Clémentine caminó rápidamente subiendo las escaleras de la pagoda.
Saludando a algunos monjes, cuando se acercó a su habitación la puerta se abrió por si sola.
Al entrar un artefacto de limpieza voló hacia ella activándose y luego ella utilizó 'cambio rápido' para utilizar otra ropa.
Su cuerpo flotó en el aire y en otra parte, se empezó a servir un pequeño tazón de arroz.
Al llegar al sofá, Clémentine se acostó con comodidad y a pesar de que estaba un poco cansada recibió el tazón de arroz.
"Alice le encantaría tener mi habilidad." Murmuró Clémentine riéndose entretenida para sí misma.
Su control estaba aumentando con gran rapidez y ella estaba avanzando tratando de aumentar el control de su telequinesis para perfeccionarlo.
Quería usar su telequinesis de la forma más natural posible, sin que tuviera que pensar y su objetivo era que todo funcionara con un simple deseo.
Su mente tenía que controlar su telequinesis sin que tuviera que moverse proactivamente y para ello era este entrenamiento.
Recién había llegado de meditar para aumentar su fuente de energía psiónica y aumentar la fuerza de su mente, pero incluso en este momento seguía entrenando.
Sacando varios rompecabezas que había podido conseguir de los monjes, ella utilizó su telequinesis mientras comía para desordenar todo y luego empezó a armarlo.
Le tuvo que dar una mirada antes a la forma total, pero luego utilizar sus sentidos para darle forma a cada cuadro como si los estuviera 'viendo'.
Aurora una vez había luchado tras ser cegada y su forma de pelear en este momento la hizo parecer como si en realidad pudiera ver todo.
Si uno miraba más profundo, Alice era capaz de atacar por su espalda y sus sentidos eran extremadamente agudos.
Eran rangos S, era cierto, pero a ese punto quería llegar ella.
"Me falta bastante entrenamiento." Murmuró terminando su arroz y dándole una mirada al rompecabezas.
Su tazón voló por su cuenta y toda la mugre fue sacada con su telequinesis a un nivel detallado para luego lavarlo, lo que hizo que algunas piezas en el rompecabezas fueran puestas erróneamente.
Las tareas múltiples ayudaban a su control, sus sentidos y a la vez mejoraba la fuerza de su mente… Y sinceramente, se estaba acostumbrando rápido.
Mirando la hora, ella sacó su cristal de comunicación y tras acomodarse para no verse tan demacrada, inició una llamada con tres individuos.
"¿Se olvidaron de nuestra reunión?" Preguntó Clémentine con una sonrisa entretenida.
Estaba pensando que fue innecesaria que tratara de arreglarse para no parecer demacrada, ya que Érica ahora mismo parecía que acababa de despertarse y Leslie tenía su rostro embarrado.
"Estuve en un campo de batalla simulado por el ejército." Dijo Leslie y apuntando su rostro, señaló. "Tengo que camuflarme."
Se notaba que seguía entrenando y ahora su mirada brillante daba una sensación única de confianza.
"No he dormido en dos días." Dijo Érica y observó otra parte con su mirada.
Estaba en un laboratorio de magos y a su alrededor se podía ver decenas de notas con palabras, círculos mágicos y formas que Clémentine no podía entender.
Hasta estaban tirados platos de comida por los alrededores y al notar que estaban mirando su desorden, Érica levantó su cristal de comunicación cambiando su fondo.
"No digan nada. No he caído en el abandono." Señaló Érica y al ver que ambas llevaban sonrisas, agregó. "Solo me dejé llevar… La magia es más entretenida de lo que había pensado."
¿Cuán lejos estaba de la magia antes de ir a ese lugar?
Solo aprendía hechizos que otros creaban y si bien los combinaba, nunca había investigado su propio hechizo y nunca pensó en convertirse en una teórica.
Clémentine al ver esa sonrisa tan alegre, no pudo evitar reírse para sí misma.
"Entonces, ¿cancelamos nuestro plan?" Pregunto Leslie juguetonamente sabiendo la respuesta.
"¿Qué? ¡No! ¡Quiero divertirme! Estoy completamente estancada y me gustaría algo de aire fresco." Dijo Érica agitando su cabeza con seriedad.
El plan era simple.
"¡Quiero ir de fiesta!" Declaró Érica de forma tan seria que las demás se rieron.
