Mundo Shinobi - Un comienzo difícil - capítulo 8

-Kain, Kain, levanta tu pequeño trasero, es hora de entrenar- grito alguien por los pasillos de la mansión Senju. Se escuchaban las sonoras pisadas por el largo pasillo que atravesaba la mansión a lo ancho y conectaba todas las habitaciones.

En ese momento Kain estaba durmiendo de los más bien en su futón, mientras que su madre y su abuela ya se estaban preparando para empezar el día. Ellas se habían vestido con kimonos cafés y ahora Naori le estaba peinando el cabello a Naoko. Esta última estaba sentada sobre un cojín mientras se reflejaba en el espejo ovalado.

Kain se acurruco en el futón, tapándose con las frazadas hasta la cabeza, al mismo tiempo que las pisadas avanzaban en su dirección. La puerta corredera se abrió de golpe y una mujer pelirroja entro a la habitación. Miró Naori y Naoko, las cuales hicieron una reverencia con la cabeza, para después seguir con lo que estaban haciendo. La mujer pelirroja les devolvió el gesto y avanzó hasta el pequeño futón con una cabecera con dibujos de gatos. Ella se paró a su lado y destapo al pequeño que se escondía entre las frazadas.

Kain se acurruco aún más al sentir el aire de la mañana y murmuro -tía, es muy temprano ¿Qué tal si vienes en un rato más?- pregunto

-No soy la tía Mito- respondió la pelirroja en un tono firme -primero que todo, vas a llamarme maestra y segundo, te vas a vestir para entrenar-

Kain escondió su rostro en la almohada y Mito reacciono tomándolo de un pie y dejándolo colgado hasta que abriera los ojos. Kain miró hacia arriba y pudo ver la imagen invertida de la sonrisa de la mujer pelirroja. Él había escuchado cosas de su abuela, pero no creía que un Uzumaki podía ser tan irracional; siempre enérgicos y deseosos de hacer cosas. Bueno, pensó Kain, por lo menos no ha utilizado la violencia.

No obstante, una sonora nalgada lo hizo gritar y darse cuenta de la terrible realidad. Un Uzumaki siempre sería un Uzumaki, demasiado irracional. Sin embargo, para su suerte, Kain tenía una madre. Ella se levantó dejando a Naori con el peine en las manos y hablo con dirección a la puerta.

-Mito-sama, no golpee a mi Kain- dijo Naoko completamente enojada -estoy de acuerdo en que lo entrene y se lo agradezco, pero la violencia no es buena. Le recuerdo que solo tiene tres años-

-Solo es para quitarle el sueño- dijo Mito manteniendo sujeto a Kain de un pie. Lo zarandeo de lado a lado y añadió -además este mocoso es muy fuerte. Incluso podría avergonzar a muchos genin-

-Eso no es excusa. Si le vuelve a pegar Kain, las clases se acabaron-

Mito frunció el ceño, pero como alguien que fue madre primeriza hace mucho tiempo, entendió las preocupaciones de Naoko. Ella soltó un suspiro mientras miraba el hermoso rostro malhumorado de Naoko, asintió y dijo -lo entiendo, no utilizare la violencia como castigo, pero tienes que entender que cuando mi esposo lo entrene será inevitable-

-Eso, eso…- dijo Naoko haciendo un puchero cargado de tristeza.

No obstante, Naori se levantó y le puso una mano en el hombro -vamos, Naoko- dijo -ya hablamos de esto, dijiste que lo entendías y no interrumpirías los entrenamientos. Mito-sama y Hashirama-sama se preocupan por el futuro de Kain, por eso lo están disciplinando-

-Pero es tan pequeño, madre-

-Lo sé, pero eso significa ser un Uchiha, eso significa ser hijo de Madara-sama, entiéndelo-

Naoko agacho su cabeza sin saber que más decir. Por otro lado, Mito dejo a Kain en el colchón y el pequeño se puso de pie. Entonces ella le fue a buscar su ropa para entrenar. Se metió en el cajón del niño y le escogió una polera con cuello de tortuga y unos pantalones negros. Después lo ayudo a cambiarse la ropa y lo llevo de la mano al comedor. Naori y Naoko los siguieron y se sentaron todos a participar del desayuno. Una vez que terminaron de comer, Mito y Kain se despidieron de Naori y Naoko.

