—Hillary está muerta.
Tanya miró a Nora mientras hablaba.
La miró con sorpresa e incredulidad.
Nora frunció el ceño.
—¿Qué está pasando?
—No lo sé.
Tanya señaló su teléfono.
—Me acaban de informar de que tiene muerte cerebral. Los médicos acaban de quitarle el respirador.
Inconscientemente apretó los puños y respiró profundamente.
—¡Esto podría ser su retribución!
A Nora le pareció que este asunto era un poco extraño.
Hace dos días, había ido a ver a Hillary y le había tomado el pulso. Hillary estaba efectivamente en coma y podría haber averiguado la razón concreta con un análisis de sangre. En ese momento, le preocupaba que Hillary fingiera estar enferma y se escapara de la prisión. Tras confirmar que estaba realmente enferma, se sintió aliviada.
Más tarde, Elaine se hizo cargo de Hillary. Además, debido a su estatus especial, Nora ya no le prestaba atención. Pero, ¿por qué estaba muerta?
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