webnovel

Kin No Tamamushi.

-¡Giyuu-San!-Aoi no dejaba de llorar mientras sujetaba el cuerpo del omega mayor, el cual no había dejado de vomitar gusanos y sangre-¡Aguante, por favor!-Sus manos temblaban fuertemente, nunca antes había presenciado algo tan grotesco.

-Lo_-Ya llevaba un rato tratando de hablar, pero el que los gusanos subieran por todo su cuerpo hasta salir por su boca, le dificultaban las cosas-Sien_-Aquellos seres viscosos junto a la sangre caían dentro de un balde con sal para matarlos de inmediato.

-¡No hable, por favor!-Senjuro Rengoku, quien tristemente vio todo al ir a visitar a su hermano mayor, se encontraba allí también, ayudando en todo lo que podía-¡No diga nada! ¡Nosotros nos encargaremos!-Echaba más sal sobre los gusanos, ya que la sangre humedecía esta misma.

-Debe_-Una nueva oleada de vómito le impidió hablar nuevamente-Irnos-Pese a todas las arcadas y sonidos desagradables, ambos jóvenes fueron capaces de escuchar perfectamente lo que el omega decía-Ustedes_-Aoi le limpió la boca con un paño húmedo-Peligr_-No era capaz de hablar bien hasta que finalmente la cantidad de gusanos comenzó a disminuir.

-Sí. Nos iremos todos de aquí-Ambos estaban decididos, debían abandonar la sede esa misma noche.

-Pero primero, usted debe ser curado-Ambos lo llevaron al baño que estaba en la Finca del mayor, ya que se encontraban en ese lugar-El agua caliente lo hará sentir mejor-

-No-Se alejó como pudo de la bañera-No hay tiempo. Debemos irnos. Todos debemos irnos-La sangre volvió a salir de su boca, pero esta vez por culpa de una horrible tos-¡Les harán lo mismo a ustedes por ayudarme! ¡Debemos irnos ahora!-Los chicos lo ayudaron a caminar hasta su habitación-...Me cambiare de ropa, sacare dinero y nos iremos-

-¿Quiere irse en ese estado?-Aoi lo ayudó a sentarse correctamente sobre el futon armado en su habitación.

-Usted se encuentra muy mal. No debería siquiera poder ser capaz de moverse en ese estado-Los ojos de Senjuro seguían derramando lágrimas, cosa por la cual Giyuu se las limpió con sus temblorosas manos.

-...No se preocupen por mí, no ahora...Debemos irnos. Sí descubren que ustedes están aquí, les harán lo mismo, o tal vez algo peor. Vámonos de aquí. Vengan conmigo...-Les tomó las manos con las lágrimas saliendo de sus ojos, lágrimas que no habían salido antes-...No puedo dejarlos aquí...-El solo pensar en dejar a todos los niños que amaba en un lugar como ese, le rompía el corazón-...No puedo hacerlo...Los amo demasiado...No puedo abandonarlos...-

-...Giyuu-San...-Ambos comenzaron a llorar, sin dudar ni un segundo más en abrazarlo-¡GIYUU-SAN!-

-...Je...-Las lágrimas también corrían por sus mejillas, pero ni un solo sollozo salía de sus labios. Correspondiendo el abrazo lentamente debido al infernal dolor que sentía, liberó un poco de sus propias feromonas para tratar de calmarlos-...No los abandonaré aquí...-

La Reina de los Demonios

-Aoi-San...-Naho, Kiyo y Sumi se asomaban por la puerta de su habitación-...¿Vas a alguna parte?-

-...Lo siento, pero tampoco puedo dejarlas aquí-Se agachó a la altura de las niñas, colocando así sus manos sobre las mejillas de Naho y Sumi, ya que Kiyo estaba en el centro de las dos anteriores-Me iré junto a Giyuu-San de la sede. Pero tengo miedo de dejarlas aquí-Las miró fijamente a los ojos-Niñas, ¿Vendrían con nosotros?-

Las niñas miraron sorprendidas a Aoi. ¿Irse junto a ellos, dejando a la persona que les dio un hogar, luego de perderlo todo? Parecía que la decisión ya estaba tomada, pero no pudieron evitar recordar a aquel omega que era realmente dulce y cariñoso, recordándoles a una madre que ellas apenas y podían recordar.

