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난 당신이 필요해요, 내 사랑

Ailen se encontraba en la sala de estar de su casa, tratando de concentrarse en disfrutar la película que puso en la televisión, después de volver del trabajo.

Aunque ella haga su mayor esfuerzo, en tener su total atención sobre la TV, sus ojos y oídos no están ni viendo y mucho menos escuchando la película. Sino recordando la última, y muy reciente vez, que ella y su novio hicieron el amor.

Las caricias, besos y embestidas que le propició su amado novio no dejaban de repasarse por su cabeza. Sus respiraciones entrecortadas, jadeos, gemidos y palabras sucias que escucho en sus oídos la noche anterior, provocaba que cada vez se mojara más su ropa interior, sus pezones se endurecieran y su pulso se acelerará con cada respiración que daba.

Su príncipe se encontraba en el pequeño estudio que tienen en casa, ya que estaba dándole los últimos detalles al nuevo álbum en solitario que muy pronto iba a publicar. Esto la excitaba mucho más, porque lo tenía a muy pocos metros de distancia, para poder acorralarlo contra una de las paredes del mismo y hacerle todo lo que él quisiera.

Ya no soporta más, necesita escuchar gemir a su novio, ansía por volver a tocar su magnífico cuerpo totalmente desnudo para ella. Necesita tenerlo dentro suyo haciéndole el amor, sólo como él sabe hacerlo.

Sin nada más que pensar, apagó la televisión y puso rumbo al estudio. Al llegar pudo ver a su príncipe sentado delante de su PC, tecleando y susurrando para sí mismo.

- ¿Amor, te molesto? - preguntó.

- No, para nada muñequita, ven - respondió mirando a su novia - ¿Necesitas algo? - preguntó, con curiosidad.

- Sí, necesito algo... - respondió, sin ningún tipo de rodeo.

- Dime, soy todo oídos... - sonrió.

- Te quiero a tí - respondió, mirando sin pestañear a los ojos de su príncipe.

- Mmm...eso me gusta mucho - dijo, mordiéndose el labio inferior - Pero necesito terminar esto, quiero hacerlo para no tener que encargarme de terminarlo mañana en Hybe. Lo siento, mí princesa - le respondió, haciendo un leve puchero.

- ¿Estás completamente seguro que no puedes dejar eso un ratito y retomarlo más tarde? - le preguntó, desesperada.

- Amor - dice, con una risa leve - ¿Tanto me necesitas?

- Más de lo que puedas pensar - le dijo, lamiéndose los labios.

- Me gustaría saber cuánto, la verdad - le respondió, formando una sonrisa maliciosa.

- Muy bien, acepto el reto.

Se acercó a Jimin para tomarlo de la mano y levantarlo de la silla, para llevarlo a que tome asiento en uno de los sofás que hay dentro del estudio. Luego de sentarlo, se paró delante de él y comenzó a quitarse la poca ropa que tenía quedando totalmente desnuda para él.

- Ailen... - suspiro muy profundamente.

- ¿Te gusta? - le preguntó de forma muy sensual, acariciándose suavemente las caderas y cintura.

- Demasiado... - respondió con un leve jadeo.

Ella se sentó lentamente a horcajadas encima de su novio, le dio un profundo beso, provocando que él abra su boca, para que sus lenguas se encuentren, mientras le acariciaba su pecho tonificado con ambas manos.

- Ailen... - jadeo, dentro del beso - Me estás volviendo loco - dijo, de forma entrecortada.

- Y esto no es nada, mi amor - le respondió, viéndolo a los ojos.

Lentamente levantó una de sus manos, se llevó uno de sus dedos dentro de su boca para mojarlo muy bien.

- ¡Ailen...! - dijo, con una leve sorpresa.

- ¿Qué pasa mi amor? ¿No querías ver cuánto te necesita tu muñequita? - le preguntó, quitando su dedo de la boca.

Con mucha sensualidad, ella comenzó a bajar su mano por su cuerpo. Jimin seguía con total atención sus movimientos. Y cuando llegó al punto caliente, soltó un gran suspiro.

- Ailen, por favor... - jadeo.

- Jimin... - gimio.

Comenzó a tocarse lentamente, provocando que, inconcientemente se pegara más al cuerpo de su novio, dejando sus pechos muy cerca de su boca.

- Muñequita... - gimio.

Jimin comenzó a acariciarla y a lamer sus pechos, para darle más placer del que ella ya se estaba dando.

- Mi amor, te necesito... - jadeo, sin dejar de tocarse - Quiero que me hagas el amor... quiero tocarte... quiero escucharte, por favor - pronunció desesperadamente.

Él sin necesitar ningún tipo más de súplica, con un moviendo ágil, acostó a Ailen sobre el sofá, se quitó rápidamente la ropa y se acomodó encima de ella.

- Jimin... - dijo, abriendo lo más que podía sus piernas para invitarlo a que entre.

- Ailen... - gimio, entrando lentamente dentro de ella y acomodándose para poder besarla, mientras comenzaba a hacerle el amor.