Cuando Kain llegó al patio de la mansión, Mito le soltó la mano y ella se puso delante de él con los brazos cruzados a la altura del pecho. Las mangas de su kimono blanco le cubrían las manos dejándolas ocultas. Al mismo tiempo, Kain divisaba a Mito y por detrás de ella, el bosque a varias decenas de metros más allá. Eran las ocho de la mañana y el sol estaba iluminando con todas sus fuerzas. Entonces Mito saco un par de papeles blancos de las mangas de su kimono y los lanzó al aire. De ellos salieron cuatro réplicas de ella, las cuales cayeron al suelo arrodilladas, se pusieron de pie y caminaron hasta ganarse a los lados de la original.

-Ooooh- dijo Kain asombrado, dando un aplauso que relajo a Mito y la ayudo a gesticular una amable sonrisa.

-No te emociones- dijo Mito retomando un tono serio -ellas te ayudaran a entrenar-

-¿Cómo?- pregunto Kain confundido

-Tendrás que atraparlas-

-Está bien, la abuela me dijo que tengo mucha energía, haré mi mejor-

Mito negó a Kain por lo ingenuo que estaba siendo y asintió a sus clones de sellos. Entonces ellas asintieron en respuesta y corrieron al bosque que estaba a sus espaldas.

-Oye, eso es trampa- dijo Kain

Mito le dio una sonrisa cargada de confianza y le dijo -bueno, como tu dijiste, da lo mejor. A todo esto, tienes treinta minutos para encontrarlas. De lo contrario es tu perdida-

-¿Perdida? ¿Eso quiere decir que hay castigo?-

-Por supuesto- le respondió Mito con una gran sonrisa -si pierdes, le tienes que dar un gran beso en la mejilla a la tía-

Kain frunció el ceño al escucharla, no era que él estuviera en contra del afecto, pero esta mujer era violenta hasta para esas cosas. Por lo usual ella le besaba las mejillas, pero lo hacía con tanta fuerza que le hacía doler. Después a Kain le quedaban los labios marcados en los pómulos por todo el día.

-¿Y si gano?- pregunto Kain

-Si ganas, igual hay un beso para la tía, pero además de ese fabuloso premio, te enseñare otras cosas-

-No me siento motivada- dijo Kain sentándose en el suelo -vieja bruja-

Mito sintió que le palpitaba la vena en la sien. Camino hasta Kain, lo agarro de la cabeza con su garra de acero y lo levantó hasta dejarlo a la altura de su cara.

-¿Cómo dijiste mocoso?- pregunto Mito con una sonrisa que no lo era

Kain trago saliva entendiendo que se le había pasado la mano, así que sonrió y le dijo -nada, tía linda. Yo encontrare a las otras personas como tu-

Mito entendiendo que este mocoso era un lengua dulce que engatusaba con las palabras, soltó un suspiro y se preocupó por las mujeres que pudiera conocer a futuro -se llaman clones de sello- dijo -son tan fuertes como yo, así que más te vale que pongas todo tu ser en encontrarlas. De lo contrario, jamás las alcanzaras-

Kain soltó un suspiro y asintió -está bien, pero si gano quiero un premio de verdad. Chocolate está bien, a mamá le gusta el chocolate-

Mito bufo, ya que Kain pensaba en su madre mientras ella era quien lo estaba cuidando. Así que lo soltó para que cayera sobre su pequeño trasero y se cruzó de brazos mientras miraba a otro lado.

-Ve, apúrate- dijo en un tono cortante

A lo que Kain respondió poniéndose en pie y caminando en la dirección en la que se fueron los clones de sellos. Al mismo tiempo, Mito lo veía avanzar a paso lento mientras se acariciaba el trasero.

Una vez que Kain llegó al bosque empezó a mirar hacia todos lados, buscando las sombras multicolores escondidas. Pudo distinguir pequeñas sombras que se escondían entre las ramas de los árboles y los frondosos arbustos del suelo. Pero le costaba diferenciar donde se habían metido las grandes sombras. Así que él se adentró en el bosque y empezó a buscar. A los diez minutos encontró una de las sombras multicolores con forma de adulto. Estaba entre las largas ramas de un enorme árbol. Kain levantó su rostro y estiro su cuello lo más que pudo para ver si podía divisar algo. Sin embargo, el clon estaba muy bien camuflado. Así que tomo un par de piedras y las comenzó a lanzar en esa dirección. Falló la primera y la segunda, pero la tercera vez le atino a algo que respondió dando un grito de dolor.

