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Capítulo 33: Secuestrada

Éditeur: Nyoi-Bo Studio

Al día siguiente, Sei volvió a la mansión Gray. Ya tenía agendado un vuelo para esa noche, por lo que solo podía esperar para que Davi llegara para decirle que debía irse nuevamente por un tiempo.

Por alguna razón, apenas entró a la casa, Sei fue directamente a la cocina. Al momento de cruzar la puerta, sus ojos se fijaron instantáneamente en el refrigerador.

En él había una nota cuadrada de color lima.

Sin perder el tiempo, Sei caminó a pasos agigantados hacia el refrigerador y en lo que pareció un milisegundo estuvo en frente de él, con la nota en su larga mano, viéndola intensamente.

—¡Bienvenido! Te hice jugo de fruta, espero que te guste. ~Davi

Al igual que ayer, un lindo corazón sonriente estaba dibujado al lado de su nombre. Luego de ver la nota por un rato, Sei abrió el refrigerador y cogió el jugo. También lo miró por otro momento, como si lo estuviera memorizando desde cada ángulo, después, se lo llevó junto con la nota de amor.

Mientras tanto, Zaki, quien lo había estado observando todo el rato, por dentro se estaba riendo a carcajadas. Desde que Davi apareció, Sei estaba comenzando a volverse humano y eso lo hacía partirse de la risa cada vez.

Pero la amplia sonrisa en su rostro desapareció en un abrir y cerrar de ojos cuando vio a Sei detenerse justo en frente de su estudio y mirar intensamente su teléfono. Zaki caminó abruptamente hacia él al sentir el drástico cambio en la atmósfera, como si el mundo hubiera girado 360 grados.

A juzgar por la expresión actual de Sei, podía saber con tan solo una mirada que acababa de ocurrir un desastre inesperado. Y que no parecía ser nada simple.

Al momento de acercarse a él, vio el mensaje secreto aparecer en la pantalla del teléfono.

"La señorita ha sido secuestrada".

Los ojos de Zaki se abrieron lentamente. ¿¡Qué?! ¿¡Hablas en serio!? ¿Quién diablos se atrevería a secuestrarla? ¿Sobre todo cuando le estaba haciendo guardia ese mocoso? ¿Es posible? Espera... podría ser...

—Ve por el auto, ahora. —La voz de Sei se volvió completamente fría, no quedaba ni una pizca de calidez en ella. Al verlo cambiar a su típico modo monstruo, Zaki se puso serio al instante. Su rostro parecido al de un vampiro se volvió tan frío como el de Sei, a pesar de que los ojos de este estaban en llamas.

Después de un corto periodo de tiempo, todos estaban en el auto saliendo de la mansión a máxima velocidad.

—Al puerto Blue Shark.

—¿Eh? —Ryou, que estaba conduciendo, quedó impactado cuando oyó hacia donde se dirigían. No entendía por qué iban a "ese" lugar. ¿Por qué a la base secreta del amo? ¿Lo habrá dicho mal? Pero eso es imposible, ¿no? Estaba confundido y su rostro así lo demostraba.

Al ver la expresión de confusión de Ryou, Zaki decidió iluminarlo.

—¿Crees que alguien pueda deshacerse de ese mocoso, así como así? —preguntó y solo con eso, se puso bastante serio. Ryou sabía de las capacidades de dicho mocoso, YiJin. Era uno de los mejores a pesar de ser tan joven.

—Si él es quien está vigilando a la señorita, no hay quien pueda tocarla a menos de que baje la guardia. Y la única persona capaz de hacer que YiJin se descuide definitivamente es un aliado y probablemente nadie más aparte del mismo amo.

—Ahora que lo mencionas, tiene sentido. —Ante la explicación de Zaki, Ryou pensó que, de hecho, eso era lo único que tenía sentido. Era imposible para cierto enemigo ponerle un ojo encima o incluso acercarse a ella sin ser detectado primero por el radar absoluto de Sei. Sin embargo, aún estaba perplejo. ¿Cuál era el punto de todo esto? ¿Qué era lo que el amo quería de ella?

—Pero ¿qué es lo que está tratando de hacer el amo?