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The Guardian [Spanish/Español]

Viajaron a otro mundo a través de una máquina de realidad virtual creada por un Dios en el cual durante un gran tiempo creyeron que solo era un juego, pero termino siendo real. Pasaron por un 'Gran Cataclismo' que cambio el mundo a través de la energía mágica, logrando transformar el mundo de una forma impensable. Ha pasado treinta años desde que la humanidad se enfrentó a la máquina virtual y veinte años tras el 'Gran Cataclismo' que despertó habilidades y dio comienzo a un mundo mágico y maravilloso muy diferente al antiguo. Ahora una joven llega a una ciudad en medio del mar para asistir a una academia. ¿Cuál es su objetivo? ¿Cuál es la razón de su llegada? Y principalmente... ¿Quién es ella? Sigue la aventura de Aurora cuya vida, valores y actitud irán conociendo a su debido tiempo junto a su pasado, secretos, virtudes y defectos. ---- Para aquellos que desean, pueden unirse al Discord: discord.com/invite/WG8FX75 Géneros: Fantasía, Acción, Aventura, Mundo Moderno, Magia. Frecuencia: Cinco capitulos a la semana.

Evil_Warlord · Fantaisie
Pas assez d’évaluations
975 Chs

Batalla.

El Terror Somalí miró a sus alrededores, específicamente a los almacenes en donde podía sentir unas débiles presencias.

"El ritual se ha preparado. Estoy seguro de que Ketzula el Dios de las Abominaciones, el Deseo y los Ambiciosos, estará feliz de recibir mi sacrificio." Comentó el General Kavuri con orgullo.

Ketzula.

Conocido por sus adoradores que eran todos unos lunáticos; sus rituales eran crueles y viciosos.

Sin embargo, al Terror Somalí no le importó demasiado.

Un Rango S más a su causa podría ayudar a que la estúpida guerra con el Señor de Mombasa terminara.

Para el Terror Somalí, el Señor de Mombasa era un idiota que se creía un conquistador.

"Entraré a descansar para esperar el ritual." Comentó en Terror Somalí con un tono aburrido.

"Entiendo, le enviaré algunas 'sirvientas'..." Respondió el General Kavuri con una sonrisa astuta.

Bastante feliz por la astucia de su subordinado, el Terror Somalí caminó hacia la entrada y a mitad de camino su expresión cambió.

Un sutil cambio en los alrededores como si hubieran sido separados de la realidad y del mundo.

Al instante siguiente una sensación de peligro se extendió por todo su cuerpo y el Terror Somalí tomó las dagas en su cintura y dio medio giró hacia el ataque enemigo.

Sus dagas chocaron contra una flecha y…

*BOOM*

Una enorme explosión fue causada enviado a todos los presentes a volar.

El mismo Terror Somalí tuvo problemas para resistir la potente onda expansiva y terminó golpeando las paredes adentrándose a la mansión.

Los que estaban cerca de ellos eran rangos A y aunque reaccionaron a tiempo, algunos recibieron heridas ligeras.

"Mi señor se encuentra b…"

*Bang*

Uno de los más leales guardaespaldas se acercó con preocupación y cautela, sin embargo, antes de que pudiera ayudarlo a levantarse, su cabeza voló en pedazos y la sangre manchó la pared.

Tan solo para que al instante el sonido llegara del disparo llegara.

"¡ATAQUE ENEMIGO!" Gritó el General Kavuri con todas sus fuerzas.

Un aviso estúpido, cuando un rayo láser fue disparado directamente a su dirección, siendo tan vistoso como impresionante.

"Mierda…"

Maldiciendo para sus adentros, el Terror Somalí abandonó a sus leales guardaespaldas y a una gran velocidad abandonó esa zona de la mansión.

*BOOM*

Una explosión resonó a su espalda, pero el Terror Somalí como alguien que se había centrado en la velocidad logró escapar del radio de explosión y pudo salir de la mansión por una esquina.

"¡¿QUIÉN SE ATREVE A ATACARME?!" Rugió el General Kavuri con furia y locura característica de él.

La respuesta fue simple.

Una joven mujer apareció al frente de él y esa mujer le dio un puñetazo, extendiendo feroces relámpagos.

Como el General Kavuri había sentido algo, pudo protegerse con una barrera psiónica, sin embargo, el golpe lo envió lejos.

Al mismo tiempo llegaron otros individuos.

Un oso gigante de pelaje rojo, chocó contra un luchador que estaba cerca enviándolo a volar.