-Mocoso malagradecido- dijo el clon desde la copa del árbol -¿Cómo le puedes tirar piedras a tu tía?-

-Tú no eres mi tía- grito Kain en respuesta -ahora ven y déjate atrapar-

El clon bufo con tanta fuerza que hasta Kain que estaba a unos cinco metros más abajo la escucho. Ella se cruzó de brazos y le dijo -ahora no te ayudo. En un principio me iba a dejar atrapar, pero viendo lo poco que nos quieres, no te escuchare-

La clon dio un largo saltó de un árbol a otro y despareció. Entonces Kain entendió que debió haber sido más suave ¿Quién sabe? A lo mejor el clon lo podría haber ayudado a atrapar a los otros tres. Dentro de todo, multiplicarse era una técnica rara, el fuego de los Uchiha lo tenía impresionado, pero esta técnica para multiplicarse era misteriosa.

Kain siguió buscando a los otros clones a lo largo del bosque, siguiendo la pista de la primera que encontró hasta localizar a una. Él desconcía si era la misma, pero aposto porque fuera una diferente.

-¿Hay alguna chica linda dispuesta a ayudar a un pobre niño?- pregunto Kain a gran voz. De entre medio de los árboles saltó una sombra blanca de cabello rojo. Una mujer similar a su maestra apareció esgrimiendo una gran sonrisa.

-Yo te puedo ayudar, Kain- dijo el clon

Kain sonrió y sabiendo como se comportaba su maestra, estiro sus brazos para que ella lo abrazara. La clon lo tomo entre sus brazos, lo cual agrando su sonrisa. Ella sonreía como una tonta y disfrutaba pasando sus mejillas por el cabello de Kain.

-Tan lindo ¿no eres un gato o un conejo blanco?- le pregunto el clon mientras reía como una tonta.

-No lo soy, pero necesito tu ayuda-

-Lo siento, Kain. Lo máximo que puedo hacer es dejarme atrapar, esto es por tu bien-

Ambos se miraron a los ojos, Kain con desconfianza, mientras que el clon con resignación. Le dio un pequeño beso en sus blandas mejillas y lo bajo al suelo.

-Trata de no hacer trampa, Kain- dijo el clon -es por tu bien-

Kain tomo una profunda respiración y asintió. A lo que el clon le mostro una última sonrisa antes de desvanecerse en una nube de humo blanco. Kain quedo impresionado, ya que la energía que emitía el clon era tan natural como el de una persona común. Sin embargo, al momento de desvanecerse la energía, por alguna razón voló en dirección a la casa como si fuera una nube de humo.

Entonces Kain agacho la cabeza y tomo su pequeño mentón con su mano derecha. Empezó a pensar en las posibilidad de la técnica de multiplicarse, hasta que escucho el movimiento entre los arbustos y salió de su estado de contemplación.

Una mujer pelirroja lo abrazo por la espalda y le dijo en un tono mimado -¿Por qué eres tan malo? Pensé que me ibas a perseguir-

-Te estaba siguiendo- dijo Kain -pero me encontré a otros como tu-

-Yo fui la primera, tienes que encontrarme-

Kain se dio la vuelta y le ofreció un abrazo de forma descarada. Ella sonrió y lo cargo en sus brazos.

-Ustedes no sirven de mucho si se dejan atrapar-

-No hay nada que hacerle, Kain es muy bonito-

Kain asintió y dijo -así que los clones no solo toman la forma del original, sino que también sus gustos-

El clon asintió y le peino el cabello con la mano -así es- dijo con una voz suave -somos como una parte del ego del original. Mi yo original quiere mucho a Kain, pero ten cuidado, ya que también hay partes serías-

Kain sonrió y le pregunto -¿Me puedes enseñar a hacer lo que hace la maestra?-

El clon negó y le dijo -cuando Kain haya crecido lo suficiente, mi yo original le enseñara. Hasta ese momento, Kain solo debe preocuparse de crecer y ser mejor persona cada día-

Kain asintió y el clon lo bajo al suelo. Después le dio una cándida sonrisa y se convirtió en humo.

Kain quedo mirando los alrededores, quedando más y más intrigado con esta misteriosa habilidad. ¿Qué pasa con este mundo? Se pregunto ¡estaba loco!. Poder dividirte en varias partes debería ser imposible, es como depositar una parte de tu alma en varios recipientes. Sin embargo, negó. Ya que a pesar de que estaba viendo todas estas cosas, era un tanto irresponsable determinar las mecánicas detrás de todas estas habilidades. Además, estaba el chakra, un poderoso combustible virulento muy difícil de dominar.

-Lo que sea- murmuro Kain, miró una vez más los alrededores para saber si estaba siendo espiado, pero para bien o para mal, no había nadie en un rango de veinte metros alrededor. Todavía no sabe la base del funcionamiento de sus ojos, pero por ahora solo puede confiar en esto.

