En una sala dentro de la mansión en medio de la isla, Agatha estaba viendo la televisión, con la pequeña Aurora en sus brazos.
"Más de ocho mil muertos y más de noventa mil heridos en el ataque terrorista de mayor escala realizado en el mundo." Informó el periodista y con una voz solemne, anunció. "Necesitamos estar unidos más que nunca en estos días tristes y sobre todo… Necesitamos que el gobierno cumpla sus obligaciones y nos protejan. Necesitamos que los usuarios de habilidades sean restringidos."
Agatha frunció el ceño y se sentó en su sofá con su hija en sus brazos.
Estaba un poco agotada por lo que sucedió en el último mes y peor que todo, por lo que estaba viendo.
Un mes había pasado desde el mayor ataque terrorista de usuarios de habilidades y ahora estaban en el mes de octubre.
Se impuso toque de queda en varias ciudades del mundo y a la vez, la atmosfera se volvió amarga y muy oscura.
"El pueblo estadounidense pide seguridad y desea justicia por aquellos fallecidos."
La voz del periodista continuó con un tono cada vez oscuro, entristecido y deprimido por lo sucedido y al mismo tiempo con un rencor que alimentaba la grieta que se estaba generando.
"Los usuarios de habilidades, jugadores y todos aquellos con capacidades sobrenaturales. Deben ser limitados, restringidos y controlados."
La grieta que dividía a las personas normales de los usuarios de habilidades estaba siendo creada por el mismo rencor de lo ocurrido.
Fueron varios lunáticos lo que atacaron ese día a diversos puntos de la marcha y con bombas a diferentes lugares, todo ellos enfatizando la superioridad de los usuarios de habilidades y anunciándose como la siguiente línea evolutiva.
Incluso si muchos usuarios de habilidades protegieron al público, los medios alimentaban el rencor, culpando y generalizando, queriendo crear una grieta para dividir a los humanos normales de los usuarios de habilidades.
Se pasó de considerar a los usuarios de habilidades como un arma de menor daño, a tratarlos como amenazas armadas en potencia, capaz de causar una destrucción sin precedente.
Y eran armas, más poderosas de lo que cualquiera podía imaginar.
El último ataque terrorista fue el ejemplo más grande, de lo que una persona con poder podía hacer antes de que fuera detenida.
Con solo decir que las bombas ocasionaron el menor daño, era una prueba de lo aterrador que fueron algunos lunáticos con habilidades.
"En otras noticias, la Empresa Cosmos lanza su primer sistema operativo para celulares, computadoras, acompañada con la primera inteligencia artificial. Algunas empresas temen el monopolio tecnológico de esta empresa. Ya que recordemos, que meses antes, revolucionó el mundo de la programación gracias a su nuevo…"
Agatha apagó la televisión y observó a su pequeña hija que la estaba mirando.
En unos meses su hija cumpliría los dos años de edad y aunque estaba creciendo, ante sus ojos seguía siendo su pequeña beba.
"Mama... ¿Está triste?"
La voz de su hija y la manera que inclinaba la cabeza, fue curiosa y muy encantadora, pero era la mirada que mostraba la preocupación, lo que causó que Agatha sonriera poniendo la mejor sonrisa.
Tal como esperaban, los niños de la nueva generación se desarrollaban con una velocidad mayor.
La energía mágica era misteriosa, capaz de fortalecer el cuerpo incluso de aquellos que no la sentían, disminuyendo las enfermedades y a la vez ayudando a que los niños se desarrollaran.
No se trataban de ser genios o superdotados, sino que del ambiente natural que empujaba a un desarrollo acelerado, uno que su hija a unos meses de cumplir dos años, ya mostraba.
"No, cariño. Estoy bien." Dijo Agatha y sonriendo mientras tomaba la mejilla de su pequeña Aurora, preguntó. "¿Te aburres en casa cuando no estoy? ¿Sales con tu padre de paseo?"