Flechas llegaban causando aún más heridas a lo que estaban caídos, y como si fuera poco se acercaba otro grupo para atacar.

Todos llevaban máscaras de distintos colores con ropas de distintos diseños.

Sin embargo, los ojos del Terror Somalí estaban centrados en aquellos estaban fijos en él.

El primero era una figura masculina con drones girando a su alrededor, la otra era una figura femenina que se elevaba mientras a su alrededor se extendía una ola de frío.

Sin embargo, ellos pasaron desapercibidos cuando vio los brazos negros salir de la espalda de una joven mujer, que lo estaba mirando fijamente,

El Terror Somalí recordó el informe que había leído.

Alice Campbell, una de las 'Protectoras de Zerzura', oficialmente Rango A, sin embargo, es muy posible que haya estado ocultando su fuerza.

Su habilidad innata se llama [Dominio de la Oscuridad], pero no hay detalles ni información sobre su capacidad, sin embargo, se ha confirmado que puede cambiar los brazos por lanzas u otras armas dándole una gran ventaja ofensiva como una alta capacidad defensiva.

Unas de las pocas personas que han estado desde la creación de Zerzura y con su compañera han estado trabajando con y para Zerzura durante cinco años.

Tienen una alta seguridad personal, pero se presume que es unos de los pocos altos mandos en Zerzura con fuertes relaciones tanto con la Empresa Apicius como la Iglesia del Tiempo y el Espacio.

Se recomienda evitar conflictos y si el conflicto ha llegado entonces Zerzura se ha movido.

Recordando la advertencia del informe por el cual tuvo que pagar una gran cantidad de dinero, el Terror Somalí respiró hondo mientras liberaba el aura de Rango S.

Sabía que no había escapatoria y también entendía que la única forma de seguir adelante era luchar.

Una cruenta batalla, estaba por comenzar.

******

*BOOM*

Una explosión resonó a lo lejos cuando Oscar en su forma de oso golpeó a sus enemigos.

*Bang*

Otro disparo resonó y esta vez Niko golpeó la pared en donde se cubría un enemigo, dando a advertencia al gigante Alvar que cortó con su espada la pared y a la vez al hombre escondido detrás de ella.

A lo lejos la nieve revoloteaba por el aire y explosiones resonaban mientras Akira y Liam lanzaban sus ataques, luchando contra un individuo que desaparecía a velocidad aterradora.

Cerca de la mansión Aurora acorraló al General Kavuri persiguiéndolo, buscando golpearlo con sus puños impregnados de relámpagos.

Clémentine que miraba toda la escena dio una orden para avanzar rápidamente hacia el almacén en donde se encontraban los rehenes.

Había cerca de tres almacenes, y este era el que estaba más cerca de su posición.

El grupo se movía con rapidez, mientras a la distancia los enfrentamientos continuaban cada vez con intensidad.

La batalla estaba desequilibrada, pero no para sus enemigos, sino que para ellos.

Tenían a Henrik, Akira, Oscar y Liam como Rangos S, pero en términos generales los Rangos A de su grupo eran menos comparados a los números del enemigo.

El grupo de Akira se protegía arduamente siendo Santiago el que soportaba los ataques, mientras protegía a Shao Ya, que extendía diferentes hechizos para cubrir al grupo.

En otra dirección, el grupo de Henrik se encargaba de atraer a todos los enemigos posibles y el mismo Henrik terminó siendo detenido por varios Rango A dispersos.

Estaban luchando contra humanos y si ellos se coordinaban bien podrían retrasar a un Rango S, justo como ahora estaba sucediendo.

"¿Qué hacemos? ¡Son todos unos monstruos!"

El grupo escuchó una exclamación cerca de la entrada del almacén y Clémentine hizo una señal para que se detuvieran.

—Andrés y Leslie, encárguense. —Ordenó Clémentine usando la red de telepatía de su pequeño grupo.

El dúo nombrado asintió y Andrés desplegó dos drones que rápidamente se camuflaron con el entorno gracias a sus medios holográficos.

Los demás equipos estaban alejando la batalla de ellos, para permitirles que su pequeño grupo pudiera salvar a los rehenes.

A la vez también lograba que los Rango A, se adentraran a la batalla, solo dejando Rango B como esos milicianos que estaban cubriendo el almacén, sin saber como reaccionar.

Esa fue la razón por la que los drones pudieron pasar desapercibidos, entonces cuando estuvieron cerca, Andrés dio la señal.