Kain comenzó a caminar por el bosque, buscando la última sombra del clon restante. Dio varias vueltas en círculos, haciendo aun lado las ramas de los arbustos y saltando por encima de las raíces que sobresalían de la tierra. Con esta edad y este tamaño, todo se veía gigante. El sol se estaba elevando cada vez más en el cielo y al mismo tiempo subía la temperatura. Kain comenzó a transpirar al poco rato, se sentía sofocado y para más remate, la polera que le escogió Mito tenía un cuello largo. Así que tenía el pecho y la espalda empapados con sudor.

-Hace mucho calor- dijo, introduciendo el dedo indicé de la mano derecha en el cuello de la polera y estirándolo para que entrara un poco de aire fresco. Después camino hasta el lago que antes utilizo con su abuela para realizar técnicas de fuego. Él camino hasta la orilla del lago, donde se elevaba el pastizal por debajo del agua y le llegaba hasta los muslos. Paso por encima del pasto y se adentró en el lago hasta que le llego el agua a los tobillos, la cual veía se limpia y cristalina, mientras en el lecho se veían trozos de roca cubiertos por musgo verde. Kain miró una vez más a los alrededores, detectando que solo habían pequeñas sombras multicolores de animales. Así que se quitó la polera, teniendo algunos problemas con su cabeza. Él no recordaba ser tan cabezón, a lo mejor era la edad, pensó. Una vez que su pequeño cuerpo quedo a la vista, se agacho y estiro sus manos formando un cuenco, para después sacar agua y echársela en la cara. Después se mojó el cuello, el pecho y el estómago. Estaba contento ahora, había derrotado el molesto calor. No obstante, su descuido le costó muy caro. Alguien lo pateo por detrás, haciéndolo dar vueltas en el aire y lo último que vio antes de caer al agua, fue un cabello rojizo y un rostro serio que lo miraba con desaprobación. Después su visión se vio tapada por el agua del lago y cayó tratando de nadar. Le costaba empujarse a la superficie, hasta que sintió una onda de choque sobre el agua y alguien lo abrazo por el estómago y lo saco.

-Maestra, casi me matas- dijo Kain asustado, pasándose las manos por la cara para quitarse el agua.

-Te pasa por descuidado- dijo el clon de Mito en un tono duro -se supone que estas en medio de un entrenamiento. El calor y lo molesto que sean tus ropas no importa-

Ella camino hasta la orilla del lago cargando a Kain en sus brazos. Sin embargo, diferente de su adorable maestra, esta "Mito" nunca sonrió. Era solo seriedad y una vez que estuvo en el orilla, dejo caer a Kain al suelo sobre su trasero. Este último soltó un grito de dolor y la miró con una clara expresión de enojo.

-No me mires así, todo esto es tu culpa- dijo el clon en un tono firme, se quitó el agua de la cara con las manos y después se cruzó de brazos -Hay muchas cosas que no le has contado a tu familia, así que vas a empezar a hablar. Primero que todo ¿Cómo puedes saber quién está cerca de ti hasta los veinte metros?-

Kain levantó sus cejas algo asombrado. Se puso de pie y le dijo -solo puedo ver unas sombras multicolores. No es como que pueda saber quién me está mirando-

-Sensor ninja- murmuro el clon mirando en otra dirección. Ella asintió como llegando a un consenso consigo misma y lo miró a los ojos -hoy estas reprobado- dijo -primero por bajar la guardia, segundo por buscar atajos en este entrenamiento. Me parece muy feo que te estés aprovechando de mis sentimientos para terminar con esto lo antes posible. Todos se lo están tomando en serio, Kain. Estamos ocupando nuestro tiempo para enseñarte, tómatelo más en serio-

Kain asintió y gracias a eso, Mito levantó su puño y le dio un coscorrón.

-¿Por qué me pega?- pregunto Kain agarrándose la cabeza con ambas manos al mismo tiempo que se ponía en cuclillas.

-Tienes que decirme "Sí, Maestra"-

-Sí, maestra- dijo Kain levantando su rostro con lágrimas en los ojos

-Bien, como no diste tu mejor esfuerzo, te toca correr alrededor del bosque. Ven, apúrate y empieza a correr-

Kain busco su polera que por suerte había quedado a la orilla del lago y se la puso. Después miró al clon de Mito para comprobar si realmente iban a continuar con lo que dijo, pero esto solo le gano otro coscorrón.

Para Kain, ese día fue el más agotador de sus tres años de vida en este mundo.