Cambió de tema, pero a la vez no mintió.
No estaba preocupada, solo que últimamente las emociones de su esposo la afectaban y no le agrada ver a ese hombre deprimido.
El problema era que estos eventos, eran el inicio y con solo decir, que hasta ahora no pudieron descubrir demasiado de quienes fueron los causantes, se dejaba en evidencia todo.
Como si fuera poco, esa grieta que creaban los medios entre las personas normales y los usuarios de habilidades, era un asunto planeado y esa era la única forma de describirlo cuando los medios pujaban por generar tal atmósfera.
"No, no me aburre. Padre… Me lee… Libros." Dijo la pequeña, tartamudeando, tratando de decir las palabras de la manera más correcta posible.
Fueron esas palabras lo que volvieron a sacar a Agatha de sus pensamientos y se rio suavemente, avergonzando a la pequeña que hizo un puchero.
Creyendo que se estaba riendo, de su constante deseo de hablar bien.
El desarrollo físico, mental y emocional de su hija estaba creciendo y aunque Agatha le gustaba pensar que era gracias a los genes de quienes le dieron vida, la realidad era que la energía mágica era sorprendente.
En el mundo la densidad aumentaba y eran visibles algunos eventos en la naturaleza o en el clima o incluso en las mazmorras naturales que habían estado apareciendo o el aumento de apariciones, sin embargo, en este lugar era más intenso.
Tal vez por la posición de la isla o por el diseño de la mansión, este edificio condensaba la energía mágica en un punto lo suficiente alto, como para acelerar el crecimiento de su hija.
"¿No quieres salir con madre a pasear? Podemos ir a un parque de juego. Conocer personas nuevas y divertirnos." Comentó Agatha sonriendo.
En este mundo su hija no era la única que se había desarrollado de esta manera, ya que en otras partes del mundo los padres, al buscar lo mejor para sus hijos, trataron de que estuvieran en ambientes que potenciara su crecimiento.
Los problemas de un rápido crecimiento físico, mental y emocional era que necesitaba estar a la altura con lo social.
Interactuar con niños de su edad, gastar energía, divertirse, hacer amistades y el problema era que estar encerrado en esta mansión, no le ofrecía tales oportunidades y por eso, trataban de salir con ella.
En algunos países, se estaban abriendo escuelas infantiles diseñadas para la nueva generación, queriendo aprovechar ese desarrollo precoz de los infantes.
Agatha estaba pensando en mudarse y ver si era posible enviar a su hija alguna de esas escuelas infantiles, cuando cumpliera los dos años.
"Sí. Quiero ir… familia." Murmuró Aurora, olvidándose de que había respondido mal.
Era linda como esforzaba y era algo que nacía de ella, el querer formular bien sus oraciones, forzándose a responder correctamente.
Su hijo mayor fue avispado, pero Aurora era energética y no perdía tan rápido el foco de concentración.
No sabía si era más inteligente que otros niños de esta generación, pero como toda madre orgullosa, Agatha estaba segura de que su hija era única.
Y por eso deseaba darle lo mejor, algo que no podría lograr si se quedaba en esta mansión.
"¡Papa!"
Cuando un hombre que era cada vez un poco más alto entró a la sala, Aurora saltó al suelo y corrió para abrazar al hombre, que la recibió con los brazos abiertos.
El modo en el que saltó y se movió con agilidad, dejó ver un desarrollo físico que no concordaba con su edad y esa era otra de las razones por la cual Agatha quería mudarse.
Le gustaba que su hija creciera fuerte y sana como a todo padre, sin embargo, en esta mansión la densidad era mayor que en cualquier otro sitio y su hija que pasaba bastante tiempo aquí, crecía de manera acelerada.
Si deseaba que tuviera una vida más cerca de lo normal, era mejor mudarse a un lugar, en donde su hija se desarrollara con mayor lentitud.
Para de esa forma, en un futuro no se sintiera diferente a una niña de su edad, por su crecimiento apresurado.
