En lo profundo del Valle Prohibido, territorio del Señor del Dragón Blanco, existía un poderoso Castillo. En todo sentido de la palabra, se parecía a una mansión elaborada, con un lujoso complejo.
Una niebla blanca cubría todo el espacio, marcando el valle como el territorio del Señor del Dragón Blanco del Imperio. Cualquiera que se atreviese a aventurarse sin una invitación sería notado inmediatamente por el Señor y eliminado antes de que pudiera dar otro paso.
Dentro del dominio de un Señor, reinaban supremos.
Sin embargo, esta particular Señora no parecía ser suprema en ningún sentido de la palabra. Profundamente dentro de su mansión, en su increíblemente vasto dormitorio, se sentaba en su increíble cama, la cual se asemejaba a la amalgama de muchos colchones tamaño Rey.
Aun estando en su Forma de Dragón, la Señora no podría cubrir todo el espacio que su suave cama ofrecía.
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