En la sala de entrenamiento un grupo de personas estaba descansando.
"¿Estás preparado? Esta será la primera misión para nuestro gremio que acaba de llegar. Los rumores dicen que puede ser difícil." Dijo un aventurero con seriedad a su compañero.
"No sé si sea cierto lo de la dificultad. Lo llaman misión Arca, pero no creo que sea para tanto. Digo, es solo acompañar algunos refugiados." Respondió el compañero desinteresado.
"No lo subestimes. Los más viejos dicen que el bosque mágico está lleno de bestias mágicas y los lunáticos son frecuentes entre los señores de la guerra." Explicó el aventurero y en voz baja, murmuró. "Va la iglesia, los milicianos, y he escuchado que quien está a cargo es una de las dos Protectoras de Zerzura."
"Un título demasiado exagerado e inflado por los pueblerinos." Intervino el compañero.
"No, no. Dicen que las Protectoras de Zerzura acabaron asesinando a un Gran Señor de la Guerra. Ya sabes, esos tipos tienen otros individuos fuertes a sus órdenes. Hay muchos rumores entre la gente, aunque hay poca descripción de ellas." Dijo el aventurero y dando un largo suspiro, declaró. "Esta será la primera misión de nuestro gremio… El momento en el que nosotros los Toros Rojos nos volveremos conocidos y poderosos."
Edward, que estaba escuchando de cerca, simplemente dio una mirada y se retiró del área de entrenamiento.
Quienes estaban hablando eran miembros del nuevo gremio de aventureros de tamaño mediano que había llegado.
Se llamaban Toros Rojos y ese nombre venía del líder del gremio.
Arnold Fawkes un rango S ligeramente reconocido por su rara y extraña habilidad innata.
El hombre era capaz de transformarse en una criatura al estilo minotauro, que hizo que las personas se sintieran aterradas y a la vez sorprendidas por la extrañeza de tal habilidad.
No era el único con ese tipo de habilidad, ya que en diferentes regiones había habilidades innatas relacionadas con alguna transformación y cuando uno lo pensaba detalladamente, los domadores de bestia tenían capacidades parecidas cuando más se elevaba sus rangos y más se conectaba con sus bestias.
También los cambiaformas eran capaces de tales hazañas, pero esta vez a diferencia de las otras veces no era por algo externo a uno mismo, sino que venía de una habilidad innata.
Una capacidad que se obtiene al nacimiento y que, si bien necesitaban despertar de alguna manera, estaba en el ser humano.
Algunos chamanes lo relacionaban con algún 'ancestro animal', otros con una forma animal particular, pero todos estaban de acuerdo que era una rareza… Como la mayoría de las habilidades innatas.
A Edward no le importaba ese líder del gremio.
Era cierto que era bastante sorprendente que un gremio mediano viniera y se asentara en Zerzura gracias a la capacidad de la Empresa Apicius, pero también no le parecía tan raro esa habilidad innata.
En oriente había algunos que tomaban características de tigres en sus transformaciones y los más reconocidos de todos eran los tipos de 'licantropía'.
Al ser una habilidad innata relacionada con la constitución, había cambios raros en el cuerpo que otorgaban fuerza, pero si hablaban de rarezas los cambiaforma no estaban tan lejos.
Era cierto que la razón y causa por la cual podía alguien tener esa capacidad innata era interesante para cualquiera, pero en la tierra había cosas más extrañas.
A lo mejor algunas leyendas en la antigüedad sobre individuos con capacidades extrañas eran ciertas.
La verdad era que, si nombres y títulos de deidades de otro mundo llegaron a la tierra durante lo largo de la historia, no era difícil imaginar que algo mágico también llegara y con el tiempo fuera tratado como 'leyenda'.
La barrera dimensional fue protegida por los Dioses de la Tierra durante la mayor parte del nacimiento de la humanidad, pero al mismo tiempo los historiadores concordaban que hubo momentos o lugares en donde la barrera era más débil, como en la actualidad.
Quizás en ese momento se formaron las leyendas.
En lo que Edward estaba interesado era la misión Arca, ya que él había escuchado hablar de esa misión desde que llegó, pero últimamente había tomado más énfasis en las charlas diarias.
Había ignorado completamente a esa 'niña' a la cual había debía 'obedecer' y se había alejado por su cuenta para entrenar con milicianos, aventureros o mercenarios y ahora que estaban a final de marzo, la misión estaba por comenzar.