Levantándose y besando a su esposo, pudo ver que ese hombre le daba una mirada y ella utilizó magia para comunicarse.
"Con mi equipo hemos capturado a la supuesta mente maestra del ataque terrorista. Esta bajo las autoridades del gobierno estadounidense y piden ayuda para descubrir la información." Avisó Antón por medio de magia de aire, sin que Aurora escuchara.
¿Ya capturaron a la mente maestra? Era normal que el gobierno no se quedara de manos cruzadas y buscara encargarse de aquellos que causaron tanto daño a los ciudadanos.
El interrogatorio probablemente no iba a ser legal y por tal razón necesitaban a alguien como ella, que estaba siendo conocida por usar diversas magias y tener al Dios del Tiempo y el Espacio.
"¿Trabajo?" Preguntó Aurora inclinando su cabeza, al darse cuenta de que estaba por salir.
"No. Iré a comprar el almuerzo." Respondió Agatha y pellizcando la mejilla regordeta de su adorable hija, añadió. "Te traeré algo delicioso."
Aurora asintió y dándole un beso en la mejilla, se despidió mientras seguía en los brazos de Antón.
Permitiendo que Agatha se moviera, dirigiéndose al sótano, suspirando.
Le hubiera encantado quedarse con su hija y lo bueno era que su esposo, entendía que, aunque deseaba ayudar, necesitaba quedarse con su hija para no dejarla sola demasiado tiempo y menos en este lugar.
Estaban en medio de la nada y si bien la persona que estaba en el sótano, observaba, Agatha no iba a negar que esa existencia irracional era peligrosa.
"Por favor, me acusas vilmente." Dijo la voz, apenas Agatha entró a la mansión del sótano y luego de que la pequeña se acercara, anunció. "Además, Aurora necesita una amiga… ¿No te gustaría que le presente a alguien?"
Esa niña que antes rondaba los doce años y que estaba por entrar en la adolescencia, se volvió más pequeña y sacó pecho con orgullo.
"¿Tú? No, gracias. Dudó que seas una buena influencia para mi hija." Dijo Agatha cambiándose a una túnica con cambio rápido y viendo que la niña, se ponía la mano en el pecho como si estuviera herida, añadió. "Y no creo que te lleves bien con mi hija."
Jezabel no sería mala influencia, sería la peor persona que Aurora podría tener como amiga.
Otra razón más para mudarse y que Aurora no conociera sobre su hermano, ni la cuñada tan peligrosa que tenía.
"Soy una buena persona." Murmuró la pequeña desanimada mientras volvía a su apariencia adorable.
¿Buena persona? El ataque terrorista fue un evento impactante y no fue el único, solo que este evento cubrió todos los otros sucesos.
La caída de algunas ciudades por grietas era una de esa clase de asuntos grandes y uno más relacionado con la pequeña, era la muerte del equipo de usuarios de habilidades que la Organización de las Naciones Unidas había formado.
Al igual que el asesinato a varios de sus altos mandos en Europa.
"Soy inocente." Respondió Jezabel y bajando la voz, añadió. "Pero quien sea que esté actuando, está haciendo un buen trabajo. Todos saben lo peligrosa que es la ONU."
Agatha se frotó la sien al escuchar esas palabras y su reacción causó una sonrisa sincera en la otra parte, que disfrutaba ver como reaccionaba.
Ya se había dejado de preguntar qué era lo que esa existencia estaba pensando y ahora lo único que importaba, era que no involucrara a su familia.
"Que aburrida, Agatha." Murmuró la pequeña y con una media sonrisa, añadió. "Si no fuera porque eres capaz de dejar morir a medio mundo por tus objetivos. Ya hubiera perdido el interés en ti."
Jezabel se divertía por su cuenta, pero también le agradaba mostrar sus acciones a otras personas, para observar la reacción.
Era probable que, con su hijo, tuvieran esa clase de relación y ahora lo intentaba con ella, no consiguiendo lo que buscaba.
