Suyin resistió el fuerte olor a desinfectante mientras el hombre con bata blanca le tomaba la presión. Ella odiaba los hospitales, su sola aura le hacía querer vomitar.
" Tu presión está más alta de lo normal y tu ritmo cardíaco parece algo un poco más acelerado, deberías cuidarte más. ¿ Algo que me quieras decir?"
"Simplemente que he estado viviendo últimamente cada minuto de mi vida como si fuera el último"
"Tus comentarios no son graciosos dadas las circunstancias"
"Podría morir en cualquier momento, tengo que disfrutar lo poco o mucho que me queda. Que de algo sirva estar acelerada todo el tiempo"
El hombre mayor frunció el ceño disgustado. Suyin sabía que está era la actitud que tenía la Suyin original cuando se trataba de su enfermedad.
"Te lo he advertido muchas veces Suyin, la taquicardia no es un juego y mis indicaciones tampoco, tu familia te hará regresar a casa de inmediato cuando se enteren de que no te has estado cuidado."
"Ellos no se van a enterar porque usted no se lo dirá doctor Yu, y yo tampoco se los contaré"
"Xiao Suyin, ¿Cómo estás tan segura de que no se los diré?"
"Porque me conoce desde niña, y yo a usted, y se que nunca lo haría porque me quiere mucho"
Y era cierto. La familia Yue tenía entre sus inversiones, hospitales médicos, debido a que Yue Suyin sufría de taquicardia desde que era una niña, y como consecuencia conoció a el doctor Yu, un médico de renombre y director del hospital.
Era el médico de Suyin durante todo su padecimiento. Una persona muy devota, amable y dedicada a su trabajo, y así fue como se hizo muy amigo de la familia.
" Eres una pequeña bribona pero tienes razón. No le diré nada a tu familia solo si me dices quién es ese niño que trajiste contigo allá fuera"
"No era el doctor Yu quién dijo que un hombre curioso no vive cien años"
"Parece que sigues con esa costumbre de escuchar y recordar solo lo que te conviene" el doctor Yu le sonrió cómplice a Suyin. Esa niña siempre era así. "Dime de una vez muchacha, no dejes a este viejo con la duda".
"Es mi hijo"
El doctor Yu se quedó sin palabras. ¿Una niña cuidando a un niño?
¿La muchacha tenía un hijo?
¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde?
"Antes de que diga algo, no lo secuestré, lo adopte de una casa de asistencia social al que apoyo. Y no, mi familia aún no lo sabe. Es una sorpresa" le guiño el ojo pícaramente.
Acto seguido salió del consultorio para ver a su bebé siendo rodeado por las enfermeras, quienes comentaban lo lindo que era mientras el pequeño se veía muy avergonzado.
¡Hump! Como se esperaba de su hijo, es el más lindo y bueno.
"Xiao Yi Bao, agradece a las tías enfermeras por cuidarte. Te voy a presentar al tío Yu"
El pequeño asintió obedientemente ante las palabras de Suyin, despidiéndose de las enfermeras quienes la siguió de nuevo al consultorio.
"Este es mi hijo, doctor Yu. Saluda Bao Bao"
El pequeño tardó un poco en responder. Se le aceleró el corazón cuando ella dijo que él era su hijo. Su hijo.
"S-soy Yue Yi Bao, un gusto conocerte tío Yu"
El doctor Yu examinó por un momento al niño frente a él y asintió complacido. Este niño no debería tener más de cinco años y ya se sabía presentar correctamente, no como otros niños pequeños que a esa edad solo piensan en jugar.
Después de las primeras impresiones Suyin le pidió que revisara la condición del pequeño. Como pensaba, estaba en un estado de desnutrición y tenía unos pequeños moretones en el cuerpo, Suyin se sintió mal por no haber tomado una desición antes y ayudarlo.
La condición en este punto no era tan severa por lo que se pondría bien después de un tiempo con el cuidado adecuado. Además recetó algunos suplementos y vitaminas que un niño de esa edad necesita.
Después de regañarla nuevamente por no cuidar lo suficiente de su salud, Suyin llevó al bicho ahora a visitar el centro comercial.
Necesitaba ropa y juguetes, puesto que a pesar de ser maduro para su edad todavía quería que el se divirtiera y jugará como un niño. Era su derecho.
El centro comercial " Blue Lagoon Mall" era un de los más prestigiosos en el distrito Sur. Y era suyo...bueno de su familia.
Esto es lo que hacía Suyin original, dirigía inversiones y está era una de las más importantes. Ella decidía todo en cuanto a este centro comercial que era el más grande de todo el país. Era casi una ley que cada producto que se lanzará al mercado debería estar en los escaparates de las tiendas de este lugar.
Ocupaba el espacio de una manzana y tenía de todo, desde restaurantes, ropa, aparatos eléctronicos, salas de belleza, cine, y lugares para recrearse y jugar como el carrusel que estaba en el centro.
Todo lo dirigía ella, que tiendas se abrían, cuándo y cómo se invierte.
"Señorita Yue, bienvenida" la saludó la dependienta de la tienda de ropa infantil. Al ver entrar a Suyin, inmediatamente la reconoció. Era la presidente, por lo que se apresuró a atenderla diligente.
"Necesito ropa para Bao Bao"
No hicieron falta más palabras, la dependienta miró de reojo al adorable niño y luego corrió de inmediato buscando con ayuda de sus compañeras todo tipo de ropa de marca y de la mejor calidad.
Yi Bao se sentía algo incómodo al dejar que la mujer bonita gastará dinero en él sin embargo no dijo nada. Se prometió que cuando creciera conseguiría un trabajo y la mantendría a ella.
Tres horas después Suyin juntó a Yi Bao salían de una juguetería con dos bolsas en la mano, lo demás sería enviado directamente a su casa.
Compraron más ropa de la necesaria y juguetes en demasia.
A Suyin no le pasó desapercibido los ojos brillantes del bebé al ver los juguetes.
Antes de regresar a casa, entraron a almorzar a un restaurante que estaba dentro del centro comercial. Este era un restaurante exclusivo por lo que se encontraba en uno de los pisos superiores del enorme edificio, dónde la gente común no podía llegar.
Naturalmente para Suyin no fue un problema ingresar por aquellas puertas de vidrio que dejaban ver su aire clásico.
La comida era deliciosa, Suyin se complació cortando la comida del plato del pequeño viéndolo actuar como un adulto. Sorprendentemente todo era perfecto a pesar de lo que pensaba hace unos días.
Recibió una llamada para confirmar su asistencia a una junta directiva al siguiente día, por lo que salió fuera de la habitación reservada dejando al pequeño comer solo.
Luego de concluir la llamada estaba a punto de volver con el bebé cuando tocaron suavemente su hombro.
"¡Suyin! ¡Cuánto tiempo sin verte! No esperaba verte aquí hoy"
"¿Lin Dong? Cómo es...."
Suyin sintió que la sangre se le iba a los pies. Su corazón latía descontroladamente y se puso tan blanca como papel.
Lin Dong, un compañero de la universidad la saludaba, pero detrás de ella como un mal presagió había una figura imponente, el gran Chen Si Jiang la estaba mirando fijamente.