La fiesta de cumpleaños que no pudieron festejar antes y de paso disfrutar dejando de entrenar y de centrarse en el trabajo.
¡Iban a ir a Zerzura con Aurora, Alice y de paso todo el grupo de Akira!
Para festejar y divertirse a la vez que despejaban su mente.
"Yo también quiero participar, tengo una buena noticia." Señaló Leslie y cuando la miraron, dio una sonrisa misteriosa y cambio de tema. "He hablado con Andrés y ha aceptado. En cuanto a Nicole, ella últimamente ha ido a entrenar con Alice."
Clémentine le dio una mirada curiosa por sus primeras palabras, pero la dejo estar al ver esa sonrisa llena de confianza.
"Nicole ya se nos debe haber adelantado… Ella está bajo una calamidad." Murmuró Érica y riéndose de forma maliciosa, agregó. "Me encantaría un objetivo fuerte para comprobar mis hechizos."
No era una mirada de alguien que buscaba luchar, pero era la mirada de una investigadora lunática que necesitaba un conejillo de india para sus experimentos.
Clémentine pudo sentir la mirada de Érica quien parecía marcarla como un conejillo fuerte.
¿Buscaba alguien con quien experimentar sus nuevos hechizos?
Por la mirada no era una posibilidad, sino que un hecho.
"Por cierto, ¿han visto las últimas noticias?" Preguntó Leslie con intención de salvarla y cuando Clémentine le dio una mirada agradecida y algo curiosa, señaló. "Los Tartak han llegado."
Hace una semana se informó que Cécile Leroux y la expedición europea iban a cerrar el portal abismal, trayendo una nueva raza y con ello, muchas criaturas.
Tal afirmación había logrado que muchos estuvieran interesados por ese momento.
******
Sentada en un cómodo sofá en una sala de espera de una gran mansión, Cithrel bebió el té que le hab��a traído una sirvienta.
A su lado estaba Venali y ambas estaban mirando la televisión.
Específicamente viendo como los 'Tartak', esas tortugas humanoides salían en cámara por primera vez y estaban llamando la atención de todos los medios a nivel mundial.
"Tortugas. No es una raza que existe en Terra nova y si existió, se extinguieron." Murmuró Cithrel observando con calma.
La Unión Europea había negociado con el líder llamado Norak de los Tartak y se esperaba una gran amistad… Eso decían los medios, pero Cithrel estaba pensando en otro tema.
"Su arte secreto es curioso. Ellos pueden usar personas comunes para reunirlos y poder realizar poderosos ataques. Si ese arte se pasa a los humanos, con su número podría ser aterrador." Dijo Cithrel y dando una sonrisa, agregó. "Es obvio que aceptarlos sería un precio minúsculo."
¿Lo que se obtenía en los portales abismales era compartido con el mundo?
No.
Era obvio.
¿Quién compartiría el conocimiento que su propia gente se sacrificó para conseguir?
Los rumores decían que los rusos consiguieron bastante materiales al otro lado en esas torres y si bien era dudable que fuera muy valioso, Cithrel entendía que la posibilidad de encontrar algo interesante, era alta.
Lo que habían compartido era conocimiento minúsculo y ahora, los europeos harían lo mismo.
No iban a 'compartir' a esa raza y a diferencia de los goblins, que eran tribales y prácticamente no tenían nada beneficioso y solo había problemas, los Tartak traían beneficios.
Las imágenes cambiaron y se pasó un video de bestias mágicas 'exóticas' saliendo del portal y viéndolas, Cithrel dio una sonrisa.
"Cécile se volverá rica. Tiene miles de bestias mágicas que no son de este mundo y si lo maneja bien, se obtendrá una gran fuente de ingreso." Dijo Cithrel y riendo suavemente, precisó. "Ni hablar de las plantas mágicas, frutas, árboles y todo lo 'vegetal' del otro lado."
Si había que señalar a algún ganador económico, sin duda seria Cécile quien había traído una gran cantidad de bestias y criaturas mágicas y si bien lo compartió con los europeos, ella se quedó con un gran grupo.
Los europeos señalaron que iban a dejar las criaturas en áreas de naturaleza y santuarios junto a otros lugares, todo en mano de domadores capaces de la Academia Cernunnos.
Lo que disminuyó las críticas y se evitó parte del trato hacia esos animales que eran exóticos.
Sin embargo, Cécile se había hecho con el control de otro grupo y ella podía hacer lo que deseara con ellos.