No se trataba solo de su reacción, sino que literalmente no era tan importante para esa existencia como lo era Karzhal y cualquier reacción que ella dará, no le daría la suficiente diversión que buscaba.
"¿Vienes?" Preguntó Agatha, ignorando el comentario.
Era probable que Jezabel estuviera muy involucrada en muchos asuntos que estaban sucediendo actualmente, sin embargo, en varios de ellos, ni siquiera estaba involucrada.
Aun así, no significaba que ella no conociera y los usara a su favor.
No iba a juzgarla y menos cuando Agatha también estaba utilizando todo lo que sucedía a su favor.
Entre más caótico fuera el mundo, más atención tenía la Iglesia del Tiempo y el Espacio y más poder se le otorgaba y a la vez, más autoridad tenía, permitiéndole a la iglesia moverse como deseara.
******
Entrando a un edificio de seguridad, en alguna parte de Virginia, Estados Unidos, Agatha pasó por la seguridad.
La maquinaria era similar a los detectores que se utilizaba en algunos lados como aeropuertos, solo que, en este lugar, no solo chequeaba a la persona, buscando si ocultaba algo, sino que también analizaba los anillos espaciales.
"No podemos descifrar la seguridad del anillo. ¿Puede cederla para nosotros? Necesitamos revisar lo que lleva." Preguntó el encargado de seguridad, observándola con una expresión fría y solemne.
¿Era por el ataque terrorista? Agatha había percibido que la seguridad en este lugar, era más alta que en otras partes y mirando la maquinaria, ella estuvo un poco sorprendida.
Después de todo, el anillo espacial estaba diseñado por su hijo y era probable que fuera traído de Terra nova y no creado con recursos de la tierra, lo que significaba que era de la más alta seguridad.
Aun así, descubrieron que era un anillo espacial, aunque no pudieron filtrarse.
"¿Máquina nueva?" Preguntó Agatha, habilitando la seguridad.
No tenía en problemas en mostrar lo que tenía y era más estaba curiosa de la maquinaria que no parecía mágica, sino que tecnológica.
"Prototipo diseñado por la Empresa Cosmos, permite detectar objetos de almacenamiento y revisar lo que tiene en el interior." Respondió una voz a su espalda.
Agatha se dio vuelta y saludó a Frederick que había respondido y luego observó, a la mujer que estaba al lado.
Auriane Delacroix, miembro de la Iglesia del Orden estaba presente en este lugar.
"Parece que ustedes tienen una buena relación con la Empresa Cosmos." Dijo Agatha saludando a ambos, mientras lo seguía por el camino.
"Algunos del gobierno lo tienen. Otros son más políticos y están preocupados por la dependencia a su tecnología. Yo creo en su utilidad, sin embargo, dudó de su tecnológica. Desde que han aparecido, han mostrado un desarrollo tecnológico sin precedente. Avanzada incluso de algunas tecnológicas clasificadas." Respondió Frederick con una expresión solemne y observándola, dudó. "Escuche que patrocina a la Iglesia del Tiempo y el Espacio."
¿Estaba buscando información de ella?
La Empresa Cosmos apareció hace un tiempo y tal como anunciaron en un inicio, cuando revelaron la tecnología para detectar apariciones, ellos estaban revolucionando los campos de la ciencia.
Era como si…
—Un dios los apoyará.
La voz de Jezabel sonó en sus oídos y luego vino una carcajada divertida.
"No están haciendo nada ilegal. De eso estoy segura. En cuanto a la tecnología… ¿A quién le interesa? Diseñaron una máquina capaz detectar anillos espaciales en tan solo un mes." Respondió Agatha con solemnidad.
Un mes para diseñar un prototipo de una máquina que detectaba a los anillos espaciales.
Los ataques terroristas no estaban sucediendo únicamente en Estados Unidos y este año se detectaron varios ataques terroristas en vuelos y aeropuertos, ni hablar del tráfico ilegal de armas o narcóticos.
