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Mundo Shinobi - PGM - 171

No hubo necesidad de realizar un gran alboroto ni de acercarse demasiado a los pueblos cerca del campamento de Konoha. Esa misma tarde que Hiruzen y Danzo estaban conversando de cómo lidiar con los protectores del raikage, ellos aparecieron con un ejército de mil shinobis.

Hiruzen contaba con solo mil quinientos shinobis, estaban en supuesta ventaja, pero hasta que no supieran como lidiar con los protectores del raikage, no podían decir que vencerían.

En ese momento la brisa de la tarde llevaba el frio de las montañas mientras que el sol descendía en el horizonte. Esto hacía que el ambiente se sintiera aún más frio mientras la presión de la situación oprimía los corazones.

Danzo y Hiruzen miraban a los ejércitos de Kumo avanzando por una colina cubierta de pastizales con ambos protectores del raikage a la cabeza. Incluso ese tipo llamado Ryo, había invocado de inmediato a la enorme pantera negra.

-Maldición- murmuro Hiruzen -¿Ahora qué hacemos?-

-Solo podemos luchar- dijo Danzo a su lado

No obstante, alguien tosió por detrás de ellos. Fue el anciano Hideki Hyuga que andaba junto al anciano Izamu Nara. Este último estaba más serio de lo normal, después de todo, en la última misión murió una de sus nietas. No obstante, diferente de su emocional amigo, él pareció recompuesto y listo para la lucha. Por último, detrás de ellos iba Tadashi, casi oculto detrás de ellos gracias a su escasa estatura.

Hiruzen miró hacia atrás y gesticulo una sonrisa incomoda -dime que tienes una idea- dijo

-Tengo una idea- dijo Hideki respondiendo la sonrisa incomoda con otra -vera, no es necesario que trate de reinventar la rueda-

-¡¿Eh?!-

Danzo también se volteó y quedó mirando al anciano con el ceño fruncido.

-Déjeme ponerlo de esta manera. Déjeme luchar en su lugar para que usted pueda ver como se lucha contra un usuario de ataques a distancia-

Hiruzen parpadeo varias veces en un gesto de incredulidad ante lo que le dijo el anciano.

Hideki se sintió incomodo ante tal expresión, llevo su puño a la boca y tosió -estoy hablando en serio, Hiruzen-sama- dijo -por lo usual, mi edad me impide entrar en el campo de batalla, pero si es por unos cinco minutos, debería ser posible-

-Anciano ¿Qué estás diciendo?- preguntó Danzo con el ceño fruncido -no es momento para que salgas con idioteces. Ni siquiera nosotros pudimos contra ellos y estamos en mejores condiciones-

-En mejores condiciones- replico Hideki con un tono de voz calmado -pero inexperimentado. Solo dame la oportunidad, Izamu será mi respaldo para luchar contra el joven de los rayos negros mientras Tadashi Uchiha pelea contra el otro muchacho de la invocación de pantera-

Entonces Hiruzen miró al anciano detrás de Hideki e Izamu. Tadashi Uchiha era un anciano callado, de cejas gruesas, delgado como un fideo y de baja estatura. Las comisuras de sus labios apuntaban hacia abajo formando un "n", así que siempre daba la impresión de estar de mal humor. Para las reuniones siempre asentía o negaba, pero nunca emitía palabra alguna. Nadie entendía porque estaba ahí, pero como era un veterano junto con Hideki e Izamu, nadie lo cuestiono. Muchos pensaban que, a lo mejor, buscaba una muerte en combate, como la mayoría de los guerreros que sucumbían a la edad. Por su parte, Hiruzen lo conocía como el abuelo de su antiguo capitán de equipo, Kagami Uchiha, pero no sabía nada más allá de eso.

-¡Déjate de estupideces!- grito Danzo -quieres que luche, este, este anciano ¿Estás loco?-

-Danzo-sama- dijo Hideki con una sonrisa nerviosa -po-po-por favor, no sea irrespetuoso con sus mayores-

-Por favor, si no vas a dar una idea, cállate- dijo Danzo mirando con intenso disgusto al anciano

Hideki iba a decir algo, pero el anciano Tadashi levantó la mano para detenerlo. Tadashi miró a Danzo con una mirada indiferente, inspeccionando sus facciones y negó como lo hacía siempre en las reuniones. Danzo frunció el ceño, pero bufo hacia un lado pensando que no tenía ningún valor luchar con una vieja momia. No obstante, la vieja momia avanzó hasta detenerse delante de él y levantó la mano.

