Historia Paralela La Caída Capitulo 1: Aumento de actividad.

Caminando por las calles, una mujer en sus cincuenta y tantos, levantó la mirada al ver que el sol se estaba ocultando entre los edificios de la magnífica ciudad.

Londres siempre fue animado, al menos para ella, pero esta vez lo era aún más.

"El gran evento pronto comenzará. ¡Las fuerzas del Orden se preparan dirigidos por jugadores del 'top ranking' y se enfrentarán a la facción del Caos, dirigidos por el famoso jugador Karzhal!"

En el gran proyector instalado en un edificio de un gremio de jugadores famoso, dejo ver un anuncio de un canal televisivo que trataba los temas de Terra nova.

Mirando desde abajo, se encontraban cientos de personas, algunas entusiasmadas por lo que estaban escuchando y otros excitados por lo que estaba por venir.

Agatha se detuvo a mirar.

"No sería mejor llamarlo 'Enemigo de la Humanidad', ese título ha estado resonando bastante. Aunque prefiero que sea conocido como el 'mejor jugador'." Dijo una periodista que sonreía.

"Aunque sus hazañas son reconocidas, creo que todavía no merece el título de 'mejor jugador'." Respondió el anfitrión y con una sonrisa, declaró. "Al menos, hasta que participe en el gran torneo de este año. ¿Se convertirá en el campeón del torneo del año 2027? ¡El premio es de tres millones de dólares!"

Torneo anual para definir quién era el mejor jugador de Terra nova.

Agatha le pareció bastante estúpido que siguieran realizando ese torneo de forma recurrente y más estúpido era que trataran de que su hijo participara, cuando no lo hizo durante los últimos años.

¿Cuántos de los millones de jugadores eran capaces de igualar la fuerza de su hijo? Tal vez un par de ellos, se acercarán gracias a que superaron el límite de los niveles, pero muy pocos podían enfrentarlo cuando actuaba como un invocador.

Escuchando los murmullos entre el público, animados por el torneo, los comentaristas detallaron y presentaron a los miembros del torneo.

"¿Crees que el Príncipe de Arabia participe? Ha contratado jugadores famosos y parece que se ha preparado para obtener el campeonato grupal este año." Dijo la periodista con curiosidad.

"Es difícil, hay muchos contrincantes feroces de todas partes. Hasta nuestra Princesa Margaret ha estado patrocinando a sus propios equipos. Hay buenos jugadores entre nuestro equipo y algunos lo llaman la 'Guardia Real' de la princesa." Comentó el otro periodista y con una sonrisa, añadió. "Solo tenemos que mirar los desafíos de la primera semana de mayo, su equipo ha obtenido grandes victorias en duelos amistosos."

Y el tema volvió al torneo, al premio, a los participantes y anunciando las fechas que iban desde esta última semana del mes de mayo, al siguiente mes de junio y Agatha aburrida siguió caminando por la calle con calma.

Jugueteando con su anillo en su dedo, pensó que el anillo espacial era bastante útil con la traducción automática, aunque ella no lo necesitaba cuando el inglés era su lengua materna.

Paseando por la calle en dirección a donde su esposo, la estaría esperando, Agatha se detuvo en una vidriera de aparatos electrónicos y miró por la ventana, los televisores que estaban encendidos.

"El juicio colectivo realizado en Estados Unidos, acaba de fallar a favor de la Empresa creadora de Terra Nova. Como siempre, ningún miembro de la Empresa ha aparecido y los abogados vinieron de parte del estado." Informó con seriedad un periodista y con calma, precisó. "Este precedente, se añade a uno de los juicios más turbulentos e insólitos de la historia de estados unidos. Haciendo que el público se hagan preguntas y levantando teorías."

¿Otro juicio fallido? Este juicio en particular, era en contra de la empresa y fue llevado a cabo por abogados reconocidos y hasta había llegado a la Corte Suprema.

Su objetivo inicial fue que la empresa recompensara a las personas, por los traumas causados por la realista máquina de realidad virtual.