Por supuesto, necesitaba encontrar un área para su crianza y de esa forma, podría dejar que se extendieran por la tierra.
Las leyes de protección de bestias mágicas inteligentes eran fuertes en la Unión Europea y eso se debía a la Bestia Santa en Suiza, pero no en todos los países era lo mismo.
En cuanto a las frutas y productos alimenticios que los Tartak utilizaron podrían transformarse en un negocio de gran rendimiento y la Empresa Apicius ya estaba dando señales de querer obtener parte de ese pastel.
Cithrel tenía que resaltar la capacidad de los terrícolas para convertir todo en un negocio y si bien en Terra nova también sucedía, aquí era a un nivel mayor.
Escuchando pasos de afuera, Cithrel observó la entrada y pudo ver como un nombre entraba.
Era un hombre delgado y demacrado que ya tenía pelo blanco, pero Cithrel prestó atención a su mirada ligeramente perdida y muy única.
No eran por sus ojos simples, era por el brillo de un lunático que fue fácilmente distinguible.
"Su Alteza Cithrel. Gracias por esperar." Dijo el hombre e inclinándose con respeto, se presentó. "Mi nombre es Melador, soy el jefe de la Iglesia de la Creación."
Su etiqueta fue alta dejando ver que no era un hombre simple, pero su nombre le dio curiosidad, debido a que no era el nombre oficial que había leído en el informe.
Había pagado a la red de información en Atlántida y ellos le dieron la información que necesitaba de la Iglesia de la Creación que adoraba al 'Enemigo de la Humanidad'.
"¿Un nombre de jugador?" Preguntó Cithrel con una sonrisa.
En este mundo lo llamaban 'nombre de usuario', pero en Terra nova fue descrito como el nombre del 'jugador'… El nombre que los jugadores usaron durante su tiempo en Terra nova.
"Exactamente." Respondió Melador orgulloso.
Los terrícolas de este mundo deseaban olvidar su tiempo como jugadores y los 'nombres de jugadores' eran algo de lo que no muchos estaban orgullosos.
Todo se debía a que llevaron esos nombres cuando realizaron tantas atrocidades pensando que todo era un juego, pero ahora Cithrel podía notar el orgullo de la otra parte.
"¿Viene a escuchar sobre nuestras enseñanzas?" Preguntó Melador y con una sonrisa, señaló. "Por ser usted y por disculparnos por seguirla, le daré una guía especial."
Reveló directamente que 'ellos' eran uno de los grupos que la había seguido desde que había comenzado su búsqueda y Cithrel dio una sonrisa al ver que esa persona era directa.
No podía dudar de que tenía demasiadas preguntas sobre esta 'iglesia' y un guía le interesaba.
"Pero antes, me gustaría preguntar. ¿Conoce 'su' verdadero nombre?" Preguntó Melador con una mirada seria y ojos muy parecidos a un fanático.
Si respondía mal era posible que se retractara de guiarla.
"Karzhal. Ese es el nombre del 'Enemigo de la Humanidad' como es llamado en este mundo. Por supuesto es un nombre de 'jugador'." Respondió Cithrel y al ver que una sonrisa aparecía en Melador, agregó. "Sé mucho más de lo que imaginas."
No estaba mintiendo.
Era la sobrina de la antigua Emperatriz Rodwen Falion, quien a su vez fue la estudiante del Enemigo de la Humanidad… Del Sabio Karzhal, tal como era conocido en el Imperio Falion.
Melador no pudo ocultar su sonrisa y luego dio una mirada enojada.
El cambio de expresión tan rápida y repentina, le llamó la atención a Cithrel, pero al ver que Melador le daba una señal para que lo siguiera, obedeció.
"Los tontos terrícolas le llaman 'Enemigo de la Humanidad', pero nadie se pregunta la razón de ese título tan feo." Gruñó Melador con frialdad.
Estaban caminando lentamente por el pasillo de la mansión.
Esta era la 'sede' de la Iglesia de la Creación y Cithrel pudo ver sirvientas y algunos creyentes caminando por el área.
No podía negar que estaba impresionada de que todos ellos adoraran a un 'mortal'.
"¿No le pusieron ese título por empujar a los jugadores al suicidio? Según tengo entendido, si él no hubiera creado tantas atrocidades en Terra nova, tantos jugadores no se hubieran suicidado luego de que se dieron cuenta de que Terra Nova era real." Dijo Cithrel con una expresión de un ignorante que repetía lo que otros decían.