-¿Qué pasa anciano?- pregunto Danzo con una sonrisa burlesca -¿me vas a regañar?-

No obstante, Danzo solo escucho el estallido de una bofetada y de repente se vio cayendo al suelo sentado. Danzo miró hacia todos lados sin entender lo que había pasado mientras su vista daba vueltas. Él sentía un terrible calor en su mejilla que después se convirtió en dolor. Entonces elevo la mirada y vio al anciano Tadashi mirándolo con desaprobación.

Tadashi se arrodillo soltando un gruñido mientras las rodillas crujían. Miró a Danzo a los ojos y dijo -deja de ser petulante-

Danzo abrió los ojos como platos, jamás había escuchado una voz tan gruesa y rasposa.

-Te dejamos luchar a tus anchas porque las ordenes fueron que los viejos solo aconsejáramos a los jóvenes- continuo Tadashi -pero eso no quiere decir que alguno de los dos mocosos esté en condiciones de comandar un ejército. Te he visto decir, comportarte y cometer un error detrás de otro. Sin embargo, me he quedado mirando porque es tu momento de aprender. Ahora escucha, yo luche contra los abuelos de los muchachos del otro ejército, pelee y sobreviví. Así que, si te ofrezco mi conocimiento, te callas y miras como lo hago ¿Entendido?-

Danzo frunció la boca e iba a protestar, pero sin darse cuenta recibió otra bofetada sin que se diera cuenta.

-¿Entendido?- pregunto Tadashi mirándolo a los ojos

-Entendemos, ancianos- dijo Hiruzen que se acercó a Danzo y lo ayudo a levantarse mientras lo alejaba del pequeño anciano.

Tadashi levantó la mirada y negó ante la intervención de Hiruzen. Sin embargo, no agrego más palabras, se puso de pie y llevo ambas manos a la espalda. Después soltó un suspiro y camino por delante hacia el campo de batalla.

-Disculpa, Hideki-san- dijo Hiruzen mientras miraba la espalda del pequeño anciano que, a lo sumo, debe medir 1,5 mts de estatura -¿Qué hacía antes Tadashi-san?-

-Él es el último general Madara Uchiha- dijo Hideki Hyuga en voz baja -el último que queda vivo-

-Entiendo- respondió Hiruzen, para después tragar saliva y entender mejor el carácter del anciano.

Hideki hizo un leve asentimiento con la cabeza y siguió a Tadashi. Después Izamu lo siguió en el gesto y caminaron los tres ancianos hacia el punto de encuentro en el campo de batalla.

Hiruzen miró a los shinobis y grito con voz potente -prepárense, vamos a avanzar-

-Sí- gritaron los más de mil quinientos shinobis

De esa manera, ambos bandos se acercaron, pero Ryo y Yamato de los shinobis de Kumo, se lo tomaron con más cuidado. Esta vez, el pequeño anciano iba a la cabeza. El mismo viejo que les había quitado su presa la vez anterior. Si no hubiera sido por él, podrían haber matado al heredero Sarutobi y al otro muchacho de la cicatriz con forma de X en el mentón.

El anciano Tadashi estaba a cien metros de los shinobis de Kumo, pero siguió avanzando mientras Hideki e Izamu, más conservadores y precavidos, mantuvieron su posición. Sin embargo, Tadashi continuo hasta llegar a la distancia de diez metros y elevo su rostro para mirar a los dos gigantes de piel morena.

-A sido un tiempo, mocosos- dijo Tadashi con su usual expresión indiferente y las manos en la espalda.