Está tecnológica si era aplicada a los vuelos, viajes a larga distancia o entradas de edificio, podría garantizar la seguridad de las personas.
También era un aviso para aquellos que creían que el desarrollo tecnológico, iba a quedar retrasado cuando los productos mágicos empezaran a aparecer.
"Sin embargo, habrá personas que lo ven como una amenaza económica y más cuando algunas empresas empiecen a estar en números rojos por su culpa." Dijo Frederick y suspirando, añadió. "No importa. Sigamos."
Una empresa que apareció de repente, revolucionando ámbitos informáticos de maneras únicas y superando a su competencia en el desarrollo tecnológico e innovando, lo suficiente como para monopolizar el mercado.
Era posible que causara problemas en el ámbito económico y si era sincera a Agatha no le importaba.
Las naciones tenían demasiados problemas en el ámbito de los jugadores, los usuarios de habilidades y las apariciones, como para preocuparse por la economía de algunas empresas multimillonarias.
"Antón y nuestro equipo de seguridad siguieron algunos rastros y terminaron capturando un maleante. Aunque hemos utilizado algunos métodos, no ha hablado y por eso, las hemos llamado a ambos." Dijo Frederick y con una voz solemne, anunció. "La seguridad de esta nación, depende de descubrir quién fue el maldito que ocasionó estas fechorías."
Descubrir quién financió, guio o comandó tales ataques y si era posible encontrarlo para eliminarlo.
Cualquiera con un poco de entendimiento, sabría que estos actos estaban empezando y Frederick no deseaba que volviera a suceder.
"No creo que mi Señora sea de ayuda." Dijo Auriane y con una expresión seria, señaló. "Sin embargo, creo que puedo intentar leer su mente."
—¿Se autodenominan psiónicos, cierto? Son curiosos, aunque desconozco de ellos.
La voz de Jezabel sonó en la mente de Agatha y su expresión cambio de manera sutil.
—Pensé que lo conocerías. Oh, inmortal deidad. —Dijo Agatha en su mente, con una falsa alabanza.
—Soy inmortal y estoy más cerca de la omnipotencia, que la omnisciencia. —Respondió Jezabel y apareciendo en su mente, añadió. —Ni siquiera yo conozco la infinidad de la existencia. En algún universo lejano puede haber tanto superhéroes como cultivadores.
La figura literalmente apareció en su mente, forzando una imagen mental de ella misma, dando la impresión de que estaba en su cabeza.
Aunque las palabras le parecieron sorprendentes, Agatha no pudo mencionar demasiado del tema, ya que desconocía en su totalidad muchos asuntos.
—Oh, esto parece que va a ser divertido.
Escuchando la voz de Jezabel en sus oídos, ella se acercó a la entrada de la habitación y Frederick hizo que el guardia abriera la entrada, dejando ver un hombre en el interior.
Agatha al entrar se dio cuenta de que el hombre estaba esposado con varias heridas en su cuerpo y estaba cerrando los ojos… Totalmente muerto.
"Está muerto." Murmuró Auriane al no detectar ondas mentales.
"¡Guardias! ¡Activen las alarmas! ¡Sellen el área!" Ordenó Frederick y observando fijamente al guardia con venas en su frente, amenazó. "¿Quién demonios entró? Dime ahora, si no quieres ser ejecutado por traición."
¿Ejecutado? No enjuiciado, sino que ejecutado.
Ese hecho era la prueba de que los derechos en este mundo estaban poco a poco dejando de importar.
"Yo… Nadie. Lo juro. Nadie ha entrado." Respondió el guardia impactado por lo sucedido.
Agatha se acercó al cadáver y vio como los agentes de seguridad y magos de curación, comprobaban el estado del cuerpo.
Tanto con magia como médicamente.
"Señor, al parecer tomó una píldora de suicidio." Dijo el médico y con una expresión pálida, reveló. "Lo revisamos antes de entrar… Es imposible que la haya ocultado."