No lo molestaron, pero ahora que cada vez se acercaba más la misión, Edward estaba más molesto.
No sabía cómo, pero cuando quiso enlistarse para participar en la misión tratando de acercarse a aquellos que había vencido para mostrar que era capaz, le dijeron que debía preguntar a Aurora Campbell… Quien supuestamente era su 'jefa'.
Eso solo lo hizo molestar aún más.
Lo peor era que su maestro todavía estaba ocupado y como la guerra europea-demoniaca se encontraba en su punto cada vez más álgido, no todo podía ir a su gusto.
Las noticias del extranjero marcaban que esos demonios empezaban a rezar a deidades temibles, guiados por las sectas en las cuales antes solo estaban humanos.
Eso significaba que lentamente la situación estaba agravándose a pesar de que los demonios eran quienes estaban perdiendo la guerra.
Agregando la diferencia de opinión entre las fuerzas aliadas, se estaba marcando a los demonios como enemigos e incluso al Rey Demonio Pacífico, que había levantado su fuerza junto al gremio 'Los Caídos' en Turquía.
Eso significaba que si la situación no llegaba a controlarse, todo podía pasar a una guerra total de grandes proporciones.
Era por eso que su maestro le instaba a que se quedara en este lugar en donde nadie sabía que se encontraba.
"Tch…"
Edward chasqueó su lengua, molestó.
La misión Arca era una oportunidad para participar en algo interesante, pero para llegar a ese punto tenía que pedir permiso.
Tener que pedir permiso… Era para Edward una molestia y lo enojaba.
Respirando hondo para tratar de calmarse, decidió actuar.
No iba a quedarse sentado esperando que alguien más tuviera que decidir lo que podía o no hacer.
******
Aurora soltó un largo suspiro luego de revisar los documentos a través de su reloj holográfico.
Era agotador, pero era algo que necesitaba hacer y más cuando esta misión fue propuesta por ella.
Necesitaba revisar desde los participantes, sus historiales y sus actividades generales para luego verificar los suministros médicos y de alimento y lo demás que estaban por llevar como ayuda humanitaria.
La Cardenal Brousseau se encargaba de parte del trabajo administrativo relacionado con todo lo médico y ayuda humanitaria.
Al igual que Makeba se encargaba de los milicianos y Abdellah de los mercenarios, pero al final todos los documentos debían pasar por ella.
Fomentar un orden jerárquico era de extrema importancia… Eso era lo que James le señaló.
Lo único bueno que podía destacar era que las tareas que le tocaban podía hacerla por ella misma y no se necesitaba un conocimiento abrumador y con sentido común podía entender lo necesario.
Cuantos medicamentos llevaban y para qué iba a ser usado… El uso de artefactos si era necesario, pociones en caso de emergencia o la razón por la que se llevaba un tipo de comida y no otra.
Pedir ayuda redujo enormemente su trabajo, pero al final todo siempre llegaba a ella y como deseaba entender todo lo posible, Aurora terminaba revisando los documentos uno por uno.
La tecnología facilitaba un poco la organización y control sobre los diferentes temas, pero no era como si redujera el trabajo a cero.
Aurora suspiró.
Entendía que James trataba de darle organización a todo lo que se estaba realizando en Zerzura y eso significaba saber en dónde se gastaba el dinero y en que se gastaba.
Ese hombre le dio un presupuesto, pero ella tenía que encargarse de administrarlo.
James con su trabajo estaba demostrando que había responsabilidades a la cual cada uno debía encargarse de realizar y si bien Alice le había recomendado que dejara que ese anciano se hiciera cargo de todo, Aurora entendía que si deseaba realizar este trabajo de forma continua necesitaba aprender para el futuro hacerlo por su cuenta.
En ese sentido, priorizaba más esta clase de aprendizaje que su propia educación… A la cual trataba de terminar de manera virtual.
—La educación es importante, pero si deseas podemos cambiar a un programa educativo que apunte algo más administrativo. Tal vez termine ayudándote a reducir el trabajo.
Con dieciséis años, ella todavía no había terminado la secundaria y si bien había priorizado sus propios deseos, sus padres siempre remarcaban que debía estudiar.
Era importante, era cierto y ella tenía las posibilidades de elegir en que deseaba centrarse su estudio secundario o lo que quedaba de él.
