Aoi y Kain volvieron a Konoha por la noche.
Onoki estaba durmiendo junto a su esposa e hijo en la habitación de invitados.
Solo estaban despiertos Rizu, Tsunade y Nawaki, quienes miraban la enorme televisión en el comedor.
Kain fue a la habitación de Miyuki y en el interior encontraron a la bebé dormida en su cuna y la niñera a su lado. Tsukino Hyuga era una joven de la misma edad de Kain y Kaoru, pero era de la rama secundaria del clan, lo que se reflejaba en su timidez.
—Buenas noches, Tsukino-san— dijo Kain —muchas gracias por tus esfuerzos—
—No, señor— dijo Tsukino negando con las manos mientras ponía una sonrisa nerviosa —solo, solo cumplo con mi trabajo—
—Cuidas de la persona más importante para nosotros— dijo Kain con una sonrisa cordial, él se acercó a la cuna de Miyuki y la observo durmiendo.
Aoi se acercó a Tsukino, la saludo y le hizo preguntas de rutina. Tsukino le respondió con total confianza, incluso llevaba un cuaderno con anotaciones sobre lo que le pasaba a la bebé como sarpullidos, enrojecimientos y cualquier síntoma fuera de lo común.
Kain sonrió, si Aoi no fuera tan desconfiada con la interfaz avanzada, ella podría darle una simple mirada a Miyuki (igual que Kain ahora) y Guardián haría un análisis detallado. Le diría los datos desde la temperatura corporal, hasta el nivel de sudoración, posibles virus que estén en su organismo y cualquier problema que pudiera estarse desarrollando, como ahora. Miyuki estaba teniendo dolor estomacal y se reflejaba en su pequeño ceño apretado y sus labios fruncidos.
Kain llevó su mano derecha a la manga izquierda de su haori, sacó un frasquito de vidrio y lo abrió. Era un frasco especial, para empezar, tenía un cuentagotas. Kain tomo el cuentagotas, lo acercó a la boca de Miyuki y dejo caer un par de gotas.
El líquido era estus, una medicina espiritual que podría traer a los muertos a la vida, pero para un hijo/a ¿Quién se preocupa de esas cosas? Podría ser una medicina única en el mundo y de igual manera, Kain se la daría sin pensarlo dos veces.
Aoi se dio cuenta de lo que hacía Kain y le preguntó —Kain ¿Qué haces?—
—Medicina para el estómago— dijo Kain
—¿En serio?—
—No, se podría considerar medicina que sirve para casi todo, pero eso no importa—
—Si sigues evitando que Miyuki se enferme ella no generara defensas—
—Mmmm— dijo Kain, apartó el cuentagotas de los pequeños labios de Miyuki y lo puso dentro de la botella de cristal —eso podría ser un proyecto de investigación—
—¿Qué cosa?—
—Una forma artificial de que los niños generen defensas, pero sin las molestas complicaciones de superar un resfriado o cosas así de molestas—
—Kain— dijo Aoi, esto era irreal, pensó, era como saltarse una parte de la vida. Además ¿Qué sentido tendría? Cuando los usuarios de chakra se volvían adultos se volvían inmunes a la mayoría de las enfermedades. El chakra los protegía del calor y el frio extremo. Nunca más en la vida conocerían lo que es un resfriado.
Kain le dio una breve mirada y sonrió de forma amigable. Ella no lo había visto, el mundo, el pequeño universo que se esconde delante de sus propios ojos. Así que no podía entender que ahí, donde ella estaba, había millares de pequeñas criaturas que se alimentaban de otras criaturas más pequeñas. A veces se metían en el organismo de las personas y generaban una relación de mutuo beneficio. De lo contrario, eran expulsados.
Ahora Kain estaba esparciendo pequeñas partículas de chakra desde la troposfera. Esas partículas entraban al organismo por las vías respiratorias y eso, a su vez, estaba cambiando la composición de las personas (aumentando los niveles de chakra a los que tenían chakra con anterioridad y dándole chakra a los que no lo tenían). Por lo tanto, no sería extraño que esas pequeñas criaturas evolucionen para alimentarse y en el futuro un shinobi se pueda resfriar u obtener un dolor de estómago por una bacteria en sus intestinos.