Las venas de Frederick se volvieron más evidentes, mientras apretaba los puños, enfurecido por la situación.
La alarma sonó y por afuera los guardias se movieron por todo el lugar, buscando cualquier indicio del culpable.
"Las cámaras han sido manipuladas en un bucle. Nadie ha entrado o salido de este lugar. Los de seguridad, no tienen ni la menor idea de lo que ha sucedido." Informó un encargado de la seguridad.
No obtuvieron nada y perdieron uno de los pocos individuos, que podrían saber la verdad.
—Que divertido. Me siento como una película de espías. —Dijo Jezabel riéndose y con una sonrisa divertida en su mente, comentó. —¿Qué tal si le muestras el nuevo mundo?
Esta clase de asesinato era muy similar a las películas cuando la mente maestra deseaba deshacerse de alguien que podría comprometerlo.
Había que elogiar el esfuerzo, no había duda, el problema era que este mundo ya había cambiado.
"Oh, querido Dios regresa el tiempo para tus creyentes." Dijo Agatha en voz alta.
No nombró a Aión, sino que lo hizo al azar, sabiendo que probablemente Jezabel actuaria, pero a diferencia de lo que esperaba, el tiempo literalmente empezó a dar marcha atrás en el hombre.
El veneno que se había extendido retrocedió y entonces, el alma volvió al cuerpo y el hombre revivió, abriendo sus ojos con sorpresa y aturdimiento.
La misma sorpresa que cualquier otro individuo presente.
—Oh, así que mi tío le está prestando atención a la iglesia. Raro de él.
Ignorando la voz en su mente, Agatha lanzó un hechizo de magia de aire y apretó el cuello del hombre, antes de que se mordiera la lengua.
"Dime con quien trabajas." Ordenó Agatha sin importarle la sorpresa de los presentes.
¿Estaban sorprendidos de que el Dios del Tiempo y el Espacio regresara a la vida a una persona? Era un Primordial y solo uno de su mismo nivel podría evitar que hiciera lo que deseara.
El asunto era que incluso entre aquellos que estaban a su nivel, no todos podrían detener al Primordial del Tiempo y el Espacio, que nació tercero en toda la existencia.
—Lo sobrestimas demasiado. En realidad, si el alma es corrompida es más difícil de revivir al igual que si pasa por el Río de la Reencarnación, no imposible, pero si difícil. A la vez que siempre hay momentos en donde no puede actuar… Como, por ejemplo, si el alma es purificada por Orden.
Un alma se mantenía cerca del cuerpo y dependiendo de la voluntad de la persona y sus asuntos sin terminar, hasta podría convertirse en un fantasma.
En este caso, el alma no había sido purificada ni enviada al Río de la Reencarnación, lo que significó que fue fácil de revivir.
"¡Vete a la mierda, perra!" Escupió el hombre y le trató de escupir, pero su lengua ardió antes de que volviera a recuperarse.
No iba a revelar nada y Agatha que recibió la mirada de Auriane, quien parecía querer encargarse, la estuvo por dejar cuando se detuvo.
"Tiempo." Murmuró Agatha al darse cuenta lo que sucedía y al momento, siguiente el escenario desapareció y ellos observaron el pasado.
Específicamente cuando el hombre dejó de ser torturado por Frederick, luego de no hablar.
Entonces luego de unos minutos, el encargado de la seguridad entró, utilizando un artefacto para ocultarse del guardia que protegía la entrada.
"Admiro tu valor." Dijo el hombre antes de forzarlo para que tomara una pastilla, que lo llevó a la muerte en segundos.
¿Una droga mágica? El efecto fue inmediato y ese hombre lo arregló antes de salir.
La imagen no terminó en ese momento, sino que el pasado continuo, esta vez siguiendo al hombre, como si Aión hubiera visto todo.
