pero solo pudo soltar el aire porque ella realmente estaba aterrada de aquella visión. Ella agacho la mirada y pensó ¿Quién no? Bueno, cualquier persona normal. Ella miró a Kain Uchiha. Él la estaba mirando. Él estaba imperturbable a pesar de que había mirado al abismo y el abismo le había preguntado por su estado de ánimo.

—¿Quién eres Kain?— preguntó Aoi

Kain mostro una pequeña sonrisa astuta y le dijo —seré todo lo que imagines en tu mente, Aoi. No más, no menos—

—Eso no es una respuesta—

—Con el tiempo lo entenderás— respondió Kain —ahora ¿Quieres manejar de vuelta o volvemos de inmediato a Konoha?—

—Kain, hablo en serio—

—Yo también, Miyuki se despertará pronto y nos echará de menos—

Aoi soltó un suspiro, más confundida que nunca, parece que cada día que pasaba con Kain, más se daba cuenta de lo poco que lo conocía.

Aoi miró a Kain con seriedad y le preguntó —¿Qué hacemos con las unidades de apoyo?—

Kain mostro una sonrisa astuta —déjalas ahí, van a venir a mirar lo que pueden obtener. Quizá a derribarlas para ver si pueden obtener un extra. No te preocupes, es parte de la ilusión—

Aoi frunció el ceño. Ella miró hacia atrás y vio el camino de tierra que se adentraba por entre medio de las columnas de piedra y se perdía a la distancia. Seguramente, Kain estaba dejando las unidades de apoyo como una carnada para una presa más grande. Ella miró a Kain, se fijó en el cabello blanco y sobre todo sus ojos azules. Su boca sonreía, sus ojos no.

—Espero que no te superen en tu juego—

—Sería entretenido que lo hicieran. Eso lo cambiaría todo—

Aoi miró a Kain con miedo. Eso último no le hizo ninguna gracia. Si Kain perdía eso significaría que las unidades de apoyo caerían en las manos de enemigos y todos los secretos que eso conllevaba.

Aoi frunció el ceño y empezó a manipular la pantalla de su dispositivo susano. Ella dio la orden de retirar a todas las unidades de apoyo.

Kain soltó un suspiro, pero dejo que Aoi hiciera lo que ella quisiera. Por algo la había puesto en esa posición. Kain necesitaba que alguien lo ayudara a controla su deseo de provocar a los demás. Este mundo, este juego, se estaba volviendo predecible y aburrido. Todo era más divertido cuando Tobirama estaba suelto. A lo mejor le faltaba eso, pero no. Él negó con la cabeza. Kain lo había visto en la mirada, Tobirama se había rendido. Kain lo había superado en muchos sentidos y ahora era un juguete roto. Sería entretenido que se revelara y tratara de usar el conocimiento que le dio Kain contra él.

—Simulación proceso mental sujeto de pruebas número 1, resurrección del mundo impuro— dijo Kain y al instante Guardian hizo un análisis tomando en consideración el historial de Tobirama y las últimas acciones de hoy. La simulación se extendía como un árbol que tomaba diferentes rutas con diferentes tipos de estímulos. Todos los resultados eran negativos.

—No lo debí haber hecho tan bien— dijo Kain algo desanimado

—¿Qué cosa, Kain?— preguntó Aoi con un tono de voz firme. Ella camino hacia Kain y se detuvo delante de él. Kain sonrió de forma amistosa, pero ella era solemne y continuo —esto no es un juego Kain. Con todo esto, una simple unidad de apoyo, el mundo podría arder en llamas. Tengo a Miyuki y no dejaré que eso pase ¿Entendido?—

Ella estaba furiosa, pero por dentro, Kain solo estaba aburrido. Él puso una expresión seria que no reflejaba su sentimiento interno. Kain asintió con suavidad y quedó mirando a Aoi a los ojos.

—Lo entiendo, Aoi— dijo Kain —solo fue algo del momento—

—Kain— dijo Aoi más preocupada que nunca. Kain miró hacia otro lado, pero Aoi le tomo el rostro y lo beso apasionadamente. Kain fue reciproco y pudo recordar un poco porque hacia todo lo que hacía.

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