Sin embargo, conociendo el pensamiento de Aoi, Kain lo mantuvo en secreto. Hay cosas en las que él se puede permitir ser detenido, regañado y limitado; como los juegos de intelecto y cosas así. Sin embargo, en la preparación de la humanidad para el siguiente paso en la coexistencia con el chakra y sus nuevas reglas, él no podía permitirse ser limitado. De lo contrario, el hecho de tener chakra y no tenerlo será motivo suficiente para generar división y que estalle otra guerra.
Las personas estúpidas como el clan Kato de la nación de la Tierra o el clan Kagura de la nación del Fuego, ya se estaban preparando para ese eventual conflicto y estaban creando armas de fuego ¿Cómo si eso pudiera dañar a un shinobi? Simplemente estúpido, pero el ser humano es estúpido y el hecho de que exista un arma que en determinado escenario pudiera dañar a un shinobi, podría generar pensamientos más siniestros. Como lo que hacía Kain para cambiar la composición de las personas y darles chakra, pero en lugar de eso, matar a todos los que tuvieran chakra o viceversa. Si algo ha aprendido Kain, es a nunca subestimar la estupidez ni el ingenio humano, sobre todo esto último.
—Bueno— murmuro Kain —algún día sucederá— él sonrió. Ya tenía preparado varios planes y protocolos de respuesta contra posibles patógenos que ataquen a las personas con chakra, kekkei genkai o kekkei tota.
Kain se volteó y miró a Aoi, ella lo miraba a la cara. Kain sonrió, se agacho y le dio un pequeño beso en los labios —te estaré esperando— dijo
—Sí, querido— respondió Aoi mirando la expresión de Kain, ella estaba segura de que él estaba pensando en algunas posibilidades. Ella solo esperaba que esas posibilidades fueran de aspecto positivo.
Aoi miró a Tsukino, quien tenía las mejillas ruborizadas, parece que el beso entre ella y Kain fue demasiado estímulo para Tsukino. Aoi sonrió y le dijo —Tsukino-san, por favor, muéstrame el detalle de lo último que comió Miyuki—
Tsukino miró a Aoi, se puso roja, pero asintió. Ella miró el cuaderno que tenía en las manos, paso las hojas y le mostró lo que comió Miyuki cuando estuvo con ella. Tsukino le tendió el cuaderno y añadió —solo me falta lo que comió Miyuki-sama cuando estuvo viajando con Kain-sama y Aoi-sama—
—Entiendo— dijo Aoi, ella tomo el cuaderno y lo examino —es extraño, no hay nada raro que podría haberle caído mal al estómago—
—Señora, yo fui cuidadosa con la comida de Miyuki-sama— dijo Tsukino
—Sí, lo sé— respondió Aoi y miró a la muchacha de cabello negro con dos trenzas cortas que solo les llegaban a los hombros. Aoi sonrió, Tsukino le recordaba un poco a sí misma cuando era joven. A lo mejor, por eso Kaoru la eligió —no te preocupes. Kain le dio medicina a Miyuki, así que ella debería estar bien. Sin embargo, te voy a pedir que estes atenta a cómo evoluciona Miyuki. Si ella llega a vomitar o algo, me avisas de inmediato—
—Sí, señora, no se preocupe, Tsukino hará su mejor— dijo Tsukino con una expresión firme
Aoi mostró una pequeña sonrisa y asintió. Ella le devolvió el cuaderno de apuntes a Tsukino y le preguntó —¿Has pensado en mi pregunta?—
—Bueno, Tsukino no sabe que decir, pero por ahora, me gustaría seguir trabajando con usted— respondió Tsukino con una tierna sonrisa en los labios
—No tienes que pensar en un posible matrimonio ni nada por el estilo. Puedes seguir trabajando aquí, pero si quieres hacer otras cosas, te puedo ayudar—
—Para Tsukino es importante cuidar de Miyuki-sama—
—Sí, pero Miyuki no será un bebé para siempre. Además, tú también debes querer hacer cosas. Yo te puedo ayudar—
Tsukino miró a Aoi y se mordió el labio inferior. Ella no podía creer que una persona de la rama principal fuera tan amigable, aunque, bueno, Tsukino no había interactuado con muchas personas de la rama principal. Sin embargo, los pocos con los que ella interactuó nunca fueron amables.