-...Primero-Habló Sumi-Dinos cuáles fueron los castigos de Giyuu-San-

-¿Lo saben?-

-Kanao los vio, pero no ha querido hablar desde que volvió. Shinobu-Sama nos dijo sobre los castigos, pero no quiso decirnos cómo fueron cuando le preguntamos-Contestó Naho.

-Escuche llorar a Kanao-Mencionó Kiyo.

-Niñas...No puedo decirles. No porque no quiera, sino porque no puedo. Solo les diré que...fue algo realmente horrible...asqueroso...Puede que, cuando vean el cuerpo de Giyuu-San, sepan a lo que me refiero-Les tomó de las manos-Es por todo lo que le hicieron, que tengo miedo de irme y que ustedes sufran algo parecido. Por favor, vengan con nosotros. Iremos con Kanao, y Senjuro Rengoku, el hermano menor de Rengoku-Sama. Vámonos todos, lejos de aquí, en donde no volverán a lastimar a Giyuu-San. No puedo abandonarlas. Y Giyuu-San las ama mucho, como si fuesen sus propias hijas. Sé que puede ser difícil para ustedes. Shinobu-Sama también me dio una oportunidad a mí, pero el castigo de ella fue el más cruel y doloroso. Lo que ella hizo, me hizo perder toda la confianza y respeto que le tenía. Le tengo muchísimo miedo ahora. Por favor, no tenemos mucho tiempo. Realmente no deseo abandonarlas aquí, con una persona tan cruel que no sintió la más mínima culpa o remordimiento ante algo tan sádico. Por favor. Por favor...-Las lágrimas salieron de sus ojos, estaba realmente desesperada por llevárselas-...Por favor...No las quiero dejar aquí...No las dejaré sufrir aquí...-

-...Aoi-San...-Los ojos de las pequeñas también se aguaron-...Iremos contigo-

-¿Qué?-No se lo podía creer, realmente había logrado convencerlas-...Niñas...-Se aguantó las lágrimas, pero no pudo evitar abrazarlas-¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!-Besaba la frente de las tres con todo el amor que podía demostrar-Debemos avisar a Kanao y preparar nuestras cosas-

-¿Qué debemos llevar?-

-Poca ropa, de preferencia que sea algo ligero. Comienza a hacer frío, así que deben abrigarse ahora y lo demás tenerlo guardado. Las tres tienen mochilas pequeñas, así que traten de meter lo que puedan dentro. No olviden lo esencial como sus cepillos de cabello y dientes. Vayan rápido a por sus cosas. Mientras, yo hablaré con Kanao-

-Eso no es necesario-La nombrada entró a la habitación, mostrando sus hermosos ojos completamente rojos e hinchados a causa de llorar por horas-Te escuche. Me iré con ustedes. Preparemos rápido las cosas y vámonos lo más rápido que podemos-

-Kanao...Gracias-Aoi se levantó, solo para ir a abrazarla también.

-No te preocupes-Correspondió el abrazo, sorprendiendo a las niñas y Aoi-Arrojé mi moneda hace unas horas. No volveré a tomar decisiones con algo que me recuerde a este lugar. Mis maestras y hermanas me adoptaron hace años, pero no me quedaré en un lugar junto alguien completamente sádica. Puede que incluso el castigo hubiese sido peor si se trataba de una de nosotras. Tienes razón, Aoi. Las niñas no deberían quedarse en un lugar como este. Vámonos-

-¡Sí!-Las niñas rápidamente corrieron hasta sus habitaciones en busca de lo justo y necesario, pues considerando lo que harían, no debían llevar mucho encima.

-Vi el estado en el que se encuentra Giyuu-San. Puedo llevarlo sobre mi espalda si es necesario-

-¿Cuánto tiempo tenemos?-Aoi comenzó a guardar sus cosas.

-Toda la noche-

-¿Eh?-

-Mi mae_-Cerró la boca por unos segundos-Ella salió con los demás Pilares. No se a donde, pero seguramente a celebrar. Estoy segura que se van tardar mucho. Mañana mataran a esa chica demonio, pero no necesitan estar en sus cinco sentidos para hacerlo-

-Ya veo. Es bueno que hables más-Comenzó a cambiarse rápidamente de ropa, importándole poco que Kanao la estuviese mirando, después de todo, no era la primera vez que una veía desnuda a la otra.

-Ellos están aquí-Aoi se tensó.

