Boca abierta.

En la oficina en Rumania, Edward leyó los últimos documentos que estaba sucediendo alrededor del Gremio de Héroes. Los detalles de las revelaciones que él obligó hacer, las repercusiones políticas locales e internacionales y la caída de la imagen que el Gremio de Héroe estaba sufriendo.

Cada revelación y prueba de fracaso del gremio de héroes y sus dirigentes aumentaba la imagen de la Asociación de Héroes. Esta organización, que fue creada rechazando la organización anterior y buscando reformar el gremio en todo sentido, estaba siendo cada vez más importante y aquellos que favorecían a la organización estaban aumentando.

Este resultado era lo que él buscaba. Poner en evidencia de que el Gremio de Héroes necesitaba una reforma que cambiara todo, pero él no podía estar feliz.

Edward se giró a un cristal mágico y al poner su energía mágica, la información que guardaba en el interior salió.

"Maestro…" Murmuró Edward sin saber qué decir o hacer.

Andrés había logrado conseguir la información de la Iglesia del Orden y si bien le mencionó que tuviera cuidado, ya que probablemente la iglesia estaría vigilante de esta información, Edward no podía dejar de leerla.

Los últimos detalles sobre la muerte de su maestro fue la evidencia de que el Director Vincent fue asesinado durante ese portal por alguien relacionado con lo psiónico. La Iglesia del Orden que se encargaba de esos temas viajaron a ese planeta de un modo que él no entendía y allí buscaron pistas, pero no encontraron nada.

Según lo que decían marcas de la mente de su maestro tendrían que permanecer en alguna parte del misterioso Plano Astral, pero que la iglesia no encontrara nada mostraba que alguien limpió todo.

Para Edward, que alguien desconocido fuera a ese portal con ellos mostraba que aquel que asesinó a su maestro se había preparado durante mucho tiempo. Si no fuera de esa forma, no se ocultaría tanto y tan bien.

Su maestro era una preocupación que pesaba sobre él y que había ocupado gran parte de su tiempo y se había convertido en una obsesión que carcomía su mente.

El trabajo y su ambición lo había calmado, pero esa obsesión lo había hecho perderse lo que era importante.

Edward al ver el televisor en la pared que mostraba las últimas noticias de Zerzura bajó la mirada a la mesa.

Cuando sucedió el intento de asesinato de Aurora, él solamente envió un mensaje preguntando a Aurora si ella estaba bien… ¡Un mensaje!

Y cuando Aurora respondió que está bien, él siguió concentrado en el gremio de héroes, en su plan y en busca de aquellos que asesinaron a su maestro.

En estos días que había sucedido el ataque terrorista él había enviado un mensaje y Aurora le había respondido que no necesitaba ayuda, pero él lo sabía. Aurora no era alguien que pidiera ayuda y él tendría que insistir, pero no podía.

Se había perdido por completo… Ante tal pensamiento, él sintió como sus emociones incrementaban y captó como los relámpagos amenazaban con aparecer a sus alrededores.

Al darse cuenta de que estaba por cambiar el clima otra vez, él se controló para evitar que sus emociones salieran sin control.

Edward volvió a levantar la cabeza y al ver en el noticiero una imagen de Aurora, él se quedó tieso durante unos segundos. Su mente lo llevó a pensar en el tiempo que estuvo con ella y los cambios que ella produjo en él.

Una joven mujer que fue fuerte desde mucho tiempo y un arrogante adolescente se encontraron en África y mientras ella siguió su camino sin parar, él fue encaminado y cuando volvieron a encontrarse años después, ella también lo siguió empujando y lo guio a que él llevara sus ambiciones a hechos.

Él quiso ayudarla creando una organización que la acompañara en su tarea de ayudar, pero ella ya estaba muy lejos de él.

No era en fuerza, en talento o en objetivos y tampoco físicamente… Él se preguntaba si ella lo consideraba un amigo o un compañero distante.

Quizás era solamente un conocido… Tal idea le causó gracia y él se rio de manera despectiva de sí mismo.

Él no buscaba nada de ella y tampoco podía exigirle nada, ya que él simplemente la utilizó como combustible para motivarse. Hace años al darse cuenta de que alguien más joven que él era más hábil y más maduro lo llevó a centrarse y luego en la academia al darse cuenta de que ella seguía avanzando sin parar, lo empujó a ser ambicioso y cuando ella seguía queriendo ayudar, él quiso apoyarla.

No quería quedarse atrás y quería ayudarla, porque al final del día él no tenía un objetivo o una meta que lo guiara. Su maestro fue el héroe y él seguía siendo la misma persona arrogante y ambiciosa que fue siempre.

Alguien que estaba dispuesto a extralimitarse para conseguir lo que quería y que no tenía límites… Le había insistido a Andrés que se filtrara en la Iglesia del Orden y al final lo único que a él le importó fueron los resultados y no lo que le sucedió a él ni las dificultades.

Edward se podía excusar de que Andrés sabía en donde se metía, pero la verdad era que a él no le interesó las consecuencias, sino que los resultados.

"Suficiente de lamentos." Murmuró Edward y abriendo sus ojos volvió a respirar hondo.

Las emociones fueron controladas y los relámpagos que crepitaban a su alrededor apaciguado.

Él tenía en claro que clase de persona era y sabía que necesitaba modelos u objetivos a seguir. Una brújula que guiara su camino y limitara sus acciones.

