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Los tres baules

Tras leer y interpretar todos los documentos el viudo se dio la vuelta con lentitud para mirar con algo de preocupación las escaleras en mal estado, ahora que había terminado de leer esta agenda ya no tenía otro plan en la mente para matar la monotonía de tener que esperar a que pasara el dia y por desgracia Abel no sentía nada de sueño por lo que dormir un por el momento no era una opción.

Buscando no desesperarse nuevamente, Abel releyó una vez más la agenda del asesino y recordó que en la misma se mencionaba la ubicación de una caja de plata en los baúles de este sótano, por lo que para matar el tiempo el hombre se acercó a los mismos para investigarlos.

Había 3 baúles en el cuarto y ciertamente todos eran antiguos y grandes siendo tan largos y anchos como el escritorio, pero indudablemente menos altos. Por su parte los clavos en sus superficies estaban oxidados y parecían haber sido hechos a manos, mientras que la madera que tenían había sido consumida por el paso del tiempo. En cuanto al forro de cuero que tenían había periodo su brillo y estaba completamente agrietado, por lo que no había ninguna duda que estos baúles eran más antiguos que el propio asesino.

Viendo a los baules de lejos, Abel distinguió que los baúles estaban en pésimo estado y también habían sido consumidos por los musgos que crecen en las escaleras, por lo que el hombre con preocupación trato de abrirlos sin hacer mucho ruido pero ciertamente la tarea resultaba imposible, la cuestión era que las bisagras de estos baúles estaban repletas de oxido y ya solo tratar de abrir una pequeña abertura en los mismos provoca un escandaloso ruido.

Preocupado por el ruido, el viudo se detuvo y meditó unos nuevos minutos hasta finalmente agarrar el coraje suficiente como para que la imprudencia del aburrimiento y la falta de peligro inmediato lo llevaran a intentar nuevamente abrir uno de los baúles en la habitación.

*Cliiink*...Con lentitud y cuidado, el hombre abrió uno de los baúles en la habitación, pero de inmediato su rostro lleno de decepción mostrando que en su interior no se hallaba lo que buscaba, en su lugar en este baúl se encontraba una gran cantidad de ropa sucia y llena de polvo, al punto que era complicado distinguir que se trataba de ropa y no trapos sucios.

La pila de ropa no estaba guardada con cuidado y mucho menos doblada, en su lugar estaba completamente amontonada con descuidado como si esta ropa no importara, pese a que su apariencia inicial no parecía ser muy accesible para una persona de la época, aunque esta belleza estaba muy oculta puesto que las prendas estaban completamente sucia, sin embargo aun se distingue el aspecto refinado y todo parecía indicar que era ropa de mujer muy antigua, aunque lo cierto es que Abel no se atrevía a meter la mano adentro de la pila de ropa para sacar una de las prendas, ya que el olor dentro de este baúl era completamente desagradable, siendo una mezcla entre huevos podridos y carne en descomposición, casi como si alguien hubiera dejado comida en su bolsillo y hubiera puesto a guardar la ropa por un tiempo para abrirla y oler un olor a putrefacción tan impregnado en la ropa que únicamente te daria la opcion de tirarla.

—Por dios, que asco…—Maldijo Abel en voz baja, tomándose la nariz y alejándose instintivamente unos metros de las prendas sucias—Debe haber una rata muerta en el interior esta pila de ropas, lo único que le falta a este dia de mierda es que me termine enfermando

*Cliiink*...Irritado por el olor rancio, Abel cerró el baúl mientras procedía a acercarse al segundo baúl en la habitación.

Este baúl era un poco a diferente al anterior puesto que no tenía menos cuero y mas metal, no obstante con los destrozados que estaban los baúles la mejor manera de describirlos era como rotos y viejos, pero entrando más en detalles este baúl estaba algo más anaranjado por que su techo era de metal oxidado y no cuero.

El estado de este baúl era tan malo que Abel no tuvo que abrirlo para ver que había en su interior, puesto que el techo de metal estaba picado y tenía unos cuantos agujeros de gran tamaño por lo que se podía ver mas o menos que había en su interior. Aunque también ver tanto óxido, provocó una mala corazonada en el hombre , la cual dentro de poco se convirtió en una realidad dado que por más que Abel intentara abrir este baúl, el mismo no parecía poder abrirse sin provocar un ruido tan escandaloso que llamaría la atención de hasta los guías durmiendo en el pueblo lejano.

*Cluuunk*... No obstante, no todo estaba perdido, forzando la chapa de metal en el techo de baúl y provocando un poco más del ruido del que le gustaría, Abel sin mucho esfuerzo logró sacar un trozo de metal oxidado lo suficientemente grande como para considerar al baúl como abierto.

Tal y como Abel había comprobado por las pequeñas aberturas dispersas en el techo, el baúl oxidado estaba lleno de herramientas y utensilios antiguos, había martillos, serruchos, cucharas y un montón de diversos elementos mixtos. Dada que las condiciones de estos objetos misceláneos eran igual de paupérrimas que la del exterior del baúl, era una tarea bastante complicada lograr distinguir un objeto del otro por lo que el hombre no podía ver de un vistazo si la caja que buscaba estaba en el interior de este baúl.

Tras mover las herramientas en el interior de la caja con cuidado de no cortarse con metal oxidado, Abel encontró lo que había estado buscando, o al menos eso era lo que le gustaría decir luego de haberse manchado todas sus manos con óxido, puesto que la realidad es que no había un objeto similar a una caja de plata en el interior de este baúl.

Sin embargo dentro del baul habia un monton de objetos curiosos, algunos objetos parecian ser de uso medico o tal vez eran objetos de tortura, ciertamente en aquella epoca eran identigibles uno de otros por lo que habel no podia comprender para que servian la gran mayoría de objetos de este baul, sin embargo algunos collares y grilletes oxidados de aspectos sospechosos le indicaron al viudo que era muy probable que el martillo con pinchos que habia visto era un instrumento de tortura y no un objeto medico, o almenos eso era la concuclion a la cual Abel habia llegado.

Pese a encontrar objetos claramente cuestionables, Abel dudaba mucho que el asesinos haya utilizado, dado que en primer lugar él tuvo que arrancar parte del techo de metal para ver los objetos, si bien la tarea fue bastante fácil debido al deterioro del baúl, aún se notaría si este techo había sido arrancado con anterioridad, en segunda instancia era debido a que los objetos en el interior del baúl parecían no haber sido tocado en años, por lo que realmente no había motivos por los cuales sospechar que estas cosas eran del asesino.

Pasó un buen rato y por desgracia Abel se terminó cansando de sacar los objetos en el baúl para curiosear los, por lo que terminó de investigar este baúl para pasar al último baúl en el cuarto el cual si o si debería en principio tener la dichosa caja de plata. Aunque el motivo verdadero por el cual el joven había dejados de curiosear la herramientas antiguas en la caja, se debía principalmente a que para sacar y mover una herramienta de la caja se hacía mucho ruido , por lo que el hombre comenzó a tener la paranoia de si seguía haciendo tanto escándalo alguien inevitablemente vendría a ver que estaba pasando por esta zona.