-¿Los Pilares?-

-No. El cazador y su hermana. Ambos están aquí-

-¿Qué? ¿Por qué?-

-Esta es la Finca más cercana a la del patrón. Mañana la matarán por órdenes de Oyakata-Sama. El castigo de los tres días colgado acaba de terminar, así que Giyuu-San será obligado a mirar. El patrón deseaba que durante estos últimos tres días los hermanos pudieran despedirse. Él fue...amable, en ese aspecto-

-¡JA! ¿Amable? Ese hombre perdió todo el respeto que le tenía al permitir cosas tan grotescas-Deseaba ser capaz de cambiar las medicinas de él por unas que empeorarían su salud, no obstante, habían cosas más importantes de las cuales preocuparse-...Se hace tarde, deberías guardar tus cosas pronto y llevarnos a los chicos-

-¿Ya terminaste tú?-

-Sí-Cerró con fuerza la mochila-Ya tengo todo listo-

-Entonces ve a avisarles que debemos irnos pronto. Mientras, yo prepararé mis cosas y las de ellos-

-Sí. No te tardes-Entonces ambas salieron de la habitación, pero una vez en el pasillo, sus caminos se desviaron.

Aoi caminó por un buen rato, ya que la Finca era grande. Llegando a las habitaciones donde normalmente tendrían a algún que otro cazador herido, logró escuchar a alguien llorando cuando estaba decidida a pasar de largo.

-¡No puedo perderla!-La voz de un joven, la cual recordaba bien, se escuchó con fuerza una vez que abrió ligeramente la puerta-¡No quiero! ¡Me reuso a perderla!-

-Tanjiro, calma-La voz de otro joven, al cual había atendido durante los últimos tres días, también resonó-Ya pensaremos en algo-

-¡Y en qué se supone que vamos a pensar!-Su voz se escuchaba rota-¡Mañana mataran a Nezuko! ¡¿En qué diablos se supone que vamos a pensar?! ¡Nos mataran a los tres si tratamos de intervenir! ¡TENEMOS SUERTE DE QUE NOS DEJARAN CON VIDA AHORA!-El joven Tanjiro no dejaba de llorar pese a todo lo que le decían sus amigos. Aquellos eran tiempos desesperados-Además...Giyuu-San....Si intervenimos, nos harán algo peor-

-Eso no pasara-Los tres jóvenes la miraron con sorpresa, pues Aoi entró de la nada-Levántense los tres. Nos vamos de aquí, ahora-

-...¿Quién se supone que eres tú?-Luego de todo lo visto hace unos días, Tanjiro ya no quería volver a confiar en alguien.

-Alguien que los sacara a todos de aquí. Se ve que también están afligidos y tristes, así que nos iremos. Giyuu-San nos está esperando. Vayan a por esa demonio y salgamos rápido de aquí-

-Pero...Si nos descubren, seremos castigados-Estaba preocupado. No deseaba sufrir todos esos castigos, pero era peor pensar que Giyuu podría sufrirlos una vez más. Tal vez incluso los matarían a golpes o de alguna otra forma peor.

-No lo harán. Tenemos toda la noche, tal vez más. Saldremos de aquí ahora-Miró a Zenitsu e Inosuke-Todos. Preparen sus cosas-Con eso finalizado, Aoi se dirigió a las habitaciones de las niñas, pues debían preparar las cosas rápidamente-¿Tienen todo listo?-Interrogó una vez que ya había llegado.

-¡Sí!-Las tres se colocaron sus mochilas.

-Tenemos lo justo y necesario-Aclaró Kiyo.

-Eso es bueno. Pónganse unos abrigos o algo, hace frío en las noches. La nieve no tardará en caer-

-¡Sí!-

-¿Qué harás tú, Aoi-San?-Preguntó Sumi.