"AGhhh…"

Ambos drones liberaron una onda eléctrica de alto voltaje y Leslie con una pistola anestésica disparó dos dardos al cuello de ambos individuos.

Sin poder defenderse debido al alto voltaje de los drones, los dardos penetraron en sus cuellos y al momento siguiente quedaron inmóviles.

"Érica, nuestro turno." Dijo Clémentine y se adentró al almacén mientras los sonidos de combate continuaban a lo lejos.

Cuando entraron con cautela, alguien se abalanzó rápidamente hacia ella, pero Clémentine reaccionó creando una barrera psiónica entre ambos.

La figura golpeó la barrera y terminó retrocediendo al no poder destruirla.

"¡Déjanos salir!" Gritó el rehén vistiendo harapos usando un palo para golpear la barrera.

"¡Venimos a ayudar! ¡Solo cálmense!" Declaró Clémentine con su tono de voz más fuerte, pero a la vez más confiable.

Ocultando el hecho de que por dentro su corazón había temblado cuando fue atacada de repente.

"Las fuerzas de Zerzura han venido a rescatar los rehenes, por favor quédense tranquilos." Ordenó Clémentine al ver que varias figuras empezaron a mirar con esperanza.

También había duda entre algunos de ellos, sin embargo, Clémentine no tenía tiempo para calmarlos a todos y lo primero que hizo fue, romper las cadenas con la cual los rehenes estaban atados.

No eran cadenas mágicas o reforzadas, lo que hizo posible que fueran destruidas con telequinesis.

"Necesito que se reúnan para enviarlos lejos." Pidió Clémentine y con una mirada sincera, agregó. "Por favor sigan nuestras instrucciones, todavía tenemos dos almacenes que revisar."

¿Lo estaba haciendo bien?

Clémentine no lo sabía.

Esta situación no era una prueba y no importaba los consejos que había recibido o su entrenamiento, estaba nerviosa y sus nervios hacía difícil que pudiera calmar a otros.

Habían estado encerrados y siendo rehenes durante bastante tiempo, sufriendo las crueldades del General Kavuri, tenía sentido que algunos de ellos desconfiaran.

Tal vez sintiendo su mirada sincera o quizás escuchando que no tenían tiempo, todos obedecieron.

Para la alegría de Clémentine no hubo personas heridas de gravedad, y si bien había un poco de desnutrición, cansancio y heridas ligeras, no era tan grave.

Siguiendo las instrucciones de Clémentine, los rehenes se tomaron las manos entre ellos y luego la miraron, esperando su respuesta.

Clémentine no fue quien se movió, sino que Érica realizó un movimiento.

Sacando un pergamino y usando su energía mágica, ella lo rompió por la mitad.

Una luz traslúcida cubrió a los rehenes y todos desaparecieron completamente.

Ellos llegarían a la Sumo Sacerdotisa Xaali y a los exploradores quienes se encargarían de atenderlos.

Al ver que nadie quedaba en el interior, Clémentine y Érica abandonaron el almacén.

"Vamos." Ordenó Clémentine al ver que nadie se había fijado en ellos gracias a Andrés que desplegó drones que crearon una vista holográfica falsa.

El grupo se movió al otro almacén velozmente, mientras la batalla continuaba.

Oscar como fuerza principal y Santiago como fuerza secundaria, se encargaron de atacar y proteger a Shao Ya y Aeko cuyas flechas apoyaban a los demás.

Estaban enfrentándose a un número de enemigos que lo superaba, pero gracias a Oscar que tenía la fuerza de un Rango S en su forma de oso, pudieron sobrellevarlo.

Henrik a pesar de que era un arquero estaba participando en combate cercano contra cinco rangos A, esquivando a gran velocidad y disparando flechas letales.

Laila usaba su magia mental para desorientar y causar perturbaciones, e incluso aumentando las emociones violentas de sus oponentes, para que se arriesgaran a atacarlos, provocando que la coordinación decayera.

El gigante Alvar agitaba su espada y se protegía tenazmente mientras que una armadura completa cubría su cuerpo, protegiéndolo de los ataques más letales de sus oponentes.

De vez en cuando disparos mortales llegaban desde el bosque y pintaban de rojo la tierra, dejando cadáveres o milicianos mutilados.

Clémentine centró su mente.

La sangre le disgustaba y escuchar los gritos de dolor, pánico y miedo, era perturbador, sin embargo, tuvo que concentrarse.