Siguiendo al encargado de seguridad, este guardó el artefacto y luego se reunió con otro equipo, que se había encargado de la cámara.
No había un infiltrado, sino que eran más de uno y algunos de ellos eran miembros de seguridad de este lugar.
Como si fuera poco, la visión se rompió en múltiples pedazos y las conexiones del pasado empezaron a mostrarse, dejando ver la omnisciencia de un Primordial.
—Aión es lo más cercano a una existencia omnisciente. No hay duda de ello, pero lo que te hace ver es el pasado que él no ha visto directamente. Uno que, si otro dios menor interviene, aunque no pueda borrar, puede ocultar sutilmente. Si él lo viera directamente sería fácil de descubrir, pero aquí, su atención es mínima.
El Dios del Tiempo y el Espacio, el Primordial más antiguo que seguía existiendo hasta el día de hoy, reveló un pasado, aunque probablemente ni siquiera prestaba atención a este sitio.
Podía ver el pasado y aunque impresionante, si otro dios intervenía podría ocultarlo y para descubrirlo el Primordial debía esforzarse.
Sin embargo, aquí no hubo dios y las relaciones quedaron completamente a la vista, delatando a varios miembros de la seguridad e incluso al secretario de Frederick, hasta que no pudo ir más allá, a causa de que hubo intervención de dioses desconocidos.
Aión había conectado a las personas, incluso de maneras indirectas como cartas o comunicaciones que supuestamente debían mantener oculto a la otra parte.
Y desveló que había traidores dentro del Departamento de Defensa.
"Esto es… Falso." Dijo el encargado del lugar, cuando la visión se hizo trizas y todos quedaron en silencio.
Él era uno de los miembros involucrados cuyas relaciones turbias fueron desveladas.
"¿De verdad? Que idiota." Murmuró Agatha agitando su cabeza como si fuera un asunto estúpido.
"Saque…"
Ese hombre se congeló por completo al igual que todos aquellos, que estaban a punto de sacar sus armas, para resistirse al arresto.
Una intervención directa de Aión, que a Agatha no solo le pareció rara y extraordinaria, sino que, a los presentes, le pareció inaudita y sorpresiva.
Observándola a ella con sorpresa, como si fuera alguna clase de elegida de ese dios.
—La Santa Agatha. Me gusta ese título. Capaz de hacer que el indiferente Dios del Tiempo y el Espacio la apoye sin cuestionar.
La expresión de Agatha cambio con sutilidad y aunque se abstuvo en responder, frunció el ceño mientras ignoraba al furioso Frederick, quien en cólera estaba deteniendo a los culpables.
En esa furia había un sorpresa, cautela y terror no solo al darse cuenta de lo que acababa de suceder, sino que de lo que estaba ocurriendo en esta nación.
Había gente del mismo gobierno que estaba traicionado a la nación y estaba muy bien infiltrado, lo suficiente como para sorprender alguien como Frederick.
"La nación necesita cambiar y lo sabes, Frederick. Si nos quedamos quietos, América será aplastado bajo los políticos que solo quieren votos. Únicamente nosotros podemos mantener a nuestra nación. Lo sabes, ¡Frederick! ¡Tu lealtad arruinará esta nación!"
El grito del secretario personal de Frederick vino mientras era llevado y los presentes, que lo escucharon se quedaron en silencio, tensos.
"No eres un patriota, ¡eres un títere! ¡Frederick recapacita!"
La voz se fue a la distancia y todo quedó en silencio por unos segundos.
El mundo estaba cambiando más rápido de lo que cualquiera podía imaginar y si algo tenía que darle en acuerdo a ese individuo, era que los políticos actuales estaban centrados en la reelección.
"¿Por qué demonios se quedan quieto? ¡Muévanse ahora!" Gruñó Frederick y elevando la voz, anunció. "¡Nuestro deber es proteger a los Estados Unidos de América y cumpliremos nuestra obligación! ¡Ahora, muévanse!"