-Iré ayudar a Kanao. Dos más se nos van a unir-

-Está bien. Llámanos si necesitas ayuda-

-Sí-Con eso, se fue rápidamente hasta el almacén, en donde Kanao se encontraba llenando algunos bolsos con sábanas, ropa de invierno y comida, ya que tenían de todo allí-Vamos a necesitar más ropa, dos más se nos unirán-

-Ya veo-Le mostró un bolso lleno a Aoi-Ten cuidado con ese, tiene todas las medicinas e implementos médicos que pude encontrar. Llévalo a mi habitación, es la más cercana a la puerta trasera-

-Sí. Volveré a ayudarte-

-No es necesario-Se colocó el otro bolso al hombro-Una vez que todos estén listos, nos iremos. Vamos a dejarlos y ayudar a los demás-

-Sí-Entonces ambas se fueron lo más rápido posible, pues el tiempo seguía avanzando-Una vez que salgamos, nos encontraremos con Giyuu-San en su Finca. Su cuerpo está realmente débil, por lo que se quedó junto a Senjuro-San. Una vez que salgamos de aquí, iremos a la casa de él para que pueda sacar su ropa-

-Entiendo. Debemos apurarnos-

La Reina de los Demonios

-¡Giyuu-San!-Tanjiro y Nezuko fueron rápidamente a abrazarlo.

-¡Giyuu-San!-Inosuke y Zenitsu se unieron al abrazo.

-Hola...-Les besaba las mejillas a los cuatro-No lloren, me encuentro bien-Limpiaba sus lágrimas con cariño, todavía teniendo sus manos temblorosas.

-¡Tanjiro nos contó todo!-Zenitsu se aferraba con fuerza a su ropa-¡Lo siento tanto!-

-¡No te vas a morir, verdad!-Inosuke estaba desesperado, lo quería demasiado como para perderlo.

-No me moriré-Giyuu tosió un poco, asustando a los chicos-Solo...me encuentro un poco débil ahora-Les mostró una cansada sonrisa a todos, mientras extendía sus brazos en busca de abrazarlos-...Gracias-Besó la frente de cada uno de ellos cuando ya estaban junto a él-...Gracias por estar aquí...-Junto a su voz rota, vino el llanto que había retenido durante todo ese tiempo-...Los amo tanto...-Luego de esas bellas palabras, de su boca salió un llanto desgarrador, que solo provocó que los niños también lloraran. Todo lo que había sucedido, sin duda era algo que nunca olvidarían.

La Reina de los Demonios

-¿Y las chicas?-Buscó por todas partes a las niñas y a Aoi-Kanao debe estar en una misión. ¿Pero y las demás?-Buscó por toda la Finca, agradeciendo que estuviese en silencio-Ay...la cabeza-Se quejó un poco de su pequeña resaca-Mm...Deben haber ido a Riku a comprar cosas. Pero en ese caso, yo tendría que cocinar el desayuno de los pacientes-Suspiró pesadamente, pues no deseaba cocinar aquella mañana-Bien...Supongo que tengo que levantarlos primero-

Shinobu caminó con su típica sonrisa falsa hasta una de las grandes habitaciones que había en su Finca, especialmente para sus pacientes. Una vez que abrió la puerta, se asustó un poco de no ver a nadie-(¿Me habré confundido de habitación?)- Se preguntó, sólo para luego ir directo hasta la otra, en donde tampoco había nadie-¿En donde están_-De la nada recordó que se le permitió a Tanjiro ver finalmente a sus amigos, pues estaba encerrado en la misma habitación en la que se encontraba su hermana-¡Mierda!-Corrió hasta la habitación en la que se supone estaría Nezuko, pero su miedo aumentó una vez que tampoco vio a nadie dentro de esta-¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO!-Fue hasta las habitaciones de Aoi y Kanao, en donde vació todos los armarios, notando así como faltaba bastante ropa. Luego fue hasta las habitaciones de las niñas, en donde repitió su acto-¡NO! ¡NO ES VERDAD!-Entonces fue hasta su oficina en busca de alguna pista del paradero de ellas, ya que nunca se iban sin dejarle una nota antes. Pero lo que encontró la desconcertó-...Kanae...Nee-San-Sobre su escritorio vio la moneda que su hermana mayor le había dado a Kanao luego de que la adoptaran como su hermana menor-...Kanao...-No hizo falta nada más para que por fin aceptara lo sucedido. Habían escapado. Todas habían escapado. Y no solo ellas, sino que los chicos también, junto a la demonio que se supone, matarían ese día-...No...¡NO!-Se limpió rápidamente las lágrimas y partió hasta la Finca de su patrón, pues era imposible que se hayan marchado, dejándola completamente sola-(¡Alguien se las llevó! ¡Debió ser ese mocoso junto a su hermana demonio! ¡Solo Dios sabe lo que les estarán haciendo ahora!)-Una vez llegó, notó como sus compañeros, algunos cazadores de nivel inferior, y unos kakushis, ya se encontraban allí, como si la estuvieran esperando-¡PATRÓN!-Su grito desesperado llamó la atención de todos-¡NO ESTÁN! ¡SE LAS LLEVARON!-

-¡A quienes!-Preguntó Mitsuri, preocupada por el estado en que había visto a su amiga.

