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La mañana siguiente.
El cielo acababa de aclararse, y los miembros del Equipo Origen ya habían empezado a estar ocupados en el Territorio de Origen.
A pesar de que se les había ordenado no salir del territorio por el momento, los miembros se afanaban. Algunos cultivaban, y algunos luchaban y trabajaban duro para mejorar su fuerza de combate.
Liu Yan salió de su casa de madera y miró a los miembros desde lejos.
Liu Yan podía ver naturalmente el arduo trabajo de los miembros.
Hoy era el decimocuarto día desde que el Equipo Origen había llegado al sexto nivel de la Torre.
No quedaba mucho tiempo hasta que la barrera del territorio desapareciera.
Lo más importante eran los dos problemas que tenía en mano. Uno era el Territorio del Faro y el otro era el Rey Demonio de la Llama.
Liu Yan no lo pensó demasiado. Desplegó las Alas del Dios del Viento y salió del Territorio de Origen, volando hacia el mar del este.
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