Capítulo 102: Muy buena secuestradora

Para cuando Sei finalmente abrió los ojos, se puso rígido de inmediato. Abrió los ojos con incredulidad. No podía creer que realmente estaba durmiendo en el hombro de su esposa.

Levantó la cabeza con lentitud y la miró, pero para su sorpresa, ella tenía los ojos cerrados y su cabeza estaba a punto de caerse para adelante cuando él la sostuvo. Sei la observó por un rato antes de que ella apoyara la cabeza en su hombro.

Sei se quedó en silencio. Sentía su cabeza tan liviana, como una almohada suave y cálida en su hombro. Podía sentir el olor de su cabello, y mientras la miraba no supo por qué, pero quiso sostenerla en sus brazos.

Pero unos minutos después, la chica de repente abrió los ojos. Pestañeó varias veces, y cuando se dio cuenta de que tenía la cabeza apoyada en su hombro, dejó escapar un jadeo y se levantó al instante, como si algo la hubiese sobresaltado.

¿Qué? ¿Yo también me quedé dormida en su hombro? ¿En serio? Espera, ¿qué hora es?