Problemas psicológicos, de ansiedad, estrés postraumático y hasta hubo algunos individuos con problemas físicos y de salud por eventos que le sucedieron, que en algunos casos llevaron al suicidio.

Al principio se pudo ocultar y si bien en este punto, los torneos, los premios y los supuestos 'eventos' seguían atrayendo a los jugadores, ya era imposible de ocultar la extrañeza.

"¿Qué sucede detrás de esta máquina? ¿Estamos dentro de algún tipo de juego que seres superiores disfrutan? ¿Los gobiernos del mundo están preparando a la humanidad para una guerra alienígena? ¿Terra nova es real y el dueño de la empresa de verdad es un Dios?" Cuestionó el periodista y de forma solemne, añadió. "Tales son las preguntas que recorren las redes en este momento. Por nuestra cuenta, solo sabemos que el gobierno que el pueblo americano ha elegido, nos está fallando y nosotros como ciudadanos, debemos tomar una decisión correcta en las próximas elecciones."

Preguntas que no estaban sonando descabelladas en este punto fueron realizadas, tan solo para que todo quedara como una crítica al partido gobernante actual de esa nación.

Los medios eran una herramienta de los poderosos y en este punto, la mayoría de los poderosos seguramente sabia de la situación general que sucedía en este mundo.

Tal vez no sabría lo que vendría con total claridad, pero los gobiernos estaban al tanto de que Terra nova no era un juego y, aun así, mantuvieron la misma política secreta que cuando todo comenzó.

Mantener un silencio, para controlar los posibles conflictos y que no estallara el pánico y el caos.

Hace nueve años, en el año 2018 la máquina conocida como Terra nova apareció y millones de personas quedaron fascinados por los gráficos realistas, las actuaciones de los 'npc' y el 'lore' del juego que llevaba el mismo nombre de la máquina.

Acostarse en una cama luego del trabajo y utilizar un casco para relajarse, se convirtió en el estándar de cualquier persona promedio y como la máquina tenía un precio considerado accesible, se convirtió en una prioridad para todos.

Que pudieran jugar por las noches mientras sus cuerpos descansaban y sus 'mentes' se mantenían en el juego, solo fue un extra a pesar de que el cansancio mental continuaba al día siguiente.

Trabajar de día en una vida monótona y aburrida, teniendo que aguantar a una familia insoportable y a jefes estrictos, era llevadero cuando en las noches podían ser personas diferentes.

Guerreros, magos, comerciantes, un mero granjero o algún amante nocturno, con otra familia, una esposa o un esposo guapo, hijos más obedientes o, por otro lado, ser un maleante, bandido, asesinos o algo peor.

"Cuando todo acabe, se volverá un desastre." Murmuró Agatha sin evitar su sonrisa divertida.

No importaba si había gremios cuyo único objetivo era detener los peligrosos jugadores malvados o actuaban en roles de grandes caballeros blancos, al final, incluso esas personas reaccionarían cuando supieran que todo era verdad.

Un mundo ilimitado como Terra nova presentaba tantas oportunidades y si bien era realista, los jugadores casuales entraban para divertirse y eso significa desperdiciar su tiempo causando problemas.

Tal vez en los grandes imperios y reinos se quedaban como niños obedientes, temiendo que sus 'personajes' fueran aprisionados durante años, sin poder obtener otro personaje, debido a la regla de la empresa de una cuenta y personaje por persona.

No obstante, en los pueblos remotos de ese inmenso mundo o incluso en pueblos o aldeas de otros planos conectados a Terra nova, jugadores inmortales como ellos eran 'dioses' frente a algunos aldeanos.

"Tendremos que alejarnos en ese momento." Murmuró Agatha con seriedad.

Terra nova estaba por terminar, su hijo le reveló la verdad desde que con su esposo comenzaron a 'jugar' y también hace unas semanas, había venido a avisarle, que era probable que todo terminara.

Esa vez discutió con su esposo, así que su hijo se fue sin informarle detalladamente todo y solo le dejo un regalo de su nuera.