A quienes estaban enfrentando eran enemigos, que estaban al servicio de un lunático que iba a realizar un ritual y ella se concentró en ese punto, alejando cualquier pensamiento o emoción innecesaria.

Reflexionar sobre las circunstancias de sus enemigos ahora mismo cuando decenas de vidas dependían de su actuación, era lo más inútil que podía hacer.

"Vamos. ¡Necesitamos rescatarlos a todos antes de que las cosas se compliquen!" Ordenó Clémentine con un tono serio.

Todo su grupo asintió.

Estaba seguro de que sus enemigos tenían sus propias cartas ocultas.

******

"Maldición… Maldición… ¡MALDICIÓN!" Gritando enfurecido, el General Kavuri liberó una onda psiónica que se extendió a Aurora.

Aurora hizo que la barrera de la armadura la cubriera mientras ella se alejaba.

"Ayúdame…"

"Por favor no quiero morir…"

"¡¿Por qué no me ayudaste?!"

Lamentos y pedidos de ayuda resonaron en sus oídos, trayendo recuerdos y memorias que no deberían haber salido.

Aun así, Aurora mantuvo su expresión imperturbable y esquivó la espada de un espadachín de Rango A, acortando la distancia en el proceso.

"¡AHHHH!"

Al acercarse, tomó la muñeca del espadachín y la torció hacia arriba, doblándola de una manera que no era posible.

El grito de dolor fue lo único real que se escuchó en sus oídos.

"¡Detengan a esa perra!" Gritó el General Kavuri enviando una lanza de energía psiónica hacia ella.

Esa lanza parecía un ataque capaz de atravesar el grueso armazón de un tanque, sin embargo, Aurora pudo discernir que era una trampa.

Fue por tal razón que ella sin dudarlo, golpeó con su codo la cabeza del espadachín que estaba gritando y luego le dio una patada en el pecho, tirándola hacia atrás justo en dirección del nuevo ataque.

"AGh…"

El espadachín soltó un grito de dolor cuando un par de costillas fueron rotas por la patada, que fue tan fuerte, que salió volando en dirección del ataque del General Kavuri.

Cuando la lanza psiónica lo atravesó, no hubo sangre o entrañas desparramadas, sino que…

"¡NO! ¿Por qué? ¡Cállense! ¡Guarden silencio! ¡SILENCIO!" El espadachín al caer al suelo grito cubriendo sus oídos.

El General Kavuri era un psiónico que no solo realizaba ataques físicos, sino que era conocido por realizar ataques mentales que lograban que sus enemigos escucharan voces que manifestaban los arrepentimientos de los afectados.

"Tú…" Gruñendo enfurecido el General Kavuri apuntó con su dedo, liberando otro ataque mental.

Aurora evitó el daño físico con su armadura y cargó hacia adelante, recibiendo los demás efectos.

"Deberías habernos salvado…"

"¿Por qué no nos salvaste?"

"Aurora… ¿Por qué no nos salvaste?"

Las voces de unas niñas se escucharon en sus oídos y Aurora formando un puño, cargó hacia adelante, pareciendo un golem sin emociones, que obedecía órdenes.

Cuando el Profesor Miller le dijo que le faltaba 'alma' para actuar como una luchadora era cierto, tal como su glotona amiga dijo, sus movimientos parecieron a los de un golem… Un golem rápido, fuerte y muy enojado.

Si fuera antes de entrar a la Academia, esta situación la hubiera afectado bastante, pero ahora era diferente.

Ahora ella sabía la razón por la que cargaba hacia adelante.

Ella quería ayudar y la mejor forma era detener por completo esta guerra y a aquellos que causaban tanto daño.

Ahora era su oportunidad.

Cada paso que daba la tierra se resquebrajaba bajo sus pies y a pesar de que el General Kavuri retrocedía levitando, Aurora lo persiguió con una mayor velocidad.

Hasta que lo alcanzó.

*BOOM*

Golpeando con toda su fuerza, la barrera psiónica y la barrera de la armadura del General Kavuri se rompieron mientras que la onda expansiva rompía la tierra.

El General Kavuri dejó que la onda expansiva lo enviara lejos para permitirle huir, sin embargo, ella se movió sin perder la oportunidad que se le presentaba.

Usando la teletransportacion de su traje de combate cuyo tiempo de enfriamiento había pasado, Aurora llegó al lugar en donde el General Kavuri aterrizaría.

Su puño derecho fue rodeado de relámpagos mientras la tierra se agrietaba bajo sus pies.

