En el otro auto, el Sr. y la Sra. Chen hablaban seriamente de sus dos hijos mayores.
—Cariño, ¿qué crees que nos dirá nuestro hijo? La Sra. Chen preguntó y su marido, que estaba mirando en silencio por la ventana, se volteó hacia su esposa.
—Creo que puede tener algo que ver con su esposa, querida. —Contestó y la Sra. Chen estuvo de acuerdo.
—Así es. Nuestro Sei raramente viene a nosotros para hablarnos seriamente de su vida de esa manera, así que es probable que se trate de su esposa. Ah... espero que anuncie que pronto habrá otro nieto. ¡Me gustaría tener una nieta adorable! —La Sra. Chen de repente estaba tan emocionada.
Mirando su rostro extático, el Sr. Chen sólo podía sonreír. A decir verdad, después de esa guerra, la familia Chen estaba en camino a la ruina. La muerte de su único hijo Xi Chen los devastó ya que eso significó el fin de su línea familiar. Su esposa tampoco pudo aceptar lo que le sucedió, que cayó realmente enferma y casi se muere.
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