—Piénsalo, Tsukino, si tienes algo que te gustaría hacer, dímelo. Te ayudare. Tú me has ayudado mucho y espero que sigas ayudando a mi hija cuando tenga a su hijo. Sin embargo, quiero que pienses en lo que te gustaría hacer. Sino quieres hacer nada en especial, no te preocupes. A veces uno tampoco sabe lo que quiere hacer—
—Entiendo, señora— dijo Tsukino con una amable sonrisa —muchas gracias, Tsukino lo pensará—
Aoi asintió y fue a ver a Miyuki por última vez. Esta última estaba recostada en su cuna, su expresión había mejorado y su pequeño ceño ya no estaba tan apretado como si ella estuviera incomoda. Aoi soltó un suspiro mientras pensaba en Kain y en lo sobreprotector que era, pero no estaba en contra. Ella solo trataba de ser la voz de la razón.
Aoi se acercó, le dio un pequeño beso en la frente y dejo a Miyuki durmiendo. Ella camino a la salida, miró a Tsukino y le dijo —buenas noches, Tsukino—
—Buenas noches, Aoi-sama— respondió Tsukino e hizo una profunda reverencia.
Aoi salió de la habitación y camino por el pasillo. Ella sintió la casa muy tranquila, el único ruido era el del televisor que provenía del comedor. Ella se detuvo he hizo el camino de vuelta. Se detuvo frente a la puerta del comedor y la deslizo. Ella encontró a Tsunade sentada a dos metros del televisor y Nawaki durmiendo con la cabeza apoyada en su regazo. Por otro lado, Rizu, la Uzumaki de cabello rojo y piel morena, estaba tomando té verde desde la mesa. También miraba el televisor.
—Tsunade-san, es tarde, debes ir a dormir. Mañana tienes entrenamiento ¿Verdad? No falta mucho para los exámenes chunin— dijo Aoi
Tsunade adoraba a Kaoru y como Aoi era madre de Kaoru, siempre fue respetuosa —obasan, no lo vas a creer, pero nii-san fue muy cruel con nosotros. Nos hizo trabajar hasta el cansancio— dijo
Aoi observo la expresión de Tsunade, ella parecía muy cansada. Lo que hacía preguntarse a Aoi ¿Por qué ella no se iba a acostar en lugar de ver televisión?
—Entiendo, hablare con Kain-sama, pero es hora de ir a dormir— dijo Aoi
—Sí, obasan. Termino de ver esto y me voy a dormir— dijo Tsunade
Aoi asintió, Tsunade le tenía cierto respeto, pero ella tampoco se iba a exponer para que Tsunade le respondiera de mala manera. Eran bastante comunes las discusiones entre Mito y Tsunade. Aoi no tenía la paciencia para aguantar tales tratos. Gracias a eso, Aoi miró a Rizu, joven, hermosa, de cabello rojo con un corte bob, la piel morena y los ojos verdes ¿Quién en su sano juicio tendría a una persona así cuidando de Tsunade y su hermano? Seguramente Kain lo había arreglado para darle espacio a Mito. Sin embargo, exponer a esta linda a niña a Tsunade era demasiado.
—Rizu-san ¿Todo bien?— preguntó Aoi
—Sí, Aoi-sama— respondió Rizu con su taza de té verde en las manos. Ella mostró una amigable sonrisa y añadió —Tsunade-sama es una persona muy cordial y amigable. Muchas gracias por preocuparse por nosotras—
Eso tomo a Aoi por sorpresa y miró a Tsunade, pero esta última solo se ruborizo, pero no dijo nada. Aoi lo encontró sospechoso, ella miró a Rizu, pero esta última sonreía de forma tranquila. Seguramente Rizu había alcanzado un secreto embarazoso de Tsunade y por eso esta última estaba siendo tan dócil.
—Entiendo— dijo Aoi y salió del comedor. Ella levantó su antebrazo izquierdo, presiono la pantalla de su brazalete negro y comenzó a buscar en la base de datos. Los datos de Rizu mostraban que fue sirvienta de la princesa Yoruichi, pero en ningún caso se muestra que tenga habilidades shinobi o algún conocimiento de espionaje o algo así ¿Qué podría ella saber de Tsunade para que sea tan dócil? ¿O era otra cosa? Sí, a lo mejor ¿Quizá que le estaba enseñando? Había que vigilar a Rizu, pensó Aoi.