El General Kavuri solo pudo darse vuelta demasiado tarde para reaccionar, al golpe de Aurora que dio en la mejilla de ese hombre.

*BOOM*

Con un sonido estruendoso el cuerpo del General Kavuri giró por el aire antes de golpear fuertemente el suelo.

El rostro de ese hombre estaba quemado y la mandíbula completamente rota.

Aun así, el General Kavuri se levantó dejando ver lo fuerte y tenaz que era.

"Pagarás por tus acciones." Dijo el General Kavuri, trasmitiendo su voz con energía psiónica.

Sin esperar a que Aurora actuara, el General Kavuri se cortó las muñecas con una sonrisa viciosa.

La sangre cayó al suelo y a sus alrededores empezó a formarse un círculo mágico demoniaco.

Energía demoniaca fue emitida cuando el General Kavuri dejó caer algunos órganos de color negruzco al círculo mágico.

"Oh, ¡gran Ketzula préstame tu poder!" Gritó con fuerza y locura.

Era un ritual de emergencia en el que se usaba como sacrificio a él mismo, para obtener respuesta de Ketzula.

La energía demoniaca se extendió por los alrededores para alejar a sus enemigos, y el General Kavuri se rio con locura.

Sin embargo, nada ocurrió.

Por lo general Ketzula era el Dios Malvado que más respondía a sus adoradores e incluso en este tipo de situaciones.

"¡¿Qué es lo que hiciste?!" Preguntó el General Kavuri con una mirada perpleja y atónita.

Que la sangre siguiera cayendo por su mandíbula quebrada y sus muñecas cortadas, lo hacía parecer lamentable.

La Sumo Sacerdotisa Xaali y su grupo había levantado una barrera realizando un ritual para el Dios del Tiempo y el Espacio.

Una vez realizado, un dios maligno que actuaba por lo general ocultándose no sería lo suficiente ingenuo para inmiscuirse en este asunto, intentando atravesar una barrera creada por el poder del Dios del Tiempo y el Espacio, un Dios Primordial.

Aurora solo conocía un poco de esos dioses y mayormente sobre lo que los libros o algunos adoradores mencionaban, así que en vez de probar si lo limitaría, para siempre, cargó hacia adelante.

Tampoco tenía necesidad de responder o hablar y más cuando su objetivo era encargarse de su enemigo.

"¡Deténganla!" Rugió el General Kavuri con una expresión completamente enloquecida, trasmitiendo sus deseos mentalmente.

Un luchador cercano la interceptó y ella tuvo que detenerse.

Aurora sin querer perder demasiado tiempo impregnó sus guantes con electricidad y empezó a intercambiar golpes rápidos con sus oponentes.

Un boxeador experimentado de Rango A.

Los más problemáticos eran estos individuos 'duros', fue por eso que Aurora tuvo que intercambiar unos golpes con ellos, esperando su oportunidad para actuar.

"Ug…"

Esa oportunidad vino cuando su enemigo tuvo una ligera parálisis causada por la electricidad de sus golpes.

Un breve momento, que Aurora no desaprovechó.

Tomando primero el puño y luego el brazo, ella soportó la fuerza y sin darle tiempo a su enemigo para reaccionar, lo levantó en el aire y lo tiró al suelo con todas sus fuerzas.

Sabiendo que ese golpe, podría no ser suficiente, ella aplastó las partes bajas de ese hombre y sin permitirle gritar, le dio una patada en el estómago, que lo tiró en contra de un árbol cercano.

Fue un corto enfrentamiento de menos de quince segundos y para su lamento, cuando Aurora se giró, el General Kavuri ya había actuado.

Con una risa de un lunático el General Kavuri estaba devorando los órganos negros que estaban llenos de energía demoniaca.

Aurora en vez de cargar antes de que terminara su festín, se detuvo.

Era conocido que la energía psiónica y mágica se repelían entre sí de forma natural, pero era lo mismo con la energía demoniaca y la energía psiónica.

Una cosa era que tratara de realizar un ritual para fortalecerse y otra era que usara la energía demoniaca de forma directa.

Realizar tal acto de locura solo podría ser descrito como suicida y la persona que lo realizaba mereciera ser llamado…

El General Kavuri termino su festín y riéndose como un idiota, su aura empezó aumentar en fuerza, elevándose con rapidez.

A la vez que su cuerpo empezaba a transformarse en una grotesca criatura que no podría ser llamado humano.

—Es un idiota…

Un verdadero idiota.