La expresión de Melador se volvió fría y se distorsionó, pero luego dio una sonrisa como si nada hubiera cambiado.
Otro cambio de expresión demasiado repentino.
"Si, eso es lo que todos dicen. Algunos otros también comentan que se trajo ese título de Terra nova, pero al final, continua en este mundo luego de veintiún años." Dijo Melador con una sonrisa calmada y entrando en un pasillo con diferentes cuadros, explicó. "Él desapareció luego de que Terra nova cerró, pero los terrícolas no pudieron aceptar las acciones que ellos mismos realizaron y por eso culparon a otro… Es más fácil que sea la culpa de alguien con el título de 'Enemigo de la Humanidad' en vez de decir, que fueron sus propias acciones."
Cithrel esta vez fue quien sonrió al escuchar tales palabras.
Podría haber múltiples razones para ese odio que algunos tenían al 'Enemigo de la Humanidad' y eso era más fuerte para aquellas personas que tenían personas queridas en el otro mundo… Y que murieron en esa gran guerra que ese individuo comenzó.
Sin embargo, el título de 'Enemigo de la Humanidad' fue creciendo con el tiempo y ahora algunos decían que, si él no hubiera comenzado ese gran conflicto, el número de suicidios podría haber disminuido.
"A todos nos gustaría culpar a otros por nuestros errores." Señaló Cithrel con una sonrisa.
¿No sería más fácil decir que la culpa fue de otro que uno mismo?
Demasiados terrícolas entraron a Terra nova y a nivel general para dar estabilidad mental a los ciudadanos fue mejor culpar a otro, para reducir la culpa de su gente.
Un método rápido para reducir los efectos psicológicos de Terra nova y a la vez estabilizar la psique de millones, sin tener que abrir programas de salud mental… En donde muy pocos desearían contar sus sucios secretos.
Entrando al pasillo con diferentes cuadros, la expresión de Cithrel se volvió ligeramente seria al ver los cuadros.
Algunos de ese cuadro eran pinturas de 'calamidades' del tiempo en que los terrícolas fueron a Terra nova como jugadores.
Pinturas de algunos dragones como el 'Dragón de la Calamidad' o la 'Blanca' fueron detallados, luego había pinturas de sus abuelos y en una pintura estaba su padre de joven.
"El Príncipe… Perdón, debe ser 'Emperador' en la actualidad." Corrigió Melador y mirando la pintura como un artista centrado, describió. "Si lo ve con claridad, la ropa de príncipe está mal arreglada. El pintor trató de demostrar el rechazo por el trono imperial de esa forma."
Al escuchar esas palabras y ver a su padre de joven con la ropa desarreglada, Cithrel se rio de forma honesta.
"Todavía continúa rechazándolo." Reveló Cithrel, logrando que Melador diera una suave sonrisa.
Siguiendo su camino por el pasillo, Cithrel pudo ver a muchas figuras importantes en las pinturas.
Algunas de ellas murieron durante la gran guerra en Terra nova y otros continuaron con vida o desaparecieron.
Entonces, llegaron al final de ese pasillo y en ese lugar donde estaba por empezar otro pasillo, se encontró un enorme cuadro.
Era un hombre llevando una túnica antigua que estaba al frente de un gran trono y se estaba afirmando sobre un bastón peculiar.
Cithrel lo reconoció de inmediato.
Su rostro no era notable y no se podía llamar guapo, pero sus ojos que llevaban cierta indiferencia y su sonrisa tan casual, lograba atrapar a todos los espectadores.
Cabello negro y ojos oscuros que a veces revelaba una mirada hambrienta y otras veces indiferente.
Estaba afirmando en un largo bastón de mago que en la punta tenía una mano abierta y una esfera… Esa era un arma divina de la Diosa del Conocimiento.
Cithrel dio una sonrisa.
"¿Cuándo ascendió al trono del Imperio de los Vampiros de Caín?" Preguntó Cithrel de forma curiosa.
"Sí. Algunos idiotas dicen que ese fue el momento que todo cambio… Cinco años desde que Terra nova había comenzado, la gran guerra entre el 'Orden' y el 'Caos', que llevo a que dioses cayera, estaba por comenzar a manos de 'él'." Explicó Melador con una mirada de fanático.
