webnovel

The Guardian [Spanish/Español]

Viajaron a otro mundo a través de una máquina de realidad virtual creada por un Dios en el cual durante un gran tiempo creyeron que solo era un juego, pero termino siendo real. Pasaron por un 'Gran Cataclismo' que cambio el mundo a través de la energía mágica, logrando transformar el mundo de una forma impensable. Ha pasado treinta años desde que la humanidad se enfrentó a la máquina virtual y veinte años tras el 'Gran Cataclismo' que despertó habilidades y dio comienzo a un mundo mágico y maravilloso muy diferente al antiguo. Ahora una joven llega a una ciudad en medio del mar para asistir a una academia. ¿Cuál es su objetivo? ¿Cuál es la razón de su llegada? Y principalmente... ¿Quién es ella? Sigue la aventura de Aurora cuya vida, valores y actitud irán conociendo a su debido tiempo junto a su pasado, secretos, virtudes y defectos. ---- Para aquellos que desean, pueden unirse al Discord: discord.com/invite/WG8FX75 Géneros: Fantasía, Acción, Aventura, Mundo Moderno, Magia. Frecuencia: Cinco capitulos a la semana.

Evil_Warlord · Fantaisie
Pas assez d’évaluations
982 Chs

Más problemático.

En una sala blanca dos figuras chocaron.

*BOOM*

Una enorme explosión resonó y Aurora fue enviada a volar, golpeando varias veces el suelo sin poder reducir la velocidad del impacto.

Cuando se detuvo no deseo moverse a causa de sus adoloridos músculos y se dejó caer en el suelo, respirando pesadamente.

"¿Quieres terminar por hoy?" Preguntó su anciana maestra.

Con una sonrisa entretenida en su rostro, su cuerpo esculpido y tonificado hizo que Aurora se sintiera extraña.

A pesar de ser ella misma una luchadora de Rango A, sus brazos seguían pareciendo delgados.

No era como si fuera fan de los músculos o algo por el estilo y, sino que se preguntaba, si obtenía algo de fibra le daría algunos puntos de encanto.

Con unos pocos era suficiente.

—Tu desarrollo es interno.

La respuesta de su sistema llegó a su mente y Aurora suspiró.

Nicole también era una luchadora y ella tampoco había desarrollado músculos, así que no se sentía tan sola en este camino.

"Creo que la golpeaste demasiado fuerte." Murmuró una voz mientras miraba curioso desde un lado.

La expresión de Aurora tembló al escuchar el comentario de su anciano maestro.

"Yo… Estoy bien, creo que debemos terminar por hoy." Respondió Aurora mirando al cielo que prácticamente era blanco ilimitado.

Mientras miraba el cielo un cálido resplandor la cubrió por completo y la hizo sentir menos cansada y adolorida.

Levantándose con un suspiro agotado, ella en vez de despedirse y retirarse, se acercó a sus dos maestros.

"¿Ustedes saben lo que está sucediendo?" Preguntó Aurora con curiosidad.

"Sucediendo… ¿En dónde?" Dudó el anciano sin entender.

La expresión de Aurora tembló.

No era como si estuviera manteniendo su historia de que estaba encerrado en una pequeña dimensión en medio de áfrica, sino que parecía sinceramente no saber a lo que se refería.

Culpándose por su falta de especificación, Aurora explicó sobre lo que había escuchado.

En un futuro no tan lejano en la tierra aparecerían nuevos portales, conocidos como Portales Abismales, cuyos destino y peligro no estaban determinados.

"Portales abismales…" Murmuró su anciano maestro y golpeando la funda de su katana, comentó. "Referirse a 'abismo' es un punto importante. Diferentes culturas tienen diferentes formas de apreciar el 'abismo', para algunos son 'tierras de muerte', para otros es algo referido al 'infierno' o incluso otros piensan que es un lugar donde se encuentran encerrados 'seres malvados'."

Aurora se quedó en silencio al escuchar esas palabras, nunca pensó que 'abismo' tendría diferentes significados.

"Hay apreciaciones diferentes y posibilidades múltiples, sin embargo, el punto es que los portales no aparecen sin razón. Eso es en lo que hay que centrarse." Intervino la Anciana y con un tono extraño, añadió. "Las cosas no suceden al azar, siempre hay una causa y alguien detrás de esa causa."

Podía entender las palabras de su anciana maestra y tenían sentido, sin embargo, estaba completamente fuera de su rango de búsqueda.

Un asunto era conocer la naturaleza de esos portales y otro asunto era conocer la razón por la que esos portales llegarían.

En primer lugar, ningún dios había dado respuesta y el Dios del Tiempo y el Espacio solo había respondido que; 'los Portales Abismales son inevitables'.

Aurora dio un largo suspiro.

"Te ayudaré a buscar información, tal vez consiga algo que tú no sepas." Dijo la Anciana y cuando recibió la mirada del anciano, se encogió de hombros y preguntó. "¿Qué? ¿No quieres ayudar a tu aprendiz? No es como si fuéramos a solucionar sus problemas, solo es apoyo."