-¡Maldito anciano!- grito Ryo, pero Yamato levantó su mano y lo detuvo. Ryo lo quedó mirando, pero Yamato negó con la cabeza

-Venerable- dijo Yamato en un tono de voz respetuoso y realizo una reverencia mientras juntaba las manos como si estuviera rezando -ha sido un tiempo, me alegro de que estes en buena salud-

-Mmm, no tan buena salud- dijo Tadashi -todo este frio hace mal a mis viejos huesos, pero bueno ¿A que vienen? Konoha no ha creado ningún problema para su nación-

-Venerable, el simple hecho de que tus shinobis hayan llegado a la entrada de mi nación, es un problema- respondió Yamato

-Entiendo, en ese caso, tienes dos opciones- dijo Tadashi llevando su mano derecha hacia adelante y levantando dos dedos callosos y huesudos -puedes hacer la vista gorda e ignorar nuestra presencia. O también puedes luchar-

-Venerable, deben retirarse, no quiero luchar con usted-

-Esto es una guerra que ustedes junto a los otros tontos declararon, no me hables como si esto fuera nuestra culpa. Además, tienes otros problemas con los que lidiar ¿o no?-

Yamato frunció el ceño al recordar al desaparecido raikage. Si este anciano preguntaba por aquel tipo, era probable que hubiera visto algo y eso quería decir que no murió en la avalancha de ayer. Sin embargo, Yamato negó con su cabeza y dijo -venerable, no me dejas otra opción-

-Así es la guerra, mocoso. Debes recordar este sentimiento y pensarlo mejor a futuro antes de iniciar tal tipo de conflicto, tu rey se resentirá-

-¿El daimio?-

Tadashi negó con la cabeza y llevo sus puños hacia adelante -los daimios, lideres de clan, kages y otros lideres se pueden corromper, pero hay una gran razón que nunca se marchitara. Una gran razón por la que siempre es necesario luchar, algo, por lo que incluso yo, con mis años, estoy dispuesto a salir de mi retiro y entrar una vez más al campo de batalla. Puede que no lo hayas descubierto, pero espero que alcances la iluminación-

Yamato quedó pensando en lo que decía, pero de repente noto que su amigo Ryo se lanzó blandiendo su espada y en unos pocos segundos llego delante del pequeño anciano. Era una diferencia abismal de 2 metros de estatura contra 1,50 metros. Ryo era puro musculo y cuando alzo su espada parecía que alzaba un rayo para partir al pequeño anciano. Sin embargo, Tadashi se mantuvo concentrado y espero el ataque.

Ryo descargo su espada lista para partir al anciano por la mitad, pero Tadashi se deslizo por debajo del brazo, agachándose lo mínimo y dejando que la hoja pasara cortando el aire. Como Ryo quedó con el brazo extendido, Tadashi se acercó en un rápido y sutil movimiento, poso su mano derecha en la muñeca y después puso su mano izquierda en la parte externa del codo. Empujo el codo hacia adentro, sonaron los huesos y el codo se disloco al instante.

Ryo dio un grito de dolor, pero al instante siguiente lanzo una patada con su pie izquierdo. Tadashi esquivo pasando por debajo de la pierna mientras sentía la fuerza de presión del aire. Una vez que paso el ataque, Tadashi en un movimiento sutil, movió su mano izquierda a la mochililla atada a su cintura, saco dos sellos y golpeo la pierna y pecho, colocando un sello explosivo en cada ocasión.

Ryo sintió una leve molestia por los golpes, pero lanzo un puñetazo con su mano izquierda y Tadashi se retiró dando dos saltos hacia atrás. Una vez que Tadashi alcanzo la distancia de cinco metros, levantó su mano derecha formando un sello de mano y grito -¡Katsu!- y los sellos explotaron mandando a volar a Ryo por los aires envuelto en una nube de humo y quemaduras.

Yamato desde su posición y el resto de los shinobis solo vieron un breve intercambio de unos segundos, pero la sola imagen de ver al gigante Ryo siendo vencido fue algo desmoralizador.

Ryo cayó inconsciente, dos metros por delante de Yamato. Al mismo tiempo, el pequeño anciano Tadashi volvió a su posición inicial, con las manos en la espalda y mirándolos con indiferencia mientras su boca formaba una "n".

Tadashi llevo su puño derecho a la boca y tosió, después miró a Yamato y dijo con su voz gruesa y rasposa -¿Todavía quieres luchar, mocoso?-

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