Cithrel le dio un vistazo al cuadro notando diferentes figuras que logró reconocer y otras que no recordaba.
Tenía veinticinco años y recién había nacido en ese tiempo, pero fue muy consiente desde muy pequeña y recordaba los últimos años de Terra nova.
En esa pintura pudo ver cutremente al Duque Kristoph, a algunos reconocidos individuos peligrosos y a varios vampiros, pero entre medio pudo ver a una pequeña niña de mejillas sonrojadas que resaltaba.
Cithrel desvió la mirada sin querer ver los detalles por completo.
Pudo notar que Melador sonría de forma distorsionada, pero ella se calmó.
"¿Sabe la razón por la cual nos llamamos la Iglesia de la Creación?" Preguntó Melador con una mirada perturbada.
Era igual que un fanático extremista que no estaba para nada cuerdo, pero al sentir esa mirada Cithrel no tuvo miedo.
"Tengo una idea, pero no puedo estar segura." Respondió y dando una suave sonrisa, dudó. "¿Puede ilustrarme?"
Su duda hizo que la expresión de Melador brillara con fuerza y fanatismo, como si le preguntaran a algún creyente las enseñanzas de su dios.
"Él es conocido por ser un gran Archimago. Como usted debe saber, en el Imperio Falion lo nombraron 'Sabio' y por su capacidad en la magia, se convirtió en el maestro de la Princesa Rodwen Falion, futura emperatriz." Dijo Melador y luego empezaron a caminar por una nueva sección de cuadros, hasta que se detuvieron en un lugar específico.
Cithrel observó a la persona que admiraba.
En un cuadro llevaba una túnica de mago y era una niña en sus trece años, cuya mirada era completamente indiferente, pero el brillo azulado en sus ojos rebosaba en energía mágica.
Luego a su lado estaba una mujer adulta de cabello rubio y ojos azules que brillaban con fuerza mientras llevaba una túnica de emperatriz y una gran corona.
A su alrededor estaban nobles e individuos poderosos de todo el Imperio Falion que se arrodillaban todo mientras a su espalda estaba su maestro… Karzhal.
La expresión de cuando ascendió al trono llevaba seriedad y solemnidad, pero también determinación.
Para ascender al trono, esa mujer había hecho abdicar su propio padre y había purgado a la mayoría de los nobles y controlado a los restantes, tomando todo el control del imperio… En una noche.
Cithrel sabía que su tía había cumplido el deseo de su padre, que, aunque en ese momento era el Príncipe Heredero, no deseaba tomar el trono imperial y quería libertad.
Luego esa gran mujer había iniciado una guerra con un poderoso imperio en donde la Diosa de la Guerra de ese momento era adorada.
Ganaron la guerra y la Diosa de la Guerra había caído en manos del hombre que fue su maestro.
Para algunos historiadores de Terra nova ese fue el punto en el que el Imperio Falion se convirtió en lo que ahora era.
Y era cierto.
Esa guerra aumentó el territorio del Imperio Falion y logró asimilar a uno de los imperios más poderosos en su momento, quienes estaban dedicados a la guerra.
Pero el territorio que era deseado por los nobles, en realidad no fue lo más importante y lo que realmente importaba era la gente y la 'fe'.
La caída de la Diosa de la Guerra, permitió que la Diosa del Conocimiento del Imperio Falion extendiera su influencia y lograra aumentar su poder a un punto aterrador.
Ese era uno de los secretos del inicio de la guerra y Cithrel observó a Melador para ver si él sabía los otros secretos, pero se decepcionó.
"En este punto él había acabado con su ambición y se estaba enfrentando a las consecuencias de cumplir su objetivo." Describió Melador con un tono orgulloso.
Al verlo tan serio en sus creencias, Cithrel dio una expresión falsa de curiosidad que ese hombre se creyó.
"Como debes saber en nuestra iglesia lo adoramos a 'él' y la razón por la cual nos llamamos 'Iglesia de la Creación', se debe a su objetivo." Dijo Melador y caminando a otro cuadro, señaló. "Nuestra fundadora nos reunió como un club de fans dedicado a ese hombre durante Terra nova y si bien con el tiempo cambiamos, ella descubrió muchas cosas."
La expresión de Cithrel se volvió seria al ver el cuadro de la fundadora.
Alexa Crawford, hija de Frederick Crawford... Esa mujer era la fundadora.