Como era una buena aprendiz, Aurora se quedó en silencio al ver que sus dos maestros se miraban con seriedad

Su anciano maestro solo la entrenaba y le daba algunos consejos, siempre manteniendo su secretismo y sentido misterioso sobre él… A pesar de que era un pésimo mentiroso.

"También ayudaré." Respondió el anciano y dio una mirada a la funda de su katana y luego a Aurora.

La expresión de Aurora tembló, comprendiendo lo que ese anciano quería.

"Como agradecimiento por su ayuda, les traeré algunos regalos. Esta vez serán los mejores que pueda encontrar." Dijo Aurora con un tono simple.

En vez de comprar algunas 'katanas' por internet, podía tratar de conseguir algo de mejor calidad y con mayor autenticidad cuando fuera a ayudar a Akira en Japón.

"Eres mi aprendiz, es mi deber ayudarte." Comentó el anciano con un tono satisfecho.

La expresión de Aurora tembló sutilmente al igual que la mirada de la Anciana.

Aurora que terminó riéndose, se despidió.

La luz blanca la cubrió y al momento siguiente ya estaba en la habitación de la mansión en la ciudad Atlántida.

No se había atrevido molestar a su maestro o cuestionar sus palabras... Después de todo la estaba ayudando.

Comprobando la hora, se dio cuenta de que estuvo en el interior cerca de media hora a pesar de que en esa sala blanca se sintió como varias horas.

"Algún día creo que terminaré envejeciendo más de la cuenta." Bromeó Aurora sin ocultar la extrañeza en su tono.

No hubo respuesta de su sistema y ella solo se rio.

Apagando el artefacto que creaba una barrera que cubría toda su habitación, ella se sentó en el sofá.

Esa barrera era para evitar que Cithrel, una poderosa Archimago se diera cuenta de sus acciones.

No era como si fuera fácil explicar que ella podría desaparecer de la nada gracias a un supuesto sistema que respondía con texto en su mente.

Además, a Aurora le gustaba mantener su secreto y solo su amiga y sus padres sabían la verdad… Y ambos no realizaban preguntas de ese tema.

Usando su reloj holográfico, marcó un número y llevó a cabo una videollamada.

"¿Ya terminaste con el entrenamiento?" Preguntó Akira apareciendo en la proyección.

Estaba un poco sudorosa por el ejercicio y tenía algunos golpes por su rostro y mayor que todo estaba agotado.

Era normal que se diera cuenta de que estaba entrenando arduamente.

"Si, recién acabo de salir. ¿Y tú? ¿Cómo se encuentra todo por tu lado?" Preguntó Aurora con curiosidad.

Akira se dejó caer en un sofá.

"Terrible. Ahora todos estamos prestándole atención a los Portales Abismales. Que no sepamos el lugar de su llegada, lo vuelve aún más problemático. Hay demasiadas islas en el pacífico y es difícil asegurarlas a todas." Dijo Akira con un tono agotado.

El gremio 'Tormenta Helada' actuaba en gran parte de Asia y Oceanía, pero tenía profundas conexiones con el gobierno japonés.

Sin embargo, en esa región había demasiadas islas que fueron deshabitadas y cuya vigilancia era escasa.

Si esos misteriosos portales aparecerían en esos lugares, nadie sabría lo que sucedería y tal posibilidad era lo que todos estaban temiendo.

"Además, gracias a que me pasaste información con anterioridad, me puse a prepararme y ahora los superiores me han prestado más atención." Murmuró Akira y con una voz baja como si estuviera afligida, añadió. "Y me han dado más responsabilidades."

Ella le había informado todo lo que Alice le había mencionado y a pesar de que era información ligera y escasa, fue lo suficiente como para realizar un preparativo previo, antes de que seguramente se diera un informe general a las autoridades.

A los superiores que se refería seguramente eran las autoridades del gobierno japonés.

Aun así, era normal, ya que Akira consiguió un poco de información antes de ellos y era seguro que un superior decente le daría aún más responsabilidades para prepararse y en el futuro tratar de usar sus contactos.

Aurora también le había pasado la información que la Cardenal Brousseau le dio, pero en este momento los gobiernos tenían información similar y ya estaban llevando a cabo los preparativos adecuados.

"Espero que hoy digan algo más alentador." Dijo Akira con un suspiro.

"Yo también lo espero." Murmuró Aurora con un tono sincero.

Hoy se haría el gran comunicado internacional y se habían preparado una enorme conferencia por parte de las autoridades de las iglesias importantes.

Esperar que se revelara algo que ellos desconocían, sería agradable a su modo.

"Dejemos ese tema de lado." Dijo Aurora y mirando a Akira, preguntó. "¿Ya tienes algo para empezar trabajar?"

"¿Estás pensando en el trabajo? Escuche que dejaste la academia por unos días. Eso está muy mal." Respondió Akira utilizando un tono de regaño mientras agitaba la cabeza con seriedad.

Ambas se miraron y terminaron riéndose.

Aurora tenía que admitir, que a Akira fue perfecta en la actuación una maestra que regañaba a una estudiante.