-¡A LAS CHICAS! ¡SE LAS LLEVARON! ¡TODOS SE FUERON! ¡SE LLEVARON A LA DEMONIO!-Los presentes palidecieron antes sus palabras-¡ES IMPOSIBLE QUE SE HAYAN IDO POR SU CUENTA! ¡ESOS MOCOSOS LAS SECUESTRARON!-

-Esta bien. Cálmate, por favor, hija mía-Oyakata-Sama mostraba un rostro sereno, pero no sonreía como los días anteriores-Me acaban de informar que Giyuu huyó de la sede. En su Finca faltaba ropa-Pese a que nunca trataba de mostrarse negativo frente a quienes consideraba sus hijos, se veía levemente enojado-Antes dejó vivo a un demonio, y por eso se le castigó. Pero ahora huyó de la sede, llevándose a la demonio y a más menores consigo-

-¡Eso es una clara traición, patrón!-Gritó el alfa de mechas rojas-¡Mi hermano menor huyó de vuelta a casa por su culpa! ¡Los castigos bien merecidos de Tomioka, hicieron que mi hermano pensara diferente sobre mí!-

-¡HAY QUE TRAERLOS DE VUELTA Y CASTIGAR A TOMIOKA POR SU INSOLENCIA!-Shinobu estaba furiosa, y no le importaba demostrarlo. Recuperaría a sus chicas, incluso si era lo último que hacía.

-¡SÍ!-Gritaron todos mientras levantaban sus katanas, estando completamente de acuerdo con lo que decía la Pilar.

La Reina de los Demonios

-Giyuu-San, no siga caminando, por favor-Los chicos llevaban un buen rato tratando de convencerlo para que se detuviese.

-No...-Las heridas provocadas por los latigazos comenzaban a sangrar, manchando así su ropa-...Todavía no...-Se apoyaba del hombro de Kanao, ya que sus piernas estaban terriblemente débiles-...Todavía no estamos...lo bastante lejos...de ellos...-No quería ni pensar qué sucedería si los encontraban-...Todavía no...-

-...Ya es suficiente, Giyuu-San-Kanao lo detuvo de seguir avanzando-Hay un pueblo bastante cerca. Pasemos la noche allí y por la mañana continuamos. Los chicos están cansados de caminar todo el tiempo desde que nos escapamos de la sede. Descansemos por hoy, ¿Sí?-Lo abrazó un poco, tratando de convencerlo.

-...Tienes razón...-Miró a los chicos, quienes venían con las niñas dormidas sobre sus brazos-...Lo siento tanto. No deberían siquiera estar despiertos a estas horas...-Se afirmó fuertemente de Kanao antes de comenzar a toser fuertemente por unos segundos-¡Mierda!-

-Beba agua, por favor-Senjuro le extendió la botella para que bebiera, ayudándolo también en el proceso-Vayamos a una posada. Tengo algo de dinero que le robé a mi herm...A él-Ya ni era capaz de ver a Kyojuro como su hermano mayor, no después de lo hecho con Giyuu-Tengo lo suficiente para varios días. Podemos escondernos por un tiempo, lo suficiente para volver al camino una vez que sus heridas sanen al menos un poco. Escúcheme, por favor, Giyuu-San. Todos estamos preocupados por su salud...-Realmente no quería verlo de esa forma. Podrían llevarlo a un hospital, pero tampoco deseaban que un extraño lo tocase, no luego de todo lo que ya habían hecho los kakushis en su cuerpo.

-...-Giyuu se quedó callado por unos segundos, antes de asentir con la cabeza, pues estaba realmente cansado. Kanao lo cubrió con una manta y marchó con él sobre su espalda el resto del camino hasta una posada, en donde apenas entraron, fueron a limpiar el cuerpo cansado y débil del mayor en el baño privado que había.

Tanjiro acostaba a Nezuko junto a las niñas en una de las dos camas que habían en la habitación. Mientras Aoi, Kanao y Senjuro bañaban a Giyuu, quien de vez en cuando, pedía perdón por ni siquiera poder bañarse solo. Los chicos lloraron un poco cuando tuvieron que limpiar su espalda. No dejaban de disculparse por el dolor que provocaban con el jabón en las heridas abiertas.