En un mundo con energía psiónica o mágica, en donde los dioses existían y todo tipo de monstruos, bestias mágicas y fenómenos estaba presente junto a habilidades, la educación era muy variada.
Centrándose en el aprendizaje y en el control sobre las habilidades despertadas o en otro caso, precisando ambientes más especializados necesarios de la vida diaria y que seguían siendo fundamentales para el desarrollo universitario en profesiones necesarias de la sociedad.
En su caso tenía su maestro quien le enseñaba sobre sus habilidades y ella había minimizado su estudio centrándose en lo básico y parte de los temas que no sabía.
Claro, eso básico también resultaba ser un programa de estudio bastante grande debido a que sus padres siempre eran estrictos enviándola a escuelas que aprovechaban la capacidad de los niños.
Sin embargo, ahora era diferente.
Estaba en una modalidad virtual y tal como había mencionado su sistema podía elegir centrarse en una modalidad más administrativa para que le permitiera ayudar de otra manera.
A Aurora nunca le gustó estudiar y siempre se dedicó al entrenamiento, pero ahora esto era una posibilidad para ayudarla a cumplir con su objetivo.
"¿Puedes encargarte de organizarlo? Si tengo que estudiar, trataré de hacer algo que me ayude en lo que estoy trabajando." Dijo Aurora con un medio suspiro.
Su reloj holográfico se iluminó dejando ver que su sistema se estaba moviendo.
Ella era alguien con dinero, lo que significaba que tenía bastantes posibilidades a la hora de elegir la escuela en la que podía estudiar y hasta era posible seleccionar la formación que deseaba recibir, junto a las ventajas.
Era prioritario que fuera virtual y que no ocupara todo su tiempo, dejándole espacio para que se encargara de otras tareas.
En cuanto a los exámenes, siempre podía ser por medio holográfico, como era la educación actual en Zerzura.
Aprobando algunos documentos finales y revisando el nuevo gremio, los Toros Rojos, que participarían en esta misión, Aurora respiró hondo ante el valor de contratación.
No era como si muchos gremios desearan asentarse en un nuevo lugar y más en estos lares donde había demasiado peligro, pero la Empresa Apicius había logrado contactar con este gremio.
Según lo que informaba James, a ese gremio le importaba la riqueza y era por eso que decidieron venir, y esta era la primera misión en la cual participarían oficialmente.
Los gremios tenían importancia en cualquier lugar en el cual se encontrarán y esto iba a ser lo mismo en Zerzura, así que estaba claro las razones por la cual vinieron.
Apoyar una ciudad en su construcción era un riesgo que debían tomar y más cuando uno pensaba en el beneficio futuro.
Luego terminar la tarea y mirar la hora, la puerta se abrió de repente y Edward entró.
"¿Qué necesitas?" Preguntó Aurora frunciendo el ceño.
Edward había entrado sin ni siquiera tocar y ciertamente era descortés y si ella no estuviera en una oficina se hubiera molestado más.
Lo había dejado hacer lo que deseara durante este tiempo que había llegado y solo había advertido a James y a la Cardenal Brousseau, para mantener un ojo por si alguien lo perseguía.
Si un demonio venía a por él, entonces tendría que cumplir con el favor de su madre para cuidarlo.
"Sácame de ser tu 'subordinado' y déjame libre. Quiero participar en otras misiones y no quiero estar limitado." Ordenó Edward con una mirada seria.
Había 'ordenado' y no 'pedido'… Aurora captó arrogancia en su mirada como si él estuviera en otra liga.
Hasta había un toque de desprecio oculto en su expresión.
Aurora sabía lo que él buscaba, pero la respuesta que sus recientes conocidos le dieron al joven tenía sentido y no era solo por el estatus que se le dio cuando llegó.
Aun así, no podía negar que estaba un poco molesta por la situación.
Parte de esa molestia iba a su madre, quien le envió alguien tan problemático, pero como era un favor honesto, decidió aceptarlo.
"Entiendo." Respondió Aurora y dándole una mirada a su reloj holográfico, notando la hora, agregó. "Acompáñame."
"¿Para qué?" Preguntó Edward dándole una mirada seria de rechazo.
¿Cuál era la razón por la cual tenía un problema con ella?
¿Era su arrogancia o su juventud?
Aurora no lo entendía y no se tomó el tiempo para entenderlo, así que simplemente le hizo una señal para que lo siguiera.