Al pensar en eso último, Agatha vio su reflejo en la ventana y al ver que algunas viejas canas habían desaparecido junto con algunas arrugas, sonrió de forma ligera.

Ella y su esposo se cuidaban y eran de hacer bastante ejercicio de vez en cuando, pero desde que su hijo le dio el regalo de su nuera hace un par de semanas atrás, pudo notar cambios.

Su apariencia seguía siendo la misma, de una mujer en sus cincuenta, con una figura cuidada y firme, que mantenía con bastante dedicación, pero era por dentro que Agatha se sentía de maravilla.

"Diez o quince años menos." Murmuró Agatha mientras volvía a caminar, sin darle importancia a los otros temas.

La edad siempre traía problemas y era normal, pero desde que obtuvo el regalo de su nuera, se sintió más energética y los problemas de edad desaparecieron.

Fue un cambio interno, literalmente sus órganos mejoraron en gran medida, siéndose renovada y lo mejor fue que su esposo también recibió un 'regalo' y también obtuvo cierta vitalidad.

"Demasiada vitalidad." Murmuró Agatha riéndose sin poder evitarlo.

La vitalidad era tan alta, que algunas veces se divertía con su esposo durante las noches, la mañana y la tarde, gastando toda su energía como si recién se hubieran casado.

No era como si antes no se divertían, sin embargo, para su lamento la edad no podía seguir el vigor interno y fue tras el regalo, que sus viejos cuerpos pudieron seguirle el ritmo a su vigor.

Bastante animada, Agatha al acercarse a donde debería estar esperando su esposo, pudo ver dos hombres silenciando a una mujer a la fuerza, doblando en un callejón.

Era tarde y el sol ya se había ocultado, si bien las luces seguían encendidas en la calle principal, esos callejones todavía permanecían a oscuros, ocultando problemas.

"Ayuda…"

Agatha cuando se estuvo por ir, escuchó el grito de la mujer, lo suficiente bajo como para que únicamente ella la escuchara y se detuvo.

No le importaba irse de aquí de inmediato y dejar que esos hombres hicieran lo que desearan.

Incluso si mañana decían que esa mujer apareció muerta, ella no sentiría ni arrepentimiento, pena o lástima, básicamente no sentía empatía.

Hacía tiempo se había dejado de preguntar si su falta de empatía era una condición física, un problema mental o algo innato, que su hijo sin duda también heredo.

Sin embargo, no pudo evitar moverse al interior del callejón, dirigiéndose al ruido.

"Mi esposo, se sentirá triste si la dejo." Masculló Agatha, sacando del anillo espacial que su hijo le regaló, una varita también dada por el mismo.

No sentía empatía y no sentiría lástima, incluso si a cualquier persona le sucedía algo peor al frente de ella, pero su esposo si bien no se enojaría, se sentiría triste y conociéndose a sí misma, sabría que sería afectada por las emociones de su esposo.

"Me estoy volviendo blanda con los años." Susurrando para sí misma, al girar pudo ver a los dos hombres y a la mujer.

Uno la sostenía, por el cuello y el otro le rompió, las ropas y le trataba de bajar los pantalones, con sonrisas asquerosas y maniacas.

El crimen había aumentado de forma reciente a nivel mundial y eso fue causado porque muchos individuos tuvieron su locura desencadenada luego de entrar a Terra nova.

Aquellos que nunca se animaron a realizar algunos actos, tras replicarlos en Terra nova con granjeros débiles, obtuvieron confianza para animarse a soltarse en este mundo.

Y por la manera, que ambos hombres se complementaban, para sostener y evitar que la mujer gritara, mientras la ahogaban tratando de que perdiera el conocimiento, dejo ver experiencia.

"No quiero jugar a la heroína, así que, si la dejan ir, yo los dejaré ir a ustedes." Comentó Agatha con calma, jugueteando con su varita a su espalda.

Los hombres que no alcanzaban sus treinta, se miraron entre ellos y dieron sonrisas voraces, lamiéndose los labios, mirando su cuerpo como si quisieran desgarrar sus ropas ahora mismo.