En el cuadro ella era una joven demacrada y flaca, extremadamente pálida que parecía estar a pie de la muerte.
Sin embargo, sus ojos azules brillaban con una fuerza demasiado extrema.
Eso fue lo que el pintor había grabado y Cithrel pudo distinguir el fanatismo que esos ojos llevaban, igual o incluso mayor que el fanatismo que Melador estaba mostrando en este punto.
Era posible que tal cuadro fuera pintado cuando esa joven estuvo por morir y Cithrel dirigió su mirada a Melador, esta vez con gran curiosidad.
"Él tenía un objetivo único… Su ambición era crear una nueva vida. No teniendo hijos, sino que algo nuevo. Algo único." Dijo Melador con una voz pesada y llena de fuerza.
"¿Cómo el Doctor Frankenstein?" Dudó Cithrel con curiosidad.
La expresión de Melador se distorsionó y su aura de rango S, se extendió de forma irracional, pero Cithrel mantuvo su mirada hasta el final.
Venali puso su mano en el mango de su espada con seriedad y Melador respiró hondo, al ver que ella ya conocía un poco sobre el asunto que estaba por narrar.
"No. No estaba creando un no-muerto y no era nigromante, él deseaba crear verdadera vida. No era un dios y solo era un mortal, pero reunió almas para reciclarla y con su investigación diseño un hechizo, que permitió crear una nueva alma. Única y nueva." Detalló Melador y de forma seria, explicó. "Era un mortal y tuvo que atenerse a conseguir materiales 'mortales', fue por eso que tuvo que reciclar almas y tuvo que usar cuerpos de otra persona."
Cithrel dio una sonrisa ante sus descripciones.
"Crear vida y manipular las almas está prohibido por los dioses, pero él lo logró. ¡Creo nueva vida!" Exclamó Melador de forma emotiva y acercándose a diferentes cuadros, señaló. "Creo a su hija, a su general, al herrero divino, a su mayordomo, a un ángel y a un híbrido. ¡La fusión entre un vampiro y un hombre lobo!"
No estaba mintiendo y sus palabras eran ciertas.
Cithrel observó a las 'creaciones' que estaban detalladas en los cuadros y dio una sonrisa.
Ese hombre era conocido como 'Sabio' por una razón y que la princesa del poderoso imperio mágico lo tomara como su maestro, no fue por un asunto simple y tenía que haber una causa.
Cithrel había descubierto la causa hacía ya tiempo y lo que estaba describiendo Melador era parte de la razón.
Un mago espiritual que había creado un 'alma' nueva y usando el cuerpo de otra persona logró crear una 'vida' nueva.
No hizo que el alma poseyera al cuerpo, sino que literalmente lo fusiono como si algún dios estuviera creando una raza nueva y única.
El híbrido del que hablaba fue la prueba de que ese hombre había tenido éxito con su objetivo y había logrado crear una nueva raza, fusionando a los vampiros y los hombres lobos, creando un híbrido 'natural'.
Los hombres lobos y los vampiros no podían tener hijos debido a que sus razas se repelían entre sí y si tuviera que describirlo a la forma terrícola, entonces se diría que los genes no eran compatibles.
"Es por eso que tuvo que vender su alma para conseguir el conocimiento de la Emperatriz del Infierno y fue por realizar tal 'tabú divino' que tuvo que enfrentarse a los dioses, quienes deseaban castigarlo y él terminó asesinándolos." Declaró Melador como si conociera la historia directamente.
Estaba mal… Muy mal.
Cithrel se rio a carcajadas al darse cuenta de que esa declaración estaba llena de ignorancia sin sentido.
¿Hizo un trato con la Emperatriz del Infierno, una Diosa Primordial? Si lo hizo.
¿Era un 'tabú' crear vida? Si lo era, toda manipulación a nivel 'alma' estaba estrictamente prohibido por los dioses y eso era porque ese 'dominio', estaba fuera incluso de ellos.
No cualquier 'Dios' podía crear 'vida' y ese mortal lo había logrado con el conocimiento que una Diosa Primordial le había otorgado.
Eso era cierto, Cithrel lo sabía mejor que nadie debido a que su posición le bridaba toda la información que deseaba.
Sin embargo, había varios errores.
"Nosotros creemos que la Emperatriz del Infierno le dio un asiento entre sus Dioses Infernales y cuando 'él' vuelva, ¡regresara con un estatus divino!" Anunció Melador de forma fanática.