"Si quieres participar en la misión Arca, sígueme. Te dejaré inscribirte." Dijo Aurora antes de volver a caminar.
Edward la siguió al darse cuenta de lo que se trataba y su expresión se notaba llena de rechazo, tal vez por su tono indiferente.
Aurora tenía demasiados problemas personales y bastantes responsabilidades laborales, como para prestarle atención a alguien como ese joven.
Si deseaba inscribirse para participar en la misión Arca, ella lo aceptaría.
Como se encontraba en la oficina de un edificio dedicado solo a la administración, no tuvo que caminar mucho hasta que llegaran a una gran sala de reunión.
En el interior se encontraba Abdellah, Cynda, Zhan Tian, Turay y Makeba.
Aurora saludó los presentes hasta que luego de varios minutos llegó la Cardenal Brousseau y James acompañados de un hombre.
El hombre se encontraba en sus treinta y tantos y lo que destacaba era su mirada seria y sus ojos penetrantes que le daban una apariencia dominante que solo resaltaba debido al traje lujoso que usaba.
"Esta es la primera reunión en donde tenemos a un nuevo invitado quien con su gremio ayudara en esta misión. Arnold Fawkes rango S, es el líder." Presentó James con una sonrisa y al ver que el hombre saludaba asintiendo, miró a Aurora y anunció. "Ella es Aurora Campbell, también conocida como una de las dos Protectoras de Zerzura… Será quien se haga cargo de la misión teniendo toda la autoridad."
La expresión de Aurora tembló por el 'título' que no le agradaba.
Lamentablemente, se había extendido por rumores y ya era difícil de apartarlo de su persona.
Ahora no tenía tiempo para pensar en tan vergonzoso título y observó a los presentes con seriedad.
Había captado que la expresión de Edward cambiaba junto a la de Fawkes… Ambos estaban sorprendidos y ligeramente a la negativa de su liderazgo.
Si bien Fawkes lo arregló de inmediato como un profesional, Edward demostró su disgustó abiertamente.
Era un disgustó y rechazo, pero también se notaba enojado.
La razón por la cual no le dejaban participar en la misión cuando otros lo recomendaban era porque tenía que pedirle 'permiso' a ella… Todos aquellos que deseaban entrar en la misión tenían que pedirle permiso, porque era quien estaba al mando de toda la misión.
Aurora lo ignoró.
Ella lo había invitado aquí a propósito para que se diera cuenta de la razón por la cual lo rechazaban, pero lo que verdaderamente importaba eran quienes estaban al frente.
Abdellah iba a liderar a los mercenarios, Makeba a los milicianos, la Cardenal Brousseau a los paladines, y Zhan Tian junto a su esposa Cynda la apoyarían en otra área.
Dejando a Arnold Fawkes liderando la fuerza de su gremio Toros Rojos.
Sin embargo, al final todos debían actuar a sus órdenes y esta iba a ser la primera vez que ella dirigiría personalmente una gran misión con un grupo tan grande y con diferentes fuerzas.
Aun así, Aurora tenía en claro algo.
"Todos tenemos diferentes objetivos, diferentes razones y actitudes, pero hoy estamos reunidos para realizar la misión Arca… Traer a los refugiados a salvo, priorizando sus vidas y cuidado." Anunció Aurora y dando una mirada al grupo, agregó. "Espero que en esta reunión previa arreglemos todas las diferencias antes de comenzar la misión."
Aurora no podía pedirle que arriesgaran su vida si llegaba la situación, pero lo que si pedía era que mantuvieran en mira el objetivo de la misión con el código nombre Arca.
Si tenían quejas sobre su persona, la misión o el método de que se realizaría se podría tratar durante estas reuniones previas.
Siempre había espacio para hablar y en caso de que tuvieran conflictos irresolubles ambos grupos, podían dividir su camino y buscar otra manera.
Pero era mejor hacerlo ahora que durante la misión en el cual debían seguir órdenes.
Eso era lo que Aurora deseaba remarcar y en esta reunión que se realizó por el gremio Toros Rojos y su líder, quien aportaba bastante fuerza general, también fue provechoso para remarcarle a Edward, quien tenía negativa a que ella fuera su jefa.
Se necesitaba solucionar todo ahora, ya que antes de que se dieran cuenta estarían iniciando esta gran misión.