"Estoy buscando algo que valga la pena. Pronto te informaré." Reveló Akira con una sonrisa.

Para que Aurora fuera a ayudarla se necesitaba algo que valiera la pena o se sentiría que no las 'uso' correctamente.

Ambas se quedaron conversando por un largo tiempo hasta que Akira fue interrumpida Aeko.

"Lo siento, tengo trabajo que realizar." Dijo Akira con un suspiro y mirando la pantalla, murmuró. "Me hubiera encantado quedarme contigo. Es agradable cuando otros hagan todo el trabajo."

Aurora no supo cómo sentirse ante esas palabras.

Al igual que ella que era la líder de un gremio de mercenarios en áfrica, Akira en Asia era la líder de un gremio de aventureros de tamaño mediano.

No solo tenía a su grupo bajo su mando, sino que se encontraban otros individuos trabajando.

En cierto sentido era como una pequeña empresa, que requería atención, cuidado y estar pendiente de trabajo más pesado que el que Aurora tenía en este lugar

Al menos por la parte administrativa.

"Suerte con el trabajo. Yo también debo ir a la Empresa Cosmos por un viaje de la clase." Comentó Aurora con un largo suspiro.

"Parece que cuesta mantener la apariencia de una dulce estudiante." Bromeó Akira con una risa.

Aurora asintió a medias.

Para ella ser una estudiante era más problemático que ser mercenario.

******

Aurora observó el edificio que estaba al frente de ella.

Era un edificio alto y grande con un diseño futurista que impresionaba a cualquiera que lo observara.

En las noches este edificio brillaba a causa de las ventanas de vidrio, que durante el día se tornaban de un color diferente.

Ahora a pesar de que era de día el edificio resplandecía tenuemente dando la sensación de que en su interior se estaba trabajando arduamente.

La proyección holográfica al frente del edificio mostraba quienes eran los dueños.

Empresa Cosmos.

Centrada en el desarrollo de todo tipo de tecnología futurística, su innovación en distintas áreas fue ilustre y se extendió a los diferentes campos científicos.

Desarrollo médico, tecnológico y científico o de cualquier área… Ellos estaban en todas las ramas de las ciencias, innovando en cada área imaginable.

Y aunque antes se habló de monopolio, en la actualidad nadie podía evitar el control de la tecnología que ellos tenían y que, según los rumores, era gracias al Sabio que trabajaba en esa empresa.

Eran tal individuo quien permitía desarrollar tecnología nueva y avanzar a paso agigantado en lo tecnológico.

La Empresa Cosmos no solo estaba centrada en el campo de la ciencia, sino que trabajaba con temas mágicos y psiónicos.

Ellos eran conocidos por los 'Portales Cosmos' distribuidos por todo el mundo y que conectaban naciones enteras con unos pocos pasos.

Tales portales eran una pequeña muestra de lo que la empresa era capaz de desarrollar.

"Esta es la sede de la Empresa Cosmos. La administración, desarrollo e investigación todo se encuentra en este edificio." Informó la Profesora Forde.

Todos los estudiantes estaban presentes deslumbrados por el edificio.

Algunos habían mirado el edificio desde afuera, pero ahora que tenían la oportunidad de verlo desde el interior, llevó a que todos estuvieran emocionados.

"¿Su Majestad usted también lo siente?" Preguntó Venali en voz baja.

"Si, ese edificio tiene muy altas protecciones mágicas." Respondió Cithrel con una mirada curiosa.

Los presentes que escucharon la respuesta, soltaron exclamaciones sorprendidas.

No solo por las habilidades del dúo para sentir esos cambios en el edificio, sino que por el mismo edificio.

Si fuera sincera Aurora, no podía sentir absolutamente nada.

Aun así…

"Es normal que tenga tantas protecciones. Su desarrollo tecnológico es superior a cualquier empresa de este mundo y si una de esas tecnologías se pierde ocasionaría una gran pérdida." Comentó Alice abriendo una nueva bolsa de papitas.

Aurora asintió de acuerdo con el comentario de Alice.

El Sabio que trabajaba para la Empresa Cosmos era la causa del avance en la tecnología y perder, aunque sea un poco de ese conocimiento, podía provocar una enorme pérdida monetaria.

Los Sabios eran raros y el número de ellos se podía contar con los dedos y había algunos muy importantes.

El Sabio Su Chin que había despertado conocimiento de magia, era uno de los individuos con mayor fama en el campo de la magia y era un claro ejemplo de un Sabio reconocido mundialmente.

Sus libros eran usados como bibliografía en la academia.

"Los Sabios pueden no tener una fuerza poderosa, pero son mentes ilustres en sus campos y su conocimiento puede ser considerado como un tipo de 'poder'." Comentó Érica con un tono serio.

El conocimiento era poder… Para los sabios esa frase tenía sentido, cuando algo de su conocimiento podía revolucionar algunos campos y el mundo entero.

Como lo había hecho la Empresa Cosmos con todos los inventos que había mostrado desde su fundación.

"Como estamos todos, vamos entrando." Ordenóla Profesora Forde.

Los estudiantes la siguieron con entusiasmo.