Su maestro lo fue durante un tiempo y él, como el aprendiz de un héroe, mantuvo los mismos valores y trató de proteger esos valores. Aurora fue la siguiente y ella lo empujó en ambición y deseos de mejorar, sin retroceder ni parar.

Aurora no necesitaba saber que ella era su brújula. Tampoco necesitaba saber sobre la admiración o el respeto que él sentía por ella o lo que él hizo creyendo que la ayudaría.

Porque la verdad era que él estaba haciendo todo lo que hacía por sí mismo. La Asociación de Héroes y su afán de llevarla a lo más alto era su objetivo y probablemente los métodos que usaba era algo que Aurora repudiaría.

Edward volvió a concentrar y tocando el botón para hablar con su secretaria.

"¿Necesita algo, señor?"

"Sí. Por favor, comunícate con el Gremio de Héroes y pide toda la información sobre Zerzura. Ya sé que la ciudad ha rechazado nuestra ayuda, pero trataremos de ofrecerle apoyo en otras áreas." Dijo Edward poniendo su mente en orden.

"Lo haré de inmediato."

Al tener la respuesta, él se levantó de su asiento y apagando la televisión utilizó los artefactos de la oficina para proyectar contactos e información para que él leyera.

Su mente empezó a trabajar sobre cómo ayudar a Zerzura en este ataque terrorista. Los refuerzos ya fueron rechazados por Zerzura que seguía manteniendo una alta seguridad, pero él podía ofrecerle héroes de la asociación para las áreas alejadas y apartadas.

Hasta podía brindar y reorganizar los héroes que se extendían por las ciudades de África y él tenía el poder para hacer todo eso. Ya no solamente como el líder de la Asociación de Héroes, sino que como un alto mando del Gremio de Héroes.

Aunque él se dijo a sí mismo que Aurora probablemente no lo veía como un amigo cercano y quizás lo veía como un conocido, Edward sabía que esa mujer estaría cuando él la necesitara y ya fuera que ella lo hizo por su afán de ayudar a aquellos que lo necesitaban o por otra razón él quería estar para ella cuando lo necesitara.

No importa lo perdido que Edward estuviera en este momento, Aurora era algo claro entre toda la oscuridad que lo rodeaba. Ella le había pedido ayuda durante lo ocurrido en Egipto y si bien él se había concentrado en la política en vez de lo que importaba, que ella pidiera ayuda, mostraba que había confiado en él.

Si bien durante ese suceso él se había desviado a la política y había perdido su objetivo, esta vez no quería equivocarse.

"Ella no hablará sobre el asesinato." Murmuró Edward al terminar de seleccionar a las personas que enviaría.

Los paneles de los héroes asociados habían pasado y él, al saber cada detalle de ellos, eligió rápidamente a aquellos que podrían ayudar en África y a Zerzura.

Sin embargo, cuando su mente pasó al siguiente tema sobre el asesinato, él vaciló durante un segundo, pero se volvió a concentrar de vuelta.

Él ya había perdido a su maestro, una de las pocas personas que le importaba en este mundo, y si bien él no sabía que era lo que sentía por Aurora, entendía que ella era importante y no podía perder a otra persona importante. Ya fuera que viera a Aurora como una especie de guía, una rival a superar o algo más, la importancia era incuestionable.

Incluso si Aurora no hablaba o lo rechazaba, él pensó de inmediato en Alice y a pesar de que no hablaba mucho con ella, entendió que esa glotona haría lo que fuera por su hermana. Sin embargo, para que Alice aceptara ayuda de alguien externo, él tendría que demostrar que era valioso.

¿Cómo podría ayudar? Tal pregunta apareció en su mente y él sonrió al sentirse motivado.

Esto era lo que necesitaba. Estar enfocado y concentrado en un objetivo y buscar la manera de conseguirlo. Dejar que su mente descansara lo llevaba a dudar de todo lo que lo rodeaba y a preguntarse cosas sin sentidos.

"¡Señor! Alguien lo busca."

La puerta sonó y Edward frunció el ceño al ver que su secretaria entraba sin esperar su respuesta.

"¿Son los políticos de Rumania?" Preguntó Edward y en calma, añadió. "Si es la hija del Presidente de Rumania, pídele, disculpa por no recibirla durante sus visitas anteriores y dile que programaré una cita con ella en un momento posterior."

La política local últimamente ocupaba parte de su tiempo y Cornelia Romanescu era la persona enviada por el Presidente de Rumania. Debido al trabajo, él había dejado que Rachael su vice líder, se encargara de tales asuntos.

"No es…"

"¡Edward!"

Antes de que la secretaria respondiera, un hombre entró a la oficina y lo miró con una expresión seria y Edward frunció el ceño.

"Necesito informarte de algo importante…" Dijo Fausto Di Matteo el líder de la empresa de Seguridad Di Matteo y quien él había contratado.

Por lo general quien venía y servía como contacto era Andrés y era raro que ese hombre viniera personalmente. Edward al ver que Fausto miraba a la secretaria, él le hizo una señal para que se fuera y luego activó varios artefactos de seguridad.

La respiración de Fausto era pesada como si se había apurado para llegar a la sede de la asociación y que no enviara la información por mensaje y viniera personalmente, mostraba que era algo grave.

"Fueron los héroes…" Murmuró Fausto apenas se recuperó.

"¿Disculpa?" Preguntó Edward sin entender.

La expresión de Fausto se volvió más complicada y compleja, pero finalmente habló.

"Lo de Zerzura. El ataque terrorista… El Gremio de Héroes intervino."

La respuesta de Fausto lo dejó boca abierta.