Agatha no sintió asco por esas miradas, tales emociones no tenían sentido y manteniendo su expresión, pudo ver que la mujer actuó.

"Ugh…"

Golpeando con el codo de su brazo, al que la sostenía del cuello, su golpe fue perfecto para reducir el agarre y tras caer por el suelo, la mujer huyó antes de que la atraparan, dejándolos solos.

Bastantes personas culpaban a Terra nova por el aumento de crimen y tenían razón, pero a la vez sabían que la fuerza personal aumentó y las personas sabían protegerse mientras no estuvieran en total desventaja.

Sin verse perturbada por ser abandonada, Agatha recibió la mirada enojada de los dos jóvenes hombres.

"No te preocupes, tenemos una MILF con nosotros." Consoló uno de los hombres con una risa.

Estaba acercándose a unos metros y por la forma que se afirmaba, era probable que cuando corriera la alcanzara en unos pocos segundos.

Agatha dejo ver su varita y…

"¿Eso es una varita? Haha, estoy aterrado!" Exclamó uno de los hombres con un falso miedo y viendo que su compañero se reía, comentó. "Es un belleza sexy y madura, pero está loca… Me agrada. Tal vez cuando la violemos, le termine gustando."

Ambos se volvieron a reír al ver su varita y la marcaron como una loca, llevando a que bajaran su guardia.

Que ella no huyera, les dio una mayor confianza y Agatha esbozó una sonrisa, sintiéndose satisfecha por esa reacción.

Si huían iba a ser un problema, en cambio sí se quedaban sería más fácil.

"Si crees que es falsa. ¿Qué tal si te proteges de uno de mis hechizos?" Preguntó Agatha con una mirada 'seria'.

Su esposo se molestaría si ella iba por ahí, practicando sus hechizos con seres humanos, ya fueran personas de este mundo o de Terra nova.

Sin embargo, desde que su hijo le dio esta varita, Agatha había querido usarla en este mundo en contra de humanos y si bien entendía que sería muy problemático revelar que podía usar magia, ella tenía las habilidades para borrar los rastros.

La magia la entusiasmaba un poco, tal vez no hasta el extremo de su hijo, aun así, lo suficiente como para querer experimentar con humanos y viendo que esos ebrios se miraban entre ellos, Agatha mantuvo su expresión.

"Bien. Si fallas, te vendrás con nosotros sin quejarte." Dijo el hombre que se había estado burlando y con una sonrisa, tomó una tapa de un tarro de basura y utilizándolo como escudo, señaló. "Disfrutarás d… Ughh…"

Sin escuchar estúpidos comentarios, Agatha agitó su varita y lanzó un puño de piedra que apareció de la nada, golpeando el estómago del hombre y enviándolo a volar hacia atrás.

Por la sangre que vomitaba y por el estado de la tapa, estuvo claro que a pesar de que al menos se posicionó bien con el 'escudo', dejando ver que era un jugador, no tuvo la fuerza para resistir el impacto.

¿Cómo podría categorizar ese pequeño hechizo? Ella podía sentir la energía mágica de forma ligera, pero era la varita lo que le permitió lanzar el hechizo.

Una varita que permitía lanzar magia cuando la energía mágica era tan baja que, para sentirla, necesitarían un 'regalo' como el que le fue dado a ella.

"…"

El compañero que antes se había reído, primero abrió sus ojos de sorpresa y luego en vez de huir, empezó a correr en su dirección buscando golpearla, dejando ver cierta experiencia como jugador.

Por la forma que estaba cargando demostró que como jugador era un luchador, no obstante Agatha no se inmutó.

"Que… Uhh…"

Una figura apareció para sostener el puño antes de que la golpeara a ella y luego esa figura, devolviendo el puñetazo y sosteniendo el brazo para que no retrocediera, lo levantó con cierta facilidad, lo golpeó en contra de la pared.

Agatha miró a su esposo, cuyo cabello negro corto y barba destacaba, entonces dirigió su mirada al cuerpo de ese hombre.

