Kain se volteó para ver los cielos nublados a medida que la lluvia le limpiaba la cara. Entonces pensó en su familia, en su tío y en su tía, y asintió -es verdad- dijo con una gran sonrisa -todo se decide en un breve instante-
Entonces sus iris se tornaron de un fulgor rojo como la sangre y apareció un tomoe negro en su centro. De repente Kain percibió la caída de las gotas lluvia y los sutiles movimientos en las corrientes de aire. Todo se había ralentizado, al mismo tiempo que esta visión le hizo olvidarse de su dolor por un breve instante. Sin embargo, una voz lo devolvió a la realidad y volvió a sentir dolor.
-Este será el fin- dijo el anciano
-No lo creo, ugh- dijo Kain aguantándose el dolor. Entonces vio como la hoz viajaba a un ritmo lento, cayendo con su filosa punta en dirección a su garganta. Al mismo tiempo, vio un rostro oculto detrás de una capucha y unos ojos amplios en una expresión de asombro. Kain rodó hacia la izquierda, metió su mano al interior de sus mangas y saco un último kunai. Entonces él percibió una vez más como si el tiempo estuviera estancado. Pudo apreciar la figura oscura del anciano y su cuello como una figura delgada entre su cabeza y sus hombros. Kain lanzó el kunai hacia el cuello y este voló para clavarse en medio de la garganta. El anciano cayó de espaldas, al mismo tiempo que producía un sonido de arcadas y se sujetaba la garganta con la mano derecha. Kain lo vio tratando de darse vuelta para huir y gatear durante cuatro metros con movimientos lentos, hasta desplomarse sobre el barro y caer inerte. Kain se puso de pie, con el dolor en su estómago y en su hombro. Camino hasta el cuerpo y lo volteó con sus pequeñas manos. Entonces le quito la capucha y pudo ver que era una mujer de cabello castaño. Negó algo divertido y se dijo que los sentidos te pueden mentir. Después de eso se sintió helado y cayó de espaldas en el suelo, viendo como la lluvia caía a un ritmo pausado. Entonces sus ojos se cerraron y no supo más del mundo exterior.
Al otro día, Kain se despertó en el futón de Naoko, abrazado a su madre. Al mismo tiempo, afuera se escuchó a su tío rugir "Muévanse ahora", a lo que un grupo de gente salió corriendo por el pasillo. Por otro lado, Naoko despertó y lo vio despierto.
-No te preocupes, Kain- dijo Naoko con voz suave -todo va a estar bien-
Kain asintió y cerro sus ojos nuevamente para caer en el suave calor del futón.
Por mientras Kain dormía, Hashirama Senju había vuelto a su mansión tras enterarse del incidente y estaba interrogando al principal responsable de la seguridad de su casa. Hashirama lo miraba con rostro duro como las piedras pocas veces visto. Por otro lado, Tobirama estaba sentado al frente en posición de seiza manteniendo una expresión apática. No demostraba ningún remordimiento ante lo que había pasado. Al mismo tiempo, Mito Uzumaki estaba sentada al lado de Hashirama y miraba con indecible furia a Tobirama.
Solo eran ellos tres en una gran habitación que por lo usual Hashirama ocupaba para las grandes reuniones. Piso de tatami, techo con vigas al aire y un gran pergamino en la pared que quedaba por detrás de Hashirama, en el cual decía "Senju" en grande. El ambiente era solemne entre los tres y si no estuviera Hashirama, Mito hubiera saltado y golpeado a Tobirama para que escupiera la verdad.
-Dime- dijo Hashirama con voz ronca y potente -¿Qué sucedió, Tobirama?-
Por su parte, Tobirama mantuvo su mirada apática y dijo en un tono lento, sin nunca alterarse -hubo una brecha mientras mi gente atendía otras misiones. Nunca espere que hubiera alguien lo suficientemente loco como para atacar tu casa-
Mito chasqueo la lengua y miró hacia otro lado inconforme con la respuesta. Hashirama también lo estaba, pero en lugar de enfurecerse, dijo -Tobirama, sabes, vas a ser el siguiente hokage. Dudo que haya alguien más calificado que tu- detuvo sus palabras mientras escudriñaba los ojos de su hermano y continuo -pero eso a su vez me preocupa. Ser hokage significa cuidar de toda la aldea, no de solo los que te agradan. Incluso tendrás que ser hokage de los Uchihas. Ten presente lo que harás de ahora en adelante, porque podría afectar todo el futuro-
Tobirama frunció el ceño y dijo con voz indiferente -no sé de lo que hablas, hermano-
Hashirama giró su rostro hacia un lado y bufo indignado -ahora vete y que no vuelva a pasar lo mismo-
-Como digas-
Después de responder, Tobirama se puso de pie y camino hasta la puerta corredera, pero se detuvo en el mismo momento que puso su mano sobre el marco de la puerta -un niño de cuatro años con sharingan ¿No es un monstruo aún más peligroso que su padre?-
Mito se iba a levantar para decirle un par de verdades y golpearlo hasta ordenarle el cerebro, pero Hashirama la tomo de la mano impidiendo que esto sucediera -es alguien increíble- dijo Hashirama con voz profunda -si lo quieres poner así. Sin embargo, no ha hecho nada malo, ni conoce el mal. En ese caso es alguien con un potencial infinito. Si lo guías por el buen camino, puede que lleve a la aldea a un futuro mejor. Si lo llevas por el mal camino, puede que condenes a nuestras futuras generaciones. Ten presente mis palabras "No solo eres el hokage de las personas que te agradan. Ser hogake significa proteger a toda tu aldea, incluso a los que no te gustan"-
-Ese no es el trabajo de un hokage- respondió Tobirama, abrió la puerta corredera y después salió por ella para cerrarla con brusquedad.
-¿No le vas a hacer nada?- pregunto Mito en un susurro furioso
-Es mi hermano, Mito- respondió Hashirama, soltó un suspiro y la miró a los ojos -¿Debería encarcelarlo por no cumplir con su deber?-
-Sabes que es más que eso- grito Mito
Hashirama agacho la mirada y no pudo responder a sus alegatos. Entonces Mito tomo una profunda respiración y supo que Hashirama no castigaría a Tobirama -como no haces nada, no me culpes por ser severa en el futuro- dijo. Entonces se puso de pie y salió de la habitación para ir a ver a Kain.
Por su parte, Hashirama soltó otro suspiro y medito en lo que estaba haciendo. Tobirama sería el próximo hokage, si lo castigaba, la gente lo repelería y la aldea se quedaría sin candidatos decentes para el puesto de hokage. Incluso si no lo repelían, siempre quedaría como una mancha en su historial, que los viejos de cada clan usarían como una excusa para mellar su autoridad. Al final, lo que hizo estaba bien, pensó Hashirama. Todo por el bien mayor.