Los saludos militares en respuesta demostraron una lealtad elogiable, tal vez similar a la lealtad de aquellos que fueron delatados.
Un breve anunció, que sonaba bien, sin embargo, si alguien miraba a los presentes, notaria la división en esta nación, cuya grieta era más profunda de lo que Agatha había supuesto.
No se trataba de la sociedad en un enfrentamiento en contra los usuarios de habilidades y las personas normales, se trataba de individuos que no estaban de acuerdo con el gobierno actual y estaban metidos muy profundo en el desastre.
Después de todo, quien estaba guiando el atentado, estaba relacionado con miembros del Departamento de Defensa.
"Gracias por la ayuda, pero… ¿Nos puede ayudar de vuelta? Necesitamos atrapar a todos los traidores." Dijo Frederick y lamiéndose los labios, murmuró. "Esto parece ser más grande de lo que había imaginado."
Se revelaron traidores muy cerca de él.
Personas a los cuales había confiado y necesitaban moverse para atraparlo, pero incluso si lo hacía … ¿Cuántos otros quedarían libres?
El Departamento de Defensa de los Estados Unidos tenía varias agencias de inteligencia bajo su cargo y supervisión y ni hablar de las fuerzas armadas.
Ahora le pedían ayuda a ella… No, a Aión, buscando que les dijera sobre los traidores y les ayudara a capturarlos a todos, antes de que la bomba cuyo reloj estaba en marcha estallara.
¿Debía involucrarse en estos asuntos? Ya estaba lejos de un problema de seguridad de la humanidad y este evento era más un asunto, que involucraba la política estadounidense.
Actos de terrorismo, que terminó siendo un auto-atentado, descubrimiento de traidores dentro de una de las más altas esferas de la nación y probablemente algo más grande que se estaba planeando.
La respuesta fue…
"Lo siento. No estoy interesada y la Iglesia del Tiempo y el Espacio tampoco. Ayudaremos vencer a todo aquel que haga daño a la gente y al mundo, pero este es un conflicto terrenal." Dijo Agatha y en calma, añadió. "El tiempo es indiferente. Nosotros también."
No estaba lo suficiente interesada como para verse en vuelta en un asunto que estaba relacionada con la política interna de la nación y estaba más que segura, que Aión tampoco lo estaba.
Ciertamente, ayudó mostrando esa revelación, no obstante, fue como para decirles que algo estaba sucediendo al frente de ellos.
Si Aión quisiera seguir ayudando, solo debía rezarle a él personalmente y en cuanto a Agatha no deseaba involucrarse y menos en asuntos tan políticos como estos.
"Si me disculpan, debo retirarme. Todavía tengo una cita a la cual asistir." Dijo Agatha y dando un medio paso ella desapareció cuando el espacio fue quemado a su alrededor.
Una niña apareció en medio de las llamas mientras ella viajaba por el espacio.
"¿Sabes que se viene una guerra, cierto?" Preguntó Jezabel con una sonrisa inocente.
Por supuesto, que esa niña sabía lo que sucedía y la posibilidad de que ella ocultara a las verdaderas mentes maestras, era tan alta, como la posibilidad de que ella dirigiera todo.
O tal vez, estaba al tanto del asunto y lo dejo estar, muy similar a Aión que ayudó a que Frederick se diera cuenta, sin detener nada.
Al final, la respuesta era la misma.
"Lo sé. ¿No es lo que deseabas?" Cuestionó Agatha y con calma, pidió. "¿Puedes llevarme a Francia? Hay un nuevo restaurante, cuya comida es deliciosa. Quiero que Aurora lo pruebe."
Los terrícolas empezaban a mostrar sus colmillos en este momento, sin darse cuenta de que su destino estaba en las manos de una existencia inmortal, que se disfrazaba de una niña.
Y lo peor de todo, era que había muchas cosas sucediendo en Estados Unidos y Agatha no quería imaginar, lo que estaba sucediendo en otras naciones.
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