Su esposo media un metro ochenta y si bien era alguien que se ejercitaba, no fue hasta el punto de ser musculoso, pero ahora pudo ver como las venas en los brazos de su marido, quedaban a la vista.

El cuerpo entero parecía emanar cierta presión… El regalo de su nuera para su esposo y para ella fue algún tipo de habilidad relacionado con el físico.

Tan solo pensar en ese hecho, llevo a que Agatha entendiera una pizca de la capacidad de su nuera y a la vez, la forma que tal existencia podría mirarlo.

Fue un regalo que cambio sus cuerpos, pero nunca les preguntó si ellos lo deseaban aceptar y solo lo hizo, como si ellos fueran pequeños juguetes ante sus ojos.

Tratando de no pensar en esa existencia, sabiendo que podría atraerla, Agatha observó el cuerpo del maleante y al ver la sangre, su rostro cambio.

"¿Te encuentras bien? Una joven dijo que alguien estaba en peligro." Preguntó Antón con seriedad y su mirada preocupada, se hizo más evidente al ver su rostro.

Agatha levantó su mano y se apoyó a la pared, sintiendo náuseas que le fueron imposibles de resistir y al final termino vomitando.

Su esposo preocupado sostuvo su cabello para que no se ensuciara, dejando que ella vomitara y Agatha, lo hizo varias veces, recordando una similitud de estas náuseas con una que soportó cuando era más joven.

"¿Quieres agua? ¿Ver sangre te hizo mal? ¿Quieres ir al hospital?" Preguntó Antón medio nervioso y tratando de controlarse, susurró. "¿O deseas usar magia?"

Lo repentino de su reacción, hizo que él se preocupara y Agatha mirando el rostro preocupado de su esposo, trató de contener sus náuseas.

"¿Cuántas veces hemos tenido sexo este último mes?" Preguntó Agatha de forma directa.

Su esposo abrió sus ojos y miró los alrededores, más nervioso que el hablar de magia delante de posibles personas que podían descubrirlos.

Agatha podía utilizar magia para encargarse de los recuerdos de esos maleantes y hacer parecer como si fuera un conflicto sin importancia, pero su esposo seguía incómodo de hablar de magia y ahora se puso aún más incómodo al hablar tan 'públicamente' de su vida privada.

"No lo sé. Últimamente somos de hacerlo dos o tres veces al día. Tal vez cuatro y… A veces seguimos hasta que gastamos toda nuestra energía." Respondió Antón con una media sonrisa algo avergonzada y con cierta seriedad, preguntó. "¿Crees que se debe a nuestro aumento de actividad?"

'Aumento de actividad' era la forma perfecta para ocultar el hecho de que… ¡Estuvieron teniendo relaciones como conejos!

Ambos eran viejos, su hijo era mayor y ambos tenían sus ahorros para vivir una vida tranquila sin necesidad de trabajar y ahora con ese regalo, pudieron aumentar sus actividades.

El regalo los hizo sentir como jóvenes de vuelta y el problema fue que, si bien no se mostraba en el exterior, Agatha ahora se dio cuenta de que había cambios en lo interior.

Cambios más profundos de lo que había podido imaginar.

"Cariño, creo que soy fértil de vuelta." Confesó Agatha con calma.

Tenía 53 años de edad y como cualquier mujer que llegaba a esa edad, era normal que sufriera las consecuencias del paso del tiempo, una de ellas la incapacidad de tener hijos a tan avanzada edad.

"Oh." Respondió Antón con calma y luego mirando al vómito, luego a ella, parpadeó y exclamó. "¡OOHHH!"

Su exclamación fue dicha con una gigantesca sonrisa en su rostro, que daba la impresión de no creer lo que sucedía.

Hace tiempo había pasado su edad para tener hijos y ambos se dejaron de cuidar, disfrutando de su sexualidad con libertad y entusiasmo.

Agatha no había esperado que el regalo afectara de forma tan profunda su cuerpo, revirtiendo procesos naturales.

Sin embargo, al final dio una sonrisa brillante.

Nunca había esperado que, a sus 53 años de edad, volviera a sentir las náuseas de estar embarazada.