Ahí estaba la razón por la cual, el 'Enemigo de la Humanidad' era el objetivo de adoración de esta iglesia.
Pensaban que había tomado un asiento al lado de una Diosa Primordial, convirtiéndose en uno de los 'Dioses del Infierno' que tanto eran temidos.
"No sé sobre su estatus o su regreso, pero te corregiré algo y a cambio, deseo que tú me des toda la información que tengas." Dijo Cithrel y al ver que Melador fruncía el ceño, declaró. "Esta información, cambiará todo lo que piensas."
Sus últimas palabras lograron atraer la mirada de ese hombre y Cithrel organizó su mente.
Había algunos asuntos de lo que no podía hablar, ya que estaba relacionado con secretos de entidades muy aterradoras, pero 'corregir' algunos detalles, no iba a ser problema.
"Hizo un trato, es cierto. También es cierto que es un tabú manipular las almas, pero… Crear vida no era su ambición, al menos, no su más grande objetivo." Dijo Cithrel y viéndolo fruncir el ceño, señaló. "Tampoco la guerra entre los dioses empezó porque deseaban castigarlo, sino que él verdaderamente la comenzó."
Melador frunció el ceño con cierta negatividad ante sus palabras.
La guerra atrajo bastantes influencias tanto de imperios como de entidades de gran poder y una de ellas fue, la Diosa del Conocimiento y el Imperio Falion, quienes obtuvieron muchas ganancias tras la caída de otro Imperio y muerte de la Diosa de la Guerra.
Sin embargo, la guerra comenzó por ese hombre quien no había terminado sus objetivos.
"Tú mismo lo dijiste, era un mortal y necesitaba materiales… Miles de millones de muertes le permitieron obtener muchas almas."
La guerra llevó a que muchas personas murieran y hasta una raza fue exterminada en un genocidio que hasta ahora resonaba y seguía vigente.
Ese hombre era un invocador que podía traer calamidades y en la guerra era imparable sin dejar nadie con vida, arrasando con todo en su camino.
La razón era simple, necesitaba materiales y esas almas, eran necesarias para reciclar y crear algo nuevo.
"Y sí, era muy similar al Doctor Frankenstein. Usaba partes del cuerpo de diferentes individuos para crear algo nuevo. Lo hizo cuando creó a su hija y cuando creó al híbrido." Detalló Cithrel a pesar de que Melador estaba rojo de ira.
Doctor Frankenstein era una novela que se trasmitió a Terra nova y Cithrel había visto algunas adaptaciones al llegar a este mundo.
No podía negar la similitud.
"Solo que él no iba por el cementerio tomando partes de cuerpo de diferentes muertos y lo que deseaba crear, requería materiales que no eran simples." Murmuró Cithrel con una suave sonrisa.
¿Por qué su gran tía, la antigua Emperatriz Rodwen Falion seleccionó a ese jugador como su maestro?
Era simple, porque ese hombre, aunque lo llamaran lunático era extremadamente ambicioso.
"Deseaba crear un 'Ser Supremo'." Susurró Cithrel y al ver que Melador ponía una expresión seria, detalló. "Para eso buscó materiales… La Diosa de la Guerra, el Dios de los Hombres Lobos, el Dios Demonio, el Dios Celestial y el Dios de los Vampiros Caín."
Era un mortal y eso significaba que para lograr sus objetivos tenía que 'reciclar', pero era ambicioso y su objetivo nunca fue simple.
Necesitaba materiales para crear un 'envase' para su nueva 'vida' y necesitaba el 'alma' que lo llenaría, pero al ser tan grande el 'envase' tuvo que 'reciclar' muchas almas… Millones de ellas.
Tuvo que crear una masacre para conseguir los millones de almas que darían vida al ser supremo que tanto deseaba.
Al mismo tiempo que conseguía los materiales 'divinos' de los cuerpos fríos de sus objetivos.
Melador tembló de pie a cabeza y lágrimas empezaron a salir de sus ojos, mientras revelaba una mirada de fascinación y locura… Al darse cuenta de que el mortal que adoraba resulto ser diferente de lo que pensó.
"Lo… ¿Lo logró?" Preguntó Melador sin apartar su mirada.
Al escuchar esa pregunta, Cithrel sonrió.
"¿Lo ves en este mundo?"