Zenitsu e Inosuke fueron a comprar algo de comer. Inosuke se mantuvo tranquilo y callado todo el tiempo, pues luego de escuchar por parte de Tanjiro todo lo que le habían hecho a Giyuu, quedó traumado de solo oírlo. Zenitsu fue capaz de escucharlo todo, por lo que se bebió tranquilamente su medicina solo para no causar más problemas. Con Tanjiro, Kanao, Aoi y Senjuro, estos estaban realmente mal, pues ellos lo habían visto todo. Vieron la realidad, las verdaderas caras de las personas a las que solían amar y respetar.

-Tendremos que curar sus heridas, Giyuu-San-Senjuro y Kanao secaron su cuerpo con unas toallas, mientras que Aoi buscaba en uno de los grandes bolsos las cosas que necesitaría.

-Por favor...-Aoi movía todo con rapidez y fuerza, buscando algo en específico-¡Sí!-Agarró lo que necesitaba y lo dejó sobre la otra cama, a un lado de Giyuu-Puedo suturar sus heridas, tengo anestesia. Le prometo que no me tardare nada-

-...Esta bien-No quería sentir el dolor de la aguja, pero tampoco podía dejar que sus heridas se infectaran.

-Recuéstese sobre la cama con la espalda hacia arriba. Va a sentir un pinchazo, pero le aseguro que pasará rápido-Giyuu respiró hondo al escuchar la uña de Aoi golpeando la jeringa en busca de eliminar las burbujas.

-¡Mmm!-Apretó con fuerza los dientes al sentir un pinchazo sin aviso sobre su hombro-...Mierda...-Volvió a respirar una vez que el ligero cosquilleo comenzó a cubrir toda su espalda.

-Lo siento-

-...No importa...El dolor en la espalda es peor...-

-Trataré de no tardarme. Puede dormirse si quiere-

-Igual no creo ser capaz de dormir ahora. De todas formas prefiero que ustedes descansen primero. Me siento culpable de mantenerlos despiertos por tanto tiempo...-

-...De acuerdo-Agarrando el hilo especial para suturas, ella comenzó a coser la más grande.

Aoi se tardó sus buenos minutos con cada herida, pues la piel del mayor era un poco dura. Una vez listo, colocó algo de pomada y luego cubrió todo con vendajes, pues había llevado muchísimos. Luego de eso, colocó parches y más vendajes por todo el cuerpo, llegando a cubrir casi la mitad de una de las piernas en donde el daño era considerable.

-(...No entiendo como fue capaz de caminar tanto con las piernas en ese estado...)-Su cuerpo tuvo un pequeño temblor al recordar a uno de los kakushi cortando sus piernas con una navaja por mera diversión-(...Giyuu-San es increíblemente fuerte...)-

-...Usted es muy fuerte, Giyuu-San-Era como si Senjuro hubiese leído su mente-Yo no lo hubiera aguantado...-

-Por eso mismo me los llevé conmigo...para que ustedes no tuvieran que pasar por lo mismo por ayudarme...En estos momentos, Kocho y Rengoku deben pensar que los secuestré a todos. Trabajé los años suficientes con ellos como para saber lo que están pensando ahora...-Miró por la ventana, completamente cansado al igual que los demás-...Ya es tarde. Es hora de dormir...-Extendió sus brazos, esperando así a que todos estuviesen en ellos-...Los amo mucho...A todos...-Su voz cada vez salía en tono más bajo, mostrando que finalmente comenzaba a sucumbir ante el sueño. Los chicos lo recostaron bajo de las cálidas sábanas, luego de haberlo vestido, permitiéndole descansar lo que debía descansar.

-...Giyuu-San...-

Entre ellos se miraron, seis jóvenes despiertos dentro de esa cálida habitación. Ellos sabían lo que ocurría, sabían que pasaría si los encontraban. En completo silencio, se hicieron una promesa. No permitirían que volvieran a lastimar a aquel omega que tanto los amaba. Giyuu era como la madre que todos habían perdido. Era la persona que, internamente, esperaron durante toda su vida.

Estaba decidido. El día que los encontraran, pelearían hasta la muerte, con tal de proteger a Giyuu. Con tal de proteger a su madre.